Cada día una creación. Cada día una perspectiva
24 de febrero de 2025
Aparentemente, en nuestra vigilia-despertar, tenemos la idea, la propensión a pensar qué es lo que vamos a hacer, qué es lo que va a ocurrir, cómo nos vamos a sentir…
Podría decirse que se ha ido estructurando el pensar, el sentir y el hacer, como una tarjeta marcada. Y, en la medida en que esto ocurre, nos sentimos correctos, bien, gratificados…
Probablemente, es justo lo que podría pensar un cautivo que ha nacido en un laboratorio, como un roedor que… su despertar ya está previsto en la rueda de juegos, en el alimento, en el agua, en colores, en olores…
Si le preguntáramos, nos diría que… “bien”. No tiene consciencia, no tiene elementos, en su pensar, de dónde está: en una jaula. Piensa que el mundo es así; que la vida es así.
La Llamada Orante nos notifica que puede ocurrir –bueno, ocurre- algo parecido. Y no se amanece con la curiosidad, expectativa, búsqueda, resolución, testimonio…
Resulta que acabamos de nacer, y guardamos una… vamos a llamarlo “memoria” –o así se la llama- de ayer, de antes de ayer y de otros días, y que tratamos de plasmar en el nuevo día. Con lo cual, dejamos de conocer cómo sería el nuevo día. No le dejamos expresarse; aunque se exprese. Pero nuestra concepción, nuestra inteligencia… está ya marcando cada día, cada futuro, como algo real. Con lo cual –con lo cual-, cualquier imprevisto, sorpresa, diferencia… va a ser difícil de captar.
El programa sólo reconoce una serie de datos; otros, no.
¿Reconoce nuestro programa –por ejemplo- que estamos en un lugar del Universo, de la Creación, en el que todo se mueve, todo se innova cada segundo? ¿Tenemos consciencia de ello? No.
Por ejemplo.
Eso queda para las fotos del telescopio: que “allí, por allí fuera hay…”. Pero lo que cuenta es el aquí.
Es que, justamente, si despertamos, despertamos a un nuevo lugar. ¡Ya no estamos donde estábamos ayer!, en cuanto a planeta –en cuanto a planeta en sí mismo, por sus rotaciones y balanceos-, en cuanto a la galaxia, en cuanto al grupo de galaxias –y seguiríamos amplificando-. ¡Ya no estamos! Estamos en otro sitio.
¿Cuál? ¡Ah!... Igual que no sabíamos cuál era el sitio de ayer, tampoco sabemos cuál es el sitio de hoy. Lo que sí sabemos es que no estamos en el mismo lugar.
El espacio se hace un misterio: hacia dónde se va… cómo se crean espacios…; o estaban ahí, aguardando que llegáramos –aunque no llegamos a ninguna parte-.
Interesante. Algunos filósofos… políticos… –sobre todo- tipifican determinados movimientos y actividades económicas como un nuevo acontecer: “Entramos en una nueva…”.
No, no. Eso no es cierto. Lo que ocurre –lo que ocurre- es que los diseñadores inteligentes, dentro del sistema de esclavismo, tienen argucias y recursos para pintarnos otra diferente realidad. Pero ya la calcularon antes ellos… Y nosotros asistimos como roedores de laboratorio, a ver en todo caso que… nuestro cuidador, hoy vestía de azul o de verde o de blanco.
Sí. Podría decirse que el desarrollo “inteligente” del ser ha conducido a la fabricación de su propia jaula. Y, en consecuencia, su espectro de mundo queda ceñido a un lugar, a un punto. Lo demás…
Sí. Puede mejorar quizás la distribución del serrín del suelo de su jaula, y puede administrar más o menos la ingesta de su comida y… Pero lo demás que le ocurra, ya habrá sido diseñado por quien le “cuida” –“cuida”, entre comillas-.
Puestos así, se podría decir que, si abrieran la jaula, nadie se atrevería a salir. Es un mundo desconocido, ¿a dónde vas a ir? No te has sentido universo nunca. No te has sentido mantenido, entretenido, formado y existente por una Misteriosa Fuerza, que no es… “de las que te cuidan”. Eso sí: eres libre de salir de la jaula, o no –es una broma-.
La Llamada Orante nos conmina a disponernos en la actitud de que, nuestra vigilia, ésta de ahora, de hoy…
Eso que llamamos “ahora” y “hoy”. Que en realidad no es su nombre, puesto que “hoy” y “ahora” no existen; es una nomenclatura que hemos creado para controlar nuestros movimientos y nuestros descubrimientos.
Y es así que, al disponernos en la actitud de “hoy estamos en otro lugar de la Creación”…, ¡es que es impresionante!
