lunes

Lema Orante Semanal

 

EJERCITARNOS EN UNA POSICIÓN SIN DUALIDADES

22 de agosto de 2022

 

 

Plagadas de dualidades… transitan las humanidades.

Insatisfechos por el día… insatisfechos por la noche…

Gustosos por el día o... desagrado por la noche, o gustosos de noche y agrados por el día.

 

Pareciera que la luz fuera otra, cuando en apariencia no está, y hubiera que decidirse por un lado u otro –con la duda consiguiente-… o bien desbocarse hacia un sentido, sin advertir el otro.

Y lo que es más acuciante, es saber que... se está en Lo Unitario, pero no se es suficientemente consciente, ni sapiente... para descubrir y asumir la Unicidad.

Desde los más sabios, que tratan de encontrar en los números la explicación del acontecer físico… y hacernos unitarios, desde esos –entre comillas- “altos niveles”, hasta los niveles cotidianos de: “Esto me gusta, esto no, esto quiero, esto no quiero”...

 

La Llamada Orante del sentido del Misterio Creador… nos incide en la Unicidad del ser dentro de la multiplicidad de la vida; de su pluralidad.

Nos llama a sentirnos Uno con toda la pluralidad, y a la vez... tomar consciencia de “mi presencia”.

Y unificar mis posiciones... para así poder establecer consensos de unidades, y no dispersiones radicales: esas que esgrimen el cuchillo de cortar...; que asumen –por un sentir, un razonar-... posturas de combate.

Se hicieron y se hacen intentos de esa Unicidad, a través del sentir espiritual, con los monoteísmos imperantes. Pero, de inmediato, cada uno reclamaba su Dios como el único verdadero... y la disputa estaba servida. Como así sucedió y sucede: cada uno enarbolando su deidad como la absoluta.

Y todo eso se derrocha en la condición diaria del estar, negando y negando por un lado, y afirmando y afirmando por otro.

Unos, haciéndose ricos a costa de otros; otros, haciéndose felices a costa de la infidelidad e infelicidad del otro. Una verdadera colisión, constante, permanente.

 

Y si no emerge del ser su Unicidad, manteniendo a la vez su particularidad, es porque cada ser se empeña en “su verdad”. Y en consecuencia crea la mentira; porque al creer en “su verdad”, desprecia “las otras verdades”. Y así resultan falsos los argumentos de unos hacia otros, y los seres, las comunidades, las agrupaciones... se repelen.

Y es así como surgen las aduanas, los territorios, los rotulados parámetros de una Unicidad.

 

Y lo más significativo de esta situación, es que pareciera –“pareciera”, en el nombre de la esperanza- que ya se da por sentado que “la vida es así”, que “el mundo es así”: un descolocado movimiento de afectos y desafectos, de atracciones, de repulsiones, de verdades, de mentiras... sin ser verdades, sin ser mentiras... y asumiendo el perfil individual de cada dios en los que se convierte el ser.

Y cada uno se hace prepotente. Tanto, que no evalúa su posición, que no la replantea, que no la somete a la Unicidad, sino que se secuestra en su... obsesiva deidad en la que cada cual se ha declarado.

 

Y así, al fijarse en la Historia… –¿en la Historia?-. Sí, la Historia: ese acúmulo de memorias, de recuerdos, de impresiones, de sensaciones... las cuales nos permiten revisar, replantear, acomodar, adaptarse..., al ver esas historias, vemos una sucesiva y continuada repetición de errores. Como si el destino fuera equivocarse y hacernos caer repetidamente en las mismas infracciones.

Y es que el ser, cuando se radicaliza en una posición, parece haberse olvidado de las anteriores radicalizaciones. En consecuencia, cree que la que tiene en ese instante es la verdadera... Y es la misma que en otras ocasiones, camuflada con diferentes argumentos, con distintas situaciones.

Y es así como, al ver la Historia, al ver esa Historia... recopilamos permanentes contradicciones.

 

No somos, como presencia vital, un conglomerado de estructuras que se contradicen o se dificultan en sus funciones. ¡No! Somos una integrada configuración... Unitaria.

