HOY,
EL SENTIDO ORANTE NOS RECLAMA LA CONFIANZA
22 de octubre de
2018
No
es difícil sentir que, en esta inmensidad de Universo, dándose la peculiaridad,
singularidad y originalidad de la vida, no es difícil darse cuenta de que
apuestan… por ese vivir. Apuestan, entre otros, por nosotros.
Una
minúscula gota –para darnos cuenta de la proporción-, es nuestro sistema, en
otra gota un poquito más grande, dentro de la Creación. Es como si con un
gotero quitáramos dos gotas del mar… ¿Se resentiría éste? Seguramente no.
¿Lo
notarían? No sabemos.
¿Lo
notaríamos, que han quitado dos gotas? No.
Con
esta simple perspectiva se puede intuir, bajo nuestros niveles de consciencia,
que hay interés en mantenernos con nuestra pequeña atmósfera, nuestros anillos de
Van Allen, nuestras especiales condiciones, rodeados de meteoritos, pero no lo
suficientemente grandes como para entrar.
Esto,
en el terreno puramente físico.
Pero
anidando en este planeta, y con esta… biodiversidad tan impresionante, parece
–podríamos decir que estamos seguros-… parece que confían en la vida. Y eso
significa, también, que confían… en nosotros.
De
inmediato tendríamos que preguntarnos: “¿Y
somos dignos de confianza?”… O, también: “¿Confiamos?”. O, al responder, decir: “No, no somos muy dignos de confianza. Y tampoco confiamos mucho. Nuestra
confianza está supeditada a nuestros gustos, a nuestros puntos de vista, a… a si
las cosas son como yo creo que son…”.
¡Vaya
confianza!
Si
el Misterio Creador tuviera esos niveles de confianza tan… inestables, hace tiempo que no existiría la vida.
Mucho tiempo.
Y
si somos parte de un puzle vital –“de un puzle vital”- y tenemos una función –en
base a unos recursos- que cumplir, es inevitable confiar en el porqué de
nuestra presencia.
Y
a la hora de ejercitarnos como seres vivientes, además de la confianza personal
que cada uno tenga en sus recursos, ¿no es acaso imprescindible… confiar? Y,
obviamente, confiar en los complejos sistemas vivientes en los que nos
encontramos y en las vivencias que a diario… transcurren.
Es
evidente que la “convivencia humana” no es fiable, y cada vez hay más
desconfianza.
El
Sentido Orante nos advierte de lo evidente y nos muestra cómo nuestra propia presencia es consecuencia de una
confianza. Así que somos seres fiables, por esencia de nuestra presencia. Y si
somos seres fiables, por esencia de nuestra propia presencia, debe brotar, de
entrada, la confianza en nuestros ‘estares’ y ‘haceres’.
Y despejar… despejar
las dudas y las incertidumbres, los malos entendidos, las sospechas…
Y
ocurre que, en torno a la reciprocidad, perdemos, en multitud de ocasiones, la
posibilidad de desarrollar nuestra confianza. Sí; porque… en esta convivencia
perturbada, aquel que “confía en”, espera que confíen en él. Entra de inmediato
el negocio, la renta, el beneficio.
“Si tu confías, confía.
Y seguramente confiarán en ti. Pero no des un quantum –tan pequeño que ni
siquiera es un quantum- de confianza, a la espera de que… te recompensen”.
La
buena labor es la que no espera recompensa; y, en base a ello, la labor se hace
con plenitud. Y grandes son… los beneficios. Y grandes son las complacencias.
Hoy, el Sentido Orante
nos reclama la confianza, cuando se manifiesta
un ritmo que busca renovarse, reactivarse y… mantener calidades,
descubrimientos y fiabilidades.
Si
el reflejo de confianza de nuestra existencia se expresa en el “estar” y en el “ser”
y en el “hacer” –el “reflejo”-, podremos tener una vida y una convivencia plena…
¡de ganas!, ¡de entusiasmo!, que quite telarañas de pasados que parece que
están ahí como… ¡inevitables!
Abrir
la puerta de la casa cerrada de las confianzas, para que ¡se ventile!...
Limpiar
de trastos y dejarla vacía; disponible.
Sí;
porque en la medida en que somos disponibles, confían y confiamos. Pero en la
medida en que estamos ¡tan ocupados que somos intocables!, ¿dónde está la
fiabilidad?, ¿dónde está la disponibilidad?, ¿dónde está…?
Cualquier
proyecto, en base al Sentido Orante de la
Confianza por la vida y hacia la vida de la Creación, debe ser una
experiencia notable… ¡en todos los
sentidos!
Y
ya que estamos en la “Trascendencia del Instante” y en el “Progreso Cotidiano”,
que esa evidencia se muestre, se note.
Si
nuestro auxilio es el Nombre de la
Creación, tenemos abundantes, muy abundantes recursos para ser fiables,
confiables, viables, disponibles… y hacer del convivir una complacencia
responsable, solidaria…
Cuando
cae la noche y miramos al firmamento, multitud de confianzas se asoman para
saludarnos. Si no confiaran, se hubieran precipitado sobre nosotros. Pero están
a suficiente distancia “respetable”, como para servir de adorno y de testimonio de vida.
Cuando
los satélites humanos nos muestran las luminarias de nuestros territorios, nos
enseñan las luces de cada ciudad, de cada continente; según su riqueza, hay más
o menos.
Pero…
¿cuál es la luz de la confianza que, al llegar esa noche, emitimos, en justa
correspondencia con las luminarias que nos sonríen, y confían?
Seguramente,
bajo esta perspectiva, cada noche, al contemplar el firmamento, veamos si… hemos
sido suficientemente confiables y fiables como para… adornar algo del Universo
Creador, desde donde estamos.
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