Emanamos del Misterio Creador. ¿De qué habremos de preocuparnos?
17 de febrero de 2025
Emanamos de lo Eterno y peregrinamos hacia él. ¿De qué habríamos de preocuparnos?
Emanamos del Misterio Infinito y de la apariencia llamada “Universo”, y transcurrimos hacia el Misterio de los Misterios. ¿De qué habremos de preocuparnos?
Emanamos del Misterio Creador, y nos sitúa en un universo o en un cosmos… apropiado, diverso, extraordinario. Y transcurrimos por ello hacia la contemplación del Misterio Creador. ¿De qué habremos de preocuparnos?
Emanamos del Misterio Creador, y en apariencia nacemos, crecemos y nos desarrollamos. Incluso se dice que “alcanzamos”. Nada se alcanza. Todo transita… hacia la infinitud.
Emanamos de un Misterio Creador, y por ello nos sentimos especiales, elegidos, mesiánicos y con potencialidades. Y transcurrimos pensando que, gracias “a”… nuestras acciones, nuestros… –puntos suspensivos-, hacen a la vida mejor o peor o regular.
Le ponemos un punto y final. Y a duras penas la fe aparece como el hilo que nos recoge y nos lleva a espacios contemplativos.
Y aún se dice que deberemos purgar, que seremos salvados o condenados… o que deberemos volver para arreglar lo estropeado.
Y así, tenemos que preocuparnos.
Un poco más, y la siguiente vibración-sensación es que nosotros mismos nos hemos creado. Y como se suele decir: “yo me he hecho a mí mismo”, “me hicieron así”, “me convirtieron en esto, en aquello”… Y fuimos creando causas, efectos, coordenadas y estadísticas que cuadraran. Y cuando no cuadraban, se ponía una constante y los números salían.
Había mucho de qué preocuparse.
Se diría que… ¡cuán lejos hemos llegado en la pérdida de la vocación de vivir!, y cuánto hemos ganado en la preocupación por estar, controlar, dominar, manejar, decidir.
Preocupaciones tras preocupaciones, se van haciendo montañas y socavones. Y a la vez, se van buscando soluciones… que a lo mejor arreglan esto, pero estropean aquello.
Se hace, así, una especie balbuceante de vida –“balbuceante de vida”-, que no recuerda sus… “urdimbres”. Y así se aferra a la piedra, a la recogida, al almacenaje, a la continua precaución, prevención y obsesión por las seguridades.
Y tan preocupado, ¡y tan preocupado se está!, que no cabe nadie más en esa casa de okupas. ¡No cabe nadie! Algún que otro mendigo toca la puerta, y se le echa.
Estamos preocupados.
Y pareciera –en el nivel que se continúa- que, cuanta más preocupación se tenga, más valioso se es, más importante se muestra, más ganador fiel.
¿Tanto…? ¿Tanto cuesta dejarse llevar?
Sí. Cuando el ser se auto-gesta, no admite ninguna guía, no admite ninguna referencia, no tiene prioridades. Su objetivo es él mismo. Las huellas son solamente suyas. Nadie más transita. Y los que lo hacen, deben someterse unos a otros, y así tienen que guerrear, combatir, enfrentarse, remirarse…
Desde la emanación orante se dice:
“Pero ¡qué clase de vida es ésa…? ¡Qué poco contempláis el infinito universo! ¡Qué poco veis las estrellas!, que las llevan y las traen, que las transforman, las modifican; las hacen –en apariencia- desaparecer.
¡Qué poco escucháis los sonidos de la flor, del fruto, del agua, de lo que repta, de lo que vuela, de lo que nada! Tan solo os concentráis en vuestro torpe aliento, que no es que sea torpe, pero que lo hacéis, al poseerlo”.
Se dice desde lo orante, desde el Misterio Creador:
“¡Ay... qué poco sentís!; que a poco que el amor os toca, queréis dominarlo, controlarlo y negociarlo. Y os divorciáis de él, lo tiráis, y luego lo volvéis a coger como un acto de virtud, para volver a repetir… y hacer del amor una esclavitud, y no percibirlo como una virtud: la virtud superior a través del ama-necer; que bien merecería –se diría en lo virtuoso- un altar, una vigilia, un orar permanente. Y no que se ha convertido en un usar y tirar según la preocupación, según la incomodidad, según la comodidad”…
¡Ay!... Las hierbas, los gusanos y los granos de arena se compaginan, se consensuan, se consideran, se respetan, se necesitan. Y la arrogancia –y la arrogancia- sobra.
