EL ORDEN
19 de diciembre de 2016
Y así,
durante un tiempo… y otro, y otro tiempo, el orden se fue componiendo,
arreglando, institucionalizando, moralizando, ganando, y otros epítetos más.
La “justa
razón” –entre comillas- necesitaba un mundo ordenado, para así poder controlar
y manejar, manipular y… y hacerlo productivo y rentable.
Lo que hoy
se aventura con la era robótica… ya viene siendo un viejo esquema de diferentes
órdenes.
Con la frase
de “el nuevo orden” se inició la Segunda Guerra Mundial –por ejemplo-.
Pero también
“el nuevo orden” dio paso al cristianismo.
Y “el nuevo
orden” supuso la llegada del Islam.
Y los órdenes
más generales instauraron la dictadura del proletariado; y luego se fueron
gestando nuevos órdenes, de democracias populares… Y así se fueron manejando
costumbres, criterios…; ¡consciencias! –en resumen-. ¡Y lo que era bueno… –¡ay!-,
dejó de serlo con otro orden! Y volvió a ser malo, y volvió a ser bueno, más
nuevos y nuevas ordenaciones, más otras constantes…
¡Aaaay!
Hasta… hasta hace poco –pocos años-, un hombre afortunado era aquel que llevaba
un buen fajo de billetes –por ejemplo-; ahora sólo puede llevar mil –no mil
billetes, sino “mil”-.
¡Aaahhh!
Aquellas épocas de… “prohibido hablar, prohibido reunirse, prohibido…”.
.- Ahora, ¿no está prohibido? Pero si antes era malo…
.- Al revés.Ahora se reúnen, y se reúnen…
Las huelgas
eran pecado; y, ahora, hay que huelguear en cuanto se pueda, si se ve que se
tiene renta y beneficio.
¡Ay! Esas
pobres mujeres que cogían aviones a Londres, para abortar. Ahora tienen una
reconfortante Ley del aborto, que les permite ir por la mañana y descansar por
la tarde.
¿Pero no era
malo? ¿Pero no era bueno? ¿Era bueno, era malo…? Amaneció, y se vio que… que no.
Que no.
¿Es, el ser
de humanidad, un ser de orden?
¡Ah!
Rápidamente lo tomaron los militares y las sociedades herméticas, para
establecer un escalafón, una pirámide de poder de donde emanaban órdenes y
órdenes. Así se fueron gestando brillantes abogados que… las órdenes las
convirtieron en leyes; y hoy valían, pero mañana se derogaban y salía otra. ¡Bah!
¡Depende!
Se fue
amasando así una comunidad humana homogénea, defensora de sus órdenes. Era…
¡es! el motivo, la razón, la guía.
Pero,
contestando a la pregunta anterior: ¿Es el hombre–como humanidad- una especie
ordenada? ¿O es, el orden, una maniobra para recoger mejores rendimientos?
A poco que
se vea, es fácil descubrir que debido al desarrollo lento –de
individualización, de capacitación, de obtención de recursos propios, de
independencia, etc.-, no parece que el ser humano, biológicamente, sea un ser
de orden.
Más bien es
caótico, disperso, indeciso, dudoso, cambiante…
Si fuera “de
orden”, los diferentes órdenes que se han impuesto… ya hubieran conseguido un
orden definitivo. Y no.Y no.Hay que ordenar y reordenar, legislar y volver a
legislar, y volver a…
Por eso
existe el Boletín Oficial del Estado; establecer un desorden ordenadamente.
Porque cuando sabes que la cosa es blanca, probablemente dentro de tres semanas
será gris.
O sea, que
si se observa –esto es interesante-… si se observa cualquier orden, el orden
que podamos tener ahora, vemos que ese orden es un desorden, si lo comparamos
con el orden anterior; y será un desorden en el futuro.