No se pelea el latido con la inspiración, ni la bilis con el alimento. No se arroga el poder el intestino, aunque sí se arroga el poder el ‘pensa-miento’ y el ‘sentí-miento’.

Y es a partir de ahí cuando podríamos ver cómo el ser se auto agrede... hasta el punto de no reconocerse.

 

No te conozco” –diría el Eco de la Creación, a éste, aquél, aquélla, aquéllos-.

No os conozco. Os creé con el Amor infinito de la Presencia, de la Inmanencia, de la Misteriosa Creación. Os creé con recursos, con medios. Os diseñé un plan de encuentros, de comuniones. Os di las pasiones para que os fundierais..., como en los amores que deposité en vuestra Creación. Y ahora, al veros, no os conozco. No reconozco... la visión del diseño que se tenía”.

Y proseguiría el Eco, diciendo:

“Habéis cogido, de mi Amor, lo que más os interesaba: el sentiros como Yo… Y esgrimir así una espada. Y cada cual con el acero más afinado: acero de palabras, ideas, proyectos...; aceros que buscaban inevitablemente la contienda”.

 

No es ése el Universo que se contempla.

¡Y hasta qué punto llegó la osadía humana, que precisamente al contemplar el Universo, lo hace con la visión de sus armas! Y nos cuentan... que las estrella chocan, se pelean, se absorben, se engullen…

Nos damos –como humanidad – la versión cotidiana de la permanente contienda…

Y es así que el vivir se convierte en una alternancia de posiciones... que hoy son excelsas para un color, pero que mañana… ¡lo serán para otro distinto!, dejando, al que fuera colorido, descolorido.

Usando y abusando de la vida. Y en ese “uso y abuso” está, sin duda, “el usar y el tirar”.

El permanecer en un sentido unitario, se hace... ‘vejuno’, antiguo, improcedente, caduco...; y se da por “bueno”, por “buena” la contienda.

“Así es la vida” –dice el dicho cotidiano-.

¿Así es la vida…?  ¿Un marchamo de confrontaciones…?

¿Así es la vida? ¿Un descolorido afán en la persecución de envoltorios nuevos... que contengan el mismo fracaso anterior?

 

 

En la paciente espera de la esperanza… late a lo lejos la confluencia del ser... en su fusión unitaria.

 

Excepciones hay… de historias que se configuraron, que se configuran en esa... “sonoridad” de fondo… que no se enfrenta, pero que sí nos reclama la claridad en hacernos uno con el entorno, con uno mismo… diluyendo la dualidad permanente: ese vínculo de poder... que se ejercita como verdad.

 

La Llamada Orante nos incita a ejercitarnos en una posición sin dualidades; en una historia... clara; no, recortada, restringida, resumida y coartada por el interés de presentar una historia que no es la Historia. Siempre justificando y justificándose… en esa dualidad que termina convirtiéndose en “justicia”, justificándose. Y termina por ser “justo”… el terminar. Termina por ser justo… el confrontar. Se hace justo el dudar. Se hace justo y justicia... el aparentar.

Y así, entre justificaciones, se escriben historias fraudulentas…; las cuales, inevitablemente, chocan con otras.

 

Si por un instante... si por un instante el ser se diera cuenta de que Todo se le ha dado –y no se ha dado cuenta-... otro ser se mostraría, otra dimensión aparecería…

Y así el ser podría descubrir el verdadero diseño que sobre él hay...

Y que Todo –unitariamente- lo que, en su posición, precisa, se le ha dado.

 

Y resulta que, con Todo lo dado, en vez de... hacerse inmensidad –“en vez de hacerse inmensidad”- se hace filo ardiente para cortar.

 

Recoge ese Todo como propio, personal, individual, y hace de su ser una antorcha... que quema.

 

 

 

aaaAAAAAAMMMMmmmmmm

 

 

 

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miércoles

Lema Orante Semanal

 

VIVIR ES UNA ALQUIMIA DE PERMANENTE INNOVACIÓN

15 de agosto de 2022


 

La Creación, permanentemente nos muestra sus secretos, para llevarnos paulatinamente a integrarnos en el Misterio Creador.

