LLAMADA ORANTE
El Servicio, sentido común de la especie
El Servicio, sentido común de la especie
31 de octubre de 2011
En la medida en que cada ser tiende a establecer un patrón de referencia hacia todo lo que le rodea, es fácil que aparezcan: “Quejas”. Sí, porque, en la mayoría de las veces habrá actitudes y comportamientos ajenos que no estén de acuerdo con… con cualquier protagonista. Y eso -en una especie que busca personalmente la hegemonía, el dominio, el poder- genera quejas.
La “queja” es como… o es similar a un esguince mental. Es como si, en los vericuetos del cerebro –plagado de hendiduras y de recorridos- fuéramos poniendo pivotes para delimitar los espacios por donde se puede pasar o no.
Cada queja es una exigencia a todos, para que colaboren con el que se queja. Así, van surgiendo diferentes grupos, corpúsculos, agrupaciones, etc., que sobreviven por el esguince mental de la queja. Ése es su sentido.
Naaada hay que esté a su gusto; nada hay que sea contemplado con compresión, con espera, con… No. Hay respuesta en contra, hay respuesta crítica, hay respuesta de valor… Todo ello es “queja”, más o menos clara, más o menos encubierta.
La “queja” es como… o es similar a un esguince mental. Es como si, en los vericuetos del cerebro –plagado de hendiduras y de recorridos- fuéramos poniendo pivotes para delimitar los espacios por donde se puede pasar o no.
Cada queja es una exigencia a todos, para que colaboren con el que se queja. Así, van surgiendo diferentes grupos, corpúsculos, agrupaciones, etc., que sobreviven por el esguince mental de la queja. Ése es su sentido.
Naaada hay que esté a su gusto; nada hay que sea contemplado con compresión, con espera, con… No. Hay respuesta en contra, hay respuesta crítica, hay respuesta de valor… Todo ello es “queja”, más o menos clara, más o menos encubierta.
De nada sirve -con esa actitud- que cada cuál se esfuerce por mostrar su mejor facción, sus mejores galas. Como no se coincida con el analista crítico de turno, habrá “quejas”, “peros”, “comentarios”.
Si pensamos -por un momento- que la vida es un conglomerado de opciones y oportunidades que tienen un “sentido común”, probablemente la consciencia tenga un objetivo un poco más abierto y, a la hora de compartir, convivir, congeniar…, se puedan contemplar las acciones, las actitudes y los criterios de otros, sin queja. Porque se sabe que hay un sentido común, que a lo mejor no sabemos conscientemente, pero que no es muy aventurado pensarlo. Es decir, todas las especies vivas conocidas tienen un sentido común, es decir, tienen un patrón de comportamiento, de migraciones, de cópulas, de reproducciones, de… de prestaciones, de servicios, de utilidades. Y seguramente, cada miembro de esa comunidad viva no hace un discernimiento a propósito de “cuál es el sentido común de su especie”; está ahí y se expresa.
¿Cuál sería el sentido común de la especie humana?
SERVIR. Y, probablemente, de ello se derive todo lo demás.
SERVIR. Y, probablemente, de ello se derive todo lo demás.
¿Sirve “mi” queja habitual, continua, persistente, perseverante, en ese sentido común -que es el servicio-? Evidentemente no. Porque en la medida en que hay queja, y queja, y queja, no se sirve. Ni a uno mismo, ni al cercano, ni al lejano, ni a la dinámica general de la vida. Porque hay quejas contra los microbios, contra los virus; hay quejas con el viento, con la temperatura; hay quejas con el sol…, si sale tarde, si sale pronto; hay quejas contra la sequedad; hay quejas contra la lluvia; hay quejas contra la luna…
¿Y por qué podría decirse que el “sentido común” de la especie es el Servicio? Porque si los seres no se sirven entre sí, a sí mismos…, ninguna especie -y menos aún la humana- hubiera sobrevivido. Porque es -en definitiva- el servicio que unos prestan a otros y viceversa, lo que hace posible el desarrollo de nuevas capacidades.
