jueves

Lema orante semanal

LAS BENDICIONES

12 de abril de 2010

Aquel ha sido bendecido. Mira su porte. Observa su salud. Date cuenta de sus riquezas...
Aquel otro... ha sido maldecido. Observa su cojera. Mira su sordera... Ten en cuenta su mal humor.
Aquel de allí... también ha sido bendito, porque su andar es elegante, su sonrisa es franca, su palabra es fácil...
Observa a aquel otro. Tropieza con facilidad. Su palabra balbucea. Su gesto se esconde. ¡No está bendito!
¿Son bendiciones las que vienen y nos dicen qué acciones hay que hacer para merecer más?
¿Son maldiciones, también, las que llegan y nos estropean; nos envejecen; nos apartan?
Se decía “bendito el que viene en nombre de”... Entonces, se podría deducir que todo aquel que "en el nombre de"... es bendito.
¿No venimos acaso todos "en el nombre de"..., se diga o no se diga?
¿Estaremos, entonces, todos benditos?
Pero si no nos damos cuenta, no podremos ejercitar esa facultad. ¡¿Cuál es la facultad de estar benditos?!
Ya se ha dicho antes. Cuando se está consciente de que se es en base "al nombre de". ¡Soy en base al nombre de El Eterno!... Y en ese instante de consciencia soy bendito. Es decir, que se derraman sobre mí bendiciones ¡de muy diversa índole! Según decisiones de lo Eterno.
“Yo soy bendito. Tú eres bendito. Él es bendito. Nosotros somos benditos. Vosotros sois benditos. Ellos son benditos...
¡Ah, grupo de benditos! Entonces, ¡muchas cosas podréis hacer, porque estáis plenos de proyectos, de ideas y de voluntades!; ¡porque el Eterno os ha bendecido, porque habéis sido conscientes de vuestras procedencias! ¡Ya no valdrá ninguna coartada para quedarse cruzado de manos! Ni ninguna comodidad podrá usurpar lo que hay que hacer.
¡Oh, benditos... benditos! A fuerza de buscar habéis encontrado no precisamente una mina.
Y más de uno dirá...
“¡Lo que me faltaba! ¡Como si no tuviera yo bastante!”
¡Ay! Dice el refrán: “Santa Rita, Rita, Rita, ¡lo que se da no se quita!”.
Otros dirán:
“¡Yo no quiero ser bendito ni bendita! ¿Pero para qué? ¡Si yo vivo bien así!”
¡Pero vas a vivir peor!...
Sí, porque hay costumbres, como decíamos al principio... –
“Mira, ése está bendito porque tiene riqueza. Mira...”–, según las cuales, cuando uno está bendito, todo... todo lo diseñado socialmente va bien. Pero el diseño social no es diseño Divino. Va... va, va, va, va, va, va, va...
-¿Pero que hay de malo en que viva bien?
Das mal ejemplo.
-
¡¿Mal ejemplo?!
Sí. Porque muy pocos pueden vivir bien. Eres un motivo de escándalo.
-¡Dios santo! ¡No había caído yo en eso!
¿Qué te crees, un privilegiado de Dios porque te ha bendecido? No. ¡Eres un servidor de Dios! Porque te has dado cuenta de sus bendiciones.
-¿Entonces?
¡Ay, entonces!... ¡la que te espera!... Es decir, que no tienes que esperar nada, que todo se te dará. ¡Todo! No te va a faltar de nada.
-¿Y eso, exactamente, qué quiere decir?
¡Eso! ¡Que no te va a faltar de nada!: insultos, pedradas, malas caras, contradicciones... ¡No te vas a aburrir! ¡Ni vas a tener malos pensamientos! No, no, no... Todo va a ser vertiginoso. También tendrás para comer, para... –bueno– para dormir... –bueno–, para reír... –bueno–... ¡Pero recuerda!: ¡"Tu auxilio es el nombre"!, "Bendito, porque vienes en el nombre". Y cuando estés semi-ahogado, pues tú auxilio es el nombre.
-No había yo planeado la vida así exactamente.
¡Ya! Ya... Suele ocurrir. Tú habías planeado tu vida según un Dios pelele. "Pelelé, pelelá, palalí, palalá..." Y como tal, ibas o estabas o estás... ¡“peleleando” todo el día! Sin nada qué reseñar. “
Aquí, como siempre”... ¡Qué horror! Eso sí que es horror. Tan cerca y sin darse cuenta. El horror de la desidia, del cansancio, de la apatía, del... ¡del asco!
¡Por eso, alégrate! ¡Porque cuando entras en otras dimensiones, como las bendiciones –¡guau!–, no tendrás motivo para decir “como siempre”. ¡No, no, no, no, no!... Hoy será A; mañana, B; pasado, Z; pasado, Sh, al otro, mm... ¡Ah!
-
