Libertarios Orantes
5 de mayo de 2025
Se nos anuncian tiempos difíciles; y al decir de analistas, muy difíciles.
Quizás… –probablemente, seguramente- en otros tiempos también había expertos que anunciaban –¡cuántas veces se ha anunciado!- “el fin del mundo”. Aunque ahora nos dicen que está más cerca.
Qué atrevimiento: “El fin del mundo”. ¿A qué mundo se refieren…?
¿A este insignificante punto en el Universo?
¿A qué mundo se refieren? ¿Al de la especie humanidad?
Se llega a un punto en el que el conocimiento se hace tan encapsulado, tan hedonista que, sin decirlo, casi se atreve a pensar que el ser humano se inventó a sí mismo, y se instaló… ¡bueno!, aquí. Podía haber sido en otra parte. Y manejó y maneja bienes, recursos, medios… según parámetros también capsulados, ajenos totalmente a la posición, el lugar, el espacio-tiempo en el que nos encontramos: en este diminuto planeta, de un sistema diminuto también, de una galaxia mediana perteneciente a una familia galáctica casi infinita.
Se ha gestado una consciencia que vive de espaldas a… el Milagro de la Vida. Y dícese “milagro” porque se desconoce cómo, por qué, y aquí, surgió la vida.
Desde la óptica de la Llamada Orante, fue una decisión de lo Innombrable, el expresarse bajo la forma de vida.
Probablemente, si se tuviera despierta la consciencia universal, la consciencia cósmica, seríamos menos petulantes, más escuchadores de Lo Misterioso…; que es nuestra procedencia, nuestro mantenimiento, nuestro entretenimiento, nuestra continuidad.
Y es así que podría decirse que el Sentido Orante se convierte en el mejor recurso para no caer en la cápsula del poderío, la vanidad y la gloria.
“No soy de mí. Estoy aquí. Me han puesto.
Y transcurro con mis recursos y dones con los que generosamente me han adornado.
Y con ello descubro el vivir… y me asombra la materia viviente.
Y me asombro de mi propia estructural naturaleza”.
Sí. Transcurren tiempos mejores y peores, depende para quién.
Y depende de en qué momento.
Pero bajo el auxilio del Misterio Creador y de nuestra consciencia de universo, esas fluctuaciones debidas a “el manejo”… el manejo vital que hace lo humano, deberíamos considerarlo totalmente circunstancial, transitorio.
Y ya, aunque en corto tiempo, con la experiencia de las amenazas: que ahora pueden ser el clima, luego puede ser la guerra, luego pueden ser las armas nucleares, otro día las pandemias…
Curiosamente, la Organización Mundial de la Salud ha aprobado un texto –que tendrá que ser ratificado por la Asamblea y por cada país- para proveernos de un sistema de prevención de pandemias.
¡Quién lo iba a decir!
¿En qué sentido?
En el sentido de que, en otro tiempo, no había ese plan. Y se sucedían el cólera y las diferentes infecciones –gripes y demás “ritmologías”- a causa de una falta de previsión y de saber la sencillez de… el agua. Y así, ésta, como fuente de vida, se convertía en fuente de terror.
Y se puede decir: “eran otros tiempos”. Pero cada pandemia asolaba poblaciones. Y ahora que el saber y el conocer tiene sus anclajes, volvemos a los mismos temores, pero con tecnologías y aparatología.
Y dicen que para evitar los sucesos y el mal manejo de la pandemia anterior: Covid.
Pareciera que estuviéramos en la Edad Media, donde se libraban de muchos de estos aconteceres, los frailes, que hervían el agua para hacer sus cervezas y sus diferentes licores, con lo cual estaban exentos de contaminarse.
Ahora es más complejo, pero es igualmente delirante. Sí. Y quizá más, porque la comunicación, la información…
Dícese que casi la mitad de la población española ha decidido hacerse el kit de la supervivencia por si hubiera un ataque nuclear. Un kit de supervivencia que permitiría 72 horas de... no sabemos de qué, pero se supone que 72 horas de vida más.
La amenaza y el miedo someten a las comunidades. Las hacen sumisas y obedientes.
No permiten creatividades, no asumen posibilidades, sino que aguardan los mandatos del miedo y las formas de obedientemente protegerse, como ya ocurrió con las vacunas.
Ahora es el kit de supervivencia. Y ahora es el pacto de inversión económica para prevenir posibles nuevas pandemias, que ya están anunciadas como “inevitables”.
Todo ello contribuye a crear una pandemia mental. Sí. Esa obstrucción de… desde el raciocinio hasta la imaginación.
