Ejercitemos la liberación en el convivir diario
13 de mayo de 2024
Las tendencias convivenciales apuntan hacia la defensa, el ataque, la desconfianza, la agresión…; la prejuiciosa actitud y la muy muy muy escasa confianza.
El progresivo deterioro de instituciones hace contagiosa la administración de la consciencia, y la tendencia es al aislamiento personal, a la salvación individual. ¡Por favor!
El desarrollo de la personalidad hedonista, sectorial, racista… Parecen insultos. No, no. Son características.
La Llamada Orante nos cualifica la situación, para que nos contemplemos y podamos contemplar nuestro entorno.
Es fácil caer en el victimismo del terror, el daño, la persecución...
Y es fácil porque está ahí.
Y es fácil defenderse y criticar y condenar y… aislarse, ¡porque también está ahí!, como el mejor recurso y el mejor remedio.
La promoción de virtudes, la promoción de comuniones, compartir, convivir, coexistir, colaborar… –ese largo etcétera de palabras-, no tiene auge. Y se consideran, bajo la dictadura de la defensa y la seguridad, como “débiles”, como “incapaces”, como “inoperantes”. Y en cierta medida tienen razón, puesto que se ejercen poco.
El vigor solidario, la fuerza de la comunión, la vibración de la creencia, la fe y la esperanza mantenidas y ¡ejercitadas!... cuesta; cuesta en este estilo de vivir.
Y cuesta porque el triunfo se ha apoderado del vivir; el éxito, la ganancia, la seguridad…
Esa actitud económica voraz –¡en cualquier nivel!- que ocupa la obsesiva compulsión al trabajo, a la renta, al beneficio.
Y, si así no vas, críticas recibirás... miedos aparecerán...
El hedonismo humano actual trata de convencernos de que nuestra vida está hipotecada; que la vida es una hipoteca que nunca –¡nunca!- podrás saldar. Cada vez tendrá más intereses. Y aunque trabajes cada vez más, nunca podrás solventar tu deuda.
Así se mueve la consciencia actual.
Ese es el panorama que, en cualidades, nos describe la Llamada Orante.
En el que –como vemos- el culto humano de dominio y poder es hegemónico.
Luego quedan... –alrededor, sí- algunas lástimas, algunas penas, algunos amores, algunos afectos. Pero ¡cuidado!, ¡cuidado! Muchos de ellos son partidistas interesados. Tanto que, si en algún momento no se cumplen las exigencias de unos u otros, se rompen los pactos.
Es indudable que hablar de “mayoría”, en 8.000 largos millones de habitantes, es difícil. Igual que hablar de “minorías”. Pero sí es posible decir que la rentabilidad de nuestras presencias tiene la tendencia hegemónica de dominio, poder, violencia... de las múltiples formas.
Y esa actitud es droga que embelesa, para ser el mejor, la mejor, la más-lo más bello, lo más, lo más rico...
Ya no hacen falta los dioses, ni sus miedos, ni sus milagros. No. El hombre se basta por sí mismo... y se condena y se premia.
Ha secuestrado la vida en esa hipoteca eterna. Esa es la tendencia... y su consiguiente realización.
La Llamada Orante nos mantiene... o en silencio, o insiste en el Universo Creador, en el Misterio Creador.
En el amanecer. Que, sin él, no brotamos.
En el convivir sin el prejuicio anticipado.
En sentir la presencia... en lo imprescindible y necesario, en lo imprevisto, en lo inesperado, en el sueño, en la casualidad. En el Amar.
Insiste en que son señales que nos muestran la perspectiva creadora, la semilla de nuestra procedencia...; ¡que no es guerrear, nuestra anuencia!, sino es... compartir nuestras herencias.
Sentirnos en la unidad... y descubrirnos en los gozos de la convivencia, en el poema de las sinceridades, en las brisas de las esperanzas.
Sin la mueca culpable o castigadora.
Sin el reclamo justiciero: esa muerte de prematura.
Reclamo justiciero que gravita sobre cualquier textura. Porque las imposiciones de arte, cultura, costumbres y normas, no hacen posible “variables de buenas venturas”, sino que insisten en sus hoces, lanzas e improperios para calificar sus estancias.
Y así, la belleza se hace un adorno innecesario. ¿Para qué? Ante todo, lo práctico, lo cómodo.
El “bienestar” inunda la consciencia y la somete a la norma de producir para gustar.
Y es que la humanidad ha sido educada con el lubricante del nacer, crecer, desarrollarse, deteriorarse y morir.
Y curiosamente, cuando el ser debería... –por eso que llaman “experiencia”, por eso que llaman “sabiduría práctica”-...
O bien, se dan los seres por vencidos definitivamente, y dejan de engrasar sus estructuras mentales, y sólo queda la residencia...