En
definitiva, cada orden que se establece, de cualquier naturaleza, inhabilita al
anterior. Con lo cual, se demuestra que no somos ordenados; porque si no, a
estas alturas, ya hubiéramos dado con algún tipo de orden.
Sí.El
Sentido Orante reclama su llamada, para advertir al ser a propósito de su
consciencia de orden; para que no se enmohezca en órdenes que… se establecen,
establecidas, impuestas…; que sea capaz de darse cuenta de que La Creación no
obedece a ningún orden.
Todo parece,
según se mire, que está muy ordenado; hasta que explota un volcán o aparece un
terremoto o un ciclón…–por ejemplo-.
El orden ha
de ceder su preponderancia a una “organización”. El ser se organiza y tiende a
adaptarse y a estar en continuo caos.
Sí. De
hecho, existe la Teoría del Caos. Pero no es el caos que podemos imaginar desde
la consciencia del orden.Ese es un
caos ¡destructor!
Tenemos que
imaginar el caos desde la consciencia del caos. Entonces veremos las variables,
las distintas posibilidades, posiciones…¡y no nos quedaremos en una versión!,
por costumbre, por comodidad, por apatía, por depresión.
¡Ay!
¡Cuánta, cuánta amargura se destila diariamente!, porque las cosas “no tienen el orden que yo quiero, que me
gustaría”.
¡Estamos
llenos de bilis, amargura!… La bilis es amarga.Y en cuanto te descuides y pises
en un sitio, te resbalas y te caes. El orden arremete contra ti, porque la
amargura destila, se destila y se derrama.No hacen falta zombis.Se ve cómo a
veces las lagrimas son verdes… No echan lágrimas, echan bilis. Porque su orden
se ha alterado; porque lo que esperaba, ya no ocurre; porque lo que pensaba, no
es así; porque lo que imaginaba, tampoco…
Y toda esa
amargura, temor, rabia, venganza…–todo lo que aparenta ser un caos, y no lo es-
aparece. Aparece el Ángel Exterminador. El Angelito de la Guarda que todos
llevamos queda amargado. O bien se convierte en una amargura, o bien aparece el
Ángel Exterminador, que llega para ayudarnos a asegurarnos, a ratificarnos que
¡nada merece la pena!, ¡que todo es un asco! Porque no está ordenado al gusto
de la mayoría… o de la minoría… –depende a cuál faceta se persone cada uno-.
Así se puede
entender que se haya ido creando el mundo de la bilis.
Y la
amargura campea por doquier, además con arrogancia:
“¡Es que es…! ¡Hay que hacer las cosas así! ¡Es que no se puede permitir
que esto se haga así! ¡No puede pasar que esto sea de otro, de aquello, de lo
‘catupatacatu’…!”. Y
luego se habla –los más biliosos- de libertades, de justicia, de… ¡guau!
“¡Dios no es amargo!” –de
amargura-. Lo Divino no viene a…no está a… a promover nuestras desventuras…
Está más
bien para ensalzar, desde nuestra consciencia, nuestra ¡venturas!…; en dones,
posibilidades, recursos, capacidades, ideas, proyectos, respeto, admiración…Por
ejemplo.
Así que, cada
quien o cada cual, en mayor o menor medida –salvo excepciones- tiene su
vesícula biliar accesoria, para almacenar –espiritual, mental y físicamente-
las amarguras cotidianas.
¡Y todo por
el orden! El orden que te enseñaron, el orden que te imaginaste, el orden que…
¡El orden!
Y por una
parte –claro- se desdeña, se aborrece cualquier orden que no sea el propio. Lo
cual llama la atención, ¿no?Si tanto gusta el orden...
.- ¡Ah! Pero el mío…
.- ¡Ah!
Pero, ¿qué
orden puede establecer en su hacer de vida diaria el hombre –como especie-, si
no sabe lo que es la vida?
¡Ah! Y
alguno dirá: “Precisamente por eso
tratamos de ordenarla, para ver cómo es”.
