CADA SER ES UNA PROYECCIÓN ADMIRABLE, DESDE LO ETERNO
30
de mayo de 2022
Y la vida se
configura de una manera extraordinaria… de tal dimensión, que cada ser conserva
la percepción de su visión, de su sensación, de su particularidad, de su
individualidad, en el complejo y biodiverso… vivir.
Y a la vez, todos… y
cada uno, de una forma o de otra, depende
de la actividad, de la acción, de la producción… de otro.
Simultáneamente, lo
común y lo individual se ejercitan…
Y cuando esto
realmente ocurre de una manera “equilibrada”, el vivir se hace gozoso,
vibrante, novedoso… y un largo número de palabras… preciosas.
Mas ocurre que, en el
transcurrir de la vida, lo propio, lo individual, se ejercita de una manera
desproporcionada… y abusa de los recursos colectivos. Y es entonces cuando el
desequilibrio acontece, y el temor, el miedo, la inseguridad, la violencia…
aparecen inevitablemente.
O sea que podemos
saber cómo, de qué forma… es posible convivir gozosamente… aunque, a la hora de
ejercitarse, esto no ocurra.
Es tal el entusiasmo
personal hacia sí mismos, que desarrollan los seres, que resulta –a pesar de
que se demuestre que precisa de lo común, de lo colectivo- que se crea la consciencia
de privilegio, de importancia personal, de destino…
La Llamada Orante nos
convoca más allá de lo individual y lo colectivo. Nos habla de la unidad. Nos
reclama la unicidad del ser con todo lo creado.
Nos ¡reclama!… y nos
demanda cuando estamos en posiciones de privilegio, de mando, de [1]“verdad”.
Desde el Misterio
Creador se emana y emana… trascendentemente… el acontecer llamado “vida”. Y
este acontecer se hace en base a… el Misterio Creador.
En consecuencia, en vida, con vida, viviendo,
estamos realizando un proceso de Creación, sin duda insólito, y que vas más
allá de… –mucho más allá- de lo individual y lo común o lo colectivo. Pero que
se expresa y se representa de esa forma.
¡Hay que fijarse bien
y darse cuenta!… de que el Crear no es un proceso destinado a… el deterioro, la
ruptura, la desaparición. Es un proceso destinado a evolucionar; lo que
llamamos “evolucionar”, que son cambios de consciencia que nos llevan a
realizaciones diversas, a búsquedas significativas, a descubrimientos
llamativos.
Por todo ello, la
vida es un acontecer que, por su origen, está destinada a permanecer de muy
diversas formas y maneras.
Y que un escalón –un, un pequeño escalón-… para esa
permanencia y evolución y transformación, está en saber equilibrar lo
individual y lo común.
Y se ha llegado a esa
dualidad, por la especial decisión de lo Innombrable. Una dualidad que no está destinada a combatir. Que su objetivo es la
supervivencia.
Y en este aspecto,
cada vez que alguien se sienta egolátricamente “razonable”… debe considerar “sus
verdades”, con la suficiente subjetividad como para darse cuenta de la necesidad de los otros.
Nos necesitamos.
Y para ello, puesto
que está lo individual, precisamos “ad-mirarnos”:
un ejercicio… importante, puesto que degrada el hedonismo autoritario, al
reconocer y admirar, en el entorno, lo que precisamos, lo que necesitamos.
Y, sí, ocurre que… que
unas personas admiran a otras, o admiran a árboles, a piedras, a… a cualquier
manifestación creadora.
Se las admira, pero… bajo
la óptica individual, que asume el derecho a ser servida; busca la recompensa a
propósito de la admiración.
Y esto es lo que “inhabilita”…
una admiración compensadora de la auto-admiración.
Realmente, desde el
Misterio Creador, se nos transmite esa posibilidad admirable, para dar un salto cuántico… desde la dualidad a la Unicidad.
A la Unicidad que implica la consciencia de estar unido a la Creación; la
consciencia de estar filiado al Misterio;
la consciencia de ser… cuidado, orientado y referenciado por ello.
Y para que todo ello
se pueda ir dando, necesitamos que nuestra admiración tenga… un matiz de Amor.
Igual que nos amamos
a nosotros mismos, y somos producto de un Amor de Misterio, para entrar en
sintonía en lo común, debemos admirar con
Amor.
Para ello, la
humildad y la sumisión a la Creación se deben ejercitar. Y así darnos cuenta –en
la medida en que admiramos- de que también nos enamoramos… en todos los
infinitos niveles de Amor que se puedan realizar; que se deban realizar.
Y es tan infinita la bondad
de recursos de la Creación, que… por admirar o por amar al entorno, no vamos a
dejar de apreciarnos a nosotros mismos. Porque otros, además, nos admirarán…
Nos… nos… nos han considerado admirables, desde
el Misterio Creador, razón por la cual estamos aquí. Y si nos admiran por nuestras capacidades –en realidad,
por el hacer por el que hemos venido-… nos admiran, desde el infinito Creador,
para que descubramos nuestro sentido, para que aprendamos… a servir para
lo que hemos venido, para lo que nos han traído.
Si no fuera por esa
admiración… no existiríamos.
Seguir, en actitud ¡diaria!,
ese acontecer de sentirnos admirados, de admirarnos, de admirar a nuestro
derredor… es una posición que nos hace descubrir, continuamente, nuevas y diferentes posibilidades.
Disponerse
orantemente a entrar a la Divina Presencia…: la que nos gesta, la que nos
cuida, la que nos mantiene, la que nos promueve.
Somos una expresión
de ese Misterio.
Cada uno, en sí
mismo, no es “algo”.
En sí mismo, no
existe.
Así que cada ser es
una proyección admirable, desde lo Eterno. Y bajo esa perspectiva debemos
palpitar, debemos suspirar. Y cualquier semejante es una expresión como la
nuestra… a la cual debemos respeto, cuidado, atención.
Hagamos la conjunción
prometida de lo individual, lo común y lo primigenio.
Reconozcamos nuestra
lejanía del origen.
Y reconozcamos que,
para acercarnos a él, debemos fundirnos con todo lo que se ha creado.
Consciencia de fusión,
de inmersión… en ¡lo admirable!, en ¡lo admirado!
La complacencia del
ser por la consciencia de Vivir.
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