Emigramos desde el Misterio Creador
6 de mayo de 2024
La Llamada Orante nos habla de una brotada emigración de su Misterio, para gestar lo que llamamos “vida”.
Emigramos desde el Misterio Creador, evolucionando hacia una biodiversidad... insondable.
Y en esa emigración, nos hacemos nómadas en consciencia y en pasos.
Y poco a poco nos hacemos peregrinos en consciencia, en permanencia, en trascendencia.
Y es así como nos despegamos del yugo de lo material... y descubrimos que no es una trampa, sino un concentrado de soplos que configuran un paisaje: el paisaje vital.
Y en la medida en que asumimos esas posiciones, nuestro trato hacia lo concreto, prensado, apretado, se hace –nuestro trato- a través de esas atracciones, esas “fuerzas”... –llamémoslo así- que permiten lo compacto, que procuran lo concreto.
Conseguimos que nuestra consciencia se diversifique en la expansión.
Y es así que nos hacemos descubridores de universos, y no esclavos de... “concretos”.
Dejamos de adorar a los “baales”, a los ídolos, para estar en la trascendencia de lo creado, diversificados y en permanente expansión, que implica descubrir, aprender, asombrarse, admirar, enamorarse, amar.
En esas posiciones, desde la génesis del brote de emigrantes del Misterio, hasta la expansión progresiva, si eso lo incorporamos en el cotidiano estar y hacer, disolveremos los atavismos de responsabilidades, perfecciones, exigencias, miedos, castigos... Todo ese conglomerado de consciencias oprimidas, que los son por una concepción, una idea.
Que, al incorporar esta emigración, esta expansión, haremos –y estaremos- con una actitud creativa, rítmica, certera... sin la obsesión por la verdad, la perfección, y sin el miedo de nuestra propia naturaleza. Esos hedonismos personales de que “no soy”, que “no hago”, que “no puedo”…, esas culpas, son hedonismos vanidosos.
Si nos aceptamos como peregrinos, nómadas, emigrantes, brotes del Misterio en permanente evolución, no ha lugar a protagonismos ni acechos sobre nuestra naturaleza.
Asumimos nuestra posición, nuestro desarrollo; y, al descubrir otras coordenadas como las que escuchamos ahora, podremos variar... nuestros conceptos, nuestros principios, nuestras verdades...
¡Qué feas son!, ¿no? ¡A que sí?
Cuando las personas esgrimen: “Porque esa es mi verdad, porque…”, ¡qué feo! O sea, se quieren parecer a dioses o diosas, y se hacen odiosos, odiosas.
Un pequeño cambio-trueque genético, y se ve la verdad.
Sí. No hay por qué afearse con verdades propias, dogmas establecidos...
No tenemos el suficiente carisma como para eso.
Por eso, al transformarnos en dioses –con las verdades, con las certezas, con todas esas cosas así-… nos hacemos odiosos unos a otros; porque, claro, cada uno tiene la suya, y entonces… la que coincide con la mía está bien, pero la que no…
Somos emanaciones sujetas a la Bondad Superior del Misterio Creador que, a través del Amor, nos hace amanecer.
Ninguno es menor ni peor que otros. Cada ser ocupa una posición, siempre con capacidades liberadoras en sus diferentes posiciones, aupadas y animadas por el gel amoroso de la Creación.
Y si esto lo tenemos en cuenta en el estar cotidiano, la crítica, la opinión, la mirada, el gesto, etcétera, deja de... ¡deja de atormentarnos! Y, en consecuencia, se disuelve esa presión, esa insidia, ese bullying –que se dice ahora-; cede, en cuanto uno no hace aprecio. Cierto es ese dicho que dice que “no hay más desprecio que no hacer aprecio”.
En cuanto te llaman “feo”, y tú respondes “gracias a ello tú eres bonito”, pues ya desarmas al personaje, ¿no?
.- Pero es que tú eres muy feo.
Dice:
.- ¡Claro! Para que tú seas bonito.
La vida se hace necesidad permanente. Pero tenemos que darnos cuenta de que, como migrantes, no tenemos, y no poseemos, y no acopiamos, y no ‘propietarizamos’.
Custodiamos, eso sí; cuidamos los bienes, los dones, lo que acontece por nuestro estar, por nuestro hacer.
