Cada “nacido” es una
gloria
29
de diciembre de 2025
La Llamada Orante continúa sin pausa
y con inflexiones, repuntes, apuntes… y siempre diferente; con incidencias
llamativas, más para unos que para otros, pero nunca indiferentes.
Y esto es lo que nos da, cuando nos
llaman a orar, la opción de indagar sobre nuestro ser, nuestro estar, nuestro
divagar, nuestro realizar, nuestro compromiso.
Y según las coordenadas –ficticias,
pero referenciales por convenio de autoridades- entramos en una época de nacer.
Da igual que fuera antes, después…
Lo probable, muy probable, es que fue. Y como nuestro estar es un transcurrir,
no nos importa la “maniobra” de poner tal o cual fecha.
Y sentimos que nos reclama la
Llamada Orante que, al nacer, todo
realmente está por hacer. Algo que se viene repitiendo
orantemente, meditativamente, contemplativamente, desde las inspiradas
revelaciones de esos momentos.
Pues bien, ahora el momento es como
más puntual: vemos a la criatura y está todo por hacer.
No recordamos nuestro aterrizaje.
Nos cuentan que si fue así, si fue asao, si comíamos mucho o poco, si éramos
graciosos o insoportables… Pero sí se nos iban viendo ciertas tendencias que,
para la cultura que nos correspondía, podrían ser favorables, desfavorables,
aceptables, desaceptables…
Ahora, la Llamada
Orante nos llama a nacer desde el punto de la adultez.
Parecería una… –por decirlo así- una
torpeza mental pensar en nacer. Pero, en este transcurrir, sabemos y podemos
convertir –gracias a la ciencia-… convertir una célula adulta, muy adulta,
podemos –en determinadas condiciones, sometidas a determinadas circunstancias-
convertirla en una célula nacida, nueva.
¡Ah!
Más de uno podría pensar: “¿Y si nos cogen enteros y nos meten
en la máquina y a ver qué sale?”.
Pero bien nos sirve esta referencia
biológica, de saber que de adulto puedo pasar a ser un recién nacido. Incluso
–incluso- con algunos cambios; no necesariamente igual.
Un nacer mejorado.
Pero, en
cualquier caso, un nacer.
Fíjense que se dice “nacer”, no
“renacer”. Pareciera que es semejante, similar o parecido. Parecido sí, pero no
es igual. En el renacido están los dos: el antiguo y el nuevo. En el nacer solo
hay uno: otro.
Y al nacer, bajo la Llamada Orante,
nos… nos situamos en nuestra consciencia de recursos, en nuestra valoración de calidades, en
nuestras posibilidades, en nuestras recursivas opciones generales.
Es como si nos dijeran: “¿Qué quieres ser? ¿Quién quieres
ser?”; y en base a lo que sabes de ti, a lo que conoces…; a las
carencias que reconoces, a las virtudes que sabes…
Es típico –¿verdad?- de los niños,
que, en base a lo que ven, les cuentan, escuchan… quieren ser bomberos,
aviadores, ebanistas, electricistas, médicos, abogados… depende. Hasta que en
un momento determinado hay un “clic”, y descubren su vocación.
Esto, contado
así, de una manera general; obviamente hay muchas variables.
Pues estamos en esa dimensión en la
que se nos brinda la posibilidad de nacer de nuevo. Con la gran ventaja de que
conocemos parte de nuestro patrimonio y parte de nuestros deseos.
Y, obviamente,
parte de imprevistos que desconocemos.
Es momento de reflexionar, de
pensar, de… Pareciera una oferta de fin de temporada. Pero es algo más. Sí, es
algo más porque está bajo la frecuencia de la Llamada Orante. Está bajo la
tutela del Misterio Creador. Y, en consecuencia, las visiones que podamos tener
sobre nuestro nacer… van a gravitar y a hacerse posibles.
Se dice que es más fácil mover una
montaña que cambiar el carácter de una persona. Y ahora, hoy, se dice –ahora- que es más
fácil cambiar el ser de una persona que mover una montaña.
Entramos en esa caverna de milagros;
en esa caverna de sorpresas; en esa vocación de… revertir.
Es tanta la necesidad, que cualquier
nacimiento es una potencial… y posible y probable ayuda; posible y probable
auxilio; posible y probable necesidad.
