sábado

Lema orante semanal

CON-MOCIÓN", "CON-FUSIÓN", "CON-TEXTO

17 de mayo de 2010

Conmoción es aquel acontecimiento que, cuando sucede, nos sorprende; nos emociona; nos entristece o nos alegra; nos hace... que todas nuestras atenciones se vean envueltas en considerar qué es lo que ha ocurrido.

Existen desde conmociones puramente físicas... –por ejemplo, una persona que sufre una conmoción cerebral por un golpe, por un... por un susto, por... por una hemorragia, por algo…; el cerebro se... se conmociona por un... un electroshock, por... una descarga eléctrica, por un... ¡por un rayo!; hay una conmoción cerebral–, desde algo así tan físico, tan concreto, hasta la conmoción que se sufre –en el sentido de acontecer– cuando la persona se enamora, por ejemplo. Y se conmociona porque... aquello no estaba escrito, así, claramente; no se sabe cómo ha llegado, cómo ha ocurrido... Esos llamados "flechados" –¿no?–, ¡que son parecidos al electroshock! Y todo se queda así... ¡blooooo!

No, no… Quizás sean signos de inmadurez cerebral también. ¡Pero!... Pero bueno, para que ustedes vean la amplia gama que hay ¡en diferentes conmociones!, ¿no? Uno –por ejemplo– descubre... a lo mejor, a los setenta años, que aquél no era su padre, que aquélla no era su madre, ¡y te entra un poco de conmoción! O descubres que... te han estafado toda la vida en tu trabajo o en tu negocio… ¡Pues te conmocionas!, ¿no? O... que has trabajado bajo criterios y puntos de vista erróneos... porque te han manejado o manipulado... ¡Pues te vuelves a conmocionar!

Es decir, que tenemos motivos para conmocionarnos en nuestras relaciones interpersonales, ¡más!... las conmociones habituales: que cada quince segundos se muere un niño porque no hay agua potable, cada treinta minutos se suicida un señor y lo intentan veinte, en el 2025 la segunda causa de enfermedad será la depresión… Ya eso son conmociones habituales.

O sea que, como ven, la conmoción puede estar ahí, de una forma permanente y latente, puesto que la humanidad ha creado unas condiciones, suficientemente... ¡complicadas!, como para que todos tengamos, al día, una pequeña dosis de conmoción.

En esa conmoción, ¡el sujeto se conmueve! Es decir, se mueve de su estructura habitual, de su pensamiento, de su punto de vista...; ¡se conmueve! Ésa es la conmoción. Aparece otra moción, otra motivación... de repente, que no... ¡no se esperaba!

Ahora, ¡imagínense por un momento!... –¡imagínenselo!; hay que imaginárselo; hay que... ilusionarse, tener un sentido ilusionista–, ¡imagínense por un momento... que todos ustedes se creen que Dios existe! ¡Eso sí que es una conmoción de carallo!, ¿eh?

Porque, ¡claro!, se supone que... cuando uno ora y todas esas cosas –¿verdad? –, ¡que uno cree que Dios existe! Pero es una cosa... así, como... un poco... ¡light!
La convicción de que haya una Fuerza ¡Divina!, que ejercita sus acciones, y que eso supone que nosotros somos parte de la ¡Nada!, realmente es conmocionante.

Y si eso se diera, si eso ocurriera, realmente, la humanidad... ¡con tantos millones! –¡miles de millones!– de creyentes que hay!, ¡bueno!..., esta especie sería una especie... ¡súper feliz!, súper... ¡súper! Lo que pasa es que no se da esa conmoción que supone ¡el tener la consciencia de la creencia de que está!, ¡de que es!, sino que se tiene la… –¡bueno!, por momentos–la expectativa: "parece"… "yo creo"… Pero... salvo excepciones, ¡se está más con el "ego-ego"!, el "yo-yo, yo-yo, yo-yo", que lo ocupa todo; ¡casi todo! Y la toma de consciencia de esa ¡falta de conmoción!... nos parece muy importante de cara a... ¡al credo!... de cada ser.

Sin duda "creer-creer" es el equivalente de "crear-crear", y es lo que probablemente más conmocione la naturaleza de la vida.