Al hacerse, la queja, crónica y habitual, se produce una mutación en ese “esguince mental”: EL RENCOR.
El rencor que -dicho en otras palabras- sería como las esquinas que no se limpian. Se limpia, en general, el espacio más ancho, pero las esquinas cuesta un poco más meterse en ellas.
“Las esquinas sucias del alma”: Los rencores.
Y no es que tenga muchos esquinazos el alma, no, pero se van haciendo en la medida en que las quejas van ocupando espacio.
El rencor, evidentemente, es la semilla básica para la venganza, para el combate, para la agresión, para la protesta.
El rencor que -dicho en otras palabras- sería como las esquinas que no se limpian. Se limpia, en general, el espacio más ancho, pero las esquinas cuesta un poco más meterse en ellas.
“Las esquinas sucias del alma”: Los rencores.
Y no es que tenga muchos esquinazos el alma, no, pero se van haciendo en la medida en que las quejas van ocupando espacio.
El rencor, evidentemente, es la semilla básica para la venganza, para el combate, para la agresión, para la protesta.
Si se fijan, en la organización actual -hasta donde ha llegado la especie-, es fácil darse cuenta de que hay un grupo dominante que impone sus criterios; y el que no esté ahí, está fuera; el que se queje, es castigado… Y, con su castigo, genera rencor y aguarda el momento para vengarse…, y vuelta a empezar, y vuelta a empezar… Y se van formando corpúsculos -más o menos importantes- de poder, que imponen su “modus vivendi”, su modo de vivir.
Pero ocurriría -ocurriría- ocurriría que, si ante ese modelo impositivo, dominante, manipulador, se desarrollara, no una queja, sino otro modelo no competitivo sino original, diferente, nadie vería peligrar su influencia; se podría generar hasta “respeto”, y no habría mucho espacio para la queja y, menos aún –claro-, para la mutación del “rencor” y la “venganza”.
Pero ocurriría -ocurriría- ocurriría que, si ante ese modelo impositivo, dominante, manipulador, se desarrollara, no una queja, sino otro modelo no competitivo sino original, diferente, nadie vería peligrar su influencia; se podría generar hasta “respeto”, y no habría mucho espacio para la queja y, menos aún –claro-, para la mutación del “rencor” y la “venganza”.
Si ese “sentido común” que hemos situado en el servicio -con toda la amplitud que esa palabra tiene-, bajo el sentido orante, sin duda, sería ese servicio a la comunidad viva del Universo, no sólo a nuestra especie.
Ese “sentir común” referenciado en el servicio, nos lleva a tener como patrón: Lo Divino, lo Místico… cada cuál le pondría una palabra.
¿Y por qué sería ése el patrón… desconocido, misterioso, secreto, oculto…?
Muy fácil: “Algo” ha organizado -en este lugar del Universo- las condiciones necesarias para que surjala Vida , en sus muy ilimitados niveles… -que desconocemos-. Por eso, ése sería el patrón de referencia. Nos vamos lejos, sí, para poder ejercitarnos cerca.
Ocurre -cierto- que, al desconocer los “planes divinos” -digámoslo así-, no sabemos, con frecuencia, si lo estamos haciendo bien, regular, mal… Y es ahí donde interviene el sentido operativo del servicio. Porque si mi actitud es servir -sin pretender conocer los misterios celestes- estaré confiado de que sí estoy en el sentir común con la referencia dela Creación. Porque esa Fuerza, esa Creación ha empleado el servicio como medio para que surja la vida -a la cual pertenezco-.
Ese “sentir común” referenciado en el servicio, nos lleva a tener como patrón: Lo Divino, lo Místico… cada cuál le pondría una palabra.
¿Y por qué sería ése el patrón… desconocido, misterioso, secreto, oculto…?