Y con ese miedo y ese terror, se bloquea cualquier propuesta o nueva iniciativa.
Las guerras, que parecían aminorar su intensidad, de nuevo se reactivan.
Y a todo esto se añade –por si éramos pocos- el comercio, el pago, los impuestos, los ya superfamosos “aranceles”. Fíjense en qué corto periodo de tiempo, una palabra ha constituido un terror, sin que aún se haya manifestado, sin que haya ocurrido; tan sólo el mencionarla, el tantearla, el proponerla, el sugerirla, ya… ya “tiembla”.
¿Pero quiénes tiemblan?
Podría decirse que “los de siempre”: los que logran a duras penas alcanzar una subsistencia… más o menos; los que, a su vez, producen y producen para –teóricamente- poderse mantener, pero en realidad es para mantener a otros, que son los que manejarán los recursos.
Ahora, las necesidades son las de horadar la tierra para nuevos minerales, nuevos potenciales que justifiquen… –tiene gracia- que justifiquen una ecología saludable. Y sólo el hecho de ver cómo se extraen todos esos recursos, ya indica un duro daño a nuestro suelo y subsuelo.
Se sabe de los errores y horrores contaminantes, pero… como en alguna medida son soportables, se sigue horadando en ellos para configurar poderes que organicen la pandemia mental.
Y a toda esa fiesta de augurios, se añade la información. Esa que algo tiene que ver con lo que ocurre, pero no del todo. Que se transforma, que se oculta, que se maneja, que se manipula… Un cero más, un cero menos…; una alerta más, una alerta menos…; diez muertos más, diez muertos menos… ¡bueno!
La información llega a ser tan tóxica que se hace dependiente. Sí: crea dependencia, esa información. Crea adicción.
Ahí tenemos todos esos relatos de YouTube, Instagram, TikTok y un largo etcétera.
Adicción informativa que hace que surjan “expertos” que tratan de desvelar los errores de transmisión, muchas veces creando otros nuevos.
Y quizás, sin completarlo todo, la fisio-psico-geopolítica… –queda bien, ¿no?- democrática y progresista, nos vende… –uno de los pocos reductos en los que se podría refugiar- nos vende “libertad por seguridad”. Y las encuestas indican que sí, que la población está de acuerdo.
Si ya las libertades estaban condicionadas, y estábamos en libertad condicional, ahora ni siquiera eso. Más seguridad, más presupuesto militar, más alertas, más alarmas. Para que vivamos seguros. El enemigo puede ser hoy uno, mañana otro… depende.
Este culminante envite de libertades disueltas hábilmente, y sustituidas por seguridades –véase leyes, normas, servicios secretos, servicios de seguridad, ejército, policía-... lo hay de todos los niveles.
Con ello, creemos que podemos contemplar realmente esa frase o esas palabras que hemos dicho de “una pandemia mental”, en la que el ser se encuentra –y ése es el objetivo de lo poderoso- sin recursos propios. No es que no los tenga, es que están bloqueados. Está adicto a otra tendencia. Busca esa seguridad, que es casi un síntoma de ¡supervivencia!, ¡de sobrevivir!, cuando en este tiempo estaríamos, con los recursos que hay, sobradamente tranquilos, creativos y gozosos.
La Llamada Orante nos reclama que la vida, que la materia viviente, como producto creador, tiene recursos permanentes –por la inspiración Creadora- para regularse, transcurrir, cambiar, evolucionar…
Se había alcanzado un cierto nivel de fluir… con nuestra humanidad, a través de esta tierra, de este planeta, de este lugar. Pero ahora ese fluir está condicionado, condicionado y condicionado.
Y es así que el estatismo, el propietarismo, las acumulaciones y los mandatos de poseer –sea cual sea el nivel- se hacen poderosos, y el ser queda enquistado. Se ha constreñido. A la vez que otros que todo han perdido, reaccionan buscando, reaccionan atreviéndose, reaccionan en desespero… mientras las seguridades frenan, obstaculizan, dificultan esa reacción de búsqueda de aire.
Sí. Visto todo este panorama, estamos en un momento de difícil convivencia. Porque los miedos se hacen diversos según cada ser, y se contraponen, se contradicen, se confunden.
Y si el convivir se hace difícil, ¡complicado!, ¡duro!, el ser se aísla. Y cada vez los seres se aíslan más y más. Y no somos por naturaleza seres aislados. Somos seres comunitarios.
Y gracias a esa comunicación que hace que la comunidad se forme, se han gestado todos los recursos de los que hoy disponemos. Pero ahora todo parece frenado.