“Hoy estoy en otro lugar de la Creación. Me han llevado a otro lugar. Mi capacidad inteligente no es capaz de hacerse una idea de lo que ello significa, porque ya tengo recortado el programa de hoy: a las tal, toca esto; a las cual, toca lo otro; más tarde toca lo…”.
Cierto es que hay ritmos, pero ¿con qué actitud asumo esos ritmos? ¿Con la actitud de que estoy, efectivamente, en otro lugar de la Creación? Que me han llevado. Yo no he hecho nada para eso. Y que puedo decir:
.- Pero yo no soy consciente de ello.
.- Bueno, no te das cuenta, pero lo sabes. Sabes por tu inteligencia que no estás en el mismo lugar.
.- Sí, pero… –podría contestar- ¿de qué me sirve saberlo?
.- ¡Ah!... la sabiduría. Te sirve en la medida en que lo crees. Y si lo crees, lo vas a sentir. Y si lo sientes, tu actitud será de expectativa, de curiosidad, de búsqueda, de sintonía, de aprendizaje.
Es que es muy diferente estar en esa actitud, que estar en la actitud de: “Ya sé lo que va a pasar. Mi programa dice que…” –como un cíborg-.
Y es así que ocurre, salpicadamente, que acontecen situaciones inesperadas de… violencia o de apatía extrema, que se clasifican como enfermedad, como distorsión, como incumplimiento del programa.
¡Pero no!... ¡Nada de eso es! Es que se ha posicionado –porque tenemos esos recursos- en una novedad e innovación ante lo que le toca –según otras inteligencias- vivir. Y eso a veces no se controla… y ocurren situaciones desagradables, incómodas. Pero, seguramente, muchas de ellas –no podremos saberlo- se deben a ese despertar, ciertamente, a un nuevo día, a una nueva posición en la Creación.
Es que es enorme el asumir que estoy en otro lugar en que la Creación ha decidido que esté.
Con lo cual, si estoy en otro lugar, ¡no puede ocurrir lo mismo! Mis actitudes, mis recursos y mis medios tendrán que adaptarse a ese otro lugar. Salvo que tenga un programa que me diga que… sólo tengo un lugar y sólo hay un programa: nacer, crecer, desarrollarse, decrecer y morir. Ese es el programa. Ese es el diseño que se incrusta en cada célula. Que, aunque ellas en su intimismo se sienten inmortales, cuando se las junta, cuando se las educa, cuando la batuta del director les dice: “por aquí, por allá”, a falta de recursos, de convicción, obedecen.
Cientos, cientos y cientos de humanos, ahora mismo –por ejemplo- están haciendo colas y colas y colas y colas porque ha habido una llamada de España para reclamar 30, 40, 100 temporeros.
Sí, vendrán ésos. Pero los cientos y cientos que hicieron cola se quedarán ahí, con el sueño de Europa, con el sueño de… otro tipo de esclavitud. ¡No lo saben!
Ese es el manejo habitual. En esta área se ve muy claro; en otras está más camuflado.
De ahí que nuestra actitud, nuestra disposición, sea cual sea el lugar donde estemos o que ocupemos, si sabe que está en otro lugar de la Creación, se dispondrá, dispondremos a nuestras células para que se adapten, se aprendan, se notifiquen, se descubran y hagan su presentación de credenciales.
Y en esa actitud que nos reclaman: a sabiendas de que la Creación, en su Misterio, nos coloca en momentos, espacios, tiempos, lugares, ambientes, olores, sabores, colores, en los que se nos ofrece la oportunidad de sentirnos cuidados, de sentirnos amados, de sentirnos entusiasmados, de sentirnos en una novedad e innovación permanente.
Y si todo ello se despierta…
Porque está esa capacidad, porque venimos de esa Creación, porque nunca nos hemos separado de ella. Sí, cortaron el cordón umbilical de la madre, pero el otro cordón… no hay quien lo corte; no es de nuestra naturaleza. Pero nos mantiene en nuestra naturaleza para promocionar nuestra creencia.
Y en esa medida, la actitud se dispone a descubrir, a indagar, a dejarse sorprender… y no encerrarse en el criterio personal.
Pero veamos más claramente aún: si estamos hablando de que la Creación nos sitúa en otro lugar del Universo, ¿qué sentido tiene que el ser se aferre a su historia, se aferre a su programa, se aferre a su ciudad, a su...? No es un sedentario, aunque quiera hacerlo.
Debería sentirse avergonzado.
Pero el “programa” de inteligencia –ahora que está tan de moda la inteligencia artificial- no es ni más ni menos que una muestra de que el programa de… de cálculo, de perspectivas, de proyecciones, nos lleva a desconectarnos de la realidad de la Creación y nos lleva a someternos, unos a otros, a programas anquilosados: de lugares, de lenguajes, de acciones, de actitudes…
Activemos eso que se llama y se dice “imposible”: el programa imposible.
