sábado

Lema orante semanal

CLARIDAD, ABANICOS, DETALLES

31 de mayo de 2010

Podría ser un motivo orante en esta semana, el incidir de una manera ¡decidida! en lo ¡claro!, en lo trasparente, en lo lúcido. Tan claro que cualquier transeúnte pueda entendernos; tan lúcido como la sorpresa del que descubre algo; tan evidente como el llover, el calor, el frío.
Hoy, que se tiende a evadir, eludir, evitar, impedir; hoy, que se tiende al individualismo sectario, se hace por momentos -muy seguidos-, difícil encontrar una comunicación, una relación ¡CLARA!... Como el agua. Habitualmente es, o turbulenta, o turbia, o rápida, o de remanso, o...con posos; difícil, difícil de saber y de impregnarse del otro -o de los otros-, porque... no es fiable el sabor de ese agua; tiene sabor, luego ya no es; tiene olor, luego ya no es; tiene color, luego ya no es. Porque el agua que calma la sed, tiene que ser incolora, insabora, insípida...

Igual o semejante a... a la comunicación o a la comunión que debemos establecer para fluir ¡como el agua! Si no, aparecen esos obstáculos, esas rigideces, esos...”explicandos” “Que no, esto es que es muy difícil, no, es que esto no se puede entender”, “es que para entender esto hay que...encarnarse en Séneca...”
-¡Jo!, ¿tan difícil es, de verdad?
-Sí, sí, no esto...no, no, no, no, no. Esto es más difícil que más difícil
-Ya, pero habrá alguna forma de... de...
-No, no, no... muy difícil.
El sectarismo de los que saben. Bueno, de los que dicen que saben; y a los que se les reconocen que saben.
-No, explicar esto: muy difícil
-Pero,¿ no me podrías dar una pista sobre Pitágoras? La hipotenusa...eso... ¿yo qué sé?
-No, no para eso hay que ser pitagórico.
Oye, qué sensación de inutilidad que se crea, cuando el lenguaje se hace hiperbólico, sectario, instrumentalista, manejador de realidades. Y claro, si no eres especial-ista, pues te quedas truncado.

Claridad.

Quizás, por la ciencia y la tecnología que se ha inmiscuido en nuestros lenguajes, a veces no sea sencillo. Y si no empleamos las palabras al uso según la profesión, pues sea muy complicado explicarle a alguien que es una artrosis, sin recurrir a la Wikipedia ¿eh? Y que la persona se pueda enterar un poco, un poco.
Y no decir:
“Es un proceso degenerativo que no tiene curación y que conduce a la anquilosis y a la rigidez de la articulación”.
-“Josu, mi arma” Gracias caballero. O sea, que tú sabes menos que yo. Porque si no tiene solución, pues ya has empezado mal. Y a todo esto: degenerao vas a llamar a tu padre, no a mí. Me has dicho que es un proceso degenerativo: ¿y eso qué es?

Eso piensa la persona por dentro, ¿no?:
-
¡Uy! ¡Qué mal médico es éste!
-Fíjate, te vamos a tener que hacer una artroscopia.
-¿Una qué...?
Claro, nos parece tan normal que él tenga que saber qué es una artroscopia, y resulta que es un filósofo existencialista, que está todo el día con el zumo de uvas en la garganta y no sabe qué es una artroscopia.
Y qué decir de ciertos aspectos de la tradición, cuando algunos -¿cómo diríamos...?- , algunos perfectos o pluscuamperfectos se exhiben en su conocimiento y sabiduría y cuando algún lego pregunta:
-Oye, ¿y tú me puedes decir algo de eso del Tao? Porque es que eso del Tao no lo entiendo.
-¡UUUU! , años llevo, yo. Años llevo, ¿qué te crees? Por eso viajo tanto y... estudio tanto, años llevo. No te puedo decir nada, porque esto, esto, esto...
Fíjate, como le deja al pobrecillo, destrozao, pero destrozao, queda.
No digamos si le pregunta por los troncos y la ramas, ¡buenooo! Eso ya… Séneca al cuadrado, con lo fácil que es decir:
-Si es lo más fácil que hay, hombre. Tu fíjate en ese árbol... ¿Ves el árbol? Pues eso es. Un árbol. Como el árbol de la vida, como el árbol de la sabiduría, como el árbol chamánico... Pues un árbol, tiene tronco y tiene ramas, pero en plan chino. Ya está. Eso es, no hace falta saber nada más. Tú ves que en primavera le sale una ramita; en otoño, se le quita la otra; en invierno no tiene hojitas; y así, tú vas calculando... y atinas.
Sí, pero si empiezas a decirle: la hora shou, el tronco diez, las doce, las cuatro, las tres, las cinco de la mañana, el gobierno, las seis, el astrolabio, el tal... Claro, al pobrecillo, lo matas. Lo matas, lo matas, lo matas. Y si lo empiezas a complicar con los animales del zodiaco, la estrella polar, la galaxia en espiral... Nada, lo rematas, vamos. Y claro, ¡jamás!, ¡jamás! podrá ser como tú.
Como tu piedra pequeña, como tú...”
Hay que ser un poco más claros, ¡un poco más claros! Con el riesgo -¡ah!, ¿pero es un riesgo?- sí, con el riesgo de no ser erudito.
-¿Ah, pero no es usted erudito?
-No, no. Eso era un amigo que se llamaba: Erú. Y era pequeñito y le llamaban Erudito. Nombre arameo, Erú, Erú.
-¿Arameo?
-Sí, un nombre arameo, Erú, Erú, que significa el que aspira a saber. Que aspira ¿eh? Aspira y aspira y aspira y se hincha y se hincha y se hincha… y se asfixia.
-Aaah... Éru, Éru, Éru...
-¡Claro!

