RESCATAR, ACLARAR, PURIFICAR
18 de julio de 2011
Rescatar aquello que hizo que la especie humana… sobreviviera; pequeños detalles puestos al día que, sin duda, necesitamos para continuar sobreviviendo.
Rescatar aquellos entornos… –floras, faunas y acontecimientos climáticos- que, en alguna medida, la especie ha deteriorado, ha arruinado; pero que está latiendo la opción de ser rescatados –para que tengan otra valoración y otro cuido-, “ahora”.
Rescatar, de cada comunidad de humanidad, aquellos valores que ¡dieron sentido!… a grupos humanos que luego hicieron posible un desarrollo, un logro, un aporte valioso.
Rescatar –¡ay!, ¡ay!- aquellos recuerdos que cada uno tiene, de aquella infancia, de aquel ¡llanto!, de aquella alegría; esa percepción que nos da el –teóricamente- haber perdido algo, cuando resulta ¡que no está perdido!, ¡que está pendiente de ser rescatado!
¡Y cuántas veces ocurre!... el que, el ser, ¡por sí mismo, no puede!, no sabe rescatarse, y se avergüenza de ¡pedir rescate! Pues bien: en el sentido orante del rescate… ¡no hay vergüenza!; hay humildad… ¡y necesidad de escuchar, de sentir, que aquél, el otro o el otro, pueden colaborar en rescatarme!
Rescatar –¡ay!, ¡ay!- aquellos recuerdos que cada uno tiene, de aquella infancia, de aquel ¡llanto!, de aquella alegría; esa percepción que nos da el –teóricamente- haber perdido algo, cuando resulta ¡que no está perdido!, ¡que está pendiente de ser rescatado!
¡Y cuántas veces ocurre!... el que, el ser, ¡por sí mismo, no puede!, no sabe rescatarse, y se avergüenza de ¡pedir rescate! Pues bien: en el sentido orante del rescate… ¡no hay vergüenza!; hay humildad… ¡y necesidad de escuchar, de sentir, que aquél, el otro o el otro, pueden colaborar en rescatarme!
Los comportamientos, las acciones y los sentires, se han ido volviendo turbios.
Lo turbio no permite la transparencia. Lo turbio se estanca. ¡Lo turbio... miente! Lo turbio engaña. Es por ello que el ser debe esforzarse en “¡aclarar!” sus maneras de estar; sus formas de expresarse.
“Aclarar”, como el agua transparente que fluye, que transcurre, que suena…
Lo turbio no permite la transparencia. Lo turbio se estanca. ¡Lo turbio... miente! Lo turbio engaña. Es por ello que el ser debe esforzarse en “¡aclarar!” sus maneras de estar; sus formas de expresarse.
“Aclarar”, como el agua transparente que fluye, que transcurre, que suena…
Aclarar implica fidelidad; implica compromiso; ¡implica!… conjunción; implica “con-fianza”.
El que se “aclara” sirve de referencia.
Lo que se “aclara” ¡permite... la evolución!
¡Lo “claro” alienta el alma!, y se funde en el espíritu.
¡Lo “claro”, explica, entiende, conoce…!
Lo “claro” permite el día, y disfrutar de las estrellas de la noche.
El que se “aclara” sirve de referencia.
Lo que se “aclara” ¡permite... la evolución!
¡Lo “claro” alienta el alma!, y se funde en el espíritu.
¡Lo “claro”, explica, entiende, conoce…!
Lo “claro” permite el día, y disfrutar de las estrellas de la noche.
Y como… ¡como si fuera una necesidad ‘inevitable’!, cuando “el rescate” se hace ¡evidente!, y “el aclararse” se muestra, “la purificación” aparece.
Mientras se “dis-fruta” de “lo claro”, se percibe que “lo claro” aspira… a un estado en el que el disfrute se hace… ¡inmenso! ¡Se hace fundido!
Mientras se “dis-fruta” de “lo claro”, se percibe que “lo claro” aspira… a un estado en el que el disfrute se hace… ¡inmenso! ¡Se hace fundido!
