REFERENCIAS
27 de junio de 2011
“Referencias”… Un aprendizaje eterno.
Pronto, cada ser –cuando se encarna-, dentro de sus incipientes… sensores de referencia, va estableciendo referencias automáticas –como las hormonales, como las alimentarias, como las olfativas, como las auditivas-…
Referencias que le van a permitir, al ser, demandar y mostrarsus necesidades –de alimento, de frío, de calor…; de aliento-…
Y aunque en el transcurrir del tiempo, el ser va cogiendo elementos de autosuficiencia, estos “descubrimientos” –entre comillas- de nuevos referenciales, ya estaban puestos. No fue… un invento; un hacer. Ya estaba puesto el supermercado, la discoteca, el cine… –como, en otros tiempos, la caza, el cultivo, el sedentarismo o el nomadismo-.
Pronto, cada ser –cuando se encarna-, dentro de sus incipientes… sensores de referencia, va estableciendo referencias automáticas –como las hormonales, como las alimentarias, como las olfativas, como las auditivas-…
Referencias que le van a permitir, al ser, demandar y mostrarsus necesidades –de alimento, de frío, de calor…; de aliento-…
Y aunque en el transcurrir del tiempo, el ser va cogiendo elementos de autosuficiencia, estos “descubrimientos” –entre comillas- de nuevos referenciales, ya estaban puestos. No fue… un invento; un hacer. Ya estaba puesto el supermercado, la discoteca, el cine… –como, en otros tiempos, la caza, el cultivo, el sedentarismo o el nomadismo-.
También, cierto es que, en el itinerante proceso de la vida, las referencias cambian. Y ahora, éste es un fiel creyente, y luego es un fervoroso ateo; ahora es partidario, y mañana no es partidario; hoy admira, mañana critica. Y un largo intermedio entre medias de estos extremos.
Quizás, el ser de humanidad, ¡sorprendido por sus capacidades!, las valora en exceso y… y se constituye en molde y modelo. Y, aunque cierto es que todo ser vivo es referencia de otros seres vivos, y cada cual es referenciado, referenciable, referenciador de otros, no es menos cierto que… el apercibirse de las cualidades propias, egocentriza la actividad del ser; tiende a crear, a su alrededor, modelos de dependencia, esclavitud, monopolio, manipulación...
Sabedor de la necesidad referencial, cada cual –a su manera- trata de expandir su identidad con el fin de crear un campo gravitacional en torno a él, que le permita ser referencia y, ¡con ello!, poder, mando, orden, ejecución, castigo, premio…
Sabedor de la necesidad referencial, cada cual –a su manera- trata de expandir su identidad con el fin de crear un campo gravitacional en torno a él, que le permita ser referencia y, ¡con ello!, poder, mando, orden, ejecución, castigo, premio…
Es obvio que, en la medida en que el ser se “gravitaciona” en torno a sí –y a otros moldes a su alrededor-, tiende a despojarse de referencias; a ser él mismo la referencia.
Cuando ocurre esta situación, se empobrece todo el sistema.
Las referencias se extienden, desde la orientación de la estrella Polar, por la noche, hasta los puntos cardinales en referencia al sol, con los cuales podemos desplazarnos, orientarnos…
Referencias terrestres… de posiciones celestes.
Referencias terrestres… de posiciones celestes.
Referencias –también- humanas, en cuanto a “costumbres”. Fíjense… en las referencias costumbristas que tiene cada comunidad, cada pueblo, cada país, cada estado…
Y en la medida en que el ser no queda atrapado en su referencial cronológico de celebraciones, fiestas… –“costumbres de poder”-… en la medida en que no queda atrapado, despierta a otras referencias.
Y, así, es capaz de percibir el desarrollo de la intuición; el desarrollo de lo innato, lo infuso; el desarrollo de lo clarividente; el desarrollo de la sensibilidad… Por citar aspectos que son preámbulo de lo orante, lo fascinante, lo luminoso.
Cuando la referencia se establece en las variables imprevisibles, inesperadas, ¡inciertas!, el ser se pone al servicio de la Creación. ¡Se expresa!... como una creación continua, constante, permanente. Y su referencia no es aprehensible, dominable, dominadora, controladora, esclavizante… sino que –más bien- es… liberadora, liberadora, liberadora.
Y, así, es capaz de percibir el desarrollo de la intuición; el desarrollo de lo innato, lo infuso; el desarrollo de lo clarividente; el desarrollo de la sensibilidad… Por citar aspectos que son preámbulo de lo orante, lo fascinante, lo luminoso.
Cuando la referencia se establece en las variables imprevisibles, inesperadas, ¡inciertas!, el ser se pone al servicio de la Creación. ¡Se expresa!... como una creación continua, constante, permanente. Y su referencia no es aprehensible, dominable, dominadora, controladora, esclavizante… sino que –más bien- es… liberadora, liberadora, liberadora.
La aspiración necesitada, de la vida… busca referencias intangibles; referencias que desobstruyan los obstáculos del fluir; que rompan las cadenas del atado –del “atado”-; que nos sitúen… en la dimensión del “afecto”, de la emoción, de la atracción, del enamoramiento, de la fascinación, de la admiración; del fluido de amor que… ¡sin poder señalar desde dónde emana!, se siente.
Sea cual sea el momento referenciable en el que esté el ser, estas referencias que sugiere lo orante son las referencias que, variable e invariablemente, van a permitir el desarrollo del ser como una entidad enamorada, como una entidad renovada, como una entidad desligada… pero sutilmente entrelazada con todas las potencias vivas.
El sentirse muestra de una Creación, referencialmente, motiva al ser a –en el plano en que se mueva- a ser un modelo… de testimonio, de servicio, de respeto, de entrega.
Desaparece la referencia personal, se diluye en la necesidad universal, y se reacomoda, se recompone el ser, en un estado transfigurado que hace posible, habitualmente, lo imposible.
Es ahí cuando empieza a “vibrar” en la sintonía ¡creadora!, renovadora, ¡entusiasta!, ¡optimista!...; promotora de ideas, sugerencias y… ¡nuevas, incesantes e inagotables creaciones!
¡Ay!...
***