jueves

Lema orante semanal

LLAMADA ORANTE

Proposiciones, disposiciones, estrategias y planes
19 de diciembre de 2011 

En la perspectiva orante… se suele observar –desde ésta- que… hay, por parte del ser, propuestas. ¡Tampoco muchas!, porque se encuentra con casi todas ya hechas –al menos, eso cree-.
Propuestas de… de vida, de comportamiento, de trabajo, de dedicación…; que, luego, a la hora de la realización –bajo la perspectiva orante-… la disposición, quien dispone cómo se va a realizar esto o aquello… no es la criatura humana, sino un conjunto de factores –llamémoslos “divinos”, por ejemplo-, los que, en forma de viento, frío, calor, humedad, palabra, pensamiento, encuentro, casualidad, circunstancia imprevisible, inesperada, suerte, champagne… pues… “¡plim!”.
También bajo la perspectiva orante, la humanidad hace… ¡planes!... y planos. ¡Planos! ¡Planos de carretera!, planos de… quebradas, ríos y cañadas… planos de musgo o de… camino de hormigas… ¡Planos! Planos…
¡Ay!, planes… ¡Los planes, los planes!... “Yo tenía un plan para… pero…” –el “pero” éste que luego…-
Lo que ocurre es que… –sí… ¡ya!-... Lo que ocurre es que el hombre –¡¿verdad?!- tiene planes… y planos… pero… no planea… –[1]¿es un estornudo casual o…? ¡je je!... ¡oportuno, desde luego!-. Y para hacer un buen plano hay que planear. ‘Planear’, de “estar por encima de”. Ni siquiera volar: ¡planear! Y los vientos y las corrientes te llevan de un sitio a otro, aunque tú puedes mover un poquito… la pluma izquierda, la contra-pluma derecha, y entonces subes, bajas… ¡bua! Pero eso es una cuestión de aves. Como mucho… diseñamos aviones no tripulados… que, o se pierden, o los tiran.
En cambio, sobre… ¡sobre!… –sobre, alrededor, en medio, arriba, abajo-… sobre los hombres planea… la atmósfera, la estratosfera, la troposfera, la ionosfera, los satélites, los planetas, las galaxias, las contra-galaxias, los agujeros negros, los agujeros blancos… –porque debe de haber agujeros blancos, ¿no?; si hay negros tiene que haber blancos; ¿o el blanco está del otro lado del agujero negro?... puede ser; quién sabe-… un gusano, dos gusanos, tres gusanos, mundos paralelos, enanas rojas, enanas marrones, enanas blancas, novas, supernovas… ¡Ahhhhhhhh![2]... ¡Todo el mundo planea sobre nosotros, menos nosotros!... ¡Uuu!... ¡Qué desespero!
-¿Pero no éramos –la especie humana- “la reina de la Creación?”...
-¡Ji-ji!…
-¡La reina!... ¿O el rey?... ¡Bueno! Total… los reyes tienen que estar casados. No se pueden arrejuntar y eso. Está feo…
-¡Ahhh!
-Pero… entonces, ¿no… no somos los reyes… de la Creación?
-¿Tú planeas?
-¡Hombre! Planear, lo que es planear… así… ¡no!
-¡Entonces!…
-Entonces… ¡Bueno! “¡Príncipes de la Creación!”
-¿¡Príncipe!? ¿Príncipe?... ‘Príncipes’ tiene que ver con “el principio”. ¿Tú estuviste en el principio?
-¡No!, ¡no!… No me dio tiempo…
-Pues… ¡pues tampoco!
-¿Y algún título así…?
-“¡Pinche!”
-¿Pinche?
-¡Sí! Un pinche
-¿Qué… qué se entiende por ‘pinche’?
-Pues… pues… pues el que está ahí para… traer la manguera, abrir el grifo, hacer un café… ayudar en lo que… ¡en lo que se pueda!
Inexperto… sin experiencia… –¡por eso pincha!-. Pregunta lo que no tiene que preguntar, habla de lo que no tiene que hablar, opina de lo que no sabe… ¡Un pinche!
-¡Mm!... ¿Y eso con el tiempo cambia o…?
-En otro momento.
-¡Oh, ya! ¡Claro!, como soy pinche… he metido la pata, ¿verdad?
-¡Sí!…
-¡Je, je, je!... Disculpe… ¡Aaaa!... O sea… o sea… o sea que…
-¡Ya! Ya.
-… Propo… ‘Propolio’ o propone… y… y otros… disponen…
-¡Yes, sir!
-Planea… pero… otras fuerzas… modifican los planes.
-¡Yes, sir!