 

En nuestras búsquedas, la Providencia nos ofrece ocasiones excepcionales, situaciones únicas… muchas veces camufladas por acontecimientos corrientes.

Y, en consecuencia, muchas veces dejamos pasar la ocasión; la ocasión de asumir una singularidad… especial para nosotros y para todo el entorno.

 

La Llamada Orante, bajo el sentido de que cada uno de nosotros procede del Amor del Misterio Creador, nos llama a que prestemos atención a nuestro transcurrir cotidiano.

Cualquier actitud de dominio y de seguridad en nuestras actividades, puede suponer una costumbre, un estancamiento y un bloqueo.

 

Los ‘senti-mentalismos’ deben estar vibrantes, abiertos y dispuestos…

Y es así como introducimos innovaciones y novedades en nuestro transcurrir.

Es así como borramos el tiempo, y nos hacemos “¡ahora!”, “¡ahora!”, “¡ahora!”.


 

Los aconteceres, vistos desde la óptica del poder, buscan centrarnos en el punto más estrecho del embudo, para tenernos en constante obsesión, preocupación y temor.

 

La Llamada Orante nos advierte de que nuestra posición en la Creación está en el infinito abierto de ese embudo.

Y es así que, reconociendo nuestra verdadera posición, podemos actuar, estar y desarrollarnos en el punto más centrado, con criterios de Universo, con ideas liberadoras, con actitudes de testimonio. ¡Sin esclavitud!


 

La Llamada Orante nos significa, nos advierte de este transcurrir actual, en el que lo individual, lo personal, lo posesivo, lo dominante, son las “armas” para vivir.

Y vivir ¡no es un arma! Es una vibración expansiva que… se comunica, que se transforma…

Vivir es una alquimia de permanente innovación.

No se plantea límites.

Se proyecta en… futuros. Futuros presentes. ¡Proyectos!

 

 

Todo lo que se pueda lograr, pierde su valor cuando se aquieta y se convierte en poder.


 

Al contemplar lo viviente, constatamos la solidaria comunicación y el intercambio de necesidades.

En nuestra especie, esa necesidad se ve bloqueada por las competencias, por la competitividad del logro y del dominio.

 

Envueltos en esa corriente, debemos prestar atención… en no caer en la fácil trampa de la justificación, que nos lleva a la ejecución de lo vulgar.

 

La vida es una excepción singular y extraordinaria en el Universo. No, no, no podemos… –ninguna especie lo hace, salvo la nuestra- no podemos llevarla al dominio de nuestras voluntades, como si fuera algo que nosotros hemos creado.

No dejemos que nuestra inteligencia nos nuble las perspectivas del lugar de Universo en donde estamos.

No caigamos en la dependencia de que dependemos de nosotros mismos.

Nuestra ‘interpendencia’ se relaciona con toda la Creación. Y no depende de nuestras posiciones o acciones, aunque ellas son necesarias para suplir necesidades.


 

Y ha sido, y es habitual, que se “aprenda” –entre comillas- un mensaje, se entienda, se escuche, pero quede en ese espacio de lo teórico, lo límbico –¡el limbo!-… y, cuando se vuelva a escuchar, se vuelva a pensar que ya lo sé, que ya lo conozco, pero… sigue en el limbo.

Debemos configurar nuestro limbo y ejercitarlo en nuestro cuerpo, en nuestro estar, en nuestra expresión. Y ya que lo cogimos con palabras, lo devolvamos con palabras activas.

Seguramente, nuestra consciencia, amparada en el dicho que dice: “del dicho al hecho hay un gran trecho” –o sea, de lo que se dice y de lo que se escucha, a ejercitarlo, hay un largo camino-… eso puede justificar el que oigamos una y otra vez, de una forma o de otra, nuestro proyecto vital y… a la hora de ejercitarnos, nos convirtamos en dictadores de nuestras propias egolatrías.

 

La materia viviente, tan dañada e insultada por la actitud del hombre, reclama, desde la óptica de la Creación, que cada ser se replantee su posición, su disposición, su sentido universal.

