lunes

Universario de Tian - Llamada Orante

PERMANECER, OFRECER, SERVIR

12-10-2009

Y aquello que permanece, en alguna medida es reflejo de Lo Eterno.
Aquello que permanece, y no solamente está sino que se expande, crece y se muestra, es una respuesta a la cobertura de Lo Eterno.

Aquello que permanece con su inspiración inicial y con inspiraciones continuas que acrecientan su estancia, es, sin duda, una motivación de Lo Eterno.
Aquello que permanece sin exigencias, sin reclamos, sin imposiciones, ¡con rigor!, es un intento evidente de las muestras que da Lo Eterno.
Permanecer en esas características, es muestra de una OFRENDA.
Permanecer con las circunstancias que nos rodean, y evidenciar que lo idealista es posible, es ofrecer… ofrecer una minúscula... –pero, “ofrecer”- una minúscula posibilidad de otra posible civilización; de otra posible perspectiva que, sin establecer rupturas ni enfrentamientos, brota como una nueva hierba en el campo.

Cierto que se la puede cortar, se la puede arrancar, se la puede arrasar, se la puede ignorar; pero, posibilidad hay de que se la pueda mirar, observar, ver su comportamiento, saborear, ver sus efectos. Y, en la medida en que ofrece variables diferentes, desconocidas, en esa medida es posible, también, que se la respete; se le permita crecer.
En la medida en que se ofrece en un doble sentido –como ofrenda, teniendo la referencia en la Creación; y como ofrecimiento, mostrando esa referencia en el hacer diario-, en esa medida, ofrecer supone un aporte, supone un crecimiento, supone un camino hacia otras dimensiones.

Hay una sintonía en las Creaciones, que hace que se conviertan –las diferentes manifestaciones- en servidores útiles hacia el desarrollo de la vida.
Podemos presenciar tres tipos –tres tipos- de servicios:
Aquello que se hace y sirve –sirve para unos, para otros-, es de utilidad.
Aquello que se hace, sirviendo a una necesidad.
Y una tercera opción, que es el asumir el servicio como una forma de estar; con alerta, con alarma, con rigor. De tal forma que, ese estatus de servidor, no se convierta en la utilidad, el recurso, el basurero, el lamento… sino que, más bien, en esa posición de servidor se marque un sentido de crecimiento, de desarrollo, de ideación.
NO SOMOS UNA PROPUESTA DE SERVICIO SACRIFICADO HACIA LOS NECESITADOS.
Somos una expresión servicial de los designios de Lo Divino y, en consecuencia, no buscamos la renta y el beneficio; ni menos aún el aplauso de sacrificarnos “por”...
Como servidores de Lo Eterno, se promueven las bondades, las virtudes, los disfrutes... los haceres gozosos. Expresar, en definitiva, lo que sentimos que la Creación nos brinda.

Cada vez hay más servicios hacia la pobreza y la miseria, y cada vez hay más pobres y situaciones miserables. ¿De qué se trata? ¿De servir a la pobreza para que continúe existiendo...?
El servicio en la referencia Divina, se expresa ante la demanda de una necesidad... que hay que valorar; que hay que evaluar. No vaya a ser un aprovechamiento o una vanidad personal. Y, en la medida en que el servicio es adecuado, el necesitado se colma; y, en su plenitud, se desarrolla y se hace servidor de otros.

Servicios, ofrecimientos y permanencia, han sido tres características que la escuela Neijing ha ofrecido desde sus comienzos. Y que se han plasmado recientemente, desde hace 15 universarios, en este lugar.

Este lugar que, sin duda, representa una inspiración Divina; que hay que tener presente para sentirse intermediarios en la medida en que trascurrimos a través de él.