¡A ver!… ¿Qué, qué… qué tengo que recordar… –¡atención!- ¡qué tengo que recordar de esta oración, del jueves 15 de diciembre –la mitad de diciembre- del 2011!? ¡Porque a veces uno no se acuerda!
¡Eheyyy!...
“¡Pro… propuestas, disposiciones y planes!”... ¡Summary! –de eso no hace falta que se acuerden, es para ir practicando el inglés-. “Sumario” –¡no es un juicio, es un resumen!-.
Porque queda… queda feo eso de que, después “de”… y no… ¡psss!... ¡Queda fatal!... Y te pregunte un angelito… “¿De qué ha ido… el cuartelillo[3], hoy?”... Y tú, “¡a por uvas!”[4]... Y ya se ha acabado la vendimia hace un montón de tiempo.
“Estra… estra… estrategias”: –dos puntos-.
-Entonces, ¿el sumario cuál era…?
-¡Propuestas, disposiciones y planes!
-¡Ah, bien! Es que el último no me acordaba.
-Bien. Pues ya lo tiene, ¿eh?
-¿Y lo de las hormigas?
-¿Hormigas?... ¡Ah! No, ¡era un ejemplo, hombre! ¡Ay, Dios mío!, ¡ay, Dios mío!...

[5]¡Eyyy!... ¡¡Seguimos, eh!!... ¡¡Estamos aquí!!...
Entonces, “disposiciones”… ¡No! ¡No eran disposiciones! “¡Estrategias!”... Eso, estrategias: cuando propongas algo, di luego que no… –¡je, je, je!-[6]
-¿Entonces, pa’ qué va a proponer?
-¡Para prepararte, hombre! Luego, lo que se disponga va a ser… ¡va a ser!...
Tú propones –por ejemplo- tratar un catarro de alguien lleno de mocos. Y tu propuesta es que… bueno, primero, que no tenga catarro. Llega y lo tiene: primer fracaso.
Segundo. Tú crees que, en dos o tres días, con un poquito de tabaco y… y cafetito caliente, eso se va a ir. ¡Ésa es tu propuesta! –¡fíjate!, estamos con un catarro, ¿eh?-. Y luego, pasa un poco tal… Total: que llevas diez días… siguen los mocos… se acabó el tabaco… y el café es una infusión. ¡Jo! ¡Vaya… vaya propuesta! Tú pensabas que en dos o tres días de nada… y resulta que llevas una semana; ¡diez días!
¡La disposición!, lo que va a ocurrir… ¡ahhh!...
¡Que conste que el ejemplo que hemos puesto es el de un catarro! No hemos hablado para nada de otras patologías, como las vasculitis, las periartritis escápulo-humerales o las espondilitis anquilosantes. ¡Nada! ¡Eso lo dejamos para otro rato!... ¡Yeee! ¡Caaaatarro!
-¡Un simple catarro!
-¡Sí!... ¡Destroza todos tus planes!
-¿Qué plan tienes?
-Pues yo tengo, para este fin de semana, el plan de…
-¡Bórralo! –¡je!- ¡Bórralo!... y eso: tábula rasa
-¿Tábula rasa?
-Sí. Es decir: hoja en blanco. Tú, indio, escribir antes planes: querer hablar bien inglés, noruego, en Francia. No conseguir espaguetis. ¡Stop! Mañana vendrá Ifigenia. ¡Stop! No lo sé. Gracias. Yogurt frío.
-¡Jo!... ¿Ésos son tus planes?
-¡Sí! Está claro, ¿no?
-¡Hombre, está clarísimo! ¡Está clarísimo!... ¡Pero claro, claro, claro! Ahora, pasa la página…
-¡Ya está!
-¿Y qué?
-¡Está en blanco!
-Ésa es la buena, ¡ésa es la buena! Tú, lo que ha escrito y todo eso, es… mapache –idioma que ya no se usa-. “Ma-pache: el que hace el mapa de los apaches. ¡Ja! ¡Mapache!
-¿Pero eso es un animal, no?
-¡También! ¡También un animal! Eso… es lo que quería decirte: “¡animal!”. ¡De verdad!… ¡hay ver!
-Esto es poco serio, ¿no?
-¡Hombre!… ¡hombre!