O bien –raras circunstancias- es cuando el engrasado de la consciencia adquiere la clarividencia de contemplar la inocencia, de aspirar a la búsqueda de la ignorancia: esa que nos permite curiosear en todo lo que nos rodea.
Y pensemos por un momento –solo pensar, ¿eh?-: ¿Y si fuera el modelo de evolución, diferente? Y se hubiera cambiado por intereses momentáneos y parciales. ¿Y si el modelo, en vez de ser “juventud, divino tesoro”, fuera “longevidad, divina inmortalidad”?
Nos han conscienciado en el progresivo deterioro.
Nos hemos psicosomatizado con “el paso del tiempo”... y con la práctica razonable de lo que se observa.
Es inevitable, bajo esa perspectiva, darse cuenta de que cada día es un paso más cercano hacia la muerte.
Y resulta imposible pensar... que podría ser un paso adelante hacia la inmortalidad.
¡No es, la Llamada Orante, unos paños calientes para consolar las penas del alma, de amores, de economías, de enfermedades o... distorsiones!
¡Así se han interpretado las oraciones! ¡Así se ejercitan! El remedio casero... a punto he estado de decir “gratuito”. No, no es gratuito. ¡Parece gratuito! Pero no es gratuito, en la medida en que se compromete con religiones, con dogmas, con leyes... ¡con todo lo que nada tiene que ver con el Misterio Creador, y sí tiene mucho que ver con la ley, el orden, la moral, la sexualidad!...
No es gratis. Condiciona una forma, una manera de estar. Y muy cara.
Y es así que la Llamada Orante viene para llamar hacia la liberación, hacia la comunicación, hacia la consciencia amplificada de... ¡de estar aquí, pero pertenecer al Todo!
Y en consecuencia, todo ese merodeo de dictámenes, sentencias, condenas y etcéteras, ya comentados, pierden valor, pierden actualidad.
Pero si les prestamos atención y tratamos de combatirlos con ideas de liberación...
¡No! Ejercitemos la liberación en el convivir diario. No nos enfrentemos a la trampa de la justicia, del orden, de la moral, de la norma. Eso es preámbulo de cementerio.
Las urnas se encargan de reclamar nuestra participación a los modelos anclados y de sonrisa estereotipada, de promesas grandiosas y de fiestas. Sin mencionar los cementerios, que se producirán con el éxito y el triunfo.
Todo un diseño que, claro, apunta a lo que se ha logrado, a lo que se ha conseguido…
Era inevitable.
Lo que pasa es que se le ha puesto protagonismo. Pero era inevitable seguir la senda que se ha seguido, bajo el auspicio de la dominación de lo humano sobre lo Divino.
Y qué curioso, ¿no? –para entenderlo mejor-. ¿Acaso lo Divino se rebela contra la suplantación que hace lo humano? ¿Acaso lo Divino castiga a los malos y premia a los buenos? ¿Sí? ¿O más bien al revés?
No entra en la confrontación, porque la vida no lo es.
Porque somos esperanzas continuadas, sin límites.
Pero es más fácil creer en lo práctico de hoy, en la razón de ayer o en los cálculos de mañana.
Nos cabría decir que eso no es creer. Eso son maniobras para posicionarse como poder.
Creer es trascender a la identidad propia, desprenderse de lo posesivo... y abrazarse al Misterio.
De vez en cuando convendría emplear las palabras, bien.
La Bondad Superior está. No hipoteca. No presta. Está. Se da.
***
Let's exercise liberation in daily coexistence
2024-05-13
Coexistence tendencies point towards defence, attack, distrust, aggression...; the prejudiced attitude and the very, very, very little trust.
The progressive deterioration of institutions makes the administration of conscience contagious, and the tendency is towards personal isolation, towards individual salvation. Please!
The development of the hedonistic, sectorial, racist personality... They seem like insults. No, no! They are not. They are characteristics.
The Prayer Call qualifies the situation for us, for us to contemplate our surroundings and ourselves.
It is easy to fall into the victimhood of terror, harm, persecution...
And it's easy because it's there.
And it is easy to defend oneself and criticize and condemn and... isolate oneself, because it is there too!, as the best resource and the best remedy.
The promotion of virtues, the promotion of communions, sharing, living together, coexisting, collaborating... -that long etcetera of words-, does not increase. And they are considered, under the dictatorship of defence and security, as “weak”, as “incapable”, as “inoperative”. And to a certain extent they are right, since they are little exercised.
The vigour of solidarity, the strength of communion, the vibration of belief, faith and hope maintained and exercised!... is hard; it is hard in this style of living.
And it is hard because triumph has taken over living; success, profit, security...
That voracious economic attitude –at any level!- that occupies the obsessive compulsion to work, to earn, to profit.
And, if you don't go that way, you will receive criticism... fears will appear...