Cuatro intensos, muy intensos años, supusieron la plasmación de esta inspiración. Fue lo fácil. Luego venía lo verdaderamente complejo y difícil: mantener la inspiración, en las paredes, en las pinturas, en las limpiezas, en la producción que –desde este aparente sedentarismo que supone la construcción-, podría emanar.
Y así ha sido y así es: un afán, una ebullición y una constante transformación, cambio, mutación; y ofrecimientos a los que buscan, a los que traen, a los que necesitan.
Lo difícil y complejo sigue siendo difícil y complejo, y no se puede descender ni un ápice la alerta, la atención, la custodia y el cuidado, porque la tentación de vulgarizar, de cotidianizar, de acostumbrarse, es fácil. Y es casi una exigencia del entorno.
Sin dejar de ser la inspiración inicial, como manifestación, Tian se ha convertido en una expresión de continuo y permanente suspiro, inspiración y muestras de búsquedas. Es un punto de referencia que no se ha sedentarizado; que tiene una posición geográfica, pero no una sedentarización, puesto que, de él, beben todos los nómadas.
Seguir cada día es, sin duda, el abrirse a un nuevo universo cada amanecer; con la disposición de purificar lo pasado, argumentar lo futuro y buscar la transparencia del presente.
¡Hacer validar diariamente las palabras!
¡Ser un comprometido de lo que se dice!, en privado o en público.
La Fuerza que imprime una estructura aparentemente estable pero, en realidad, enormemente... fugaz..., supone un compromiso diario, de los que trascurren y están, de ser fieles reflejos de lo que se expresa, de lo que se escucha, de lo que se aprende. Si no, ¿qué sentido tiene estar? No es un espacio de disputa, de intercambio de opiniones. Es un tránsito de purificación espiritual. Es descubrir otras opciones. Es empezar a aprender, realmente, a amar.
Por eso aquí difícilmente caben las mentiras. Mucho más difícil caben las traiciones. Todavía más difícil caben las presiones o las imposiciones.
No hay espacio para influencias, favoritismos o privilegios.

Tian es una novedad en la historia de la humanidad.

No tiene antecedentes.
No procede de ninguna raíz.
No es una escisión de ningún movimiento.
No representa a ninguna fuerza o poder.
¡No es equiparable a ninguna otra realidad!
Sin duda, tiene rasgos y características de humanidad. Pero, sin dudas, su sentido es de eternidad, de Creación, de creatividad. De expresión clara y decidida hacia ¡una nueva humanidad! Con criterios capaces, posibles y argumentados, de cualquier situación o probabilidad.
Por eso, a estas alturas, podemos expresarnos como una minúscula civilización. Como un ínfimo brote que hay que cuidar, perseverar y cultivar, con el máximo rigor; ese rigor que da el orar, el investigar, el aprender, el compartir, el convivir... ¡sin ninguna ley!, ¡sin ninguna obligación!, ¡sin ningún precepto!, ¡sin ninguna prohibición!
Los recursos emanan de lo virtuoso de cada ser; y de la voluntad expresa de compartir, de idear en común.
Tan solo han transcurrido unos instantes en lo que supone quince años de universario. Pero, sin duda, han sido tan intensos –y lo son-, que pueden llenar muchas vidas.
Debemos felicitarnos en el nombre de “el Eterno”, por haber permitido, con su infinita bondad, el que persevere la idea, el proyecto, con sus recursos, novedades…
Y el hecho de percibirnos como una posible probabilidad, nos coloca en el asombro, en la gratitud. Porque, sin duda, si no es por la Fuerza que nos cobija, nuestras voluntades nada podrían hacer. Pero están y hacen; pero hacen en el sentido “de”.
Gracias, a la Providencia.
Gracias infinitas, a las Fuerzas que nos cobijan y que nos permiten un nuevo universario, una nueva presencia en el Universo, con referencias de historias que son siempre presentes.
Damos la bienvenida a las personas que acuden hoy, en este Universario, o que circunstancialmente transcurren hoy con nosotros.
El Eterno, bendice.
Ámen
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