Decía el refrán –sin tener que ver para nada hoy la familia, ni abuelitas ni madres ni nada, no sea que luego no se acuerden de ellas; eso sienta fatal luego-… decían los refranes que: “la letra, con sangre entra”. No sabíamos si es que había que hacer una sopa de letras en sangre, mojarla bien y dársela al sujeto o…
Que era lo que ocurría –¡oh-oh!-, que decías: “La be con la a: ‘ba’. Y la persona decía: ‘ka’. Y tú le dabas un zapatazo –un golpe en alguna parte que le doliera- y así corregía y corregía y corregía… Y así aprendía, aprendía, aprendía… y… se quedó ese refrán: “la letra, con sangre entra”.
Pero… ¡también puede entrar con…!
Esa… esa, esa, esa… esa fórmula –“la letra, con sangre entra”-, es propia de tragedia, de dramas, y es ¡la que suele gustar!…
-¡Castígame, por favor! ¡Castígame por haberlo hecho mal!... ¡Pégame! ¡Ignórame! ¡Traicióname! ¡Hazme algo doloroso para que aprenda, porque si no, no aprenderé nunca!... ¡Jamás aprobaré la filosofía!... ni... ¡la literatura!, porque... ¡no sufro lo suficiente, como Gustavo Adolfo Bécquer!… ¡Yo quiero ser un sufriente de la Segunda y de la Primera Guerra Mundial!… ¡¡Con el sufrimiento, aprender lo que es, realmente, la victoria final!!
-¡Pues te vas a quedar con las ganas!... Soy un sádico clown que disfruta sin hacer daño…
-¡Ahh! Entonces, ¿la letra… puede entrar… sin sangre?
-¡Hombre! ¿Pa’ qué están los preservativos? ¡A ver!... ¿Para qué están? Algunos burros se los ponen en los genitales… ¡Noooo! ¡Eso hay que ponerlo en la boca!
-¡Jo, qué barbaridad!

¡Ay… ay, ay, ay, ay, ay!... La cultura humana se ha creado con tanta estrechez, que es semejante… al pliegue de un culo, cosido, que sólo ha dejado un pequeño orificio, del tamaño de una pajita, para poder hacer una pequeña diarrea diaria. Y todo lo que no sea eso, parece vulgar, parece bárbaro, parece mal… Y es… la estrechez… de la mente… Y no gusta… Y: “No creo”“A mí me parece”… ¡Ohhh!
Así que cada vez que hagan prejuicios, juicios y opiniones sobre algo, y lo condenen –como es habitual-, piensen que se acaban de coser el culo. Esto es muy importante: crear un reflejo condicionado. ¡Tantas… soeces literaturas que se dan en las películas americanas! –¿no?-, pues… no han incluido coserse el culo. ¡Hay que incluirlo!