Carentes de comunidad-comunicación, los seres se perturban aún más, porque pierden el sentido…
Porque el miedo se hace más inclusivo…
Y es así que el signo de esta pandemia mental se desarrolla como una… –volviendo a términos antiguos- como una locura que cada cual organiza –por supuesto- concienzudamente, racional y lógicamente.
El ser se convierte –de ser poroso y dador y recibidor- en un hermético bloque de hielo que no derrite.
¡Ay! Sí. Es una historia de drama; de terror, por momentos.
Pero todos esos lamentos se hacen descubrimientos cuando el orante los recoge… y se sabe, se sabe “de” El Misterio Creador, de su pertenencia a ello. Y, en consecuencia, su innata liberación.
“Libertarios orantes”. Sí. Esa es la consciencia que nos corresponde y ese es el auxilio que la oración realiza. Libertarios orantes que saben –no por saber, sino por sentir- que todas las amenazas gestadas por la egolatría, la soberbia y la vanidad, son apariencias, y que se hacen veraces y auténticas cuando nos aterramos, cuando nos asustamos, cuando no somos capaces de responder, cuando huimos, cuando nos secuestramos a nosotros mismos.
¡Libertarios orantes! Es hora de… des-quitarse. Sí, “desquitarse” en el sentido de quitarse todas esas historias que nos han ido configurando: carácter, norma, ley, moral, costumbre… –ese largo etcétera de costras-.
Libertarios orantes, es ya la hora.
¿A qué se espera?
***
Praying Libertarians
2025-05-05
We are facing difficult times ahead; and according to analysts, very difficult times.
Perhaps... –probably, surely- in other times there were also experts who announced –how many times it has been announced!- "the end of the world". But now we are told that it is closer.
What a nerve: "The end of the world". What world do they mean...?
To this insignificant dot in the Universe?
Which world are they referring to? The world of the human species?
It reaches a point where knowledge becomes so encapsulated, so hedonistic that, without saying it, it almost dares to think that human being invented himself, and settled in... well, here! It could have been elsewhere. And he managed and manages goods, resources, means... according to parameters that are also capsulated, totally alien to the position, the place, the space-time in which we find ourselves: on this tiny planet, in a tiny system too, in a medium-sized galaxy belonging to an almost infinite galactic family.
A consciousness has developed, that lives with its back turned to... the Miracle of Life. And it is called a "miracle" because we do not know how, why, and here, life arose.
From the point of view of the Praying Call, it was a decision of the Unnameable to express itself in the form of life.
Probably, if the universal consciousness, the cosmic consciousness, were awake, we would be less petulant, more listeners of The Mysterious...; which is our origin, our maintenance, our entertainment, our continuity.
And so, it could be said that the Prayerful Sense becomes the best resource to avoid falling into the capsule of power, vanity and glory.
"I am not from me. I am here. I've been put here.
And I go on with my resources and gifts with I have been generously endowed.
And with it I discover the living... and I am amazed by the living matter.
And I am in awe of my own structural nature”.
Yes, there are better times and worse times, depending on for whom.
And it depends on when.
But under the help of the Creator Mystery and our consciousness of universe, those fluctuations due to "management"... the vital management that the human does, we should consider as utterly circumstantial, transitory.
And already, albeit in a short time, with the experience of threats: now it may be the climate, then it may be war, then it may be nuclear weapons, another day it may be pandemics…
Interestingly, the World Health Organisation has adopted a text –which will have to be ratified by the Assembly and by each country- to provide us with a pandemic prevention system.
Who would have said it!
In what sense?
In the sense that, once upon a time, there was no such plan. And there was cholera and different infections –flus and other "rhythmologies"- because of a lack of foresight and a lack of knowledge of the simplicity of... water. And so, water, as a source of life, became a source of terror.
And you can say: "those were different times". But every pandemic ravaged population. And now that knowledge has its anchors, we return to the same fears, but with technologies and equipment.
And they say to avoid the events and mishandling of the previous pandemic: Covid.
It seems as if we were in the Middle Ages, when many of these events were endured, where the friars, who used to boil water to make their beers and different liquors, which meant that they were exempt from contamination.
Now it is more complex, but it is equally delirious. Yes, and maybe even more so, because communication, information...
It is said that almost half of the Spanish population has decided to get a survival kit in case of a nuclear attack. A survival kit that would allow for 72 hours of... we don't know what, but it is supposed to be 72 hours more of life.
Threat and fear subjugate communities. They make them submissive and obedient.
They do not allow creativities, they do not assume possibilities, but await the mandates of fear and ways to obediently protect themselves, as already happened with vaccines.
Now it is the survival kit. And now it is the economic investment pact to prevent possible new pandemics, which are already announced as "inevitable".
