domingo

Lema Orante Semanal

 

FLUIR SIN OBSTÁCULOS, SABIÉNDOSE ASISTIDO

20 de septiembre de 2021

 

Cada ser, en su insólita presencia como imprescindible y necesario…, debe asumir, descubriendo, cuáles son sus posiciones… en base a descubrir los servicios necesarios que se encuentra, que descubre. Con la advertencia, con el aviso del cuidado de la egolatría, la idolatría y la importancia personal.

La Llamada Orante nos anima a… descubrirnos en lo que somos, en las dotes con las que nos han animado, y a disponerse a ejercitarlas según el descubrir de los llamados.

Llamados de servicio, en los que cada ser se encuentra –al descubrirlos- sintonizado, agraciado, complacido y complaciente.

 

A menudo –con frecuencia- se descubren obstáculos para alcanzar esa… “madurez”. La mayoría de las veces se deben a dos fuerzas habituales: una, la que descubrimos cuando nuestro lugar y nuestro sitio está ocupado, está invadido. Otra, cuando nos salimos de nuestras talentosas posiciones y aspiramos a otras… que no son las propias, sino que son las propagadas por los poderes, las costumbres, las leyes, las normas…; las llamadas “tradiciones”, que se hacen traiciones cuando no cumplen una necesidad.

Tener en cuenta esas dos situaciones, que habitualmente van a estar.

Y con ellas aparece… aparece el ser, en su realización. Va superando esos dos obstáculos y se va haciendo espacio en su dimensión, por su valía, por su calidad, por su perseverancia…

Poco a poco el ser se va situando, si respeta esas coordenadas de dificultades y supera su ego-idolatría de importancia personal… haciéndose anónimo entre los seres y resonando en la Creación, en el Misterio Creador.

Y ser anónimo entre los seres implica adaptarse, plegarse, sintonizarse, diluir el sentido de poder, de mando y de orden… huyendo de radicalismos y posturas inamovibles.

 

A lo largo de esa trayectoria, se encuentran halagos, premios, triunfos… ¡uf!, una cascada de aprecios y desprecios, con los que hay que relacionarse. Pero, en ese anonimato, no hacer aprecio de aquello que trata de impedirnos: impedirnos nuestro hacer, nuestro estar, nuestra visión de la vivencia personal; que, bajo la óptica de la oración –de la Llamada Orante-, está en referencia con el Misterio Creador.

¡No podemos someternos a gustos personales que son consecuencia de una propaganda y un adiestramiento del entorno social, cultural, religioso!

Unos quieren que seamos abogados, otros quieren que seamos pilotos, otros quieren que seamos artistas… ¡Todo el mundo trata de opinar sobre lo que debemos ser y hacer. Y es fácil caer en la lisonja o en el deshoje permanente de la margarita.

 

Esa “costumbre” del hábito de resaltar, de individualizar, de –en definitiva- ser protagonista ante el entorno… Porque el que es protagonista ante su propia identidad, no ejerce un protagonismo en su entorno. Más bien es una referencia.

Qué duda cabe de que, en ese transcurrir, aparece la propaganda dirigida a lo cómodo, a lo fácil… eludiendo responsabilidades, evitando compromisos…

 

El vivir es integración, es comunión, es ¡convivencia! Y ello no impide nuestra personal posición. Y como en una orquesta, cada uno ocupa un sonido. Y si cada cual sabe estar en él, se producirá una armonía… útil, servicial para todos.

No se debe pasar por alto… –puesto que cada ser es creado para una posición muy precisa, según la visión del Misterio Creador- no se debe pasar por alto el aporte original. La vida se hace vida y evoluciona en la medida en que innova, se renueva…

Las aparentes repeticiones… no lo son en la medida en que está la perseverancia, pero sí lo son en la medida en que se trata de repetir situaciones que no tienen el aporte sutil de cada uno: la originalidad. Ese detalle no debe faltar. Y no debe ser puesto en duda.

 

Es habitual –por la civilización que se ha desarrollado, por las humanidades que transcurren- que “aparentemente” no se encuentre el sentido, el lugar de estar. Aparentemente. Y esté todo lleno y bullicioso, y nos inciten a pensar que la vida es así.

Y de esa forma es fácil caer en la incompetencia, en la imposibilidad o en la crítica ácida continua y continuada de todo el entorno.

 

¡Cuidado!:

Cuidar de la disposición y de la actitud… ante el conglomerado de intereses que se ciñen sobre cada uno.

Caer en las trampas de lo que esperan los demás de nosotros, como si los demás fueran la referencia.

Y el que se hace referencia no reclama. Actúa. Permanece.

 

El Sentido y la Llamada Orante nos cobija en nuestro desarrollo. Nos da los aditamentos… providencialmente… necesarios.

Pero para percibirlos debemos “despejarnos” de nuestras propiedades personales: véase, nuestras características –que nos hemos definido como tales-.

Porque si no, ¡somos un impermeable! Y ya puede decir lo que sea y venir el mismísimo Espíritu Santo a decirnos qué es lo que tenemos que hacer, que nosotros seguimos con “lo nuestro”.

¡Por Dios!

 Y es fácil la tendencia de “sentirse” imprescindible… –y eso es muy agradecido-, aunque se sea imprescindible. Sentirse como protagonista es, por una parte, frenar las capacidades y posibilidades de otros, y también, a la vez, hacer cómodos a los demás, asumiendo uno todos los huecos de la criba.

 

Sí. Pueden resultar muy gratificante “los necesitados”, pero así damos pescado y no enseñamos a pescar.

 

La gratificación, que surja por la consciencia plena y personal de saber que… se hace, se está y se va en el camino adecuado.

 

Tener especial cuidado con el análisis de los errores, de los fracasos, de las culpas… Porque entre errores, fracasos y culpas podemos sucumbir. Literalmente.

Porque siempre habrá “alguien” que tire la primera piedra, y luego estaremos apedreados.

 

Las coordenadas que marcan las formas y acciones… delimitan y coartan nuestra creatividad, y nos hacen parecer “fracasos”, “errores” e inútiles.

Son mecanismos destructivos que se hacen auto-destructivos. Esos sistemas de comparación, como dice el dicho: Las comparaciones son odiosas”. Ciertamente. Porque cada ser, en ese insólito estar, en su presencia, es imprescindible y necesario y es incomparable.

“Se parece mucho…”. “Es igual que…”. No.

Es como a la hora de componer un puzle:

.- Esta pieza se parece mucho a la que tendría que estar aquí, pero no cabe.

.- Pues no es ésa.

.- Pero se parece mucho.

.- Ya, ya, sí…

 

Hagamos una sintonía, de nuestra Llamada Orante, que nos permita entrar en las frecuencias de que somos seres creados hacia un sentido, que tenemos de referencia el Misterio Creador… y que en ello está el transcurrir de un vivir nuevo, renovado, que apuesta por la innovación, que apuesta por la creatividad, por el arte, por la belleza, por el servicio permanente… en la vocación.

Fluir… sin obstáculos… sabiéndose asistido.

 

aAAAAAAAAAALLLLLLLLLLLLL

 

 

Que la luz del amanecer, nos dé la constancia de que recién nacemos, por la instancia del Amor de Lo Eterno.

Y así, asumamos el hacer convivencial, con el entusiasmo, el humor y la gracia de cada uno…

¡Sin miedo!

 

 

 

 

 

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