Eeee… “Estrategias”: –dos puntos-. ¡Ah!, sí…
“Y entonces, llegó el rey Salomón en su infinita sabiduría, y dijo: [7]¡Señoras y señores! Como rey de “Salomía” –¡je!-, os pido por favor que os comportéis bien estas navidades!… –¡ja, ja, ja!- ¡a ‘sabidas cuentas’ que, como rey Salomón que soy, yo no creo en las navidades!… pero… ¡vuelve a casa por navidad!, come turrones ‘El Lobo’… ¡y algún culo cosido más!”
¡Ahh!... ¡Ahhhh! ¡Las sagradas costumbres! ¡Los sagrados momentos en los que la humanidad se junta… en torno al misterio!... ¡Ohhhh!...
Esto es más difícil de recordar… pero hay que intentarlo.
-Y yyy….popopo…por qué, ¿por qué… por qué Dios se mete tanto en nuestras… propuestas?
-Porque son malísimas… –¡jajaja!-... ¡¡Porque son malísimas!!
-¿Malísimas?
-¡Sí!
Y hay otro refrán popular –nada familiar- que dice: “¿Qué hace Dios ante las propuestas de los hombres?”... “¡Se ríe!”. E interviene –añadimos nosotros-. Sí, sí, porque si no interviene…
-¡Pero eso es un intervencionismo religioso!
-¿¡Intervencionismo religioso!?… ¡Sin duda eres un ‘pinche’!
Eres one pinche. “Juan Pinche”, te vamos a llamar.
¿Cuál es el nombre genérico de la humanidad? “Juan Pinche”. O “Juana Pincha”. Siempre hay sexistas…
“¡Ay! ¡Y porqué no ha dicho lo de las niñas!… ¡Siempre habla de lo chicos!… ¡Y las chicas…! Y las chicas, ¿qué?”.
¡Juan Pinche y Juana Pincha!
[8]Juan Pinche y Juana Pincha se fueron a casar, y el cura no quería unirlos de verdaaaa… ¿Qué pasó con Juana Pincha, qué pasó con Juan Pinchón… que ninguno, ni otro más, pudieron realizar la unión?… ¡Ay, pincha que te pincha!… Pincha, vete a pinchar… pínchame que me pinchas, que no te puedo aguantar…! ¡Ayyy!...”
Esto debe de ser de… el grupo “Mandrágora”, seguramente. Consulten con Jesús Hidalgo del Puente, y el cantor favorito que tiene: Don Harold Bejarano. ¡Ya tienen letra pa’ rato!…
-¡Qué!… ¿Nos echamos la de Juan Pinche?
-¡Venga!, Juana Pincha.
Quizás este vertiginoso comentario haya podido ser un poco voraz, y haya que oírse otra vez; pero si no, pregúntenselo a alguien que… sea avezado en la lengua española y entienda el correlato de… Juan Pincho y Juana Pincha. Por lo demás, es un paréntesis.
¡Sí! Pues… pues, pues es un entrometido. Las divinas proporciones son entrometidas en ¡todas las ocasiones!… “¡Yo traía treinta propuestas, y las treinta me las cambiaron!”…

-¿Y los planes?
-¡Bueno! Ya hemos quedado en que, para hacer un buen plan, hay que… ¡planear! Si no planeas…
-¡Ahhh!... ¡Ahhh!...
-Entonces, lo mejor para hacer un buen plan es… quedarte así, un poco… “en blanco” que se dice…
-¡Ahhh!... ¡Ahhh!...
-Y ya… y ya, y ya… y ya verás que no necesitarás nada más; porque empezarán a planear los influjos divinos sobre ti, y te irán orientando acerca de qué plan realizar. ¡No obstante!, tienes que hacer el esfuerzo por… realizar, proponer y exponer un plan.
-¡Pero si luego…!
-Sí. “Luego”… Pero es un ejercicio… ¡pinche!

En las estrategias que el ser… puede gestar… en esta inmensa Creación, lo que debe siempre figurar, bajo la perspectiva… orante –como decíamos en un principio-, es… “adivinar”.
-¿¡Adivinar!?
-¡Sí! “A…Divino”… “Hacia lo Divino”.
Sí. Y adivinar es… es… adivinar por dónde puede acontecer, por dónde puede planear… mi ocasión –¡aliento Divino!-, por dónde están las propuestas…
-¡Ah!, ¡soy un adivino!
-¡Un pinche adivino! ¡Sí señor!
-¡Ahhh!… Entonces…
Entonces, todo lo que sea razonar, intelectualizar y calcular, está bien, pero si no le ponen una “toccata” de adivinanza, estás perdut
¡Je! El domino de los idiomas es fantástico: nos permite dar el toque mágico a cada cosa. No es lo mismo pensar en bragas en francés, que en inglés –¡por ejemplo!-.
No… no pienso decir nada más. ¡Esperaban algo más, ¿eh?! ¡Pues no!
Eee… eso es lo que pasa con las propuestas: que la persona empieza a proponer, y se empieza a olvidar de ad-Divinum –¡ad-Divinum!-… ad-Divino…
-¡Eres un a-Divino!…
-¡Ahhh!…
Y sí, sí, sí… Porque la disposición y el planeado de lo Divino… [9]“¡Ahiiii…. Ahiiii… ahiiii…!”
“¡Ahí! ¡Mira ahí, hombre!… ¡Claro! Es que si estás ‘enfijao’ en otra cosa… ¡Tienes que mirar ahí! Ahí, ahí…”.