Current human hedonism tries to convince us that our lives are mortgaged; that life is a mortgage that you will never –never!- be able to pay off. You will have more and more interests. And even if you work more and more, you will never be able to solve your debt.
This is how current consciousness moves.
That is the panorama that, in qualities, the Prayer Call describes to us.
In which –as we see- the human cult of dominance and power is hegemonic.
Then there are... -around, yes- some pities, some sorrows, some loves, some affections. But beware! Beware! Many of them are interested partisans. So much so that, if at some point the demands of one or the other are not met, the pacts are broken.
It is undoubtedly difficult to speak about “majority”, in a population of 8,000 million people. Just as it is difficult talking about “minorities”. But it is possible to say that the profitability of our presences has the hegemonic tendency of domination, power, violence... in multiple forms.
And that attitude is a drug that captivates, to be the best, the best, the most-the most beautiful, the most, the richest...
Gods, their fears, their miracles are no longer needed, No. Man is self-sufficient... and condemns himself and rewards himself.
He has kidnapped life in that eternal mortgage. That is the trend... and its subsequent realization.
The Prayerful Call keeps us... either in silence, or insists on the Creative Universe, on the Creative Mystery.
In the dawn. That, without it, we do not sprout.
In living together without anticipated prejudice.
In feeling the presence... in the essential and necessary, in the unforeseen, in the unexpected, in the dream, in chance. In Loving.
It insists that they are signs that show us the creative perspective, the seed of our origin...; that war is not our consent!, but it is... sharing our inheritances.
Feeling in unity... and to discover ourselves in the joys of coexistence, in the poem of sincerities, in the breezes of hopes.
Without the guilty or punishing grimace.
Without the righteous claim: that premature death.
Righteous claim that gravitates over any texture. Because the impositions of art, culture, customs and norms do not make “variables of good fortune” possible, but instead insist on their sickles, spears and expletives to qualify their stays.
And thus, beauty becomes an unnecessary adornment. For what? Above all, the practical, the comfortable.
“Well-being” floods consciousness and subjects it to the norm of producing to please.
And humanity has been educated with the lubricant of being born, growing, developing, deteriorating and dying.
And curiously, when the being should... –due to what they call "experience", due to what they call "practical wisdom"-...
Or else, the beings give up definitively, and stop greasing their mental structures, and only residence remains...
Or -rare circumstances- it is when the lubrication of consciousness acquires the clairvoyance to contemplate innocence, to aspire to the search for ignorance: that which allows us to be curious about everything that surrounds us.
And let's think for a moment -just think, eh?-: What if the model of evolution were different? And it would have been changed for momentary and partial interests. What if the model, instead of being “youth, divine treasure”, was “longevity, divine immortality”?
We have been made us aware in the progressive deterioration.
We have psych somatised ourselves with “the passage of time”… and with the reasonable practice of what is observed.
It is inevitable, from that perspective, to realize that every day is a step closer towards death.
And it is impossible to think... that it could be a step towards immortality.
The Prayer Call does not use half measures to console the sorrows of the soul, of loves, of economies, of illnesses or... distortions!
That’s how the prayers have been interpreted! That’s how they are exercised! The home remedy... I was about to say “free” of charge. No, it is not for free. It seems for free! But it is not for free, to the extent that it compromises with religions, dogmas, laws... with everything that has nothing to do with the Creative Mystery, but has a lot to do with law, order, morality, sexuality!...
It's not for free. It conditions a form, a way of being. And it is very expensive.
And so it is that the Prayer Call comes to call towards liberation, towards communication, towards the amplified consciousness of... of being here, but belonging to the Whole!
And consequently, all this prowling of opinions, sentences, convictions and etc., already mentioned, they lose their value, lose relevance.
But if we pay attention to them and try to combat them with ideas of liberation...
No! Let's exercise liberation in daily coexistence. Let us not face the trap of justice, of order, of morality, of the norm. That's cemetery preamble.
The ballot boxes demand our participation in the anchored and stereotypically smiling models of grandiose promises and parties. Not to mention graveyards, which will come with success and triumph.
A whole design that, of course, points to what has been obtained, what has been achieved...
It was inevitable.
What happens is that it has been given prominence. But it was inevitable to follow the path that has been followed, under the auspices of the domination of the human over the Divine.
And how curious, isn’t it? –to understand it better-. Does the Divine rebel against the impersonation of the human? Does the Divine punish the bad and reward the good? Yes? Or it is rather the other way around?
It does not enter into confrontation, because life is not so.
Because we are continuous hopes, without limits.
But it is easier to believe in today's practicality, in yesterday's reason or in tomorrow's calculations.
We could say that this is not believing. Those are manoeuvring to position oneself as power.
To believe is to transcend one's own identity, to let go of what is possessive... and to embrace the Mystery.
From time to time, it would be appropriate to use well the words.
The Higher Goodness is there. It does not mortgage. It does not lend. It is. It gives itself.
***