Muy fácil: “Algo” ha organizado -en este lugar del Universo- las condiciones necesarias para que surja
Ocurre -cierto- que, al desconocer los “planes divinos” -digámoslo así-, no sabemos, con frecuencia, si lo estamos haciendo bien, regular, mal… Y es ahí donde interviene el sentido operativo del servicio. Porque si mi actitud es servir -sin pretender conocer los misterios celestes- estaré confiado de que sí estoy en el sentir común con la referencia de
Ya las diversas religiones han esgrimido, en parte, este sentir común. Pero lo han –y por eso decimos “en parte”- lo han parcializado en el servicio a sus referencias, a sus definiciones de Dios. “Y éste servirá sólo a…”, “y éste servirá sólo a…”, y cada uno con sus preceptos y sus morales, sus leyes y sus costumbres. Con lo cual, se quejan de la óptica de los otros, y ya tenemos el germen para las “luchas de religión”.
Y eso no es un “esguince mental”, eso es una “fractura espiritual”, que dura -que no es de ahora-, que dura desde que empiezan a surgir las diferentes tendencias que pretenden apoderarse del sentir humano.
Y eso no es un “esguince mental”, eso es una “fractura espiritual”, que dura -que no es de ahora-, que dura desde que empiezan a surgir las diferentes tendencias que pretenden apoderarse del sentir humano.
La oración, en este planteamiento, juega un papel crucial. Sí, porque nos va desbrozando el camino que está cargado de impedimentos, dificultades… por la confrontación permanente de poderes sobre poderes, y quejas sobre quejas, envidias y rabias, venganzas, odios…
El sentido orante -bajo el criterio de patrón de referencia dela Creación- sin pretender establecer atributos distintos, contradictorios…
El sentido orante -bajo el criterio de patrón de referencia de
Cuando surja esa posibilidad, esa idea, ese proyecto…, busquémosle el cauce, busquémosle la realización, sin que ello suponga enfrentarse, o quejarse de la dificultad que entraña realizarlo. Plegarse, modularse a lo que se encuentra, va a facilitar enormemente la posibilidad de que, en alguna medida –¡sin que ésa sea la pretensión!-, se sirva, igual que nos han servido. Se dice que se puede devolver “ciento por uno”.
Y bajo ese patrón de referencia que se concreta en el servicio, no solamente… no solamente -por esos mecanismos de adaptación, de modulación…-, no solamente se va a servir a la idea y al proyecto que se tiene sino que se va a servir a todo lo que está relacionado con ello. Con lo cual –bajo ese sentido- es difícil que se constituya el proyecto y la idea como una queja, porque no reclama para sí el centro, ni la preponderancia ni el don de la importancia, sino que busca la realización de la referencia de la Creación , a través del vehículo del servicio.
Que las intenciones de cada ser, sean ¡atenciones! No sólo de estar atento, sino de “¡ser atento!”. Con lo cual, ya se está en la vibración del servicio.
Que las intenciones de cada ser, sean ¡atenciones! No sólo de estar atento, sino de “¡ser atento!”. Con lo cual, ya se está en la vibración del servicio.
Hagamos historia de vida en el sentido referencial del servicio Creador.
Generemos el respeto suficiente para escuchar cualquier propuesta.
Pero, a la vez, ejercitarse en el servicio descubridor de cada proyecto, y actuar con la inteligencia necesaria para llevarlo a cabo sin quejas.
Y no sólo servirá a quien lo ejercite, sino que será de utilidad a quienes lo vean y -en definitiva- se beneficien de ese servicio.
Estaremos, así, en la frecuencia del Servicio Creador, del Servicio Creativo, no en la indolencia de la imposición personal, del culto y del gusto adictivo de lo que cada uno quiera realizar.
Generemos el respeto suficiente para escuchar cualquier propuesta.
Pero, a la vez, ejercitarse en el servicio descubridor de cada proyecto, y actuar con la inteligencia necesaria para llevarlo a cabo sin quejas.
Y no sólo servirá a quien lo ejercite, sino que será de utilidad a quienes lo vean y -en definitiva- se beneficien de ese servicio.
Estaremos, así, en la frecuencia del Servicio Creador, del Servicio Creativo, no en la indolencia de la imposición personal, del culto y del gusto adictivo de lo que cada uno quiera realizar.
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