¡Es que es
desordenada! Esa es la muestra que nos ha dado nuestra especie, a lo largo de
nuestra presencia en este guerrero planeta.
Entonces,
busquemos un desorden convivencial, suficientemente generoso y respetuoso para
que –¡de momento!- cada cual tenga su orden, pero no trate de imponerlo, y no
se amargue con los órdenes ajenos.
Queda bien
planteado. “Planteado”.
¡Aaaahh!
¿Pero a la mamá le gustará, aceptará y respetará el orden del hijo? ¿Al hijo le
gustará y aceptará el orden de la mamá?
¡Ah! ¡Oh!
¡Ah! ¡Oh! ¡Ah! ¡Oh! ¡Ah! ¡Oh!… ¡Eh!
La “eh” ya
es una variable muy grande. ¡Ah! ¡Eh! ¡Oh! Bueno, pues sí… ¡Ah! ¡Eh!… ¡Eh! Se
bloquea el sistema; el software falla. Sí, se bloquea porque, claro, no… Yo
tengo mi orden, y, si acepto el
orden de otro, pues ¿qué será de mi orden!
Habrá que
establecer cada uno un orden suficientemente flecoso –de flecos, de…
estructuras adaptables-, para poder aceptar –esto es un paso intermedio, claro-
para poder aceptar el orden del otro, sin… amargura.
Si ese
primer paso se diera, los seres ‘convivenciarían’ hasta ir encontrando
dinámicas de consciencia que no juzguen, ni prejuzguen, ni condenen, ni
castiguen, ni premien, sino que todo lo contrario: se dinamicen y organicen de
tal forma que el desorden de cada uno sirva para el desorden del otro, y así se
establezcan engranajes creativos, ¡novedosos!
La mañana
del viernes –viene al caso del sentido orante a propósito del “orden”- nos
sorprendía la noticia de que el mismísimo Papa Francisco llama al Vaticano al
presidente Santos y al opositor Álvaro Uribe para hablar de ellos y zanjar
definitivamente la paz. ¡Qué orden! Nos recordaba a las Órdenes antiguas de la
historia de la Iglesia, cuando los Papas ponían y quitaban emperadores, y
nombraban… –¡yo qué sé!- encíclicas, bulas, “gulas” y demás parafernalias
dominantes.
¿Qué?¿Les va
a leer la cartilla? ¡Ah! Porque los dos son católicos, ¡es verdad!
¡Ay qué
bueno! Un católico, Premio Nobel de la Paz, y… y después de cuatro años lograr
un cese de alto al fuego… y el otro dice que es un logro que embadurna la
ética, la moral, la…
¿Pero no son
católicos los dos? ¡Ah! Por eso los ha llamado el Papa. Un justicialista peronista
los va a poner en orden; además, jesuita. ¡Je! ¡Chulísimo!
Aquí, el que
no se hace “orden y mando, e imposición”… ¡no vale nada!
Y uno dice
–para terminar la noticia-… y uno dice que irá –el presidente Santos-, y el
otro dice que no sabe si podrá conseguir una avión para ir. ¡Fíjate tú!
Aaaahhh! ¡No
sabe si conseguirá un avión para ir!…
En cualquier
caso, no hay que preocuparse por esas situaciones mundiales de gran escala.Ahora
somos ricos, ¡somos ricos!, ¡todos somos ricos!, porque el pato ha llegado…
El pato: la
famosa historia… ¿Recuerdan, el “Tío Gilito”, del pato Donald? Era rico.Estaba
todo el día con… ¡Pues ya ha llegado!
–Y entonces, ¿habrá para todos?
–¿Cómo?
–Que digo que ¿no habrá para todos? –es que a veces se equivoca uno-. ¿Habrá
para ellos, más…? Y para otros… ¡qué importa!