 

La obsesión por la seguridad nos lleva a la defensa y al ataque.

Podemos coger el ejemplo de la posición que ocupa nuestro planeta en este Universo, y darnos cuenta de que está “a salvo” –entre comillas- de toda la dinámica de la Creación, de los Universos, y que por extrañas y misteriosas situaciones, anida lo que se llama “vida”, aquí, y tiene una… vamos a llamarlo “protección”, una certeza de seguridad… que, al imitarla –“al imitarla”-, deberíamos despojarnos de esa obsesión de “seguro”, de posesión, de certeza… para evitar la violencia.


 

Las “comodidades” no son propias del nómada que transita en peregrinaje. Esa comodidad surgida del sedentarismo es semejante a cortarle las alas a un ave… y que termine por creer que nunca ha volado.

 

Pero si nos fijamos en nuestra capacidad, en nuestras capacidades cognitivas, en nuestra consciencia…, lo sedentario ha sido una auto trampa para conservar el dominio.

Nuestra fantasía, imaginación, ilusión, ilusiones… nos llevan lejos.

Nunca hemos sido ni somos sedentarios. Establecemos lugares o puntos de referencia sobre los que transitamos… y sobre los que renovamos sus posiciones.

En la medida en que mantenemos nuestra fantasía, nuestra imaginación, y la esperanza, nuestra sedentaria presencia es virtual, aparente. Y es así como hacemos, de lo sedentario, un peregrinaje de continuas innovaciones.

 

 

Hagamos un eco de aliento… para situarnos en la amplificación de nuestra consciencia.

 

 

aaaOOOOuuunnnnn

 

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martes

Lema Orante Semanal

 

MILAGROSAMENTE NOS SOSTIENEN

8 de agosto de 2022

 

 

La Llamada Orante supone una posición de sintonía con el Misterio Creador.

Es asumir nuestra humildad y sumisión en la Creación. Y una escucha de las directrices que… en alguna manera… nos transmite ese Misterio Creacional.

 

 

La forma de expresarse la comunidad humana, ha sido referenciándose en sí misma.

Muy atrás quedan los animismos, los politeísmos… Y se instauran religiones monoteístas competitivas, agresivas… Y, progresivamente, también éstas se hacen decadentes como intermediarias entre lo humano y lo divino.

Y el ser, cada vez se referencia más en sí mismo, como si hubiera sido su decisión existir, estar y transcurrir.

Un hedonismo ególatra que, amparado en “libres albedríos”…, compite, manda, ordena… y establece una guerra de posiciones.

 

Y es así como la humanidad marcha… de tropiezo en tropiezo. Con hambres…, con ´sedes’…, con corrupciones… y un largo etcétera.

 

Simultáneamente –a la vez- se desarrollan seres que establecen su referencia en el Misterio Creador –véase lo Divino, Dios, y otras denominaciones-. Y se establecen esas referencias en base a lo creado; en base al micro-universo en donde estamos, en este lugar del universo.

 

Y dentro de nuestra capacidad cognitiva –véase inteligencia-… no resulta muy difícil descubrir que el acontecimiento de la vida en este lugar del Universo es excepcional, extraordinario, singular. Y evidentemente no ha sido gestado por el ser humano.

 

Con esa simple perspectiva, podemos deducir que nuestras referencias en torno a la vida… deben establecerse en el Misterio. Aunque el hombre ya ha elaborado teorías a propósito de “el surgir de la vida y su desarrollo”. Pero ninguna ha conseguido establecer las suficientes evidencias… como para pensar que la vida ha sido una cuestión de “suerte”; que surgió por… un imprevisto.

Al contemplar la biodiversidad, nos podemos imaginar que todo este acontecer de vida es producto de un origen desconocido. Y, sobre todo, que ese origen sigue incidiendo sobre lo creado. Gracias a lo cual… la vida continúa.

 

Y es así como podemos referenciarnos en el Misterio Creador a través de lo creado.

 

 

La Llamada Orante nos insiste en que nos posicionemos y nos referenciemos… en torno a esa Magia Creadora.

Con ello, asumimos una posición de humildad, un desarrollo de la sumisión, como expresión de la misión que debemos realizar por nuestros dones.