Y, dada esa... dificultad para llegar a ese nivel, es por lo que el hombre se queda enredado en sus "con-fusiones".
¡Está confuso! ¡Está confundido! Continuamente está yendo de un lado para otro en sus búsquedas; ¡no acaba de creer! todo lo que hace, porque espera un resultado concreto. Y la confusión, la duda, la indecisión le... ¡le rodea!

Ese estado de confusión puede llegar incluso ¡a un estado de confusión mental!, en el que ¡no se es capaz de razonar!, ¡de pensar!, de…; un estado... ¡de psicopatología!, ¡de depresión!, ¡de angustia!, ¡de... ansiedad!

Ese estado de confusión puede llegar a constituir... –y ya lo es; ya lo es– un grave, un grave, ¡un grave problema de la población mundial!

¡E incluso, puede crear tal confusión –o el hombre está en tal grado de confusión–que confunde... las manzanas con las autopistas! ¡Es difícil!, ¿eh?

¡Les pongo un ejemplo! Para que vean ustedes cómo ha evolucionado el pensamiento en la confusión. Acaba de terminar un encuentro ¡mundial!... de los principales ¡líderes del mundo mundial!, convocada... –una reunión de los países nucleares– convocada por el presidente Barak Husein Obama II. Pues bien, después de hablar de muchas cosas, las palabras cruciales del presidente norteamericano fueron:"Cada vez hay más y más riesgo... –¡hay un riesgo alto!– de que grupos terroristas puedan realizar un ataque nuclear".

¡Fíjense que confusión tan terrible! ¡A primera vista no se nota nada! Y parece que ¡es razonable lo que ha dicho! ¡Pero la única vez, en la historia de la humanidad, que se ha cometido un acto terrorista con bombas atómicas –¡esa única vez!–, la hicieron los gobiernos norteamericanos!: ¡Hiroshima!, ¡Nagasaki! ¿Se estará refiriendo a ellos mismos? ¿Y lo han camuflado con Al Qaeda and company? ¿O se le habrá olvidado de que eso ocurrió hace apenas cincuenta años? ¡Qué confusión más tonta!, ¿verdad? ¡Y aparentemente la frase está bien dicha! Es decir, "existe cada vez más riesgo de que grupos terroristas puedan hacer un ataque nuclear".
Y... y... Pero si... ¡Pero oiga! ¡Pero si el único ataque nuclear que ha habido en el planeta lo han hecho ustedes! ¡¿Uumm?!

Quizás si hubiera dicho: "Hombre, ¡dada la experiencia que tenemos en ataques nucleares... –¿eh?–, no queremos... no queremos que esto vuelva a suceder, y tenemos que estar atentos para que a ningún otro loco, como Truman o lo que sea –¿verdad?-, se le ocurra la idea de lanzar dos bombas atómicas!"
¡Fíjense con qué facilidad la confusión parece convertirse en claridad!

Está claro... –para aclarar la confusión– que los países que tienen más riesgo de producir ataques o accidentes nucleares... ¡son los que tienen arsenal nuclear!

¿Ahora, entonces, vamos a preocuparnos de si algún terrorista consigue algún arma nuclear? ¿Y de dónde la conseguiría? ¡Porque eso no se fabrica en la cocina! ¡Suponemos que se la... proporcionaría alguien que... que las tiene!, ¿no?

Y confusiones... de ese tipo ¡pues hay muchísimas! Como otra reciente –esta vez por parte del Vaticano–, que dice que "los casos de pederastia son debidos a los homosexuales; que ésos son los que tienen la culpa".¡Fíjate tú!... por dónde salen ahora los curas.

¡Claro!, rápidamente han reaccionado los gays, y han dicho que "¡psss!"; que "¡un momento!, ¡un momento!… ¡Que hacen una manifestación mañana en la Plaza de San Pedro... y le montan un escándalo al Papa de la ostia!"

Entonces, rápidamente ha corregido el Vaticano, en su confusión –que tiene una confusión terrible–, y ha dicho que no, ¡que ellos lo que querían decir!... –pero que no dijeron– era que ¡solamente los homosexuales curas son los que practican la pedofilia!

¡La verdad es que el Papa Benedicto XVI, alias “sor Ratzinger”, tiene una confusión muy grande!

