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Lema Orante Semanal

 

LA LLAMADA ORANTE NOS RECLAMA EL LOGRO DE LA UNICIDAD

8 de febrero de 2021

 

Y poco a poco –o quizás vertiginosamente, depende desde dónde partamos- el intelecto, lo intelectual, lo racional, lo lógico… fue ganando, va ganando terreno en el comportarse humano, en el modo de planificarse, en la manera de desarrollarse en cuanto a actividades, en cuanto a actitudes…

Y pareciera –quizás sea así- que secuestra el fluir del sentir, y lo convierte en intelectualidad, en mente, en razón. Y así –como en otras ocasiones hemos hecho alusión-, sienten los seres una cosa, piensan otra y hacen otra.

Puede calificarse de “fractura” o de “secuestro” o de “ósmosis”… de unas funciones por otras. Pero lo que resulta evidente es que puede… –puede de “poder”, de inteligencia, de mente- puede sobre las otras dos posiciones: sentir y hacer.

“Creo que debo hacer, pero siento que…”

 

La Llamada Orante nos orienta a propósito de esta… “cotidiana” situación, que produce una desestabilidad francamente incómoda para todos, y sin duda dificulta la evolución, las manifestaciones, las conjunciones, las comuniones, los proyectos… ¡Claro!

Eso explica que la mayoría de los seres estén a disgusto con lo que sienten, lo que piensan, lo que hacen. No están en armonía. Eso hace que la intelectualidad se haga fría y distante. Y sobre todo nos muestra cuán frágil es el estar, el ser; cuán frágil es, que la mayoría de las veces está roto, está descompuesto, está sin brillo, porque… “este día…”, “es que ayer…”, “es que ahora…”, “es que ocurrió…”

¡Im-possible!

Imposible… Imposible se hace ese vivir pleno, con las garantías de estar alineado con nuestro ser, con la Creación, con el entorno…

Y eso hace –claro- que la confrontación, la incomodidad, el disgusto… aparezcan. Y el ser se tenga que “acostumbrar” –entre comillas- a convivir con el disgusto, la insatisfacción. Un día –quizás- bueno; otro día, regular; otro día, no sé…

Cada cual ¡quiere!, con su intelecto, una situación de sentimiento. Y ¡quiere!, con su intelecto, hacer que hagan, que le hagan esto o aquello, como necesidad de vivir. Y no es difícil crear inter-esclavitudes y… continuas incomodidades de pertenencia.

 

La unidad del ser se nos hace… –según la Llamada Orante- se nos hace una reclamación para su logro: la Llamada Orante nos reclama el logro de la unicidad, en la que el ser se ejemplarice en su estar, en su diario, sin que haya que diseccionar lo que se piensa, lo que se siente y lo que se hace, sino que sea lo que es, ¡el que es!

 

Si no, la lucha personal está hirviendo. Siempre dudando, sospechando, temiendo.

 

La prioridad del ser, en la Llamada Orante, es su filiación con el Misterio Creador. A partir de ello, todo lo demás se desarrolla, acontece, transcurre.

No hay reclamo, ni castigo, ni premio. Hay un transcurrir… ¡de “instantes”! –si se quiere considerar así- que conllevan una manera de abordar y de encarar cualquier situación a partir de esa referencia, de esa prioridad.

 

El ser de humanidad –en genérico- tiene sus prioridades puestas en sus logros, sus conquistas, sus pretensiones, sus posesiones, sus seguridades…

No se encuentra –salvo excepciones y salvo situaciones delicadas- bajo la sombra del Misterio Creador.

Cuando estamos sobre ella, con ella… sabemos y vemos que está presente en todo lo que transcurre…; ¡que es inseparable con la vida, con el vivir!

 

Todo se tiñe bajo la influencia de lo Eterno, cuando estamos en su sintonía…

¡Todo!

 

Se hace… se hace vacío, frío y distante el convivir, sin la cobertura de la Creación permanente, teniendo sólo los principios personales, las… ¡bah!, los intereses y las suspicacias.

 

Se hace difícil, o quizás… ¡duro!, el recogerse en lo orante, a sabiendas de que pasará como… como lluvia que cayó pero que no fecundó la semilla. ¡No siempre, claro! Es la excepción la que mantiene el vínculo orante.

 

Y se hace aún más duro cuando… bajo la referencia Creadora, se ve en el otro, en los otros, a esa Creación. Y se ve que todo el contingente de vida se trasiega en querencias, en… en varios…

“En varios”: es decir, en una variedad de actitudes y de comportamientos que no nos recuerdan precisamente la vivencia orante con el Misterio Creador, sino que nos alejan…

 

El volcán Creador tiene que estar permanentemente fundiendo el hielo de la justificación, de la lógica, de la razón, de la querencia…

 

Es imperioso rastrear sobre nuestros orígenes, aclarar la prioridad… y bajo su referencia estar… sin la duda y sin los prejuicios permanentes.

 

 

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