domingo

Lema Orante Semanal

 

Estamos entrando en nuevas formaciones

28 de octubre de 2024


En la medida en que se repiten actitudes, comportamientos, costumbres, normas, llega un momento en que… mecanismos evolutivos difíciles de precisar –quizás sean por un aire estelar- condicionan esa costumbre y esa repetición. Y a partir de un número de ellas, más allá de lo calculado por ese aire de Creación, los seres se incapacitan, se disminuyen en sus recursos, se hacen ansiosos repetidores –sin basamento- de lo que transcurre.

Y de esa etapa somos conscientes –o podemos más o menos serlo-, puesto que tenemos relativamente cerca otra etapa sin ese desarrollo científico tecnológico y sin ese abrupto control de producción –véase “capital”-. Y lo tenemos ahora, y podemos corroborar cómo las vivencias y las condiciones pasadas ya se repitieron lo suficiente, y algunos, muchos, se quedaron en esa fase, y están ‘minusvaliados’, están deprimidos, están sin recursos; no porque no los tengan, sino porque no se ha producido esa otra reacción –la que decimos ahora-; y es la que promueve y provoca, en vez de una ‘minuscapacidad’, unas nuevas capacidades –como acabamos de mencionar-, en este abrupto sistema de valores y de “saberes” –entre comillas- en el que hemos entrado.

Bien podría compararse a neoformaciones –nuevas formaciones- surgidas de aquellas otras que se repitieron tanto, que ya se hicieron incapaces de mantener el ritmo evolutivo. Y aparecen nuevas formaciones, nuevas –diferentes- posiciones.

No se trata de que sean mejores o peores, no. La evolución no entiende, no practica esa comparación.

Desde la óptica de la Llamada Orante, este acontecer se corresponde con un aviso, desde el Misterio Creador; un aviso, que nos atreveríamos a decir que “urgente”, porque en apenas una o dos generaciones se han revuelto los condicionantes, las características “de”…

Y puestos a ver –“a ver”- por qué esto ha ocurrido, nos resulta difícil de argumentar. Sí. Apareció tal descubrimiento. Sí. Se dieron tales circunstancias. Pero hay algo que sobrevuela sobre nosotros y que, en oración, lo percibimos, lo sentimos.

Y estamos entrando en nuevas formaciones; ¡sin duda, con residuos!, con remanentes que tienden a desaparecer, pero están… y pesan, y se hacen difíciles de llevar, porque ya no son lo que debería ser.

Esa más o menos abrupta reacción, con esos vestigios anteriores, nos coloca a veces en la tentación de apartarse de ella. Pero es una nueva formación que crece, que promueve, que se hace poderosa.



Todavía algunos recordarán –otros no, porque no lo hicieron consciente o no lo vivieron-, para entenderlo más claro, aquellos tiempos en los que la religión era… no potente sino prepotente, dominadora, absolutamente controladora. Y era lo que había.

Permitan un simple recuerdo: en una tierna –se suele decir “tierna”, ¿no?- infancia, nos vimos en un pueblo de Toledo, caminando por la calle con un miembro de la Guardia Civil, el maestro del pueblo y el cura; que era nuestro tío –el cura- aunque no fuera sanguíneamente el tío, pero era el “tío cura”. Era por la mañana, y nos cruzamos con un paisano del pueblo. Y he aquí que el cura le dijo: “¡Ah!, Antonio, que no te he visto el domingo en misa”. El paisano se asustó. No sabía si mirar al maestro, a la Guardia Civil o al cura –con impecable sotana negra-.

Parece mentira, pero nos dimos cuenta del susto del paisano. Y siguió el caminar por ese pueblo de Toledo, para más señas, llamado “Montearagón”.



Eso, va a ser difícil volverlo a ver. Va a ser difícil volver a sentir el peso implacable de un Dios vengador, perseguidor, castigador…; que sigue, sin duda, en diferentes lugares, pero ya no… Esa imagen que les acabo de describir, ya no se volverá a ver en este lugar del planeta.