“Sor” es un apelativo –que significa "sor"– para designar a las monjas: sor... sor Alicia, sor Ana, sor Gertrudis… Igual que para los sacerdotes se dice padre Antonio, el padre Luis, el padre Rodolfo, para las monjas se usa el apelativo de sor. Entonces nosotros, cariñosamente, para... para animar al Papa, le llamamos por su nombre: Benedicto XVI, alias –o sea, un apodo– “sor Ratzinger”.
Ratzinger es como los hermanos Castro, "los hermanos Ratzinger". ¡Tienen... tienen un jaleo!, ¡una confusión! montada en Alemania... con la pederastia, ¡terrible! ¡De verdad!

No estaba previsto orar en alemán, pero ya que estamos pues… ¡Porque ahora los pasos de la iglesia están en manos de la mentalidad alemana!

Sí, definitivamente hay una confusión en cualquier nivel que entremos a investigar; a dialogar. Hay una confusión como generalizada, ¿no? E insisto, es importante darse cuenta de confusiones así, ya "socialistizadas", en las que... pues es normal, ¿no? Y... y... y se olvida esto, se olvida aquello, se oculto esto, se oculta aquello, y se saca de la confusión una frase o un dicho, y... ¡y eso es lo que vale!

¡Imagínense por un momento una persona inocente! ¡Cosa rarísima!, pero imagínenselo. ¡Y que decide inocentemente creer! ¿No entrará, acaso, nuestro inocente ejemplo en confusión, cuando empiecen a decirle que Dios es Alá, pero Alá es Mahoma, ¡pero Mahoma es Krishna! ¡Krishna es Shiva! ¡Pero no!, ¡Cristo es Dios! ¡Dios, no!; ¡es Jehová! ¡Es Zaratustra!… ¿Qué... qué... qué?... ¿Ustedes creen que esa mente, ¡que era inocente!, después de ese... "canatalatalú"... creen ustedes que se aclarará?

Finalmente, ¡el pobre inocente termina creyendo que Margaret Thatcher es la virgen María! ¡Fíjate tú que es difícil!, ¿eh? En la confusión, pues... ¡es posible! ¡Aunque se llame Margarita!, ¿no?

Entonces, llega un momento en que, el pobre creyente, puede entrar en una confusión tan grande que se descubra... ¡rezando al panadero de la esquina! o... o a su tía... Eufrasia, porque se ha equivocado en Alá es grande y... y Jesucristo es pequeño, y no sabe ahora cómo arreglarlo, ¿eh?

Y en ese estado de confusión tenemos que –para tratar de aclarar un poco esos cortocircuitos– entrar en la tercera palabra:
Contexto. Es decir, ver qué... qué textos hay. El contexto es el entorno que nos rodea: con su historia, con sus características, con sus maneras de enfocar las cosas... Entonces, ver en qué contexto me estoy moviendo; preguntarnos: "¿cuál es el contexto en el que se mueve... la mayoría de la humanidad?"

Pues se mueve en el contexto del sufrimiento. Ésa es la constante vital, el sufrimiento. ¡Y debo saber cómo es ese contexto, para, en consecuencia, establecer una estrategia que me permita realmente vivir; realmente tomar consciencia de lo que significa el milagro de la vida.

El contexto... lo vamos... lo están, lo hacen, lo hacemos todos, todos los días. Si bien es cierto que hay una serie de textos –como son leyes, normas, costumbres, idiomas, signos, etcétera…– ¡que están ya ahí! Cuando nosotros llegamos, pues ya estaban puestos, ¿no? Pero, pero... nosotros podemos colaborar a que todos esos textos sigan igual o introducir nuevas... y diferentes referencias de contexto, y... y crear otros contextos; otros entornos, que van diferenciándose de los anteriores.