¿Pero qué pasa con mi vida, que antes era tranquila, agradable y serena, con mis fines de semana dulces y complacientes en la campiña, respirando aire puro y fresco, y ahora... y ahora... y ahora... y ahora no encuentro ni una hora –¿verdad?– ¡para quedarme tieso!?
No. Ciertamente así es. ¡No tendrás tiempo para morirte!
-¡¿No tendré tiempo para morirme?! ¡¡Eso es grave!!
¡Bueno! Depende cómo lo mires.
-¡Qué menos que tener un tiempo para parar para morirse!
¡No! No tendrás tiempo para morirte. ¡A no ser que te empeñes! Pero no querrás tener deudas, ¿no?
-¡No, no no, no, no! Me imagino a quién me tengo que empeñar. ¡No, no, no, no, no!
¡Eternidades te aguardan!, y ahí no hay tiempo para morir. ¡Inmensidades te esperan!, y ahí no hay tiempo para ponerse tieso. ¡Infinitos te reclaman!, y ahí no hay lugar para terminar...
¡No tienes nada qué pensar! ¿Ves? Ya está todo hecho. Tan sólo... ¡seguir!; ir... ¡No te preguntes cómo y de qué forma! ¡Ya verás!, enseguida se te ocurrirá. Tú crees que se te ha ocurrido a ti, pero no; ¡te lo dirán! Eres bendito, ¿no?
-
Me da miedo.
¡Cobarde! ¡Cobarde, más que cobarde! ¿Cómo te puede dar miedo?... ¿Cómo te puede dar miedo Dios, si andas todo el día..., llevas años balbuceando, buscándole? ¿Y ahora te va a dar miedo? ¡Claro! ¡Te da miedo, porque ya empiezas a ver... –después de tanto rascar–, Dios te ha dejado ver un poco su faz, y ahora te impresiona! ¡Cobarde! Ya no puedes echar marcha atrás. ¡Porque será peor! Te cogerá de los pelos y te llevará.
-
Pero esto es dramático, ¿no?
¡No, no, no! ¡No es nada dramático! ¡Tú lo estás poniendo dramático! Te da miedo... ¿Miedo?...
-
Es que Dios impone.
Impone, no; ¡hace! "Ha-ce". Tú eres el que, durante años, te has impuesto a hacer esto, lo otro, lo de tiquiti-tiquitá-tacu-tucutá, voy a ahorrar, voy a comprar, voy a vender, voy a ocultar, voy a callar, voy a esconder... ¡Taaaa... yaaaa! ¡Cobarde! ¡Más que cobarde!... ¡Ahora te han tocado con la varita, y ya no te puedes volver atrás! ¡Alégrate!... ¡Alégrate!... ¿No? Bueno. Pues... ¡pues lo vas a llevar mal! Al principio, hasta que se te quite la costra.
-
¿La qué?
¡La costra! ¡La costra nostra! Esa costra histórica... de derechos históricos... de historias para no dormir. Cuando se te quite la costra y sangre la herida, entonces... –¡vah!– te vas a sentir estupendo.
-
¡La herida! ¿Que voy a sangrar? Me estás asustando.
¡No! ¡Si la sangre es vida! ¡La sangre es vida! ¿No ves cómo las mujeres –por ejemplo– sangran todos los meses y están tan contentas? ¡Y lo hacen de gratis! ¡No cobran! Porque les podrían pagar algo, ¿no? ¡Claro! 125 cc de sangre menstrual, ¡500 euros! –por ejemplo–. Claro, ¡bien pagada! Y ahora que sabemos que tiene células madre, ¡pues más! ¡700!
Sí, mira, como tienes bendiciones estás sagrado; eres sagrado; ¡eres un ser sagrado! Y sangrado, también. Claro; es parecido, ¿me entiendes?
-
Ya. Pero mírate tú que que digo... que no me hace, así, mucha ilusión.
¡Cobarde!
-No, en serio; que yo creí que esto era otra cosa.
¿Qué cosa?
-No sé...
¡Si todavía no ha empezado!
-¡Eso me preocupa! No ha empezado, y ya estoy asustado. Genitalmente preocupado.
¡Claro, claro, claro! Has genitalizado tanto tus amores –¿verdad?–, que ahora que te han desglandulado, pues te preocupas. ¡No te preocupes! ¡No les echarás de menos! ¡Estarán en su sitio! Porque antes los tenías ¡siempre en los ojos! Y en las manos, claro. Y no; no es ése su sitio.
-No, si... visto así, tienes razón. ¿Y habrá algún día libre?
¡¿Día libre?! ¡Pero bueno!... pero bueno, pero bueno, pero bueno... ¿Tú de dónde vienes? ¡¿Día libre?! No, mira, aquí, entre los benditos, ¡no hay día libre! ¡Ni noche libre! ¡Ni cuba libre! ¡Aquí todos están liberados! La libertad se quedó muy pequeña; se abolió. ¡Liberados al servicio de... lo Eterno!
-¿Y eso no será mucho pa'mi?
¡No! ¡No te preocupes! Si se le da a cada uno su medida.
Aunque no conozcas tu capacidad, verás cómo enseguida se pone en evidencia... la medida que te corresponde. ¿Entonces qué? ¿Aceptas las bendiciones o no?