Las corrientes de miedo acorralan ahora la vida. La someten a las recogidas, a las propiedades, a los posesivos y seguros guetos... en donde se pierde la claridad, la espontaneidad, la creatividad.
De ahí la importancia de situarse en esa dispersa expansión.
Llegan, llegan los momentos en los que al ser le toca testimoniar.
Y ha de hacerlo sin miedo, con claridad, con evidencias.
La herrumbre es mucha, y se acumula. Pero se puede medir y pesar.
La consciencia es infinita.
No se acumula. Se expande.
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We emigrate from the Creative Mystery
2024-05-06
The Prayerful Call speaks to us of a sprouting emigration of its Mystery, to create what we call “life”.
We emigrate from the Creative Mystery, evolving towards an unfathomable… biodiversity.
And in that emigration, we become nomads in consciousness and in steps.
And little by little we become pilgrims in consciousness, in permanence, in transcendence.
And this is how we detach ourselves from the yoke of the material... and we discover that it is not a trap, but a concentrate of breaths that make up a landscape: the vital landscape.
And to the extent that we assume these positions, our deal with the concrete, pressed, tight, is done –our deal- through those attractions, those “forces”… –let's call it that- that allow the compact, that seek the concrete.
We get our consciousness to diversify in expansion.
And this is how we become discoverers of universes, and not slaves of... "concretes".
We stop worshiping the “Baals”, the idols, to be in the transcendence of the created, diversified and in constant expansion, which implies discovering, learning, being amazed, admiring, falling in love, loving.
In these positions, from the genesis of the outbreak of emigrants of the Mystery, to the progressive expansion, if we incorporate this into our daily living and doing, we will dissolve the atavisms of responsibilities, perfections, demands, fears, punishments... All that conglomerate of oppressed consciences, which are oppressed by a conception, an idea.
That, by incorporating this emigration, this expansion, we will do –and will be- with a creative, rhythmic, accurate attitude... without the obsession with truth, perfection, and without the fear of our own nature. Those personal hedonisms that “I am not”, that “I do not do”, that “I cannot”…, these blames, are vain hedonisms.
If we accept ourselves as pilgrims, nomads, emigrants, sprouts of the Mystery in permanent evolution, there is no room for prominence or stalking over our nature.
We assume our position, our development; and, by discovering other coordinates like the ones we hear now, we will be able to vary... our concepts, our principles, our truths...
How ugly they are, are they not? Yes!
When people say: “Because that is my truth, because…”, how ugly! That is, they want to look like gods or goddesses, and they make themselves hateful, hateful.
A little genetic swap-change, and the truth is seen.
Yes. There is no reason to be ugly with our own truths, established dogmas...
We don't have enough charisma for that.
Therefore, by transforming ourselves into gods –with truths, with certainties, with all those things-… we make each other hateful; because, of course, everyone has their own, and then... the one that matches mine is fine, but the one that doesn't...
We are emanations subject to the higher Goodness of the Creative Mystery which, through Love, makes us dawn.
None is lesser or worse than others. Each being occupies a position, always with liberating capacities in their different positions, supported and animated by the loving gel of Creation.
And if we take this into account in our daily life, criticism, opinion, gaze, gesture, etc., stop... stop tormenting us! And, consequently, that pressure, that insidiousness, that bullying –which is said now days- dissolves; it gives way, as soon as one does not show any appreciation. It is true that saying that “the best contempt is not to show any appreciation”.
As soon as they call you “ugly,” and you respond “thanks to that you are pretty”, well, you already disarm the character, right?
.- But you are very ugly.
He says:
.-Of course! For you to be beautiful.
Life becomes a permanent necessity. But we have to realize that, as migrants, we do not have, and we do not possess, and we do not gather, and we do not 'own'.
We do take care, yes; we take care of the goods, the gifts, what happens through our being, through our doing.
The currents of fear now corner life. They subject it to collections, to property, to possessive and safe ghettos... where clarity, spontaneity, creativity is lost.
Hence the importance of place oneself in this dispersed expansion.
The moments come; the moments come when the being has to bear witness.
And he has to do it without fear, with clarity, with evidence.
The rust is a lot, and it accumulates. But it can be measured and weighed.
Consciousness is infinite.
Does not accumulate. It expands.
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