En la sintonía con el Misterio Creador, la fe es el agua que calma la sed
11 de agosto de 2025
Y la comunidad humana atraviesa un trazado actual de inseguridades, de amenazas, de miedos, de tragedias, de dramas… que se hacen progresivamente inclusivos en los individuos, y que ya no sólo corresponden a un área de propaganda, sino que la amenaza se extiende y hace que cada ser incorpore esa temerosa forma de vivir.
Sí. Se puede decir que ha habido otros tiempos semejantes, parecidos… Cada uno ha sido diferente; éste, con la característica de las comunicaciones, con la característica de las deformaciones, de las apariencias, y de los dominios que no se han visto en otro tiempo, que inciden –esos dominios- no solamente sobre un territorio o un espacio, sino que inciden sobre personas, sobre individuos.
Estas situaciones desmantelan las expectativas de mejora, logros, esperanzas, cambios, evoluciones…
Y nos muestra, la Llamada Orante, cómo, si estamos en la onda del vivir actual, del estilo, entramos en un genocidio mundial; pero a partir de uno y otro y otro y otro… más allá de eutanasias u otros mecanismos suicidas.
Las ganas de vivir se diluyen. El ser se encuentra en una encrucijada sin salidas, y le hacen ver, en el mundo de las apariencias, que es así.
Se convierte así, la vida cotidiana, en un estar inestable, prejuicioso y de engaño, que además ha de mantener la apariencia que mejor resulte en el lugar y en el dominio que sobre él se ejerza.
Todo ello es producto de la hegemonía hedonista e idolátrica que ha desarrollado a partir de la inteligencia, y de las explicaciones y las comprobaciones –sic- que se hacen de cualquier acontecer. Se aplican módulos de razones y lógicas, y todo está… resuelto, todo está escrito, dando la sensación de que todo es sabido, y que portentos de humanos ya han transmitido, a los menos agraciados, también la idea de que son un imperio, de que son sobradamente capaces de generar, producir, promover y establecer la vida.
Pronto, el vivir se hace –bajo ese prisma- insoportable.
El abrumado número de seres que entran en conflicto, en una salud mental deteriorada; el incremento incesante de suicidios en tempranas edades… y la presión interactiva de los bullying, apenas si deja resquicio para la evasión de la droga y la destrucción.
Y ya, el estar en otra frecuencia, en la frecuencia de la vida como Misterio, de la sintonía como una referencia hacia el Misterio Creador, se hace como… no ya rara, sino patológica.
Nos sorprendían en un programa que transmitía la “Diamond League” –es una competición de atletismo- en Stockholm, y casualmente veíamos una carrera de mujeres.
Iban dando el nombre de cada corredora, y de qué país era… Y al llegar a una de ellas, el locutor depara en decir: “Bueno, y esta mujer es una mujer profundamente creyente y practicante. Es muy devota”. Y siguió describiendo a las demás mujeres.
Era sorprendente que el locutor recayera… o recalara –mejor dicho- en una cualidad tan personal, tan individual, tan interior, tan íntima. Y la resaltara… ni bien ni mal, sino como algo raro. Y era una joven de 20 años, 19, o algo así.
En realidad, como dicen ya los pensadores –de esos que salen: los expertos-: “Hoy, con lo que sabemos, es un error y es una… –la palabra a lo mejor no es ésa, pero sí- una indecencia seguir o estar ligado a lo divino, a lo superior…”.
¡Claro! Lo dice un experto, lo dice un científico, lo dice un filósofo, lo dicen seres de alcurnia, de influencia, no digamos tanto como “universal”, pero sí muy expansiva.
¿Qué puede hacer ante ello el mínimo creyente?
A su lado, claro, está el fanático creyente –¡fanático-fanático!-, que no quiere ver ni escuchar ni saber nada que no sea algo sobre su fanatismo. Son destellos que no representan precisamente una creencia; representan un escape, una rabieta.
Y aislados, aislados en cuanto a ligados al Misterio Creador, pues… se presentan pequeñas islas, pequeños reductos…; que en el estar cotidiano no es fácil el mostrarse, puesto que ya se entra en el mundo de “la rareza”.
La Llamada Orante nos recuerda, a los orantes, que cualquier realización que se presente en la trayectoria del vivir, está contemplada por el Misterio Creador.
Misteriosamente, nos asalta a veces la razón –esa razón tan pobre-, y nos hace la pregunta de: “¿Cómo es posible que la Creación permita que ocurra esto o aquello…?”.
Es poner en la misma dimensión al Misterio Creador y a la conciencia humana.