Y todo ello existe, subsiste y continúa, sin agotarse. Pero cuando el ser de humanidad secuestra la vida, haciéndola preocupación permanente, la forma se duele, el aliento ¡se cansa!, el amar languidece. Y la tristeza y la pena se señorean… justificando razones de vida.
Y sí, sí, aún –como furgón de cola- sí, aún –y por ello se escucha así en lo orante- está el reclamo vivificante de un vivir liberador, ¡confiado!
Un vivir consensuado de solidaria y convivencial estancia, que se sabe llevada y que, por ello, descubre; descubre y aprende, no para su mejora, sino para la vivencia de amplificar su vibración viviente… y desocupar, desocupar así la continua y angustiosa, temerosa y desconfiada cotidianidad.
La vida –vacío existencial- no se ocupa, no se preocupa. Está y transita. Trasciende a cualquier definición. Y en la medida en que el ser incorpora esa posición, nuestra presencia ¡vacía! se nutre –gracias al vacío permanente- de sorpresas, novedades, ocurrencias…
Se hacen poetas, y todo se va mostrando en otro… en otro aire. En ese otro aire de esperanzas realizadas, continuadas, cargadas de confianza… aguardando con alborozo las promesas creadoras que desconocemos, pero que llaman y llegan a nuestras conciencias.
Así –así-, atrás quedan las razones, las explicaciones, las seguridades de las piezas que componen el puzle vital, y se pasa a ser un vacío de Nada en el que no se sabe en dónde se está, en honestidad. Sí podemos precisar lugares, pero… ¿dónde están esos lugares, en la infinitud?
No están.
Y es así que, ¿por qué llenarse de afanes y preocupaciones, si no se conseguirá ninguna resolución? Porque ese sistema está cerrado, calculado, estudiado…; está ocupado. Y así no llega la sorpresa ni la curiosidad; menos aún, la excepcionalidad.
Y así se va saltando de dolencia en dolencia, de preocupada angustia y ansiedad, de tristeza, de melancolía… sin darse cuenta de que ello es debido a que se ha perdido –pero está, pero está- la referencia del Misterio Creador. Se ha perdido la emanación de nuestra existencia, pero está.
Hasta qué punto está que nos mantiene, nos entretiene, nos conserva. Y cada día nos da una nueva oportunidad. Y habitualmente, rápidamente se va a olvidar.
Y al hacer un vivir tan cerrado, tarde o temprano –¿qué es “tarde” y qué es “temprano”?-, el ser se sentirá atrapado, encarcelado, enrejado, con ansias de escapar.
¡Y quizás llegó la muerte –la famosa muerte- como la gran escapada! Ya no habrá que calcular y preocuparse y…
“¡La gran escapada!”.
Si liberados emanamos, ¿cómo… cómo hemos podido encerrarnos en nuestra vanidad, para que vengan a rescatarnos en la mortalidad!
¡Con cuánto error y horror se convive!... Hasta el punto de que nos tienen que rescatar muriendo.
Y así se establecen las leyes de la vida: nacer, crecer, desarrollarse, un instante de permanencia, y deteriorarse, destruirse…
“Y”…
Si el Misterio Creador nos convoca llamándonos a orar, y nos muestra una visión de otra dimensión… ¡Y lo hace para… el Gran Rescate! Para no tener que recurrir a “la gran escapada”.
El Gran Rescate, que es la sustancia, el soplo de Amor que nos promueve y nos ejercita, y que lo hemos transformado en mente, razón, lógica, cálculo, interés, compra, venta… Y es una única instancia: Amar…; convertida en porcentajes, en insignias, en defensas, en ataques.
¡Ayyyy! Si te sientes amado, en consecuencia amarás, en consecuencia amas. No existe “algo” más. De ahí se expresará toda la acción. Y toda ella la veremos teñida de esa instancia, de esa sustancia, de ese vapor, de ese… ¡increíble!
Y sentiremos la caricia como la mejor ofrenda.
Estamos hechos de un suspiro de Amor. ¡No hay otra sustancia! Las que en apariencia están, son derivadas “de”; son vibraciones ya concretadas, más unidas por fuerzas fuertes y débiles, y de atracción, que hacen el mundo fenoménico.
Pero somos ese principio de suspiro primigenio… eterno.
Y estando en ello, nada falta, nada preocupa, nada se tiene. Se es un permanente vacío creador. “Se es un permanente vacío creador”.
