domingo

Lema orante semanal

LLAMADA ORANTE
LA GRACIA, EL MÉRITO, EL DEBER
9 de enero de 2012

Y cada… día… tiene su… gracia, su… mérito… y su deber.
¡A veces!... resulta difícil… ver la gracia.
El mérito… no es sencillo tabularlo.
Pero el deber se muestra… muy claro.

La idea… de la gracia… está ligada a la... Creación: todo acto creador es una gracia; y, en consecuencia, el producto de la Creación… tiene gracia.
Definirla… ¡es imposible!, pero sí… se puede decir que… gracia es… es aquello que… que adorna… de una manera significativa, a los seres. Y… y así, observamos cómo… cualquier ser que busquemos… en cualquier mundo o submundo –marino, terrestre, celeste-… tiene una característica o un detalle… o un comportamiento… o una actitud, que le da un especial significado.
Ese sería un equivalente de “gracia”: comportamiento, actitud, ¡manera de ser!… fisionomía, anatomía… Tienen –todos los… elementos que constituyen las estructuras vivientes- una gracia.

Pareciera que es el detalle distintivo o significativo para… descubrir, para ejercitar, para… significar lo que… cada ser… es… en la Creación
“Y éste es así para… procurar que ocurra…”. “Y este otro es así porque, gracias a ello, aquél… se nutre de…”.

Es, realmente –desde la óptica universal orante-, ¡caer en gracia!
Se suele decir también, en el argot popular cotidiano: “Está en una racha de gracia”. “Está en estado de gracia”. Dícese de aquellos momentos, circunstancias, temporadas… en las que… el ser… se encuentra especialmente… significativo, especialmente… especial. E “impresiona”…; porque ha… acrecentado, ha desarrollado, ha dejado que… que aflore su gracia.
Orantemente, podríamos decir que, además, ese detalle… –es un detalle- está nutrido, asistido, promocionado, activado y… y promovido por… ¡por toda la Creación!
El detalle de que una persona sea “así” o “asao” –con esta gracia, con esta…- no es sólo producto de sus genes, de sus… ambientes, entornos, experiencias… ¡Hay algo más!...: “Gracia”.
Y todo lo viviente “ha hallado gracias” a los ojos de la Creación. O como se dice en… en la sintonía Krística: “Llena eres de gracia” –refiriéndose a la figura de María-.
Entrar… –y esto tiene especial significancia- entrar en sintonía con el detalle de mi gracia –la que me ha correspondido-, con…
“Entrar en sintonía de mi gracia, con… ¡la confabulación que la nutre!, ¡con lo Divino!”, es… la experiencia en la que… el ser se da cuenta de su significado…, descubre… el verdadero deber… y no se vanagloria con el mérito.
Y ciertamente, quizás… por esa gracia, los seres tienden a… –desde el pulpo al coral, pasando por el elefante- tienden… a realizarse… meritoriamente…; “meritoriamente”, a los ojos de la Creación. Y que da como resultante una identidad… variable, cambiante, plegable… ¡inteligente!..., de cara a su entorno y de cara a su propia sorpresa.

Esta innata tendencia a… la perfección, a la pulcritud, a la diferenciación… en el estar –en saber… intuitivamente, presentarse, expresarse-… es un arte, sin duda, que… conlleva… un mérito. Y, quizás por… por darse cuenta de ello, el hombre ha tratado de… –¡y trata!- de “voluntarizar” la capacidad de sus méritos: de racionalizarlos, de estudiarlos, de preocuparlos, de incentivarlos…
Y en vez de… descubrirse en las habilidades y en las capacidades y posibilidades que el propio ser tiene, a veces, aprovechándose de ello, se busca el mérito a los ojos… de los demás. Se busca el mérito… para el aplauso, la recompensa, la ganancia…
Y se suele decir: “Tiene mucho mérito… lo que ha hecho, teniendo en cuenta que…”.
Sin duda, como somos fuerza, el esfuerzo está ahí como… ¡necesidad de expresión!, pero no como… obligación angustiosa o… ¡o asfixiante!

El mérito se liga… con el débito –el deber-.
“Me deben”… “Debo”…
Todo ser estructurado como vida… está en deuda; está deficitario. ¡Precisa!, ¡necesita!... de… intercambios con lo demás… –que no sea él mismo-. Por eso “debe”…; por eso “le deben”… Y por ello, en la medida en que… se hace en el sentido meritorio de nuestras posibilidades, estamos… ¡devolviendo!…; ¡dando lo que debemos!... ¡Y hacemos plenos a otros!...
Y ello… ¡estimulará a los demás para que también… hagan plenos a los demás! Una plenitud que va a tender a vaciarse… y a llenarse. Y así continuamente, con la gracia de cada ser, se acompañará el mérito… y el deber.
Y ese débito… se convierte en deber cuando… sabemos que… que nos corresponde una función… ahora; mañana, otra; al otro día, otra. ¡O, toda la vida, una!
El deber –el irlo descubriendo cada día- supone… ¡un aporte continuo… a las posibilidades de desarrollo de todos los demás!
El saberse descubierto en el propio deber… nos hace como encajar en la pieza del puzzle… de la Creación.
Y así, todo se recrea; todo se complace.

Saberse “en gracia… de la Creación”… promueve el mérito de ¡lo impecable!... Y ello trae consigo… el cumplimiento… más allá del deber.
Así, el sentido orante nos… nos recuerda y nos… ¡nos alienta!... hacia… la vivencia de la gracia…, y… nos dota de recursos y medios para… promoverse… ¡en el mérito!… y tener siempre… la respuesta al débito.

Todo ello puede suponer unas inmensas “gracias” a… al hecho de… ¡tener consciencia de vida!... –y que la tengan, de nosotros-.
Una actitud de “gracias”… incrementa nuestra gracia y… y fluidifica… todo tipo de relación.
Un “gracias” ¡de pensamiento, de palabra, de obras!… conlleva… un agradecimiento mutuo…, compartido, generalizado, universal… ¡porque podemos darnos cuenta de que, gracias a la gracia… de… aquella historia, de aquel lugar, de aquella persona, de aquella cultura… –gracias a ello- hemos descubierto… una sonrisa, una… impresión… ¡o un gusto!
Algo gratificante. Algo que nos ha… hecho plenos.

Las “gracias” por… la gracia… nos hacen… seres de fe…; seres de esperanza…; seres de entrega…

Dejarse… agraciarse… sin apropiarse de la gracia; disponerse… a ameritarse… sin ganar en importancia; y ser… un deber… más allá de lo circunscrito, de lo legislado, de lo apoderado por… el control del hombre, es… estar… en la frecuencia creadora. ¡Es... ser creativo!… Y, con ello, agraciar… Y, con ello, agradecer. Y, con ello, ser una gracia… y unas gracias… constantes.

***