-¿Y tú qué piensas que es el Yin?
-¿El Yin? ¿el Yin, de eso del “yin-off”?
-No, no, no. EL YIN... Eso es en Cai, en Cai “yin” e “Y” es lo mismo. En Cai, sí. Pero, en chino, no.
- El Yin. El Yin, te refieres al Yin.
-Sí, al Yin.
- Aaah. Ayyy... pues, mira: así, a primera vista, por dentro. Por dentro. Eso es lo que se me ocurre: POR DENTRO.
-¿Y YANG?
-Pues está claro: POR FUERA.
Claro, lo de dentro se relaciona con lo de fuera. Y el niño lo entiende perfectamente, la verdad:
¡YYYYYYYYY!, por dentro
¡YAAAAAAAA! La palabra: AAAAAAAA, por fuera, se expande, se expande, ya tá.
Eso es todo. Ése era todo el misterio del Yin y del Yang.
Bueno, lo demás… pues puedes añadir, pues la oscuridad, la tarde, la mañana, la noche...y... ¿y qué? ¿y qué? Nada.
Quédate con:
¡YYYYYYYYYYY! Por dentro. ¡YAAAAAAA!, por fuera, se expande. Yin se centra, se contrae.
¡Eso es claro! ¡ES CLARO!

Y quien dice unos conceptos, dice otros:

-¿Y lo del pulso qué?
-Aaah, el pulso… aaah, el pulso… A ver, toma ese pulso. Toma el pulso, ¿qué sientes?
-¿Qué siento, qué?
-¿Que qué sientes? cuando… ¿Qué, qué, qué, qué sientes cuando tomas ese pulso? ¿Qué, qué, qué, qué te dice ese pulso?, ¿Qué cómo lo sientes?
-Pues lo siento, que no está bien…
-Pues, ya está. ¿Ves qué fácil? ¡Que fácil es!: ¡No está bien!, tienes que regular la sangre y la energía. No está bien, primera lección; continuación del curso del Bai Hui.
Segunda lección:
-Pues, ¡yo lo veo bien!
-¡Déjale en paz, entonces!; que coma bien, que duerma bien y ¡que disfrute! Sobre todo lo último, porque se puede comer mal o no comer; se puede dormir mal o no dormir, pero…!disfrutar! Entonces, lo primero: sobre todo, ¡disfruta!

Eso fue el origen de las frutas. Las flores se cansaron de llamar la atención a los seres humanos por su belleza y, como ellos querían, querían más, ¡más!, ¡más!, ¡¡¡más!!!, ¡para mi!, ¡para mi!, ¡para mi! Las flores se dieron, ante ¡tanta! ansiedad, tanta brutalidad y tanta soberbia, y se convirtieron… en fru-tos. Ese fue el origen de las fru-tas, si no, ¿pá que coño necesitábamos las frutas? Si hubiéramos sabido alimentarnos de la belleza de las flores y de su aroma, no haría falta ¡masticar fru-tas! -que, por cierto, son bastante más feas que “la flor”-. En vez de habernos quedado florecidos y hermosos, nos hemos quedado “afrutados” y escarchados… Así que: ¡dis-fruta! Sobre todo.
-¡Has disfrutado?
-Bueno…
-¡No! Déjalo… ¡No sigas!, no sigas, no sigas. Esto…
El disfrute es descomponer la fruta en una flor. Es eso.