¿Por qué habría que preocuparse?
Déjate ver y, consciente, percibe el Amor que sobre ti se derrocha.
Déjate ver en el altar de la vida, en donde otras vidas confluyen y se hacen templos.
Déjate ver, ¡visiónate!... en una permanente sonrisa, en un constante gozo de sentir el roce de tus dedos, la saliva de tu boca, la idea de tu ocurrencia.
Motivos de eternidades son infinitos.
Que claree, como el amanecer sigiloso, la luz de viaje, la luz viajera que no cesa en su ir, sin huir. En su “ir”.
Recogernos en ser visionarios-videntes… y reflejos de las luces de todo lo que nos rodea.
Y al sentirnos luz de Ama-necer, se nos abre el universo infinito a nuestros pies, y nuestros andares y haceres se vuelven gozosos, serviciales, amables.
Atrás, atrás, atrás queda ya como irrecordable –in-recordable- las preocupaciones, las tensiones, las discrepancias…
Y aparece el cuido, el respeto, la sintonía de un sentir común con la creatividad de cada ser.
Todo eso está y nos aguarda. Todo eso está y nos aguarda.
No lo dejemos pasar.
No lo dejemos pasar.
***
We
emanate from the Creator Mystery. What should we be worried about?
2025-02-17
We emanate from the Eternal and make a pilgrimage towards it. What should we worry about?
We emanate from the Infinite Mystery and from the appearance called “Universe”, and we pass towards the Mystery of Mysteries. What have we to worry about?
We emanate from the Creator Mystery, and it places us in a universe or in a cosmos... appropriate, diverse, extraordinary. And so, we move towards the contemplation of the Creator Mystery. What should we be worried about?
We emanate from the Creator Mystery, and in appearance we are born, grow and develop. It is even said that we “attain”. Nothing is attained. Everything transits... into infinity.
We emanate from a Creator Mystery, and therefore we feel special, chosen, messianic and with potentialities. And we go along thinking that, thanks ‘to’... our actions, our... -ellipses-, make life better or worse or so-so.
We put a full stop to it. And hardly faith appears as the thread that picks us up and takes us to contemplative spaces.
And it is still said that we will have to purge, that we will be saved or condemned... or that we will have to return to fix what has been spoiled.
Thus, we have to worry.
A little bit more, and the next vibration-sensation is that we have created ourselves. And as they say: “I made myself”, “they made me this way”, “they made me this”, “they turned me into this, into that”... And we created causes, effects, coordinates and statistics that fit. And when they didn't fit, we put a constant and the numbers came out.
There was a lot to worry about.
One might say... how far we have come in losing the vocation to live, and how much we have gained in the concern to be, to control, to dominate, to manage, to decide.
Worries after worries, mountains and undermines are being made. And at the same time, we look for solutions... that may fix this, but they spoil that.
It thus creates a babbling of life species –“babbling of life”-, which does not remember its… “warps”. And so, it clings to the stone, to the collection, to the storage, to the continuous precaution, prevention and obsession for security.
And so worried, and so worried one is!, that no one else fits in that squatters' house. There is no room for anyone! Some beggar or other knocks on the door and is thrown out.
We are worried.
And it seems –on the level that one continues- the more worried one is, the more valuable you are, the more important you are, more faithful winner.
That much...? Is it that hard letting go?
Yes. When the being is self-created, it does not admit any guidance, it does not admit any reference, it has no priorities. Its goal is itself. The tracks are only its own. No one else walks in them. And those who do, must submit to each other, and so they have to fight, combat, confront, re-look itself...
From the prayerful emanation it is said:
“But what kind of life is that... How little you contemplate the infinite universe! How little you see the stars!, which are brought and taken away, transformed, modified; that make them -apparently- disappear.
How little you hear the sounds of the flower, of the fruit, of the water, of what crawls, what flies, what swims! You only concentrate on your clumsy breath, which is not clumsy, but you make it clumsy by possessing it”.
It is said from the prayerful, from the Creative Mystery:
“Oh... how little you feel; that as soon as love touches you, you want to dominate it, control it and negotiate it. And you divorce it, you throw it away, and then you pick it up again as an act of virtue, to repeat it again... and make from love a slavery, and not perceive it as a virtue: the superior virtue through loving-dawn; which would well deserve -one would say in the virtuous- an altar, a vigil, a permanent prayer. And not that it has become a use and throw away according to concern, according to discomfort, according to comfort”...
