lunes

Lema orante semanal

LLAMADA ORANTE

LA HUMANIDAD SE PRECIPITA HACIA EL ABISMO
28 de noviembre de 2011


Hoy… básicamente, la humanidad se precipita –en sus… pensamientos, en sus sentimientos, en sus acciones-… hacia el abismo; ¡hacia el precipicio! Y probablemente no sea por… querer desaparecer, o querer… “auto…aniquilarse”…
Quizás… ese precipitado afán… obedece a… a querer llegar al límite del límite; más aún – ¡más aún!- cuando… ¡no hay!... –porque se han ido gastando- referencias que renueven, que reaviven, que… ¡regeneren! Y, gastadas las referencias, el ser se convierte en un “des-esperado”.
¡No conoce!... las posibilidades y los alcances, pero sí… ¡recuerda! –por sus… conquistas- el deterioro… la huída, la catástrofe, el dolor… la rabia, ¡el odio, la venganza!… Y vuelve –una y otra vez-… a su drama y a su tragedia, sin darse tregua a una comedia, a un vodevil o… o a una simple sonrisa.
Precipitados individualistas o… o comunidades grupales se… se aprestan a anunciar “fines de mundos”, fines… de alegría, fines de… logros, fines de….
El miedo atenaza y la desconfianza se acrecienta.

Es probable que, en el desarrollo de la vanidad, del poder y de la soberbia, se quiera… ¡desafiar!... a la propia vida, para ver cuánto se puede aguantar; hasta dónde se puede… reventar. Diríase que lo propio sería… ahondar en la posibilidad, ¡en el recurso!, en las opciones, en las… ¡innovaciones!, en las futuras… prosperidades.

Se suele hablar de “el sentimiento trágico de la vida” como… el inevitable final; como la ineludible… llamada del cementerio.
Pero ¡es curioso!: la vida persevera. Persevera en su presencia, en su primavera, en su verano…; en… ¡en la exuberante proporción de recursos!, para… hacer nacer una flor… o generar la fuerza para que salte un pez.
Masivas confabulaciones… mantienen en ebullición… bacterias, virus… cuadrúpedos, bípedos, voladores… reptiles… ¡humanos!...
También… ¡también eso... habrá que tenerlo en cuenta! ¡También! –además de… recorrer una y otra vez lo recorrido… ¡en tragedia, en drama, en terror, en horror, en queja!… ¡en “mal, mal, mal”!-… ¡también... habrá que depositar alguna confianza en el oleaje del acantilado!…; en la luna llena…; ¡en el parpadear de las estrellas!...; en la inmensidad de un Universo… en el que… increíblemente, flota una estructura… que alberga lo que llamamos “la vida”.
¡Como un insólito momento de viaje!: rodeada de… ¡nada!... silencio y… y luces que se encienden y se apagan. ¡Como si de una  feria de alegrías, se tratara! ¡Como si fuera a empezar… la función del circo!: payasos… ¡tigres, leones, elefantes, caballos!… trapecistas…

¿No escuchas…? ¿No escuchan el reclamo… de galaxias, que convocan a lo novedoso que ha supuesto… este lugar azul; este punto azul? ¿No escuchan…?

“¡Vengan!, ¡señores, señoras!, ¡criaturas del universo! ¡Vengan a contemplar esta bolita azul!... ¡Está cargada de sorpresas y de desesperación! ¡Contemplen cómo, con tantos dones que se les han dado…! ¡Vean, vean!… ¡qué milagro ha acontecido y ha sucedido! Y, aun así, ¡vean cómo se quieren destruir!
¡Vean!, ¡observen! –¡criaturas del universo, contempladores de lo Divino!-. ¡Vengan!... –ustedes que nunca se encarnaron- ¡vengan y contemplen… este circo de horrores!, ¡de terrores!... ¡Vengan y contemplen!... ¡Anuncian su próximo fin!… ¡Tan seguros... lo dicen, como si ellos mismos se hubieran creado! ¡Ja, ja!
¡Vengan –criaturas… del universo- vengan! Un inquieto lugar azul… se quiere inmolar. ¡Se ve incapaz!... ¡Han dejado de escuchar!…; de contemplar. ¡Han dejado de asombrarse de tanta eternidad!... ¡Y piensan y piensan que de ellos es la verdad! ¡Que de ellos depende!... –cuando… nada… de lo que acopian, les pertenece; cuando… nada de lo que hacen… es por sus logros-.
¡¡Vengan!!… ¡criaturas abisales de las profundidades… de lo oscuro!... ¡Es un espectáculo único!
Vengan… ¡y derramen! –¡por favor!- sus… experiencias… de amor: ésas que se pierden, y consumen… universos ¡que se expanden y se expanden!, e infinitamente se comunican y se recrean… ¡Sin tragedia, sin dolor, sin drama! Con serena perspectiva… y sonriente ilusión.
¡Vengan! ¡Derramen un poco de su… maravilla! ¡Cuenten alguna impresión! Quizás… alguien… de ese marasmo azul, pueda… darse por aludido; y… ¡y salgan de su… obsesión!; ¡de su pavorosa decisión de… de ser dueños... –¡posesivos farsantes!-… de sus evidencias…
¿¡Evidencias!?...

Conciben la vida con líneas rectas, cartabones, reglas… “Y esto es así… y esto es asao”… ¡Y fuerzan! –una y otra vez- a repetirse en el error, para darse la razón… y para confirmar sus… sospechas.
Pero, ¡pocos gramos de ilusión, de… anhelante pasión!… expresan. Parecen no darse cuenta… de que, envoltura tras envoltura, los han... cultivado… mimado… preservado… para que se hagan… ¡¡para que se hagan aventura!!
¡Aventureros de amor, sin descanso! ¡¡Sin posesión!! Con la oportuna… dedicación del instante…; de la fuerza de la consecución de un… jadeo anhelante que… que sueña con… poemas de amor”.

(Cinco minutos de silencio)

Los anclajes de… cientos de millones y millones de repeticiones… han ofuscado la mente. La han hecho un lamento… permanente. ¡Con especial hincapié en resaltar lo que… –en genérico- se considera “malo”!
El poder y la gloria se expresan como… símbolos de logro, aunque… a la vez, se prepara el mausoleo.

(Cuatro minutos de silencio)

Ante un desespero, ¡por allí!... hay un anhelo.
Ante… un miedo… por aquí cerca… hay una esperanza.
En la tragedia, un humor, al principio negro, ¡y luego!… vaporoso… relativo… ¡animoso!
Y cuando el drama parece estar instaurado, y el desespero, irrefrenable, un sueño... ¡un sueño por ahí ronda! Un sueño de… colores, de… ¡esmeraldas, zafiros, rubíes, topacios!... ¡brillantes, diamantes!… Estrellas caídas a la Tierra, ¡que relucen!... Y de la interrogación no saltan a la admiración. Y, del fin…, nos llevan a los “con-sinfines”.

¡Refúgiate en ese… poema que… tanto tiempo hace que no se escribe!
¡Cuéntate… tu ilusión! ¡Se notará en tus ojos, en tu actitud, en tu acción! Será motivo de… ¡alegría! Y, con ello, ¡de contagio!; de vía –de “ví a”, en oración- que… ¡en la Creación confía!... sabiéndose… gozosa… ¡de tanta y tanta ocasión!

El rocío… no amanece… sin sentido: viene… a… aclarar tu visión.


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