- ¿Podría pensarlo un rato?
¿Pensar? ¿Qué es eso? “Pensar”... A ver, a ver que recuerde... ¿"Pensar"... "pensar"?... ¡Ah, sí! ¡Esa extraña estratagema que hacían algunos... –bueno, que hacen muchos–, para justificar sus veleidades y sus montajes estereotipados!... No, aquí no se piensa. En las bendiciones tú no tienes nada que pensar.
-Pero si se dijo eso de “pienso, luego existo”.
Se refería al pienso de los animales. ¡Y lo interpretasteis mal! “Pienso”, refiriéndose a la paja, al pienso de los animales; que si existía eso, luego yo existía.
-¡Jo! ¡Qué metedura de pata!, ¿no?
¡Total! ¡Una metedura de pata total.
-Entonces los pensamientos para qué...?
Si ya lo dice: “pensa—mientos”, ¡son mentiras!; son bolas para jugar. Nada más.
-¡Bolas para jugar! ¡Jo! Esto es como empezar de cero, ¿no?
¡¡Yes Sir!!
-¿Qué?
Que Sí. Y a ver si aprendemos idiomas, ¿eh? ¡Que se lleva mejor! Esto de servir a lo Eterno se lleva mejor! Porque cuando te resulta difícil con un idioma, lo dices en otro y resulta más ligero.
-O sea, que, por lo que veo, en ese camino hay humor, ¿no?
¿Humor? ¡Buah! ¡Todo el que quieres! ¡Todo el que quieras!... Con H, sin H, con Y, con N, con M, con P, con Q... ¡con lo que quieras!
-Entonces debe de ser divertido.
¡Oooh... ooh!... Verás... Divertido, en el sentido que tú lo piensas, no.
-¿No?
No.
-¡¿No?!
¡No! Pero hay mucho humor; ¡muchísimo! ¿Qué mas quieres?
-No, no, si hay humor... ¿Y se entiende?
¿El qué?
-¡El... el humor!
¡Por favor! ¡Por favor! ¡Por favor!... ¡Por supuesto que, aquí, el humor es inentendible! ¡El entendimiento aquí no sirve para nada! Entre los benditos no hay nada que entender. ¡Hay mucho qué hacer! Y una inmensidad de sentires te aguardan.
-¿Sin entender?
Sin entender. El entender es "tender la ropa", ¿entiendes? "En- tender", tendedero... Y, efectivamente, tienes que entender tu ropa como símbolo para estar desnudo; no estar lleno de entendimientos, conocimientos, ideas...
pdrda pdrpda pdrpdpa... Eso no... no se lleva entre los benditos.
-¿De verdad que no lo puedo pensar?
No.
-¡Esto es una encerrona!
"En-ce-rrona"... ¿Qué será encerrona?... Encerrona... encerrona... encerrona... encerrona... ¡No! No, no, no, no... Te han echado la red.
-¡Para el caso es lo mismo!
Nnnnnnno exactamente...
Todos llevan la red. Pero tú te das cuenta de ella.
Por eso eres bendito.
Es una extraña red de soporte de amores y bendiciones... bendiciones... bendiciones... bendiciones... bendiciones... Cada punto de encuentro de un hilo con otro para formar la trabécula, es un nudo... ¡desecho! Raro, ¿verdad? Claro; es que, en ese mundo de las bendiciones, todo resulta muy raro... Un nudo desecho...

Benditos los que vienen en el Nombre de...
El Auxilio es el Nombre de...

Ámen.