Sí. Como ocurre con el buen cóctel, como ocurre con el buen gusto, como ocurre con… el buen traje, como ocurre con… la buena presencia: tiene –¿verdad, verdad, verdad, verdad?- ¡un toque!… un toque a… Un toque. ¡Qué toque!...
-¡Qué toques tienes!, ¡de verdad!…
-¿En qué sentido?
-¡En todos…!
Bueno. Eeentonces –entonces- el ser que en creencias anda –“el ser que en creencias anda”- haría bien –como ‘pinche’ de la Creación- haría bien en adivinar –¡ad-Divinum!, ¡a-Divino!- adivinar cuáles son las… propuestas.
Ésa es la palabra clave de las estrategias: “a-Divino”.
-¡Usted es un adivino!
-¡Claro!… ¡Y usted, y usted, y usted!... Y todos los seres humanos son adivinos, lo que ocurre es que no se atreven a… practicar. ¡No! Porque, el que adivina, no lo hace por atributo propio que pueda controlar. ¡No!... No. Eso es algo que le soplan, que le dicen, ¡que pasa a su través!…
-¡Ah!
No hay ningún manual del adivino. No existe ningún texto que explique cómo adivinar. Existen trucos de magia y otras cosas más, pero ad-Divinum –“a”, “hacia” lo Divino-, adivino… ésa es una cualidad que transcurre a través nuestro, y que en la medida en que nos disponemos a sentirlo lo vamos a percibir. Pero no tenemos que hacer ningún empeño por acertar, por conseguir cuál era… la expectativa que lo Divino tenía sobre nosotros… ¡No, no, no, no!… ¡Así nunca funcionará!

Somos seres osmóticos de Dios; a nuestro través transcurre… su planeado vuelo; a nuestro través transcurren –a pesar de nuestra compacta erección-… transcurren sus propuestas, que realmente son “disposiciones”. Nosotros, con la carcasa de la propuesta, nos hacemos ilusiones. ¡Hay que cambiar!
-¿Eso significa que a lo largo del tiempo nos hemos equivocado?
-Es posible que sí.
-¿Todos?
-¡Sí!
¡No… no hay que borrar nada! Lo hecho, hecho está. Pero… ha llegado el momento de adivinar… para poder proponer con dignidad, y asumir las disposiciones que Dios nos da; y atrevernos a ir por los planes que nos… orienta.
La vida será… completamente distinta… ¡Completamente amplificada! ¡Completamente sintonizada!... con… esa Creación… de inabordables… perspectivas.
¡Y al sentirnos… en esa inabordable posición!, dejamos de ocupar el papel preponderante… perdemos ese erróneo criterio de centro de referencia y de gravedad… y entraremos a flotar… “ad-Divinum”. ¡A planear!... A hacer lo que… se disponga. ¡Que no lo van a contar! ¡Que se va a ver! ¡Que se va a hacer evidente!...
Pero si no se abandonan los hábitos de dominio, de poder… de “mis” planes, de “mis” propuestas, si eso no ocurre, todo seguirá como hasta ahora: entre dramas, tragedias, sangres y letras.
¡Dramas, tragedias, sangres y letras!
¡A–Divino!

***


[1] Alguien estornuda
[2] Como grito desesperado
[3] Refiriéndose a la oración
[4] Expresión que hace referencia al que no se ha enterado de nada
[5] Gritando.
[6] Tono macabro.
[7] Con voz de troll
[8] Cantando.
[9] Cantando