(Se escucha un ruido de algo que ha caído al suelo)
¡Está claro! Cambio de tercio…

-¿La segunda palabra del sentido orante era?
-Abanicos
-¡Uyyy! Cuanta gente habla… A ver, Mari Cosmos, que está deseando hablar…La segunda palabra orante de hoy ¿cuál es?...
-Abanico.

Abanico.
Que más de uno habrá dicho:
“¿Lo dirá por el calor o por “la calo” que hace…?”¡No!, no, no, ¡no! ¡No!, pero también, también, también, ya saben ustedes que los abanicos los inventaron los chinos. ¡Por cierto!, ¿no? Y luego los descubrieron los andaluces, los de Jaén. Puede ser…
A un chino no le da vergüenza abanicarse con un abanico. A un español, en cambio, un poco ¡sí!, un poco ¡sí!... Pero, bueno, eso es “pecata minuta” ¡Abanico… abanico de colore! ¡ÓLE! ¡Ahí va!, abanico de colore…
¡No dejen de escuchar: “Caí, caído, cayendo, Cái”, un programa que va en decadencia, pero que se mantiene.

Eso se da en una radio que se llama “Comunicaciones Tian, 24 horas y más”. Más claro ¡imposible!, ¿eh? Propaganda directa, no sean chovinistas, no se queden en el rendimiento, ¡váyanse a Al Andalus!, “el que va hacia la luz”. Y unos de ellos son los de Cádiz. Los de Cái. ¡Escúchenlos!, necesitan apoyo. Porque si no, veo que en cualquier momento me dicen que:“Ahora llegando el verano, ¿y si descansáramos un poquillo y tal y cual…? ¡No hay descanso! ¡No hay descanso! que valga. ¡Que me los veo venir, que me los veo venir!
-
Maestro, ¿y si descansáramos de programa en verano…. Porque hace mucha calo y tal… y hablar…
-¡No, no!... Esto… es un programa eterno, ¡por Dios!, ¿cómo va a descansar? El que anda hacia la luz ¡no descansa nunca! ¿Qué vas a descansar? Anda, que como un día descanse el Sol ¡lo vamos a tener claro! ¡Eh!, bien claro.
Abanicos…

Los abanicos, como ustedes saben, también muy españoles, ¡verdad!, tienen varias ramas como los radios de una… rueda, como los de una bicicleta, ¿verdad?
Pues bueno, cada… cada ramita del abanico, podría equipararse a variables, a... posibilidades, a probabilidades, a ocasiones, a sugerencias. Si eres claro -si eres ¡CLARO!-, con el abanico cerrado, dices:
“Esto es en lo que creo: que soy torpe”, por ejemplo. ¿No? Luego, tú te quedas un poco serio al escucharlo, y dices:
-Yo creo que no. Tu... Pero, ¿torpe e… en qué?
Y dice:
-No, que soy torpe.
-Vale.
Entonces, empieza a abrir un poquito el abanico -el que ha dicho que es torpe-. Con el abanico cerrado, torpe. Empieza abrir un poquito el abanico y empieza a aparecer que:
-Es torpe, sí. Pero, mira: tiene...tiene un color de piel bonito.
- ¡Oye!, mira, mira la niña, oye qué cutis tiene más suave...
Y abre un poquito más el abanico...
-¡Oye! Mira, si no tiene molla, si tiene pierna. ¡Qué delicadeza, qué elegancia!(Porque la mujer con molla está fatal; oye, eso los hombres, que son muy fuertes. ¿Una mujer con gemelos? Por Dios, una cosa… es pa’ llevar falda larga).
Bueno, y abre otra vez al abanico, y dice
:
-Oye, fíjate, qué juego hace su sonrisa con su nariz. Es tan grande la nariz como la boca. ¡Qué equilibrio, qué equilibrio, oye! Abre otra vez un poquito más el abanico, a ver...
-¡Uuuyyy! qué pelo. Uy, qué pelo más indómito, ¡por Dios!; qué juego, qué salvajismo. Tú, tú en el amor debes de ser un... una tigresa... blanca, eléctrica, clara, según el calendario supra maya-superior.
Y abro un poquito más el abanico:
- Y oye, oye, oye qué mano más bonita tiene. A ver, déjame que te lea la mano: ¡Uy qué raya!, que indica... que... ¡Uuy!, que te vas a tener un enamorao grandísimo, que vas a tener mucha suerte y vas a tener una salud de maravilla. Oye, quilla, oye… A ver, mueve un poquito el abanico ahora...
Se mueve el abanico. Oye y se produce un poco de fresco
-¡Uy!, qué bien abanicas tú...