 

Y en ese sentido, nuestra capacidad de ‘ser-vicio’… sería la actitud en la que aportáramos elementos liberadores, ya que la presencia de cada ser de humanidad se debe a una necesidad.

 

 

Dicen los credos religiosos: “Nuestro Auxilio es el Nombre” –el Nombre del Señor-. Tomando esa referencia, “Nuestro Auxilio es el Nombre del Misterio Creador”. Interpretando “el Auxilio” como ese hilo referencial, ese aliento providencial que sobre cada ser vivo derrama lo Sublime, lo Eterno, Lo Innombrable.

 

El auxilio, debemos pedírnoslo a nosotros mismos, primero, para poder revisar nuestras actitudes de consciencia. Auxiliarnos en nuestras actitudes…; corregir posiciones…; introducir innovaciones liberadoras.

Y en la medida en que nos auxiliamos con nuestros recursos, podemos ir descubriendo que ese proceso auxiliador está inducido por ese Misterio Creador.

Abandonamos nuestro protagonismo… y, sin dejar de ejercitar nuestras cualidades como especie, nos damos cuenta de ese “auxilio permanente”.

 

Un auxilio permanente en lo cotidiano, diario… Que se puede resumir en ese dicho que dice: “Estoy vivo, de milagro”.

 Se suele decir cuando acontece un accidente, un riesgo extremo…

Pero, sin llegar a esos extremos, en el diario vivir, ¿cómo se produce el milagro de continuar viviendo?

 

La Llamada Orante nos transmite la necesidad de desarrollar nuestra consciencia creativa.

Y a la hora de asumir nuestra referencia en el Misterio Creador… y diluir nuestro protagonismo manipulador…, ir descubriendo que nos llevan.

Darnos cuenta, en los detalles, de que nos cuidan.

Y que todo ello ocurre, en cada ser, de manera diferente.

 

Milagrosamente nos sostienen.

 

Y no nos sostienen por nuestros méritos… Más bien… lo hace, lo desarrolla –ese sostenimiento-, por la grandiosidad del Amar de lo Eterno.

Y es así como cada AMA-NECER, nacemos de nuevo, gracias a ese AMAR insondable.

Un AMAR insondable que no podemos dominar, ni controlar, ni manipular.

 

Busquemos, en nuestros sonidos genuinos: los mantras, una manera de vibrar que sintonice con ese AMOR de Nacer.

 

Escuchen por tres veces y luego continúen.

 

 

iiIIIIIIIUUUUUUUUUUU

 

 

 

 

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domingo

Lema Orante Semanal

 

DEMASIADO TARDE PARA LOS ARREGLOS. AHORA, LA CONVERSIÓN

1º de agosto de 2022

 

 

Los arreglos se nos muestran tardíos. Las dificultades y obstáculos que mortifican el vivir, suelen buscar… soluciones momentáneas.

Y así, se cronifica la consciencia. Nuestra ánima, nuestra alma se tortura y… no encuentra su lugar.

La Llamada Orante nos propone la conversión.

El arreglo es tardío, momentáneo y parcial.

Cuando –en cambio- nos convertimos –es decir, nos hacemos otra versión de nosotros mismos, nos hacemos en un nuevo renacer-…, nos situamos en una versión –Con-Versión- en una versión que… se relaciona, se alinea con nuestro proyecto universal.

 

Puede sonar muy fantástico, el hablar de un proyecto “universal”… pero no olvidemos que somos habitantes del Universo, así que todo nuestro transcurrir es un “proyecto universal”.

Cuando ese proyecto lo centramos en nuestros pies, se convierte en un proyecto “terrestre”, y el cielo desaparece. Cuando lo situamos en nuestras manos elevadas al cielo, nuestro proyecto se hace celeste.

 

Es una necesidad de la Creación, del Universo, el que cada ser aparezca en un lugar de este espacio. El Misterio Creador así lo decide.

 

Si sentimos que somos ese proyecto necesario para el transcurrir de la vida, nos veremos como un proyecto universal.