Bueno es recordar, no obstante –aunque no es el auxilio necesario-, que, cuando la humanidad se acerca a un precipicio, despierta a otras realidades. O despiertan algunos a otras realidades. Y necesitan pasar por ese precipicio… y darse cuenta de su egocentrismo y, en consecuencia, entrar en otras dimensiones en las que el “yo”, el “ego” se diluye. Deja de ser protagonista para ser anónimo, y deja de ser juez y exigente Prometeo, para pasar a ser una instancia de servicio, una instancia de comunión, una instancia de sorpresa, una instancia de búsqueda. Sin ánimo de logro, pero sí con el anhelo esperanzador de estar en un convivir solidario, liviano, comprometido y alegre…
Vibrando en otras dimensiones que no precisan reconocer los méritos, que no precisan la orla y el aplauso; y que, cuando éste se produjera, es un motivo de fiesta y un motivo de juego, nada más.
Si Nuestro Auxilio es el Nombre de… lo Innombrable, la evaluación, la valoración de “sin salidas”, “tragedias” y “dramas”, debe cambiarse.
Y debe hacer que el ser se preserve en su estar, en su creencia, en su vinculación, a sabiendas de que, providencialmente, va a incidir sobre cada uno de nosotros.
El sentir, los sentires y emociones ante cualquier situación, deben vivirse con trascendencia. Es decir, ir más allá de lo que en concreto se muestra.
Por una parte, descubrir la urdimbre que pueda haber en lo que sucede y, por otra parte, sentir que tenía un sentido que ocurriera.
Asumir –en definitiva- al Misterio Creador, como la referencia que nos promueve hacia experiencias y vivencias que nos pueden parecer a veces insalvables o terribles o muy preocupantes.
Y es ahí cuando ha de incidir nuestra creencia, nuestra convicción de que somos permanentemente mantenidos, entretenidos, ayudados y milagrosamente conformados, para darnos cuenta de que la vida es un acontecer prodigioso. Y que no pesa todas las muestras de desatino permanente. Y que no solamente está por encima, no. Está en otro plano. No solamente está “a pesar de…”. ¡No! Eso es llevar la carga. No. Se está en otra perspectiva, en la que nos damos cuenta de nuestra ubicación universal; en la que percibimos que somos universos que transitan, que peregrinan, llevados por un misterio.
Y que eso nos da el entusiasmo, nos da la ilusión, nos permite la fantasía…
Y nos muestra una historia muy diferente. Ignorante, sí. Pero es que el saber –lo que se dice “el saber”- dentro de la Creación no existe. Eso es parte del cultivo hedonista humano, que sabe esto, sabe aquello, investiga esto, investiga lo otro, descubre aquello, aprende esto…
El saber, sin duda, ¡deslumbra y asombra! Bien está, “nos dejan saber esto o aquello”, en un paradigma ya encuadrado. Si se saca de ahí ya no tiene valor.
Y en esa sintonía con el Misterio Creador, la fe es el agua que calma la sed.
La esperanza es el alimento que nutre nuestra forma.
Y el servicio es la expresión de nuestra alma.
Y así nos nutrimos, nos alimentamos, nos bebemos el líquido prodigioso, de fe, y nos hacemos útiles en el testimonio.
Y somos ejemplo de estar en lo necesitado, aportando esos dones que la vida nos ha dado.
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In harmony with the Creative Mystery, faith is the water that quenches thirst
2025-08-11
And the human community is going through a current trajectory of insecurities, of threats, of fears, of tragedies, of dramas... that are becoming progressively inclusive in individuals, and that no longer only correspond to an area of propaganda, but that the threat spreads and makes each being incorporate this fearful way of living.
Yes, it can be said that there have been other similar, alike times... Each one has been different; this one, with the characteristic of communications, with the characteristic of deformations, of appearances, and of domains that have not been seen in other times, that affect –these domains- not only a territory or a space, but that affect people, individuals.
These situations dismantle expectations of improvement, achievements, hopes, changes, evolutions…
And the Prayerful Call shows to us, how, if we are in the current wave of living, of style, we are entering into a world genocide; but from one and another and another... beyond euthanasia or other suicidal mechanisms.
The will to live is diluted. The being finds itself at a crossroads with no way out, and is made to see, in the world of appearances, that this is the way it is.
Everyday life thus becomes an unstable, prejudiced and deceitful being, which also has to maintain the appearance that best suits the place and the dominion that is exercised over it.
All this is a product of the hedonistic and idolatrous hegemony that has developed from intelligence, and from the explanations and verifications –sic- that are made of any event. Modules of reasons and logics are applied, and everything is... solved, everything is written, giving the sensation that everything is known, and that human genius have already transmitted, to the less fortunate, also the idea that they are an empire, that they are more than capable of generating, producing, promoting and establishing life.