Pareciera que “lo claro” aspira a vaporizarse; a sublimarse; a… ¡aparecer en otro lugar!, desapareciendo de éste. Pero quizás –como el agua que se evapora, y se hace nube y se hace lluvia- ¡es posible estar en purificación, aquí!, en este tránsito celeste.
Hora… de “rescate”.
¡Es la hora!... de “aclarar”.
Ha llegado la hora de “purificar”.
¡Es la hora!... de “aclarar”.
Ha llegado la hora de “purificar”.
Orando en el “rescate”, percibimos lo sutil… ¡de lo casual!, y ello nos da el despertar de la intuición, y el descubrir “la nueva posibilidad”.
Orando en “lo claro”, en aclarar, entramos en la aceptación del misterio.
¡Orando en “la purificación”!… nos disponemos –con sumisión- a que la fuerzas de la Creación indaguen, recompongan, reinstauren… lo adecuado en nuestro ser.
Orando en “lo claro”, en aclarar, entramos en la aceptación del misterio.
¡Orando en “la purificación”!… nos disponemos –con sumisión- a que la fuerzas de la Creación indaguen, recompongan, reinstauren… lo adecuado en nuestro ser.
“Estaba… confuso. ¡Y una sonrisa! –por casualidad- aclaró mi sentido, y me dispuse… a servir”.
“¡Estaba con miedo!, y una caricia me rescató hacia la confianza. Y… ¡se aclararon mis dudas!... y me dispuse a estar”.
“¡Estaba sólo, dentro de mí! Y una casualidad –como una mirada- ¡me hizo sentirme claro en descubrir!… que, además de amarme yo, otros me amaban”.
“Estaba… ¡perdido! Pero, casualmente, alguien me llamó y aclaró mi sentido”.
“Estaba obsesionado –¡obsesionado por poseer!- ¡y un regalo me enseñó a no tener!
“¡Estaba con miedo!, y una caricia me rescató hacia la confianza. Y… ¡se aclararon mis dudas!... y me dispuse a estar”.
“¡Estaba sólo, dentro de mí! Y una casualidad –como una mirada- ¡me hizo sentirme claro en descubrir!… que, además de amarme yo, otros me amaban”.
“Estaba… ¡perdido! Pero, casualmente, alguien me llamó y aclaró mi sentido”.
“Estaba obsesionado –¡obsesionado por poseer!- ¡y un regalo me enseñó a no tener!
“¡Era radical!... como un hierro clavado, hasta que un pequeño pajarillo se posó sobre la punta herida del hierro. Y, a partir de ahí –como en una fragua- el hierro se derritió, y me hice tierra… ¡fecunda!, en donde habitan ‘álguienes’ más que yo”.
“Estaba… ¡cansado y aburrido!, hasta que escuché el canto de un grillo –¡por casualidad!- y el vuelo de una mariposa. Y, sin darme cuenta, me dispuse a… ¡cantar! Y, con mi canto, ¡sentí que mi cuerpo se transformaba!, y se hacía cómplice del grillo… y la mariposa”.
“Estaba… ¡cansado y aburrido!, hasta que escuché el canto de un grillo –¡por casualidad!- y el vuelo de una mariposa. Y, sin darme cuenta, me dispuse a… ¡cantar! Y, con mi canto, ¡sentí que mi cuerpo se transformaba!, y se hacía cómplice del grillo… y la mariposa”.
“Estaba… ¡confuso! Y ¡tú!… aclaraste mis aguas, y las llevaste a lo lejos; y me volviste a traer. Hoy… soy rocío… del amanecer”
Bsbsbsbsbsbsbsbbsbb….
Bsbsbsbsbbsbsbsbsbbs….
Bsbsbsbbsbsbsbbsbsbs…….
Bsbsbsbsbbsbsbsbsbbs….
Bsbsbsbbsbsbsbbsbsbs…….
***