Y al activar el programa de imposibles, se despierta “lo siempre posible”.
Y es ahí cuando entramos en la ruta de: “cada día una creación; cada día una perspectiva”. Pero tengo que estar en actitud, en disposición, para que pueda darme cuenta. Si no, rápidamente me llevarán al programa, a la rutina, al protocolo.
Sí. Somos esa leche que está en una jarra y que, al hacerla girar con vértigo, no se sale de su envase, pero si disminuimos su velocidad, se derrama. La pregunta es: “¿Sabe la leche que está conservada en su recipiente por el vértigo en el que se mueve?”.
Sí.
Ahora bien –ahora bien-. Si, aun sabiéndolo, no despierta a ello, sino que se fija en las paredes del recipiente, en su temperatura, en su color… –se “hedoniza”-, pues evidentemente dejará de sentir ese moverse imprescindible para no caerse.
Llevándolo a nuestro estar: si no nos queremos desbordar de tal forma que dejemos de ser la entidad que transporta un mensaje, un legado, debemos estar muy alertas para saber qué es lo que está ocurriendo, aunque no sepamos por qué.
Cuando nos reclamen, el vértigo parará en el preciso instante en el que no nos derramemos, pero sí nos demos, como bebida, a la necesidad.
Que la creencia se haga credo de evidencias, y que la actitud trascienda a los barrotes de la obligación, de la repetición.
El transcurrir se abre en lo imposible, para hacerlo posible.
***
Each day a creation. Each day a perspective
2025-02-24
Apparently, in our vigil-awaking state, we have the idea, the propensity to think about what we are going to do, what is going to happen, how we are going to feel…
It could be said that thinking, feeling and doing have been structured, like a marked card. And, to the extent that this happens, we feel right, good, gratified…
Probably, it is exactly what a captive born in a laboratory might think, like a rodent who… its awakening is already planned in the play wheel, in the food, in the water, in colours, in smells…
If we were to ask it, it would say… “fine”. It has no consciousness, no elements, in its thinking, of where it is: in a cage. It thinks the world is like this; that life is like this.
The Prayerful Call notifies us that something similar can happen –well, it does happen-. And we don't wake up with curiosity, expectation, search, resolution, testimony...
It turns out that we have just been born, and we keep a... let's call it "memory" –or that's what it's called- of yesterday, the day before yesterday and other days, and that we try to capture in the new day. With which, we stop knowing what the new day would be like. We don't let it express itself; even if it expresses itself. But our conception, our intelligence... is already marking each day, each future, as something real. Therefore –therefore-, any unforeseen event, surprise, difference… will be difficult to grasp.
The program only recognizes a series of data; others, not.
Does our program recognize –for example- that we are in a place in the Universe, in Creation, where everything moves, everything is innovated every second? Are we aware of it? No.
For example.
That's for the telescope photos: "over there, out there...". But what counts is here.
It is precisely that, if we wake up, we wake up to a new place. We are no longer where we were yesterday!, as a planet –as a planet itself, due to its rotations and swings-, as a galaxy, as a group of galaxies –and we would continue to amplify-. We are no longer there! We are somewhere else.
Which one? Ah!... Just as we did not know where we were yesterday, we do not know where we are today. What we do know is that we are not in the same place.
Space becomes a mystery: where we are going to… how spaces are created…; or they were there, waiting for us to arrive –although we do not get anywhere-.
Interesting. Some philosophers… politicians… –mostly- classify certain economic movements and activities as a new event: “We are entering a new…”.
No, no. That is not true. What happens –what is happening- is that intelligent designers, within the system of slavery, have tricks and resources to paint a different reality. But they already calculated it before… And we attend like laboratory rodents, to see in any case that… our caretaker, today wore blue or green or white.
Yes. It could be said that the “intelligent” development of the being has led to the manufacture of its own cage. And, consequently, its world spectrum is limited to a place, to a point. The rest…
Yes. It could perhaps improve the distribution of the sawdust on the floor of its cage, and it could more or less manage the intake of its food and… But the rest that happens will have already been designed by the one who “takes care” of them –“takes care” in inverted commas-.
Putting like that, you could say that, if they opened the cage, nobody would dare to leave. It is an unknown world, where are you going to go? You have never felt like a universe. You have not felt maintained, entertained, formed and existent by a Mysterious Force, which is not… “one of those that take care of you”. That is true: you are free to leave the cage, or not –it is a joke-.
The Prayerful Call urges us to dispose ourselves in the attitude that, our vigil, this one of now, of today…
That which we call “now” and “today.” Which in reality is not its name, since “today” and “now” do not exist; it is a nomenclature that we have created to control our movements and our discoveries.
And so, as we dispose ourselves in the attitude of “today we are in another place in Creation”…, it is amazing!
