sábado

Lema Orante Semanal

 

La Providencia está sobre la vida

29 de mayo de 2023

 

“Candentes” se presentan las modalidades que manejan y proyectan y producen los poderes de control, de manipulación, de propaganda, de información.

Y llamarlas “candentes” es por la premura y la intensidad con la que nos rodean... comunidades humanas que albergan la decisión del desarrollo del ser, a través del poder, del dominio.

 

Y el calificarlas así es por el cotidiano descubrir de maniobras, ocultamientos y estilos que ya no se cuidan, arbitrariedades que se permiten, grados de corrupción que se aceptan, impunidades según las pertenencias sociales en las que se esté.

El relato sería largo, pero consciencia –con estos pocos ejemplos- es suficiente para darse cuenta de que candentes están.

No por miedo…; quizá, por la consciencia de saberse en una dimensión que no les corresponde: el tener que defender la pertenencia, la posesión, la razón…

Eso supone una renuncia a la claridad, el compartir, el convivir, la bondad; el ejercicio de libertades tendentes a las liberaciones.

 

 

¿Es actitud –nos dice la Llamada Orante-, una defensa o un ataque ante estas envolventes en las que se desarrolla la especie? ¿Seguir la estela de los poderes y afianzarse en los dominios...? ¿O asumir que estamos en el tránsito de esa posición que comunidades adoptan, y que se hacen hegemónicas a lo largo de multitudes y de tiempos?

Pero, como sabemos por la propia Historia –camuflada, trastocada-, el latir del ser en busca de su liberación, en busca de su compartir alegre, en busca de sus logros idealistas, en busca de su curiosidad, en busca de sus sorpresas… nunca de pleno se ha conseguido como globalidad; sí como particularidad.

 

Y es así que la Llamada Orante nos llama para posicionarnos... sin combate, pero alertas. Alertas para posicionarse en la realización de proyectos, ideales, servicios, humores, actitudes y propuestas que sepan de las intrincadas redes de control, de dominio.

 

Sin temor al castigo.

 

Al estar libre del temor al castigo, estamos en disposición de mostrar nuestras tendencias, nuestras disposiciones.

Y aunque no estén de acuerdo y en acorde con lo impositivo, la consciencia sin temor y la claridad de los proyectos, de los sentires, genera y generará el respeto del hacer diferente, que nunca será una amenaza para la actual tendencia.

Es más, cabe incluso la posibilidad de aprecio, al tener una actitud sin arrogancia, con prestancia, sin temor y con constancia.

 

La Providencia está sobre la vida. No hay que olvidar…

Que a veces se olvida. No de la Providencia, sino que no hay que olvidar que está sobre todos.  No sobre los que se sienten bondadosos, buenos, capaces, suficientes…

Hay una extraña tendencia racista hasta en esos niveles, en los que se piensa, consciente o subconscientemente, que la Providencia sólo está con el bondadoso, el clemente, el generoso; y que, a pesar de las evidencias, no está con el poderoso, con el dominador, con el manipulador...

¿De dónde saca tanta convicción el triunfador? ¿De dónde le viene esa prepotencia y ese furor? ¿Será que capta y percibe la fuerza de la Creación, y la asume y la encarna y la suplanta con su acción?

 

Todos somos elegidos, desde el momento en que estamos en el transcurrir de la Creación.

Hace unas semanas escuchábamos cómo entronizaban a una persona, a título de rey, como el elegido por el mismísimo Dios para servir; y pidiendo, en consecuencia, como representante de Él en la tierra, obediencia y admiración.

Sí. Se podrá decir que es una ceremonia tardía, inusual… pero ha despertado mucho fervor.

 

En consecuencia, bajo estas referencias, en ningún caso el ser puede arrogarse la elección para una función en la que tendrá el amparo especial, único, y los otros no.

 

Todos los seres creados tienen amparo, dedicación, singularidad...

 

La interpretación Providencial hace crear unas consciencias múltiples, infinitas de matices; unas biodiversidades de consciencias, que son parte de la expresión –“parte”- del Misterio Creador.

 

Así que habrá que cuidar el no catalogar, el no calificar, el no examinar, el no condenar.

 

Estaremos en unas vías o en otras, pero transcurrimos en una identidad llamada “vida” y en una característica llamada “humana”.

Y dentro de ella, una pluralidad que, en su mayoría, ha optado... –en el transcurso del mayor período que recordamos como “Historia”- ha optado por apropiarse de esa Providencia y usarla en su beneficio, el de sus allegados, el de sus cercanos...; unos y otros, cada uno o cada cuales, de formas diferentes.

 

Y las historias nos hablan de imperios y dominios con reglas y normas que hoy nos parecen bárbaras, y que, de seguir en esta tendencia, con el tiempo, éstas parecerán también bárbaras.

 

El cultivo orante de la llamada, nos llama a la humildad, nos llama a la austeridad, nos llama a saber descubrir las gracias que nos adornan diariamente, y las gracias que podemos desarrollar.

 

Y esto nos coloca en una actitud de servicio, en el amor, en la confianza, en las promesas, en la esperanza… de un hacer pulcro, pulido; en un disponerse a lo necesario, evitando el abuso, evitando la servidumbre.

 

 

La Llamada Orante nos va descubriendo y nos va aportando las posiciones y las disposiciones en las que podemos sentir nuestra ascendencia, nuestra naturaleza como Universo.

Como un verso permanente que anuncia sonrisas, bondades…

 

Dar, con las manos vacías, ¡a manos llenas! “Dar, con las manos vacías, a manos llenas”.

 

A sabiendas de que la Providencia es inagotable; que el Auxilio es constante.

 

Dar, con las manos vacías, a manos llenas.


 

 

 

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