Y fíjate: de torpe, de torpe, lo que ha salido. O sea, que hay, hay, hay, claro que hay, pero no pa quejarse siempre, ¡coño!:
Ay! que no me gusta esto...
¡Ay! qué calor hace en el trazo celeste en verano...
¡Ay!, qué mala hora para orar a las tres, ¡Ay!, mejor era a las cinco, antes, y se quedaba el que quería.
¡Ay!, yo no entiendo esto.
¡Ay!, que mal hemos comido hoy.
¡Ay!, por qué no nos han dado jamón que hemos regalado, ¡Ay!...

-Pero, oye, ¿no has visto nada bonito? ¡Abre el abanico! Mira, mira el equipo de cocina, qué mujeres tan bonitas, ¡por Dios!, qué serviciales, cuántas nacionalidades, ¿cuándo te ha servido a ti, palurdo –eh- tantas mujeres de tantos sitos? De Cataluña, de Alemania, de México, de Andalucía, pero ¿cuándo?, tú. ¡Fíjate en lo bonito!
-Pues son los mismos bancos del año pasado.
-Fíjate, fíjate los bien conservaos que están, que los han arreglao’. Sí, fíjate, fíjate.
Oye. Pero no:
-Ay, ay que... ay que lo otro, ay que lo otro…
¡Oye!... Ay, ay, ay, ay. Con tanto “ay”, claro... Menos mal que al Bahui se le incorporan las recientes promociones que se licencian, porque los jubilados están casi todos jubilados ya. Ya lo saben to. Ya lo saben to. Ya no necesitan prepararse, ya son independientes, ya son mayores, ya son padres. Ole, ole con ole y olé.
Pero nosotros que sabemos poco, le damos al callo y duro al callo y duro al callo, a ver si se re-blanda un poco ¿verdad?
¡Por Dios! ¡Cuánta autosuficiencia! Y más y más...

Así que el abanico, verdad, en cuanto lo abres un poquillo -un poquillo, quillo, un poquillo- pues te... y lo mueves, ya ves, ves, ves que no hay ¡tanto deterioro!, ¡tanto drama!, ¡tanta queja! Porque la crisis, porque la crisis, porque la crisis, porque la crisis, porque la crisis... Cómprate un Chrysler y se te pasará, ¡hombre! La crisis, la crisis, la crisis... ¡Ya está bien! Ustedes, se suponen que son preclaros. PRE-CLAROS: que ya son más claros que claros y no se van a dejar “entuertecer”, o sea más tuertos todavia, porque les digan:“Porque hay una crisis, porque la crisis…”¡Crisis!, Norteamérica, desde 1910 tiene crisis, ha superado 5 crisis. Y ésta también. Pero si te venden el pastel diciéndote que está muy mal, pues no te lo comes… ¡bobo!, te quedas sin comer. Cátalo primero, que a lo mejor está bueno.
Como aquél que dice:
“No comáis de esto, no comáis de esto, no comáis de esto, que está mu malo”, y es para comérselo él… Eso es muy frecuente, ¿no? “No, no, no, esto no, esto no, te va a sentar mal”.

Abanicos. ¡Acuérdense! Abanicos. Cuando apriete el sol: abanicos. Cada vez que vean un abanico, se van a acordar de esta oración. Y tienen que abrir su abanico. Y cuando vean que el otro tiene el abanico cerrado, díganle:
-Abre tu abanico. ¿Tú no tienes un abanico? Te voy a regalar un abanico, ¡hombre!
Muy buena semana para regalar un abanico a amigos o amigas, y de paso explicarles un poquito el sentido orante del abanico. Porque el abanico lo inventó –lo inventó- un monje en estado de trance. Y cuando estaba en trance, en trance, y había entrado en todo, se descubrió con una mano abierta que se estaba abanicando… así. Y entonces dijo:
-¡Leche! Así no estoy quieto.

