PENAS, QUEJAS, SEGURIDADES.
6 de setiembre de 2010
Las penas y pesares pueden, sin duda, inundar toda una vida y más.
Las quejas llegan a ser inagotables.
Y la seguridad llega a ser una fortaleza.
Las penas surgen como el producto de inter-reacción entre lo establecido, lo personal y lo sensible.
Lo establecido pauta un comportamiento. Lo personal, en cuanto a intereses o… o sentidos, no tiene por qué ser igual que lo establecido. Y luego, la sensibilidad de cada uno, muy acorde con los ideales, la ética, la estética, son los que van a… a propiciar estas carambolas; van a propiciar la aparición de pesares y penas.
Las penas se hacen más largas y compartidas cuando los demás las producen y otros las observan. Así también -igualmente-, los pesares, los pesos que cada uno tiene que soportar son muy desproporcionados.
Las quejas -pero antes he de decir que, las penas no las impone Dios-, las quejas suelen ser consecuencia del desacuerdo con todo.
¿Con todo?
Con todo. Lo que ocurre es que se van diversificando. Ahora tocan más las sociales o las políticas o las personales o las familiares…, depende de qué época y qué edad tenga el ser.
La seguridad no se puede comprar, no se puede tener guardada. Lo que podríamos llamar -bajo otra perspectiva- “la seguridad”, sería: la consciencia de saber que se está en la posición adecuada.
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