LA LLAMADA ORANTE NOS IMPELE A TOMAR CONSCIENCIA
SIMULTÁNEA DE NUESTRAS ACTITUDES
1º
de marzo de 2021
Y son tantas las versiones que sobre cualquier situación podemos recibir, que... la síntesis de todas ellas no nos aclara ni consuela, sino más bien nos confunden, nos despistan...
La Llamada Orante nos
advierte de la llamada a la confusión... de todos los recursos y medios que
tiene nuestra especie.
Una llamada a la
confusión que tiene dos facetas: la de los seudo-protagonistas que improvisan,
inventan...; no saben con exactitud lo que promueven, lo que dicen, lo que
comentan. Y la otra parte –más desconocida-, que sí es consciente de toda la
confusión, y que colabora activamente, pero “calculadamente”, para confundir,
para impedir la claridad. Y de paso...
y de paso obstruir cualquier creencia, cualquier síntoma de fe, cualquier...
compromiso; sembrar de dudas.
Y también –como si
fuera poco-, crear una carencia. Crear carencias de todo tipo... para que “los
capaces” –entre comillas- puedan solventarlas “ligeramente”.
Es decir: incapaces
de solucionar; capaces de confundir. Certeros en la destrucción y... bondadosos
(sic) en la ayuda; que siempre sea insuficiente, para que la carencia clame y
agradezca.
Sin gran esfuerzo,
podemos darnos cuenta de “lo apocalíptico” que supone esta situación.
Toda esta situación,
ya se... –por así decirlo- se maneja con “normalidad”. Es la que nos avisaron,
de “la nueva normalidad”.
Que todo parecía ser una
esperanza renovada, una limpieza de recursos, una aclaración de medios...
La resultante es una
confusión continua –e insistimos, desde el Sentido Orante- en todos los aspectos.
Porque pudiera parecer que solamente es en el aspecto cotidiano de la
preocupación, la enfermedad... ¡No, no, no! Eso es... el puntito que marea.
Hay una declaración –bajo
el Sentido Orante-, hay una declaración explícita e implícita, por parte de los
recursos controlados por diferentes niveles, encaminada a manejar, manipular,
controlar y ¡decidir!, en definitiva, el destino de la especie. Y hacerlo ver
como algo natural, como algo propio de unos más malos que otros... –pero ¡con
un gran esfuerzo!... por (parte de) los bondadosos-. Pero gestando en los seres
la “incapacidad”, la “imposibilidad” de hacer cualquier variable; de gestar
cualquier idea, proyecto, actuación. No es posible.
Eso es fundamental en
el proyecto de control. Sólo es posible lo que el controlador establezca. A él
debemos pleitesía, honor... y obediencia.
En la Llamada Orante,
se nos impele a tomar consciencia “simultánea” de nuestras capacidades, de
nuestros recursos... y de nuestras actitudes de creencias, de disposiciones; de
actitudes.
Y decimos
“simultáneamente”, porque en la medida en que se proyecte una idea o una
actuación, ésta está avalada por el entusiasmo del Misterio Creador. Ésta está
avalada –¡debe estarlo!- por la Fuerza Providencial.
Pero a la vez debemos
conscienciar nuestro sentir, nuestro
pensar, de una manera... ¡mística! Sí: mística, misteriosa; ligada a ese
Misterio Creador.
Un orar comprometido;
un orar sentido hacia el Misterio. Sintiéndonos Misterio, sintiéndonos Bondad,
sintiéndonos entrega, y sabiendo que de ese Misterio emana nuestro suspiro: “¡Ay!”; nuestras... ¡ganas!
Y cuando nos llaman,
acudimos a tu Presencia.
Desde la infinita
universalidad... acudimos con nuestras cuitas de... de vergüenza.
Sí. Porque, por mucho
que queramos agrandarlas, ante Ti... son nimiedades.
Pero aun así nos has
dotado... nos has dotado de Amores. Y por ello replicamos en tu Eterno
AMA-NECER. Y con ellos acudimos para que los ratifiques, para que los selles,
los sigas promoviendo.
El cultivo de la belleza
que cada ser realice de… su Amor, cuando se hace ofrenda a lo Eterno, nos llena
de plenitud; nos colma de cualquier necesidad.
Y cuando esa vivencia
está plena, surgen creatividades, proyectos, ideas... y resoluciones y
actitudes, por muy reprimido que esté nuestro ambiente.
¡Ten Piedad!
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