lunes

Lema Orante Semanal


NOS LLEVAN Y NOS RECLAMAN BELLEZA
24 de diciembre de 2018

Desde los silencios… claman por las palabras transparentes; esas que traspasan nuestro ser y dejan su vibración de eternidades.
¡Sí! “De eternidades”, porque emanan de ese silencio inmenso… promotor de sonidos, matriz de nacidos.
Y así, cuando nos llaman a orar, se hace desde el silencio del Misterio Creador.
Y desde ahí brotan las palabras precisas, necesarias.
Y así, silenciosamente, la escucha se hace atenta.

Y desde el silencio nos reclaman y nos preguntan:
“¿Cuál es tu encomienda hoy?...
¿Cuál es la demanda que te reclama?...
¿Qué bondades tienes dispuestas?...
¿Qué aportes sabes que se precisan?...
¿Cómo… cómo visionas hoy el mundo?... ¡Tan grande!...”.

Sí. La Creación depara en cada ser, con algunas de estas preguntas… como recordatorio de su presencia en la trama de la vida.

Desde el Misterio Creador, esencia, néctar de belleza, se nos advierte de la necesidad de encontrar el acontecer bello –¡bello!- de cada día.
Y parece… parece escucharse en cada rincón, un murmullo que dice: “¿Qué belleza aportas hoy…?”.
¡Y pareciera que son hambrientos los entornos y todos los seres!, los que reclaman entre dientes… reclamándote: “¿Qué belleza… aportas hoy?”.
Y a veces, como perseguidos, los seres huyen; o pensando que es para otros, y es para cada uno:
“¿Cuál es tu aporte de belleza… hoy?”.

¡Ay! ¡Ay!... Pareciera… pareciera que vivir es un reclamo constante y continuo. Pareciera que la propia vida ¡no nos deja en paz!...
“Pareciera”….

Pero sintiendo que “En el Principio era la Palabra, y nada se hizo sin ella”… ¡no nos reclaman!, ¡nos descubren desde el Misterio! Nos descubren. No somos anónimos. Nos descubren y nos señalan para que seamos verdadera trama de vida, y mostremos nuestras capacidades, nuestros recursos necesitados. Y, los que necesitamos, nos dispongamos a buscarlos… a la aventura de las revelaciones; a la aceptación de lo que se descubre.
.- ¡Eh, tú, peregrino! ¿Qué traes? ¿A dónde vas?
.- ¿Quién habla?
.- El Silencio. Sí, tú eres un peregrino. ¿Qué traes? ¿¡Qué buena nueva traes!?...
¿No sabías que eras un emisario…? ¿Que, con tu ser, transportabas algo para darlo?... ¿O quizás pensabas que eras otra cosa?

¡Sí! “Emisario”: el que emite una vibración que se espera, que se necesita.
¿A dónde vas?... ¡Ah! Pero ¿vas o… te llevan? ¿Te dejas llevar…? ¿O, ante la evidencia de que te llevan, propones y reniegas y protestas y rectificas y mientes y engañas y trastocas tus dones, y las necesidades que se esperan de ti no llegan?

Me llevan, y voy descubriendo que voy.
Me llevan, y voy descubriendo que voy.

Y si así me descubro –siendo llevado y descubriendo que voy-, la sorpresa, lo imprevisto, la novedad, ¡lo distinto!, la Creación, se hace dueña de mí… y me promueve como artista.
“La Creación se hace dueña de mí y me promueve como artista”.
Y así, en una Creación Misteriosa, me hago creativo. Y ¡creo!… en el creer… que me crea.
Y creo en el creer que me crea.

¡Ay! Con las culminantes sombras del amanecer, el ser –como crisálida- se despereza en su envoltorio. La luz le reclama, y el ser descubre sus alas. Y vuela en los suspiros, ¡en las imaginaciones!, en los imposibles… que desvela como ¡posibles!
¡Ayyy! Los miedos se desvanecen ¡ante la grandeza del vuelo!, ¡ante el silencio cómplice del viento!... tenue… pero que vigorosamente soporta nuestra imaginación.

‘Crisálidos’ dispuestos a mostrar… testimonio de vuelo; ¡a descubrirse como soplo de amor!… con las primeras luces, alentado por lo Eterno.
¡Sí! ¡Estás alentado por lo Eterno!...
Lo Eterno disfrutó con tu diseño, y eres disfrute de la Creación. No estropees ese ensueño. ¡No reniegues de tu origen! Descubre tu grandeza alentada.
“Descubre tu grandeza alentada”.
¡Asume tu Misterio!
Descubre tus ¡auténticos sentires! No los camufles. No dilates el asumirlos. Te perderás. Y, al perderte, los Alientos se harán esquivos de ti.

En la grandeza, sólo cabe lo grande.
El que se siente pequeño en la grandeza de la Creación genera el conflicto… bajo la ilusoria idea de hacerse grande. ¡Ya lo es!

Te llevan; y, en esa medida, no te perderás.
Y en ese “llevarte”, te irás encontrando necesidades, demandas...: aparentes paradas que reclaman tu atención.
No pensar que se está quieto; el mensajero continúa. Pero su continuidad de “ser llevado” contempla la mágica presencia de una atención que parece estar quieta, pero que, en realidad, en la medida en que la atendemos, se mueve con nosotros. Si, en cambio, pasamos de largo y no lo atendemos, entonces sí nuestra percepción será… que ahí se quedó quieto, “ahí abandoné”, “ahí dejé”… ¡Cierto!

Pero quien nos lleva tiene recursos para rehabilitar… nuestras soberbias.
Y así aparecen ocasiones, oportunidades, circunstancias…

En el afán de “la normalidad”, para estar de acuerdo con las opresiones poderosas, el ser pierde su espontaneidad, declina su inocencia, aparta su experiencia novedosa… y entra en la rutina obligada.

No es el Misterio Creador un poder. No tiene preceptos ni leyes ni normas. Es ¡tan grande!, que si las tuviera se hubiera asfixiado; hubiera desaparecido ‘oprimidamente’.

¡Y si lo creado es grande!... ¿por qué deberse a la dictadura de otros, a los prejuicios de otros, a los castigos de otros, a las renuncias de otros… que nos imponen?

Y en el despertar, ama-neciendo, el admirar y el admirarse se hacen casualidades creativas.
Pero hay que dejar ¡que ocurran! Es un reclamo de la vida.
Que no sea cada uno un opresor de su grandeza; un inhibidor de sus artes; un enemigo de cada una de nuestras misiones… hacia donde nos llevan… hoy.

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