Y entonces, después, cuando volvió en sí, pues cogió unas ramillas y unas cosas y ya está, hizo un abanico.
Yo sé que esta historia no se la van a creer, y que la van a consultar a Internet… allá ustedes. Espero colgarla antes de que ustedes consulten. Y más, como el profesor Chang, Chang… entonces se lo creerán.
¿Han visto qué bonico es? Si cuanto más claro se es y cuanto más se abanica uno, mejor.
-¡Qué bien, qué a gusto! Oye, yo había entrado aquí, y no sabía si quedarme hoy o no a la oración… claro, esto de las tres, porque esto de las tres…
-¿Pues no dicen que el Uno crea al dos, el dos crea al tres? ¿Qué mejor momento para orar que las tres? Recién comidito…
Ya veremos qué hacemos el año que viene, pa arreglar tantas opiniones.

Y el tercer fonema orante era: el DE-TALLE. De-talle. ¿Cuál es su talla? Abdominal, que es la que está de moda. A partir de 102 cm en el perímetro abdominal del hombre, la grasa abdominal se convierte en un factor de riesgo cardiovascular y puede generar síndrome metabólico… ¿Ven? Estoy al día. Estoy al día a pesar de lo mayor que ya soy. ¡Mira que es difícil eso, eh! Pues eso dicen los textos: 102 cm. Otros, los norteamericanos, dicen que 94 para el hombre y 82 para la mujer… Bueno, ya saben ustedes que esto puede variar, ¿no?, depende de lo magnífico que seas. Pero bueno, hay barrigas que se ven enseguida:

-Esa señora está embarazada… tiene un perímetro abdominal de seis meses y medio…
-¡Oye! Tiene un síndrome metabólico total y completo, a todos los niveles. Luego se le pasa, claro.
En cambio, en el hombre es más complejo, más difícil, más estable, más difícil. La curva que decían “de la felicidad”, ahora resulta que se ha descubierto que es la “curva de la mortalidad”. ¡Guau! La grasa abdominal. ¡Terrible factor de riesgo cardiovascular! ¡Dios santo! ¡Dios salve al rey, que se pone malito de talle!
O sea, que hay que empezar por el talle
-Sí. He dicho el talle, ¿vale? Luego no vayan a transcribir el “tallo”, no. He dicho el “talle”. ¿Vale? Bien, estupendo. Bien.
-No, a mí me parece que había dicho el tallo de jade…
-No. He dicho el deta-lle, talle.
Bien, el detalle también es tallar. ¡Ah! Magnífica semana para hacer una talla. Una talla, una poda… una… una limpieza general de, de, de, de, de… como se le hace a la piel del gorrino cuando la matanza chqhchqhchhqhchqh… y se queda la piel así… ¡Ohhhhh! ¡Qué tiempos aquellos, cuando tomaba el sebo! (acento argentino) Hoy no tengo rabo… ahora, sólo con pensarlo, te engorda. ¡Qué traicionero es el cerdo!
¡De verdad, de verdad! ¿Cuál será la verdad?
-Pues es difícil saberla, pero a base de de-talles, dando el talle, dando las medidas necesarias para que la parte superior y la parte inferior estén de acorde con una silueta… bueno, al menos pre-sentable… o sea, que se la pueda ver sentada. Porque hay personas que tú las sientas y se le sale el mondongo por los lados y ya, de verdad… está presentable pero sólo de pie, en cuanto se sienta, ya… ¡uhhhhh! Aparece la “Guía Michelín” de todos los restaurantes y todos los pecaillos digestivos que has cometido… la “Guía Michelín”.
-Estuviste aquí comiendo no sé qué; el 14 de marzo te comiste una paella llena de grasa; el 15 de abril tomaste una cantidad de pasteles dulces refinados, se te olvidó la medicación, no tomaste los… los prostíbulos estos de la acetona… de la esta de lo… del homeópata, los globulillos. Se te olvidó el “seguril”, se te olvidó el “largactil”… uno lo tomabas pa mear y otro pa la cabeza, porque confundiste… porque aquello de lo de arriba es igual que lo de abajo, dijiste:
-Esto lo arreglo yo rápidamente, me largo un “largactil” parriba y un “seguril” pabajo. Así equilibro el líquido cefalorraquídeo…
¡De verdad!, ¡de verdad! ¡Que a veces Dios se pone de un chistoso! Y absurdo, ¿no? porque alguien dirá
“Pues vaya pérdida de tiempo la oración de hoy”.
¡Hombre!, “no me he enterao…”, no digan eso, ¡eh! Me he enterado, enteradísimo. Más claro, agua. Detalles.