All this contributes to a mental pandemic. Yes. This obstruction of... from reasoning to imagination.
And with this fear and terror, any proposal or new initiative is blocked.
Wars, which seemed to be lessening in intensity, are once again reactivating.
And to all this we must add –in case it was not enough- trade, payment, taxes, the already super-famous "tariffs". Just look at the short period of time in which a word has become a terror, without having yet manifested, without having happened; just the mere mention of it, the groping, the proposal, the suggestion of it, already... already "trembles".
But who is trembling?
One could say they are "the same old people": those who barely manage to eke out subsistence... more or less; those who, in turn, produce and produce to –theoretically- sustain themselves, but in reality, it is to sustain others, who will manage the resources.
Now, the needs are to mine the earth for new minerals, new potentials to justify... –funny enough- to justify a healthy ecology. And just seeing how all these resources are extracted already indicates the serious damage to our soil and subsoil.
The polluting errors and horrors are known, but... as they are to some extent bearable, they continue to be drilled into in order to configure powers that organise the mental pandemic.
And to all this feast of omens, information is added. Information that has something to do with what is happening, but not everything. That is transformed, that is hidden, that is handled, and that is manipulated… One more zero, one less zero...; one more alert, one less alert...; ten more dead, ten less dead... well!
Information becomes so toxic that you become dependent. Yes: it creates dependency, that information. It creates addiction.
There we have all those stories from YouTube, Instagram, TikTok and so on and so forth.
Additional information that leads to the emergence of "experts" who try to uncover transmission errors, often creating new ones.
And perhaps, without completing everything, the physio-psycho-geopolitical... –it sounds good, doesn't it?- democratic and progressive, sells us... –one of the few strongholds in which it could take refuge- sells us "freedom for security". And the polls indicate that yes, the population agrees.
If freedoms were already conditional, and we were already on conditional release, now not even that. More security, more military budget, more alerts, more alarms. For us to live safely. The enemy may be one today, another tomorrow... it depends.
This culmination of freedoms skilfully dissolved, and replaced by securities –see laws, regulations, secret services, security services, army, police... it comes at all levels.
With this, we believe that we can really contemplate that phrase or those words we have spoken of "a mental pandemic", in which the being finds itself –and that is the goal of the powerful- without its own resources. It's not that he doesn't have them, it's that they are blocked. He is addicted to another tendency. It seeks this security, which is almost a symptom of survival, of surviving, when at this time we would be, with the resources we have, more than calm, creative and joyful.
The Prayerful Call claims to us that life, that living matter, as a creative product, has permanent resources –through the Creator inspiration- to regulate itself, to pass, to change, to evolve…
A certain level of flow had been achieved... with our humanity, through this earth, through this planet, through this place. But now that flow is conditioned, conditioned, and conditioned.
And so it is that statism, proprietorship, accumulations and the mandates to possess –whatever the level- become powerful, and the being becomes entrenched. It has become constricted. At the same time, others who have lost everything, react by seeking, react by daring, react in desperation... while the securities slow down, hinder, make that air-seeking reaction more difficult.
Yes, in the light of all this, we are at a time of difficult coexistence. Because fears become different according to each being, and they oppose, contradict and confuse each other.
And if living together becomes difficult, complicated!, hard!, the being becomes isolated. And beings become more and more isolated. And we are not by nature isolated beings. We are communal beings.
And it is thanks to this communication that the community is formed, that all the resources we have today have been created. But now everything seems to have slowed down.
Lacking community-communication, beings become even more disturbed, because they lose their sense of…
Because fear becomes more inclusive…
And so, the sign of this mental pandemic develops as a... –returning to old terms- as a madness that everyone organises –of course- conscientiously, rationally and logically.
The being becomes –from being porous and giving and receiving- a hermetic block of ice that does not melt.
Oh!, yes. It's a story of drama; of terror, at times.
But all these laments become discoveries when the prayer one picks them up... and knows himself, knows "of" The Creator Mystery, that belongs to it. And, consequently, his innate liberation.
"Praying Libertarians". Yes. That is the consciousness that corresponds to us and that is the help that prayer provides. Praying libertarians who know –not by knowing, but by feeling- that all the threats generated by egomania, pride and vanity are appearances, and that they become true and authentic when we are terrified, when we are frightened, when we are unable to respond, when we flee, when we kidnap ourselves.
Praying libertarians! It is time to... un-get even. Yes, "get rid" in the sense of getting rid of all those stories that have been shaping us: character, norm, law, morality, custom... –that long list of crusts-.
Praying libertarians, it is time
What are we waiting for?
***