Y con el pensar y el sentir actual podríamos decir: “Qué imagen tan terrible, ¿verdad?: el conocimiento, el poder y la religión pasean por las calles para llamar la atención”.

No es que ahora no ocurra, pero ya la religión no es… no es el martillo demoledor. Aún quedan resmas que actúan, claro.

Pero la idea –esto era un ejemplo para ilustrar-, la idea de la Llamada Orante es darnos cuenta de que estamos entrando, que hemos entrado en una nueva dimensión: esa dimensión del homus economicus, del hombre científico, del hombre tecnológico, del hombre poseedor, productor, dominador, rico, esclavo...

Pero es una neoformación muy… –como las neoformaciones, ¿verdad?- muy metastásica. Porque la llamada “globalización” se ha extendido, y ha llevado todos los prejuicios y exigencias –de productividad, de renta, de beneficios- a todos los lugares, o a casi todos.



La Llamada Orante nos pregunta: “¿Habrá que seguir con los prejuiciosos temas de angustias, celos, miedos, reparos, condenas… y ese largo etcétera que nos lastró por las calles…? ¿Habrá que seguir? ¿O ya, eso, ya no? Ya no”.



Y fíjense en otro detalle muy-muy simple, de neoformación. Antes –antes es antes, antes, ahí en la esquina, ¿verdad?-, la pareja humana, en los países desarrollados, no se concebía si no estaba casada: “señora de”.

Hoy, eso es un incidente económico interesante, cuando la pareja quiere recabar fondos para su idealidad de Disney –de Disneylandia, me refiero-.



Hace muy poco nos preguntaban, en el Front Desk –es decir, en la recepción de un hotel-, cuál era nuestro estado civil: ¿casado?, ¿viudo? ¿divorciado?, ¿o “pareja consentida” –o yo qué sé, algo parecido-. Y… pues nos reímos.

¿¡Cuándo iba a pasar –permitan la anécdota-, en otro tiempo!?

¡Pedían el carnet!, ¡pedían el libro de familia!, para poderte incorporar a una habitación de un hotel, con una mujer –o una mujer, con un hombre-. El libro de familia para… si no estabas casado, no podías residir en el hotel. Y ahora, con naturalidad, la señorita de recepción preguntaba. Digo: “¡Huy!, ¡qué cosa!”. Y bueno, era rellenar una encuesta, por supuesto. Les daba igual si era casado, viudo, divorciado o arrejuntado afectiva, psicológica, emocional y empíricamente.

Sin duda –claro-, a unos nos sorprende más que a otros, esto. A los que están en plena neoformación, pues les parece normal. O sea, sí. Pero a los que nos damos cuenta de que estamos en una neoformación, nos damos cuenta de que ahí… “El Auxilio es el Nombre del Señor –decían los Textos Sagrados-.

Así que el ser opta por… ¿por qué opta el ser? Por seguir con los tejemanejes –es una palabra curiosa pero interesante: que teje y maneja, o sea, hace un tejido raro; no es bueno-… seguir con los tejemanejes de la insidia, de la envidia, de “estoy de acuerdo”, “no estoy de acuerdo”, “me parece bien”, “me parece mal”

Prejuicios –resumen-.

O, o, o… ¡ohhhh!, o cuando aparecen esos prejuicios: “Porque, mira, ahí viene Catalina. Mira, ahí viene Antonio. Mira, ahí viene…”. Prejuicios. O… o decimos: “Pues va a ser que no –como somos neoformación-… Pues va a ser que no, que ahora no. ¿Que me has mirado regular, con prejuicio? ¡Pues vale, pero no me voy a afectar!”.



Ahí está el punto. Es decir, cuando aparece una neoformación, partes de las funciones normales siguen adelante, pero el organismo no se da cuenta, del todo, de lo que está pasando y tiene que cambiar.