Soon, living becomes –under this point of view- unbearable.
The overwhelming number of beings in conflict, in deteriorated mental health; the incessant increase of suicides in early ages... and the interactive pressure of bullying, hardly leaves room for the evasion of drugs and destruction.
And already, being on another frequency, on the frequency of life as Mystery, of tuning as a reference to the Creator Mystery, becomes... not just strange anymore, but pathological.
We were surprised in a programme that was broadcasting the “Diamond League” –it's an athletics competition- in Stockholm, and we happened to see a women's race.
They were giving the name of each runner, and what country she was from... And when they got to one of them, the announcer stopped to say: "Well, and this woman is a deeply religious and practising woman. She's very devout”. And he went on to describe the other women.
It was astonishing that the announcer should fall back... or emphasise –better said- on such a personal, individual, inner, intimate quality. And he highlighted it... neither good nor bad, but as something rare. And she was a young woman of 20, 19, something like that.
In fact, as the thinkers –those who emerge: experts- say: "Today, with what we know, it's a mistake and it's an... –maybe that's not the word, but yes- it is an indecency to follow or to be linked to the divine, to the superior...".
Of course! This is what an expert says, what a scientist says, what a philosopher says, what beings of high standing say, of influence, not so much "universal" as "universal", but very expansive.
What can the least believer do in the face of this?
Next to him, of course, is the fanatic believer –fanatic-fanatic!- who does not want to see or hear or know anything other than something about his fanaticism. They are flashes that do not represent a belief; they represent an escape, a tantrum.
And isolated, isolated in terms of being linked to the Creator Mystery, well... small islands, small redoubts... appear; it is not easy to themselves in everyday life, since one already enters the world of "strangeness".
The Prayerful Call reminds us, those who pray, that any realisation that arises in the path of living, is contemplated by the Creator Mystery.
Mysteriously, reason sometimes assails us –that very poor reason- and asks us the question: "How is it possible that Creation allows this or that to happen?”.
It is to place the Creator Mystery and human consciousness on the same dimension.
It is good to remember, however –although it is not the necessary help- that when humanity approaches a precipice, it awakens to other realities. Or some awaken to other realities. And they need to cross over that precipice... and realise their egocentrism and, consequently, enter other dimensions in which the "I", the "ego" is dissolved. It ceases to be the protagonist and becomes anonymous, and ceases to be a judge and demanding Prometheus, to become an instance of service, an instance of communion, an instance of surprise, an instance of searching. Without aiming for achievement, but with the hopeful longing of a supportive, light, committed and joyful coexistence...
Vibrating in other dimensions that don’t require recognition of merit, that do not need a medal and applause; and when it comes, it is reason for celebration and a reason to play, nothing more.
If Our Help is the Name of... the Unnameable, the evaluation, the assessment of "dead ends", "tragedies" and "dramas", must be changed.
And it must make the being preserve its way to be, in its belief, in its connection, knowing that, providentially, it is going to affect each one of us.
Feelings and emotions in any situation must be experienced with transcendence. That is to say, to go beyond what is concretely shown.
On the one hand, to discover the underlying thread that may exist in what is happening and, on the other hand, to feel that it made sense for it to happen.
To assume –in short- the Creator Mystery, as the reference that promotes us towards experiences that can sometimes seem insurmountable or terrible or deeply troubling.
And it is here that our belief, our conviction that we are permanently maintained, entertained, helped and miraculously shaped, has to come into play in order to realise that life is a prodigious happening. And that it does not weigh all the signs of permanent inanity. And that it is not just above it, no. It is on another plane. It is not only "in spite of..." No! That's carrying the burden. No. It is in another perspective, in which we realise our universal location; in which we perceive that we are universes in transit, on pilgrimage, carried by a mystery.
And that this gives us enthusiasm, it gives us hope, it allows us fantasy…
And it shows us a very different story. Ignorant, yes, but knowledge –what we call "knowledge"- does not exist in Creation. That is part of the human hedonistic culture, which knows this, knows that, investigates this, investigates that, discovers that, learns this...
Knowledge, no doubt, dazzles and amazes! And it is fine, "we are allowed to know this or that", in a paradigm that is already framed. If it is taken out of it, it has no longer any value.
And in this harmony with the Creative Mystery, faith is the water that quenches thirst.
Hope is the food that nourishes our form.
And service is the expression of our soul.
And so, we are nourished, we are fed, we drink the prodigious liquid of faith, and we make ourselves useful in witnessing.
And we are an example of being in need; contributing those gifts that life has given us.
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