¡Fíjense! Se acaba de producir una variable en el contexto, y volvemos otra vez a... a la Santa Sede –que mejor sería llamarle "estado del Vati-cano", porque de "santa" tiene poca–.
Dado el contexto en el que se está moviendo ahora el... el... el problema de la pederastia, han elegido establecer una estrategia para que no... ¡llueva más sobre ellos! Y escuchen bien. ¿Qué han decidido, como estrategia, en el Vaticano? ¡Rehabilitar a los Beatles! ¡Sí, señores! ¡Porque estaban condenados! ¡Los han rehabilitado! ¡Y dicen que eran chicos peludos!, ¡escandalosos!…; ¡que tomaron drogas!; ¡que no eran un buen ejemplo para la juventud!, pero que, indudablemente, ¡hay un antes y un después de los Beatles! ¡Y que ellos ahora lo reconocen! Y el director de L’Osservatore Romano, órgano oficial de
la Santa Sede, ha dicho que ¡él es un admirador insaciable de los Beatles! ¡Fíjense ustedes por donde ha salido... el "con-texto"! Dentro de poco San Lennon... estará punto de nacer. ¡O San McCartney!, ¡o yo qué sé!…
Recordamos –dentro de la confusión– que, al poco de ser elegido Papa, Benedicto XVI dijo que el rock and roll de los Rolling Stones era diabólico. Y ahora rehabilitan a los Beatles. ¡Nos imaginamos dentro de poco a Mick Jagger leyendo la epístola a los Corintios... con el papa Benedicto XVI! ¡Para cambiar de contexto! ¿Me entienden?
¿Cuánto tiempo tardarán en aparecer los vendedores de marihuana en
la Plaza de San Pedro? ¡Poco!

¡El contexto! El contexto en el que... ya, a la pérdida del poder... –que llegó a ser absoluto por parte de la iglesia–, ante la pérdida del poder, se busca a toda costa el ¡tratar de recuperar! espacios que ya son irrecuperables. Y se trata de... contextualizarse, para ser algo más admitidos, cuando ya… no es momento.

El contexto del vivir debe ser algo en el que cada ser aporta su risa, su canto, su seriedad, su chiste, su experiencia. Podría ser –¡y no es difícil!– que todos los días, desde esta óptica orante, nos dijéramos: "bueno, ¿qué he aportado yo al contexto en el que vivo hoy? ¿Qué he aportado yo hoy?"

Por ejemplo, cuando llegue la noche y... y personalmente me pregunte:"bueno, ¿tú qué has aportado al contexto hoy?" Pues ahora mismo... ahora mismo, ahora mismo, ahora mismo... tengo apuntado ya unas cuatro o cinco risas. Eso... eso lo he aportado yo personalmente. Entonces, ¡eso ya no me lo puede quitar nadie! ¡Nadie!
Dice:
"Entonces... ¡Pero eso es parte del contexto!"
¡Claro! Eso es parte del contexto. No... no has ido... expresamente; ¡no! ¡Pero!... pero... la consecuencia de la oración ha sido que alguien se ría y lo disfrute. ¡Pues qué bien! Ha aportado al contexto una sonrisa. Y creo que todo lo que implique sonreír, en cualquier contexto, es... ¡saludable!

Además... el profeta Mohamed, Mahoma, decía que aquellos que hacen posible que los demás se rían, ¡tienen un trozo del cielo asegurado! ¡Yo me apunto! ¡Yo me apunto a eso!… Que está feo que uno lo diga porque… ¡hala!, hala!… ya... propaganda…No,pero... ¡psss!… ¡Eso alivia mucho otras muchas penas! Está, sin duda, fuera de contexto, ¡porque el contexto es sufrir y estar serios y estar compungidos! Pero... es nuestra forma de aportar al contexto ¡otra dinámica!

¡Señoras y señores! ¡Ladies and gentleman! Nos toca decirles que estamos seguros –seguros, seguros, seguros…–, ¡absolutamente! –¡ya es difícil, ¿eh?, absolutamente–, absolutamente seguros de que, cuando Dios... –¡o como quieran llamarle!– creó el mundo... ¡estaba de buen humor! Hemos dicho "estaba de buen humor". No hemos especificado si se reía o no; si se carcajeaba o no; si se regocijaba diciendo:"¡Huuuu!… ¡Ya verás tú lo que me voy a divertir yo con esto!" ¡No!; simplemente ¡de buen humor!, ¡buen humor!, de un humor bondadoso.

¡Sin duda esto aclara nuestras posibles confusiones! Y nos conmociona hacia, hacia... hacia un sentido del humor que facilite el desarrollo de las cosas ¡y no lo obstaculice!

¡Dios es grande!
Y, en su grandeza, nos... alivia el contexto.
Y, en su grandeza, nos disipa la confusión.
Y, en su grandeza, nos conmueve hasta el infinito.

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