Y aquel impacto –de aquella mirada, de aquel gesto, de aquella conversación- que hizo explosión, que hizo daño –como al paisano cuando se le recordó que no fue a misa el domingo-, pues… en esta nueva formación, ya no hace tanto impacto. No debe hacerlo.

Ese es el Sentido Orante de hoy: “No. Ya no me afecta el que no sigas los cánones. No. Lo que deseo es la innovación, la novedad, la creatividad”.



Así, con todo el acelere, todo el… ya procuraré… Toda nueva formación es inquieta. Molesta; sobre todo, a lo establecido, a lo...

.- ¿Es que voy a vivir siempre así, sin sueldo, sin ganancia, sin pensión, en una habitación? ¡Qué horror! ¿Qué será de mí cuando esté fuera de casa?

.- Si ya estás fuera de casa, ¡capullo!

Los capullos saben que van a florecer, salvo que haya una helada. Pero valga la palabra. Sin acritud; simplemente con dulzura de perfume. Cuando la persona se convierte en un capullo lo hace fatal. Ni florece ni ná.

Alors, en consecuencia, ¿será posible –sí, es posible, porque está ocurriendo- que ese impacto que antes era impacto, ya no es tan impacto? Que antes era terrible, ya no es terrible. Que antes no me mirabas, pues hoy… estoy libre. Y así sucesivamente.

Tenemos –tenemos, como parte de la Creación Misteriosa- que apercibirnos de la innovación que supone la evolución de nuestras consciencias, de nuestra mente, de nuestras ideas. ¡Ah, sí!

Y evitar, claro está… Tercera fase.

Primera: lo que pasaba. Segunda: neoformación. Y tercera: evitar que esa neoformación se convierta en desquicie. Sí, que sea una nueva formación de arte, de belleza, de creatividad, de innovación, de cambios.

Pero que no arrase, que no insulte, que no vaya en contra, sino que se adjunte, se haga testimonio de esa novedad. ¡Aleluya!



En muy poco tiempo, sí, han cambiado muchas cosas.

Tres fases a la vez, vivimos: la que nos precedió, la que está en actividad, y la que, con su actividad, reúne serios peligros.



Desde el punto de vista, así, de “a bote pronto”, podríamos decir: “¡Ah! Estamos en un estado trinitario. El Espíritu Santo se aposenta sobre nosotros”.

¡Bueno!...

Pero dada la naturaleza de la neoformación actual, no nos convence.

Pero sí estamos –por nuestra capacidad cognitiva- en tres mundos a la vez: temerosos de una guerra mundial, impresionados por los logros de la actualidad, y recordando el puchero de la abuela, que nunca será igual.



Sí. Desde la óptica de la Llamada Orante, es la gran oportunidad.

Sí. Porque ese sentido trinitario nos brinda la posibilidad “discursiva”; es decir, de establecer un discurso unitario que nos lleve a la unicidad… Y haga que esa neoformación no sea riesgosa. Y que sea capaz de recoger lo anterior que sea válido y certero, de incrementar lo actual en bello y verdadero, y prevenir para sentir la unicidad del ser.

¡Sí, sí, sí, sí, sí, sí! Es posible, muy posible –pero milagros hay-, que esto no ocurra en toda la comunidad humana, claro. La sensata razón nos dice que esto no va a ser así. Pero ¡va a ocurrir!, y está ocurriendo en pequeños núcleos. Entre otros, aquí.

Y bajo el paraguas de la Llamada Orante, podemos realmente asumir esa transformación, esa transfiguración del tres al uno, a la unicidad.

Trascender, con la incorporación de esa trinidad, para clarear nuestras ideas, criterios, conceptos…



Y quizás sea muy osado decir que, con este Sentido Orante, podemos ser… prevenciones de acontecimientos de ‘dis-salud’ que puedan aparecer.

¡Oh!, ¡sí! La actitud con la que afronte mis capacidades cognitivas y el desarrollo de la trinidad en la que me encuentro, evidentemente va a ser un mecanismo de inmunidad, de consciencia creativa, de equilibrio.

