ANTE EL BUCLE
MENTAL DESOLADOR, DESCUBRIR LAS GRACIAS QUE NOS DAN
1º de abril de 2019
El dicho decía… y
dice: “Nunca llueve a gusto de todos”;
aunque en el consciente racional se sepa que es necesario que llueva, puesto
que la lluvia nos trae el agua que precisamos. Pero la consciencia, y su
desarrollo individual, hace que… en el sentir de la misma –de la consciencia-
cuando llueve, éste dice que es demasiado poco, el otro dice que es mucho, el
otro dice que es gota gorda, el otro dice que es gota fina…
Esto ¿qué significa
en lo convivencial? Que antes de que el otro piense, yo le respondo. Y antes de
que el otro sepa lo que debe saber, yo quiero saberlo.
¡Qué bárbaro!...
De ahí que se
establezcan controversias a una velocidad pasmosa.
Esa pérdida de corporación,
de solidaridad, de un “estar común”… secuestra al ser hacia un “todoísmo”. ¿Qué
es un “todoísmo”? Pues querer abarcarlo todo, tenerlo todo… No “todo” como “el
Todo”. ¡No! El “todo” de todos.
Claro, esto no es
posible, y en la medida en que se vive que no es posible, hay un cierto
desencanto en el estar, en el convivir; una cierta predisposición, casi al
borde de los labios y de la palabra, para… para saltar, para…
El Sentido Orante
nos dice, con esta introducción, que debemos recuperar la flexibilidad de
nuestra consciencia; debemos ser más amplificados, sin pretender poseer,
controlar, dominar, saber…
El estar cotidiano que
no duda, que no recela del de al lado. Que, de entrada, se asume y se
flexibiliza lo cognitivo, según necesidad. Pero una necesidad que no exige, que
no impone.
La inquisitiva
presencia de la inquisidora consciencia que se siente poseída por la verdad… no
es un buen “recaudo”; no es cierta.
Así que, en esas
posiciones, es factible estar casi permanentemente disgustado con cualquier
cosa: con la piedra del camino, con la posición de la acera, con el color del
amanecer, con… “He preguntado hoy, en
punto, y no me han contestado antes del punto”. En el fondo, una exigencia
desmesurada… de pedir y exigir y demandar que llueva a mi gusto, o que el mundo
se pliegue a mi necesidad.
Y así, las envidias
y los agravios comparativos: ¿Por qué a éste,
esto, y a mí no? ¿Por qué ante la demanda de aquél, sí, y la demanda de mí, no?
Es un arrollador
bucle mental ¡desolador! ¡Bucle mental
desolador!
Si advertimos que
cada despertar es un amanecer dotado de ¡gracias!...
Si nos
referenciamos en esas gracias…
¡Y no nos
referenciamos en las desgracias!...
sino en las gracias de recuperar la consciencia de respirar, de ver, de oír…
Pero ¡no! Las
referencias en las que orantemente hemos estado, se rebajan, se rebajan, se rebajan…
hasta quejarse porque el cepillo de los dientes no era el apropiado esa mañana,
y alguien tenía que haberlo repuesto y no lo ha hecho… o yo mismo no lo repuse
y me repudio ¡Vaya forma de empezar el día!: convertido en un cepillo de
dientes.
¡Claro! ¡Si la
referencia es ésa!, ¡si la referencia cognitiva es ese bucle endopersonal,
endogámico, endomórfico!… –¡qué palabrotas!-... ¡difícil es despegar para ver
algo de luz!, de sonrisa, de alegría, de broma, de proyecto, de…
Una estructura
redondeada, achatada por los polos, de quinientos noventa millones de
kilómetros cuadrados, está bajo nuestros pies. ¡Y gira!… ¡y se desplaza!… ¡Y
nos da la gracia de que no nos podamos caer!...
Y no es cuestión de
pensar ¡en grande, y a lo grande!, no, es cuestión de evidencias. Y cuando
desde esas evidencias astronómicas, y de otro nivel: de GRACIAS, son tan
copiosas, tan ¡enormes!, cuando llegamos al detalle de la palabra, del
despertar, del empezar… cuando llegamos ahí, no podemos perder el hilo
grandioso de la vida. ¡Por favor!
En la Llamada Orante,
se nos invita a sintonizarnos con las vibraciones del Misterio Creador.
En nuestra posición
de consciencia, nuestra vibración es de ruego.
Un ruego que
representa la humildad y la sumisión ante el Misterio Creador, y además, un
ruego que supone… una disposición… complaciente.
No es… de materia
comprensible, la relación entre el Misterio Creador y las criaturas vivas.
Cualquier intento de comprensión, de entendimiento, de razón, de lógica, está
abocado a… no solamente al fracaso, sino a la disidencia entre dientes,
nerviosa y ansiosa.
Si, por el
contrario, la actitud de consciencia referencial hacia esa vibración de
Misterio, hacia esa sintonía, se hace sin ánimo de entender, pero con ánimo de
sentir… encontraremos multitud de sentires salpicados en cada día, que
configuran… un cuadro, sin límites…, de interpretación, de guía.
Similar a la
toquilla que envuelve a la criatura para darle esa suave ternura de calor.
¡Ayyyy!... Porque
si sentimos el inicio del bamboleo de las alas de la mariposa… nuestro aliento
de vida se llenará de propuestas, sugerencias, plenitudes… y de suaves
consciencias que reconocen nuestra fragilidad.
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