Somos propuestas referenciales de promesas
6 de
febrero de 2017
Y
la humanidad se ha configurado en un tipo de consciencia, según la cual, se
establece… lo adecuado, lo inadecuado, lo correcto, lo incorrecto, lo válido,
lo no válido, lo fiel, lo infiel…
Un
sistema de duales propuestas, que tiene poca capacidad de absorber otras
propuestas; y que, cuando lo hace, trata de incorporarlas a una de las dos.
Y
no se trata de que sean tres…
El
sentido orante nos advierte hoy de que somos una propuesta permanente.
Tenemos
que constituirnos en una propuesta constante; porque, si bien somos enviados
por la Creación para una misión de servicio, en ella va a implícita la actitud
de proponer.
Y
así, en cada lugar, o en cada momento, o en cada tiempo de historia, seremos
una propuesta… para el arte, para el auxilio, para la fiesta, para el exilio,
para… ¡quién sabe!
Al
tomar la consciencia de “propuesta”, cada vez que nos demandemos –o nos
demanden- una opinión, un punto de vista, un criterio, una postura… ante
cualquier situación –“ante cualquier situación”-, si recordamos que somos
propuesta, haremos una expresión nuestra, proponiendo una disposición que,¡sí!,
se puede parecer a ésta o a aquélla pero… como propuesta va a ser diferente: va
a añadir un quantum; va a matizar. Que luego se tenga en cuenta o no, que luego
se realice o no… pertenecerá a un proceso. Pero, de entrada, hay una propuesta.
Si somos “propuestas”, ¡aportemos sinceramente
lo que somos!
La
reserva prolongada, promovida, con prudencia exagerada, del ser que se escuda
en los silencios, que hay que exprimirlo para que exprese una opinión, no es de
crédito…; no es acreedor de tal nivel de reserva. Que luego, curiosamente, se
emplea fuera de contexto para analizar, juzgar, condenar, criticar… –etc.,
larga-.
En
el rango del vivir, cada ser –nos advierte la oración hoy-… cada ser, con
independencia de si quiere o no quiere, es un motivo de referencia.
La
mayoría de las veces, las personas se escudan en su personalidad, en su
peculiaridad, en su origen, en su profesión, etc., para… para ser de una forma.
Tratarán de imponer más o menos sus criterios, pero prestan poca atención a que
son motivos de referencia.Es decir,
que hay otros seres que “se referencian en”;o bien para decir: “No, yo en esa línea no voy;no, a mí no me
gusta esa referencia”; o bien:“Es una
referencia valiosa, es una referencia gustosa”; o bien:“Bueno, es una referencia dudosa, es una referencia incómoda…”.
Es
decir, que se debe tomar consciencia de que, con nuestro estar –en propuestas
de cualquier naturaleza-, nos convertimos en referencias para los demás; bien
sea para rechazarnos, para aplaudirnos, para acogernos, para ignorarnos…
¡Es
de suponer!... –quizá sea suponer mucho- ¡es de suponer que, ante esta
evidencia, todo ser querrá ser una buena
referencia!...
Cuando
nos pregunten:
.- ¿Qué, qué
referencias tiene usted?
.-. ¡Ah! Pues yo
tengo la referencia de haber estado con Pepito, con Juanita, con Antonio, con
Luis… Me he formado en Harvard, en Elche, en Granada…
¡Hay
unas referencias!... Y se van elaborando a lo largo del tiempo, ¿no?
Pues
bien. Si cada uno –insisto: quiera o no quiera- es una referencia, ¿sería
lícito decir, orantemente: “sea una referencia válida”, “sea una referencia
constructiva”, “sea una referencia elogiosa”, “sea una referencia de calidad”…?
¡No
vale –no, no vale- decir!:”Yo no soy
referencia de nada ni de nadie”.
No.
Está usted ahí.¡Está usted ahí, y usted come, duerme, convive…y establece una
referencia! Y dirán de usted que es gracioso…; y dirán de usted que es poco ‘convivenciable’…;
o dirán de usted que… Pero no es un anónimo.
Y
fijarse en lo que supone ser referencia.
Igual
que nos resulta habitual y fácil decir: “¡Ah,
bueno! La propensión genética deesta persona–puesto que su padre padeció, su
madre tuvo, su abuela tuvo…-, entonces, es probable queesa genética incida…”,pues
de la misma forma, la referencia que nosotros seamos,para unos o para otros,¡influirá
decididamenteen los que nos rodean!... –y en los que no también, aunque no lo
sepan-.
Y
es que, además, la responsabilidad de vivir en la propuesta y en la referencia,
es que… las personas no toman en cuenta que, con esa actitud–displicente, por
ejemplo-, bueno, alguien dirá:
.- No, no me sirve
de referencia. La referencia que me da esta persona es la displicencia.
Y
el displicente dirá:
.-¡Es que yo soy así!
.- Ya, pero… el
efecto que produce su displicencia, en aquel otro, no es precisamente
beneficioso… Como mínimo, es incómodo.
Al tomar consciencia de propuesta
y de referencia… nos convertimos –y esto es expresión orante- en promesas.
En
promesas, bajo el sentido de… no solamente de “prometer”, no; bajo el sentido
de lo que es una promesa: algo queva a ser algo; que va a representar algo; que
supone una novedad en algo; que refresca algo; que aclimata algo. Un “algo” de
Misterio.
Como
cuando se dice: “Esta persona es una
promesa en el cante”;“es una promesa en arquitectura”;“es una promesaen
manualidades”… “Esta persona es una promesa en espiritualidad”…
Es
una promesa… que promete.
“Promesa
que promete” es promesa que todos, algunos, “alguien”… aguarda a que tú, aquel
o el otro alcance una posición…¡virtuosa!, llamativa, saludable, ¡admirable!...
¡Ay!...
Si somos propuestas referenciales de promesas–como nos sugiere el sentido
orante de hoy-, ¡estamos ante una nueva dimensión... de algo desconocido!Pero…¡son
palabras conocidas!¡Sí!,son palabras que se emplean. Pero… bajo este prisma,
juntas, y comopropias de nuestra
naturaleza, no se suelen emplear.
De
ahí que el sentido orante haga un reclamo para que… tomemos la consciencia
referencial de promesas, de propuestas… que inevitablemente están ahí, pero que
nos olvidamos, nos evadimos… Un día algo sí, otro día algo menos…
En
la medida en que conocemos, sabemos algo de nuestra naturaleza espiritual,
existencial… ¡la debemos implicar en la
vida!
Eres
una promesa eterna. Eres una referencia existencial. Eres una propuesta
permanente.
“No
lo olvides”.
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