–¿El orden de los factores altera el producto, o no? ¿O el orden de los
factores no altera el producto?¿O sí lo altera?
–¡De-de-de… depende!
–¡Eso!
¡Qué
carísima está la convivencia! ¡Qué carísima está la conciliación! Cada uno con
sus… [1]Bastos, con el Rey de Bastos y con el As de Bastos, como
si sólo existiera esa posibilidad. ¡No, no hay Copas, no!¡Y el que no tiene
Bastos tiene Espadas!… todos en busca de los Oros.
¿En qué
pintan? ¿En Copas, en Oros, en Bastos, en Espadas?
Bastos y
Espadas. O bastos o Espadas.
¿Copas?,
¡puffff!
¿Oros?, ¡a
por él!
Razón tenía,
¿eh?, la baraja española. Luego salió la otra, americana; una clara baraja de
inmigrantes mezclados, enredados…Pero lo básico estaba aquí.
Así que cada
cual establece el orden con su Espada o con su Basto, esperando recoger los
Oros que les permitan brindar por su éxito y su orden.
El sentido orante
nos muestra estas evidencias para que, teniéndolas en cuenta, hagamos una
apertura de consciencias… que establezca suficientes respetos; suficientes
recursos de conjunción, de conjugación, de comunión…, sin imposición.
Ese respeto…
a la intimidad de los otros.
Ese estar
“complaciente”… de manera diligente.
Esa
disposición de ¡no pensar por los otros!...,
y desterrar ese mundo bilioso.
Sí, parece
una quimera el creer –porque es cuestión de creer-… el creer que ese estatus de
orden pueda cambiar… a otro orden, y a otro orden–lo cual significa que no
cambia-.
Resulta
difícil creer que se pueda tener en consciencia –en consciencia- un caos
creativo capaz de generar una disposición complaciente.
Es más
cómodo y seguro apostar por una incredulidad cotidiana, que siempre tendrá su
evidencia y demostración.Y siempre se podrá enarbolar la bandera del orden que
proceda en cada instante.
Pero si
estamos en Oración, y si acudimos a la Llamada Orante, si asumimos un estilo de
desarrollo y evolución, como una opción diferente, distinta, con capacitación,
recursos y creatividad, que evoluciona y se adapta según necesidades, tenemos
que aparcar la incredulidad; o, si no, marchar con ella a los mundos incrédulos
que segregan su bilis y… y entre ellos se combaten o se hermanan para
‘biliotizarse’ más. En caso de apuro y demasiado verdor, siempre está el
merengue de Juan Luís Guerra, de “La bilirrubina”, que puede aliviar un poco el
drama.Además él es evangélico, es cristiano… ¡Pega todo!
Tenemos la
disposición creadora de “Permanecer en la Cumbre”.
Tenemos la
actitud complaciente de “El Orgasmo”, como expresión que sostiene nuestra
dinámica de adaptación.
Sí.El
Oráculo nos dice que es favorable, el momento, para ensalzar y exaltar nuestras
virtudes, nuestros dones, nuestras capacitaciones. Nos prometen sostenerlas,
evidenciarlas; que otros las admiren, y que nosotros admiremos las de otros…
Bajo un
estado complaciente… Bajo un estado complaciente que se identifica con “El
Orgasmo”; que aunque no se sepa lo que es, existe. En cada caso, seguramente,
de forma diferente… porque no se corresponde con ningún orden.
¿Seráque,
coincidencialmente, por ese “Permanecer en la Cumbre” y ese “Orgasmo Mantenido”,
en este tiempo artificial pero… de orden de una nueva consciencia de nacimiento,
de Navidad, de natividad…, será que esta coincidencia nos advierte de una gran
posibilidad? ¿Será que este sentido orante nos posibilite la amplificación de
nuestros sentires, sentidos?
Es una
pregunta con respuesta personal, que el Sentido Orante nos transmite para que
evaluemos, reevaluemos nuestra identidad.
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