Y después de el talle y tallar lo que sobra para que quede una talla… porque de seguro… ¡Ah!, no, no, ¡ah!, no. De seguro que algunos sí han hecho alguna talla, pero sería bueno que se compraran –o cogieran por la calle o en cualquier lado- un tronquito. Que vale en el doble sentido: Un tronco para representarse a uno mismo, y un trozo de madera, que se le puede denominar tronco. Se buscaran una gillete –que es lo más barato- o, si pueden, una navaja –no hace falta que sea acer-inox, ¿verdad?, pero en Albacete y todos estos sitios de por aquí, hay navajas, bueno, y navajeros de todo tipo-. Pero si no, pues vayan a cualquier basurero y encontrarán una gillete usá, tirá… (acento andalú) sí, porque hay gente mu agarrá, muy tacaña, que tiene una parálisis del cubital, del radial, y tiene una contractura palmar total, como una “induratio penis plastia” irreversible. Ahora me he “marcao” un farol que algunos no entenderán… pero pregúntenselo a los médicos veteranos que hay aquí al salir:
-¿Y eso qué e? ¿Y eso qué e?
Y ya verán.
Da gusto hacer una oración comunitaria, en la que uno pone la fama y el otro se carda la lana. Habría que…
Bueno, y para culminar los detalles… el detalle, ese detalle de decir:
-Oye, y si… y si… ahora que he pasado por esta tienda, ¿y si le compro este pendientito? Un pendientito, porque antes había que comprar dos, pero ahora, como todo vale, compras uno… compro uno. Pendiente, además, que puede valer para la barriga, para el cuello, para la nariz… pa cualquier sitio. Un “pircin” de esos… un pircin… Compro un pendiente. ¿Y dónde se lo pondrá? Adivina adivinanza, lo verás o no lo verás… ¿Y si le compro un pendiente?
Además, se lo puedes comprar a Josefa o a Antonio José. Antes sólo era para Josefa, ahora vale pa todos.
-Oye, qué detalle, qué detalle, amigo Antonio, has tenido conmigo regalándome un pendiente. ¿Sabes que llevo tiempo pensando en ponerme un pendiente y no me he decidido? Ahora que tú me has regalado un pendiente, amigo del alma, ahora tengo pendiente y me lo voy a poner. ¿Y por qué? Porque me gusta, así de simple. Y me han dicho que disfrute.
¡Ay!, qué bonico el pendiente, si es como una fresa… ¡Oye!
Y ya que paso por aquí…
“¡Ay!, mira, qué móvil tan bonito, con lo que le gustan a esta amiga mía los móviles, y qué chulada, con lápiz y todo, ¿no? Bueno, son 200€, pero una amiga es una amiga… bueno, póngame uno, oiga”.

Oye, y vas y le regalas un móvil de esos rosados-esmeralda, amarillo limón, y la haces más contenta que unas pascuas, oye... Y pagas el primer año de conexión y todo; de verdad.
Hay una compañía muy baratita que se llama “Simio”. Puede ser que la llamada no te salga, pero con lo barato que es, no vas a pretender que encima se comunique ¿no? Simio, no se olviden, simio de mono. ¡Qué detalle, oye, qué detalle!
Y en último caso, una cajita de palillos. Tú le relegas a una persona una cajita de palillos y lo primero que hace y piensa es:
-Perdona, no entiendo por qué, por qué esta caja de palillos.
-Hombre ¿sabes por qué?
Y fíjense que baratitos... son palillos... Si es posible, por favor, redondos. Sé que son un poquito más caros, pero… cuando el grupo está cañón, hay que ir a lo mínimo. A lo mínimo.
-Pero, oye qué bien, pero ¿por qué, por qué, por qué?
-Porque lo he visto.
-¿Qué has visto?
-Que eres un artista.
-¿Yo? Si yo....
-Sí. Entonces, he visto que… ¡tienes unas manos!

Todo esto se lo montan ustedes, así, ¿eh? Para justificar el regalar una caja de palillos y no decir que son muy rácanos.
-Tienes unas manos... de artista. Entonces, yo creo que, con esa caja de palillos, tú vas a hacer una construcción.
Oye, es una obra de caridad. Porque a ese hombre le das una ilusión... él sabía que era un artista, y tú también lo sabías. Pero, a partir del palillo, puedes hacer un artista. Fíjate por dónde, el tiro sale por la culata. Te ha salido, además, barato y has promocionado a un genio.
¡Regale palillos! Es un consejo orante.
Oye, qué bonito ¿eh?
Por favor, otra cosa: A ser posible que sean lo más parecido a la madera. O sea… porque hay palillos de plástico, y también hay palillos de nácar. Oh, sí, sí, sí. Claro. Entonces no hay que pasarse, tampoco.