 

Cada ser vivo es una pieza del puzle, necesaria para el transcurrir del vivir. No hay algo que sobre; más bien la abundancia nos rodea.

Pero cuando el ser se cierra sobre su consciencia y somete su alma a los logros cotidianos de poder, saber, tener, alcanzar, dominar… apresa su alma en un lugar estrecho. Y así se encarcela y deja de ver la luz… y se somete a la oscuridad del dominio, del poder, del éxito y del fracaso.

 

En la con-versión se exaltan los ideales, se deja el lastre de las razones. El ser se dispone a ser y a cumplir con la necesidad de “por qué ha llegado”.

Cada ser llega para cumplir. Y viene dotado de recursos.

Pero habitualmente se enreda en sus “valores”… y guerrea con el entorno, sin darse cuenta de que tiene un lugar específico que le corresponde, en donde puede desarrollar lo que es.

Así la conversión nos da la versión auténtica de nuestra naturaleza.

 

En las cárceles del alma, sólo se reclaman necesidades. En cambio, en la conversión sin rejas, sólo se busca realizar y calmar otras necesidades.

El ser converso se pone al servicio de las demandas. Y debe discernir cuáles son las auténticas demandas que le corresponden… y no dejarse llevar por las demandas de adulación egoísta, que sólo buscan apropiarse de nuestras facultades.

 

Y en nuestro servicio converso, nunca anularemos las capacidades del necesitado; al revés: trataremos de que vea cuál es su servicio, cuáles son sus deberes.

 

En la conversión, nos descubrimos como intermediarios de la voluntad del Misterio Creador, de las instancias divinas.

Eso nos proporciona la visión de Universo.

Y así, cada acción estará intencionada bajo la guía de la Providencia.

Providencia: esa fuerza del Misterio Creador que nos provee; que nos da las casualidades, las suertes, las oportunidades… Ese “toque” que nos sitúa más allá de nuestras posibilidades. Ese “toque” que nos muestra que somos llevados.

 

Y en ese convertirse… también es posible escuchar el piar de los pájaros e interpretar su lenguaje. Darnos la oportunidad de poetizar nuestra consciencia: que seamos poemas vivos que… conmueven el alma. Y la conmueven en el disfrute, en el gozo, en la claridad.

 

Sí, los arreglos llegan tarde. La conversión nos reclama.

 

Es así que la Llamada Orante nos advierte, nos corteja, nos previene…; nos sugiere para que asumamos la verdadera versión de nuestra presencia.

Que nos apartemos del error de la ganancia, que alejemos el error de la posesión, que apartemos el error del poder, que alejemos el error de la violencia, que apartemos el error del “querer” –una posesión camuflada-, y asumamos el misterio del Amar –una posición inesperada que se referencia con el Misterio Creador-.

 

 

La actitud conversa que nos sugiere la Llamada Orante… es la urgencia de salir de la cárcel del alma. Es esa versión que uno mismo tiene, de sus desesperos, de sus desobediencias vitales…; de su “sentirse fuera” del espacio en el que el ánima reclama.

 

El ser de humanidad ha querido hacerse cargo de la vida, pero ha demostrado que no es capaz, porque no es suya, no le corresponde.

Y al hacerse “cargo de la vida”, la controla, la manipula, la castiga, la pelea… Lo que se vive hoy en día cotidianamente.

Una pena.

 

¡La vida aspira a la concordia, a la sintonía, al esplendor, a la excepción, a lo extraordinario, a lo singular! ¡No admite lo vulgar, lo obligado, lo acostumbrado!

¡La vida es una permanente y continua innovación! ¡Y como seres vivos, tenemos que dar testimonio de ello… y no quedarnos anclados en las obligaciones culturales, sociales, familiares… etcéteras!

 

Somos liberados seres del Misterio Creador. ¡Y bajo esa convicción, podemos convertirnos!

Y hoy en día, la vida reclama esa conversión, ese idilio permanente del ser, con la Creación.

Eso que nos hace posible ser ¡creativos!, ¡innovadores!, ¡generadores de esperanza!

 

Demasiado tarde para los arreglos. “Ahora”, la Conversión.

 

 

 

 

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