“Today I am in another place in Creation. I have been taken to another place. My intelligent capacity is not capable of getting the idea of, what that means, because I have already cut out today’s program: at such and such, this is on; at such and such, it is time for that; that is on later, that is …”.
It is true that there are rhythms, but with what attitude do I assume those rhythms? With the attitude that I am, indeed, in another place of Creation? That I have been taken. I have not done anything for that. And can I say:
.- But I am not aware of it.
.- Well, you do not realize it, but you know it. You know due to your intelligence that you are not in the same place.
.- Yes, but… –I could answer- what’s the use of my knowing it?
.- Ah!... wisdom. It serves you to the extent that you believe it. And if you believe it, you will feel it. And if you feel it, your attitude will be one of expectation, curiosity, searching, harmony, learning.
It is very different to be in that attitude, than to be in the attitude of: “I already know what is going to happen. My program says that…” –like a cyborg-.
And that’s how it happens, sparsely, that unexpected situations of… violence or extreme apathy occur, which are classified as illness, as distortion, as failure to comply with the program.
But no!... Nothing of the sort! It has positioned itself –because we have those resources- as a novelty and innovation in relation to what it has to live through –according to other intelligences-. And this, sometimes, is not controlled… and unpleasant, uncomfortable situations occur. But, surely, many of them –we will not be able to know- are due to that awakening, certainly, to a new day, to a new position in Creation.
It is just a huge task to assume that I am in another place where Creation has decided that I should be.
Therefore, if I am somewhere else, the same thing cannot happen! My attitudes, my resources and my means will have to adapt to that other place. Unless I have a program that tells me that… I only have one place and there is only one program: to be born, grow, develop, decrease and die. That is the program. That is the design that is embedded in every cell. That, although they feel immortal in their intimacy, when they are brought together, when they are educated, when the conductor's baton tells them: "this way, that way", in the absence of resources, of conviction, they obey.
Hundreds, hundreds and hundreds of humans, right now –for example- are queuing and queuing and queuing and queuing because there has been a call from Spain to claim 30, 40, 100 seasonal workers.
Yes, they will come. But the hundreds and hundreds who queued up will remain there, with the dream of Europe, with the dream of… another kind of slavery. They don't know it!
That is the usual way of handling it. In this area it is very clear; in others it is more camouflaged.
Hence our attitude, our disposition, whatever we are or wherever we occupy, if we know that we are somewhere else in Creation, we will be prepared, we will dispose our cells to adapt, to learn, to notify, to discover and to present their credentials.
And in this attitude that we are called upon: knowing that Creation, in its Mystery, places us in moments, spaces, times, places, environments, smells, flavours, colours, in which we are offered the opportunity to feel cared for, to feel loved, to feel enthusiastic, to feel in a permanent novelty and innovation.
And if all these is awakened…
Because that capacity exists, because we come from that Creation, because we have never been separated from it. Yes, they cut the umbilical cord from the mother, but the other cord… there is no one who can cut it; it is not of our nature. But it keeps us in our nature to promote our belief.
And to that extent, the attitude is ready to discover, to investigate, to let ourselves be surprised… and not shut oneself up in one’s own criteria.
But let us see even more clearly: if we are talking about Creation placing us in another place in the Universe, what is the point of a being clinging to its history, clinging to its programme, to its city, to its…? It is not sedentary, even if it wants to be.
It should feel ashamed.
But the “program” of intelligence –now that artificial intelligence is so fashionable- is nothing more nor less than a demonstration that the program of… of calculation, of perspectives, of projections, leads us to disconnect from the reality of Creation and leads us to subject ourselves, one to another, to stagnant programs: of places, of languages, of actions, of attitudes…
Let us activate that which is called and said “impossible”: the impossible program.
And by activating the impossible program, “the always possible” is awakened.
And that is when we enter the path of: “each day a creation; each day a perspective”. But I have to be in the attitude, in disposition, so that I can realize it. Otherwise, they will be led to the program, to the routine, to the protocol.
Yes. We are that milk that is in a jug which, when we swirl it around with vertigo, does not spill out of its container, but if we slow down its speed, it spills out. The question is: “Does the milk know that it is kept in its container by the vertigo in which it moves?”.
Yes.
Now then –now then-. If, even knowing it, it does not wake up to it, but instead focuses on the walls of the container, on its temperature, on its colour… –it “hedonises” itself- then it will obviously stop feeling that essential movement in order not to fall.
Taking it to our being: if we do not want to overflow in such a way that we stop being the entity that carries a message, a legacy, we must be very alert to know what is happening, even if we do not know why.
When we are called upon, the vertigo will stop at the precise moment in which we do not spill over, but rather give ourselves, as a drink, to necessity.
Let belief become a creed of evidence, and let attitude transcend the bars of obligation, of repetition.
The transition opens up in the impossible, to make it possible.
***