Un detalle, un detalle de llamar a quien sabes que espera tu llamada… o no. De llamar a quien tú sabes que tienes pendiente una conversa.
Un detalle, un detalle de pedir disculpas a quien tú conoces que, hombre, que tú no has estado fino, ¡no has estado fino, Asdrúbal, tienes que... decir:
-Oye disculpa, de verdad. De verdad discúlpame, porque por mi culpa, por mi culpa, por mi grandísima culpa, tú has pensado que yo soy malo y yo no lo soy. Pero no me he disculpado a tiempo y entonces la he estropeado.
Ay, qué bonito, oye. ¿Quien no te va a disculpar, con esa explicación, sea verdad o mentira? Pues todas las personas.
Detalles, detalles.

Les advierto que, en el camino de salida de este ideograma y en el parking, hay muchas flores, ¡por favor!, no las tomen como detalles. Porque ya les veo venir: salen y ven una rosita ¿verdad?, y un detallito para ella, para él… y nos dejan sin flores en un fin de semana. ¡No! ¡por favor!, ¡gástense los cuartos! Gástense los cuartos. Bueno, si es un apuro, un apuro, un apuro y ven que con eso van a triunfar, vale. Cójala, cójala. Pídanle permiso a rosal ¿eh?, pídanle permiso al rosal. Pero tiene que ser un apuro ¿eh? Un apuro, un apuro ya de declaración, de decir:“De ésta, o me engancho o me desparramo”. Entonces, sí, pero si no, contemplen las flores. ¡Ay!, qué bonito, qué bonito.

Detalles
Si… si encima se tiene el detalle -por esta semana nada más, vamos con lo claro-, de, de hacer una pequeña oración de tres minutos. Tres ¿eh?
-¿Tres minutos? ¿No puede ser más?
-NO, no te vayas a empachar. TRES MINUTOS
-¿Y a qué hora, Maestro?
-A la que te dé la gana
-¿Y es mejor por la mañana o por la noche?
-Mecaguendiez, o sea, ¿me estás regateando tres minutos?, ¿le estás regateando tres minutos a Dios?, ¿estás buscando el método... la aplicación y método de la oración de tres minutos, como un huevo cocido? Pero bueno, ¿tú qué te has creído? ¿que Dios es un huevo cocido hecho al punto, o no al punto, pasado, no pasado? Un minuto, ya está, da igual a qué horas sea. Si pa’ Dios siempre es bueno cualquier hora. Elige la hora que más te guste. “Que te más te guste”. Esto no es muy castellano ¿verdad? lo digo para las personas que no... Pero que te más te guste. Es muy claro: QUE TE MÁS TE GUSTE. Como hablan algunos guiris, ¿no?
-¿Que te más te guste caldo de Coca-Cola?
-Sí
Y tú tienes que entenderlo, claro.
Es bien, es bien.
QUE TE MÁS TE GUSTE.
Dicho de otra forma: “LO QUE MÁS TE GUSTE” “CUANDO MÁS TE GUSTE”

-No, pues a mí me gusta más antes de comer.
-Antes de comer.

-¿Y no cree usted que podría ser después del almuerzo?
-Pues después del almuerzo
-Me dice que sí a todo…
-Si te he dicho que cualquier momento es bueno, muchacho.

Pero tres minutos, un detalle para la Creación, un detalle para la humanidad, un detalle para tu sentido Divino, un detalle ¡please!, ¡por favor! Ya sé, ya sé que cualquiera pensará:“ah, esto es fácil”
Aaah, fácil, je, je. Ya veremos, ya veremos.
Tres minutos. Nada más.
Por supuesto, esto es para las personas ajenas a este grupo, porque sabemos que todos ustedes oran horas al día. O sea, vamos, ¡Psscchhh!! Son creyentes, crujientes.
Pero… va a ser difícil transcribir esta oración, para poner en internet ¿eh?
Entonces, búsquense las vueltas para que quede aceptable para el mundo, el mundo mundial.
Detalles, detalles, detalles, detalles.
Oh, qué importantes son los detalles.
Yes, sir.
Sí, Señor
Oui, madame
Sí, señora.
Y cuánto más claros, mejor.
Qué bonito es el abanico desde el sur hasta el norte, pasando por Cataluña.
-Oye ¿y los demás qué?
-No, hemos dicho del sur hasta el norte. Hemos nombrado Cataluña, porque si no fuera por Cataluña, ya nos hubiéramos librado de Rodríguez, pero se abstuvo, ¡Se abstuvo! la convergencia. ¡Ay qué pena!, ¡ay qué pena!, ¡ay qué pena!, qué pena, qué pena.
Fíjense qué detalle, por un voto, por un voto… volvemos otra vez a la urna, a descomponernos.