Oh!... Grass, worms and the grains of sand are in harmony, are consensual, are considered, are respectful, they need each other. And arrogance -and arrogance- is superfluous.
And all of this exists, subsists and continues, without being exhausted. But when the being of humanity hijacks life, making it a permanent preoccupation, the form aches, the breath gets tired, love languishes. And sadness and grief lord over... justifying reasons for living.
And yes, yes, still -as a caboose- yes, still -and so it is heard in prayer- there is the life-giving call for a liberating, trusting living!
A consensual living in solidarity and conviviality, which knows it is carried and therefore discovers, discovers and learns, not for its own improvement, but for the experience of amplifying its living vibration... and thus vacating, vacating the continuous and anguished, fearful and distrustful everyday life.
Life -existential emptiness- does not occupy itself, does not worry. It is and transits. It transcends any definition. And to the extent that being incorporates this position, our presence empty!, is nourished -thanks to the permanent emptiness- by surprises, novelties, occurrences…
They become poets, and everything is revealed in a different... in another air. In that other air of realised hopes, continued, full of confidence… awaiting with joy the creative promises that we do not know, but that call and reach our consciences.
Thus, the reasons, the explanations, the certainties of the pieces that make up the vital puzzle are left behind, and one becomes a void of Nothingness in which one does not know where one is, honestly. Yes, we can specify places, but... where are those places, in infinity?
They are not.
And so, why fill oneself with worries and concerns, if no resolution will be achieved? Because that system is closed, calculated, studied...; it is occupied. And so, neither surprise nor curiosity arrives; even less exceptionality.
And so, one jumps from one ailment to another, from worried anguish and anxiety, from sadness, from melancholy... without realising that this is due to the fact that the reference to the Creator Mystery has been lost -but it is there, but it is there-. The emanation of our existence has been lost, but it is there.
To such extent is it there that it sustains us, entertains us, preserves us. And every day it gives us a new opportunity. And usually, it is quickly forgotten.
And by living such a closed life, soon or later -what is “late” and what is “soon”?- the being will feel trapped, imprisoned, barred, longing to escape.
And perhaps death -the famous death- has arrived as the great escape! There will be no longer the need to calculate and worry and…
“The great escape!”.
If liberated we emanate, how... how have we been able to shut ourselves up in our vanity, so that they come to rescue us in mortality!
How much error and horror we live with!... To the point that we have to be rescued by dying!
And so, the laws of life are established: to be born, to grow, to develop, an instant of permanence, and to deteriorate, to be destroyed...
“And”...
If the Creator Mystery calls us to pray, and shows us a vision of another dimension... And it does so for... the Great Rescue! So as not to have to resort to “the great escape”.
The Great Rescue, which is the substance, the breath of Love that promotes and exercises us, and which we have transformed into mind, reason, logic, calculation, interest, purchase, sale... And it is a single instance: Love...; converted into percentages, into insignias, into defences, into attacks.
Oh! If you feel loved, consequently you will love, consequently you love. There is no “something” else. This is where the whole action will be expressed. And we will see all of it tinged with that instance, that substance, that vapour, that... incredible!
And we will feel the caress as the best offering.
We are made of a sigh of Love. There is no other substance! Those that appear to be, are derived “from”; they are vibrations already concretised, further united by strong and weak forces, and of attraction, that make the phenomenal world.
But we are that primal sighing principle... eternal.
And being in it, nothing is missing, nothing worries, nothing is owned. One is a permanent creative void. “One is a permanent creative void”.
Why should one worry?
Let yourself be seen and, consciously, perceive the Love that pours over you.
Allow yourself to be seen on the altar of life, where other lives converge and become temples.
Allow yourself to be seen, ¡envision yourself!... in a permanent smile, in a constant joy of feeling the touch of your fingers, the saliva of your mouth, the idea of your witticism.
Motives of eternities are infinite.
Let it become clear, like the stealthy dawn, the light of travel, the traveling light that does not cease going, without fleeing. In its “going”.
Let us gather ourselves in being visionary-seers... and reflections of the lights of everything that surrounds us.
And as we feel the light of Loving-Dawn, the infinite universe opens up at our feet, and our walks and actions become joyful, helpful, kind.
Behind, behind, behind, the worries, the tensions, the discrepancies... are already behind as if they were unrememberable -un-rememberable-...
And care, respect, the harmony of a common feeling with the creativity of each being appear.
All of that is there and awaits us. All of that is there and awaits us.
Let us not let it pass by.
Let us not let it pass by.
***
