miércoles

Lema Orante Semanal


EL SENTIDO ORANTE NO ES PACÍFICO
1 de octubre de 2018

 Habitualmente, se interpreta y se canaliza el Sentido Orante como algo… pacífico, blando, adaptable, comprensible… Pero, quizás, eso se deba a que no se le presta la suficiente atención… bien sea a las palabras, a las actitudes, a los silencios, a…
Eso, por una parte.
Y por otra parte también, a nivel de atención, no se presta suficiente atención a lo que transcurre en el día a día, y que la oración trata de… desvelarnos, mostrarnos, orientarnos, acerca de cuál es la mejor posición viviente, como seres de Universo.

Bajo la óptica “plañidera” de las oraciones, la vida es cruel; no da tregua.
Es continua en sus ideas, en sus propuestas, en sus engaños, en sus tragedias, en sus dramas…
Claro, eso es cuando contemplamos la oración como “plañidera”. Pero si contemplamos la oración como… revisión, visión, clarividencia, intuición, sugerencia, probablemente se ajuste, en sus avisos, a esa otra versión… de injusta, inesperada, imprevista, sorprendente…

Es curioso. Al hacerse la pregunta: “¿A quién le gusta, tal y como es, la vida? ¿A quién…?”.
¡Todo el mundo se queja de ella! Uno porque es alto, otro porque es bajo, otro porque es fuerte, otro porque es débil, otro porque no tiene lo que tiene, otro porque aspira a lograr lo que desea y no lo consigue, otro por…
¡Países enteros!… en queja permanente.
Sí, por supuesto, hay momentos y circunstancias de alegría. Incluso se canta “Gracias a la vida, que me ha dado tanto”. Pero, mientras se dice, uno piensa inevitablemente: “y a los que no les han dado…”, y la verdad es que… el “haber y tener” sale negativo.

Solamente entre los suicidios y el hambre, la vida se amarga.
¡Oh!, sí. La culpa la tiene el capitalismo internacional, la culpa la tiene el cambio climático, la culpa la tienen las guerras, la culpa… ¡Sí, sí! ¡Si conocemos a todos los culpables!...
Pero ¿son tan malos de verdad? O ¿qué les ha hecho malos?... ¿Odian la vida?... ¿Tuvieron infancia?...
Y ¿los buenos…? ¿Por qué no ejercitan sus bondades?

Por supuesto que hay excepciones de seres… a los que les gusta cómo está la vida, cómo va la vida. Están contentos; seguramente, con “su vida”. Pero la vida, en general… Es difícil estar –¿verdad?-… es difícil estar contentos a propósito de la vida.
Y hemos puesto simplemente dos lacras: una social y otra individual; aunque las dos son sociales. Unos se mueren de hambre lentamente, y otros… se mueren rápidamente.
Hoy, en España, se suicidarán diez personas y lo intentarán veinte –por ejemplo-. Y no es de los más “¡Aaahhh!”... No.

¡Claro! Es cierto, es cierto, es cierto que, mientras no te toque cerca, pues ¡oye!: “¡Qué pena!, ¡qué rabia!”...
Como te toque cerca… te va a saber amarga, la vida. ¡Muy amarga!
Y todo esto nos lo dice el Sentido Orante de hoy. Como vemos, no está muy plañidero. ¡Nunca lo ha sido!
Lo que ocurre es que… se escucha de aquellas maneras –por supuesto-, se ‘impractica’ de aquellas otras y, en consecuencia, todo queda en paz.
Pero el Sentido Orante no es pacífico. Nunca lo ha sido. Siempre es reivindicativo de logros, de diferencias, de cambios, de novedades, de distintos…

Si, en cada “ama-necer”, nos damos cuenta de que somos distintos… –y no por ello dejamos de reconocer lo viviente, lo vivido, pero estamos a punto de empezar a vivir con toda esa ventaja que supone lo vivido, con todos esos avisos, con esos bagajes-, podríamos… encarar la jornada de manera distinta, diferente, sabiendo un poco, en manera consciente, cómo está la vida.
¿A cómo está el kilo de convivencia? ¿A cómo está el gramo de comunicación? ¿A cómo están los miligramos de solidaridad?…

Saber en realidad cómo está el entorno, pero de manera perceptiva, e interactuar con él… de manera operativa…
Haciendo un estar ‘convivenciable’, un diálogo fructífero, una comunicación clara, una solidaridad gozosa; un sentirse cumplidor y cumplido… como un minúsculo aporte a ese “vivir viviendo” que contemplamos cada día, y que ¡no nos gusta!, y que ¡no queremos!
Pero la humanidad lo hace, lo razona, lo sazona y lo presenta como… el único realismo posible.

No. No nos llaman a orar para… paños calientes. Nos llaman para instruirnos, para evaluarnos, para que tengamos criterios de calidad.

Fuera como fuera que llegáramos –bien sea de repente, bien sea evolucionando-, llegábamos a un espacio desconocido… en el que teníamos que aprender, por una parte, lo que nos enseñaban y, por otra parte, lo que íbamos descubriendo; y, merced a esa combinación, se iban instaurando procedimientos.
Se fueron estableciendo estrategias para los que llegaban… y les fuera más fácil integrarse en lo que se llama “vida”, y que aportasen novedades para que esta vida pudiera desarrollarse.

Si nos fijamos… honestamente, estamos continuamente –en esa novedad de cada día- aprendiendo; a su vez, enseñando.
Sin duda, ya ha habido suficientes estamentos de humanidad que han ido estableciendo hormas en las que han ido colocando humanidades para que no tengan que… aprender, descubrir, sino que ya tengan todo hecho.

El vivir y la vida no es un acontecer concluso. Es un “continuando indefinido”… que tiene no solamente el impulso del inicio, sino que tiene la continua asistencia ‘posibilitante’. Y con ella podemos hacer. Y con ella podemos diferenciarnos. Y con ella podemos… ver algo distinto a lo que ya está fraguado, establecido y ordenado.

Cada vez resulta más difícil sacar las piernas del fango.
Y cada vez es más insistente la propaganda que afirma que ésa es la mejor posición para no correr riesgos.


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