Esto parece indescifrable, pero para los que estén al día, pues el gobierno ha ganado unas elecciones en el parlamento por un voto, para que las medidas económicas para paliar la crisis, salgan adelante. ¡Ganar por un voto es una derrota terrible, y si es a un socialista, peor. No deberían aceptarlo, han demostrado su incapacidad parlamentaria, de “parlare”, de hablar, de llegar a un consenso, y la oposición ésta que tiembla, no le vaya a tocar gobernar ahora, porque… porque no sabría cómo hacerlo.
Se suele decir:
“que Dios nos pille confesados”, pero ya la gente no se confiesa. Entonces, nos va a pillar… en pecado mortal. En pecado mortal, y esta crisis va durar… pues ni se sabe, ni se sabe. Ya dicen -sin disimulo-, que el número de parados aumentará hasta el 2015, sin disimulo ¿eh? Pero bueno, que igual que aumentan los parados, también van aumentar los nacidos, entonces, que se van a compensar.
Fíjense ustedes qué lenguaje, qué clarividencia, ¡de verdad!, ¡por favor, por favor! ¡Madre de Dios!

¡CLAROS! Hagan un esfuerzo, merece la pena ser como el agua.
Abaníquense, para que… para que los yuyos que se estancan, que se bloquean, esos vientos internos que se suben y bajan, y que explotan, y que dañan, se muevan como plácidas brisas, ahuyenten con el abanico los malos presagios –de los que andamos sobradísimos-. Y, a la vez que se abanican, saquen a relucir, ¡saquen a relucir!, ¡saquen a relucir en cada tramo del abanico!, sus virtudes, sus habilidades, sus recursos ¡y los de otros!
¡Abaniquen! a otro:
-
¡Ven aquí, vida mía, que te voy a abanicar un poquito. A ver ¿cómo estás, cómo estás ahora, cómo estás, cómo te sientes?
-Pero ¿cómo me siento de qué?
-Tú tienes que notar algo, que te estoy abanicando, venga, un poquito, venga, venga...

Y el detalle.
-Me has traído el chupachups que más me gusta, el de fresa. ¡Qué detalle!
-Oye, ¡qué detalle!, has ido a Dinamarca y, me has traído un danés.
Esto era un poco imprevisible. Los daneses son así. Es como el que va a Burgos y no trae morcillas. Siempre trae morcillas.
Alguna vez, alguno se… se desprende con, con algo así más propio de la tierra, y así como un lechazo, pero eso es más raro, rarís... bueno rarísimo, no, pero raro.
-Con una morcillita, estos castellanos se arreglan. De arroz, con un poco de sangre y ya está. Con bastante colesterol, triglicéridos y ácido úrico y todo lo que haga falta. Óle.
-¿Y el vino, qué?
-No, el vino se me ha olvidado
-¿y el aceite?
-No, el aceite lo pones, tú...
-Jo... con los de Burgos... ¡Madre mía, los de Burgos!
¡Qué buena gente son!, de verdad, la gente de Burgos es más buena, de verdad, de verdad, ¡oye!, cualquier detalle lo resuelven con una morcilla. Han “encuentrado”, han “encuentrado” la piedra filosofal, todo mundo buscándola sin saber dónde estaba, ¡de verdad! Con lo fácil que era.
Pues sí damas y caballeros, ladies and gentlemen, así culmina nuestro sentido orante de hoy ¿eh? Haciendo referencia, para esta semana, a tres palabras, tres:
CLARIDAD, con referencia al agua.
ABANICO, con referencia al aireado y a las posibilidades y a los recursos y a las ofertas que cada uno DA y que cada uno escucha de los demás.
Y DETALLES, el detalle de saber estar callado cuando te hablan, saber escuchar lo que te dicen, saber acordarte de los demás. Saber que hay alguien más que existe a parte de ti.

Ámen.

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