Y así, el nacido es un permanente
auxilio. Es decir que tiene la capacidad y la solvencia de auxiliar. Y se le
demandará, de una forma clara, en detalles, en proyectos, en ideas…
Y al nacer –al nacer-, el hecho en
sí supone una alegría, una novedad, una innovación, una esperanza. Y, en
consecuencia, el adulto que ha vuelto a nacer debe constituirse en alegría, en
esperanza, en ilusión…
Porque trae la espontánea expresión.
Porque busca el consuelo y el alivio en la comunión, en el intercambio, en la
convivencia.
Y es así que cada nacido es una gloria.
***
Each one “born” is a glory
2025-12-29
The Prayerful Call continues without
pause, with inflections, surges, annotations… always different; with striking
incidences, more for some than for others, but never indifferent.
And this is what gives us, when we are
called to pray, the possibility of inquiring into our being, our presence, our
wandering, our actions, our commitment.
And according to the coordinates
–fictitious, yet referential by agreement of authorities- we enter a time of birth.
It does not matter whether it was
before or after… What is likely, very likely, is that it was. And since our
being is a passing by, we are not concerned with the “maneuver” of assigning
this or that date.
And we feel that the Prayerful Call
summons us that, at birth, everything is truly yet to
be done. Something that has been repeated prayerfully, meditatively,
contemplatively, since the inspired revelations of those moments.
Well then, now the moment feels more
precise: we look at the infant and everything is yet to be done.
We do not remember our landing. We are
told that it was this way or that, if we ate a lot or a little; that we were
charming or unbearable… But certain tendencies were already visible, that, for
the culture we belonged to, might be considered favorable, unfavorable,
acceptable, unacceptable…
Now, the Prayerful
Call calls us to be born from the standpoint of adulthood.
It might seem… –so to speak- a mental
clumsiness to think of being born. But within this passing by, we know and can
transform –thanks to science-… transform an adult cell, a very adult one, and
–under certain conditions, subjected to certain circumstances- turn it into a
newly born cell, new.
Ah!
More than one might think: “What
if they took us whole and put us into the machine to see what comes out?”.
But this biological reference serves us
well, of knowing that from adulthood I can become a newborn. Even –even- with
certain changes; not necessarily identical.
An improved birth.
But in any case, a
birth.
Notice that we say “born,” not
“reborn”. It may seem similar, akin, or comparable. Comparable, yes, but not
the same. In the reborn one lie both: the old and the new. In born one, there
is only one: another.
And in being born, under the Prayerful
Call, we… we situate ourselves in an awareness of resources, in our
appreciation of qualities, in our
possibilities, in our general recursive options.
It is as if they told us: “What
do you want to be? Who do you want to be?”; and based on what you
know about yourself, on what you recognize…; on the shortcomings you
acknowledge, on the virtues you are aware of…
It is typical –right?- of children,
that based on what they see, what they are told, what they hear… they want to
be firefighters, pilots, carpenters, electricians, doctors, lawyers… it
depends. Until, at a certain moment, there is a “click”, and they discover
their vocation.
This is said in
general terms; obviously, there are many variables.
Well, we are in that dimension in which
we are offered the possibility of being born anew. With the great
advantage that we already know part of our inheritance and part of our desires.
And, obviously,
part of the unforeseen that we do not know.
It is time to reflect, to think, to… It
might seem like an end-of-season offer. But it is more than that. Yes, it is
more, because it unfolds under the frequency of the Prayerful Call. It is under
the guardianship of the Creative Mystery. And, consequently, the visions we may
have of our birth… will gravitate toward becoming possible.
It is said that it is easier to move a
mountain than to change a person’s character. And now, today, it is said –now-
that it is easier to change the being of a person than to move a mountain.
We enter that cave
of miracles; that cave of surprises; that vocation of… reversal.
The need is so great that any birth is
a potential… and possible and probable help; possible and probable aid;
possible and probable necessity.
And thus, the one who is born becomes a
permanent aid. That is to say, they possess the capacity and the solvency to
assist. And they will be called upon, clearly, in details, in projects, in
ideas…
And in being born –in being born- the
very fact itself implies joy, novelty, innovation, hope. And, consequently, the
adult who has been born again must become joy, hope, enthusiasm…
Because they bring spontaneous
expression. Because they seek comfort and relief in communion, in exchange, in
coexistence.
And thus, it is that each one born is a
glory.
***
