lunes

Lema orante semanal

CONVICCIÓN, CONFLUENCIA, COMPARTIR
16 de noviembre de 2009

Convicción, como aquel sentir de certeza... en el que no hay oscuridades a la hora de ejercitarse.
Confluencia, a la hora de coincidir. Como las aguas de un río que confluyen en algún lugar, con otro, para hacer un gran río.
Compartir, sabiendo que en la medida en que... “lo propio” es “de otro”, y lo “de otro” es “propio”, dejamos de poseer.
Convicción, como resultado de ir agrupando argumentos en torno a un mismo sentido.
Confluir, en la idea de no sentirse aislado, no sentirse ajeno, si no sentirse arropado, congregado.
Compartir, sabiendo que pertenezco a un todo y que, en esa pertenencia, nada poseo; y todo es disponible según necesidades.
Convicción, expresada en las palabras que siente el alma; en las palabras que están llenas de contenido; en las palabras que se defienden solas.
Confluir, en los verbos que indican acciones similares, que se complementan, que se ofrecen unos a otros.
Compartir, sabiendo que lo que dejo de hacer lo hace el otro, y viceversa.
Confluir, como si... se fueran almas gemelas que se les ocurren las mismas cosas. Pero que, en realidad, lo que sucede es que han seleccionado el mismo sentido.
Compartir, como experiencia de salir juntos.
Confluir, como experiencia de los mismos humores.
Convicción, de saber que lo ideado, lo soñado, es ya una realidad; ya es una evidencia. El querer tener una muestra material será o no, necesario.
Compartir, en el sentido de saber que no hay tabiques, no hay muros, no hay separaciones, no hay límites.
Confluir, sabiendo que “mi” fuerza, la del otro, la del otro, la de aquél, van hacia el mismo mar.
Convicción, de saber que al haber ocurrido tal intención, es señal de que: necesario es su proceso, su realización, su testimonio. Y en base a esa necesidad se sabe que habrá fuerza suficiente para ejercitarla.

Compartir, sabiendo que la otra parte es la única parte, y es la parte de Creación, de creatividad, de Universo, de Dios.
Confluir, sabiendo que el sentido de la marcha va hacia lo Eterno, va hacia lo Divino. Y en ese ir no lo veo lejano, sino que estoy llegando continuamente.
Convicción, ¡ayyy!, sabiendo que no es mía. Sabiendo que un remolino de Amor se ha fijado en mi persona, en la de aquél, en la del otro; nos ha envuelto y nos ha proyectado...
Convicción sí, la de la Creación que nos mantiene y sigue confiando.
Confluencia, sí, porque cada “aparente” parte es tan sólo una expresión del “Todo”.
Compartir, sin que haya algo partido, sino más bien todo fundido.
Convicción, de sentirse íntimos.
Confluencias, de sentirse mezcla.
Compartir, de saber ir juntos.



Ámen.


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