Sí. Es cuando la oración se convierte en salud; cuando la oración, en sus palabras y en sus proyectos, se hace saludable.

Que siempre lo es, pero a veces suena lejana. Pero hoy está cercana.



Hoy está cercana, y nos corteja… haciéndonos cómplices de tiempos, cómplices de espacios, cómplices de vivencias.



Nos aúpa, la oración, a ser testigos de este momento de… eternidad.



Nos sitúa en una prospección de alivio, de desprenderse de lo impuesto, de lo obligado… y abrirse a lo increíble e inesperado, a lo imprevisible y lo insospechado.



Nos “agraciamos”, cuando nos hacemos permeables a las Llamadas Orantes que nos sitúan en el sendero del vivir; de ese vivir novedoso, creativo, colaborador, solidario… en un Amén-Ámen en el que no existen fugas. Todo es expansión.


El amanecer aflora con su sutil sombra del último instante de la noche.

Y es así como despertamos a nuevas consciencias que nos llevan a distintas actitudes y posiciones creativas, y nos dan la esencia de lo intemporal, y nos dan la innovación de lo que llega, de lo que el Misterio Creador diseña.

Y, bajo esa consciencia de que es un mensaje de Misterio, el ser se dispone a que se haga, en nosotros, la palabra: “Hágase en mí según tu palabra”, que todos recuerdan.

Disponerse a ello… es estar en la eternidad de los tiempos. Es diluirse en una gota de rocío, y recorrer las profundidades… con la pícara mirada de la humedad.



Aaamen.

 

 

 

***









We are entering into new formations

2024-10-28



To the extent that attitudes, behaviours, customs, norms are repeated, there comes a time when… evolutionary mechanisms that are difficult to specify –perhaps due to a stellar air- condition that custom and that repetition. And from a certain number of them, beyond what is calculated by that air of Creation, beings become incapacitated, their resources diminish; they become anxious repeaters –without foundation- of what happens.

And we are aware of that stage –or we can be more or less aware of it-, since we have another stage relatively close without that scientific technological development and without that abrupt control of production –see “capital”-. And we have it now, and we can corroborate how past experiences and conditions have already been repeated enough, and some, many, stayed in that phase, and they are ‘handicapped’, they are depressed, they are without resources; not because they do not have them, but because that other reaction –the one we are talking about- has not taken place; and it is the one that promotes and provokes, instead of ‘less capacities’, new capacities –as we have just mentioned-, in this abrupt system of values ​​and of “knowledge” –in quotation- in which we have entered.

It could well be compared to neo-formations –new formations- emerged from those others that have repeated themselves so much, that they became incapable of keeping up with the pace of evolution. And new formations appear, new –different- positions.

It is not a question of whether they are better or worse, no. Evolution does not understand, it does not practice such a comparison.

From the point of view of the Prayerful Call, this event corresponds to a warning, from the Creative Mystery; a warning, which we would dare to say is “urgent”, because in just one or two generations the conditioning factors, the characteristics “of” have been turned upside down

And if we are going to see –“to see”- why this has happened, it is difficult for us to argue. Yes. Such a discovery appeared. Yes. Such circumstances occurred. But there is something hovering over us and, in prayer, we perceive it, we feel it.

And we are entering into new formations; no doubt, with residues!, with remnants that tend to disappear, but they are there… and they are heavy, and they become difficult to bear, because they are no longer what they should be.

That more or less abrupt reaction, with those previous vestiges, sometimes tempts us to turn away from it. But it is a new formation that grows, that promotes, that becomes powerful.



Some people will still remember –others will not, because they were not conscious of it or did not live through it- to understand it more clearly, those times when religion was… not powerful but overbearing, dominating, absolutely controlling. And that’s how it was.

Let me remind you of this: in a tender –it is usually say “tender”, isn’t?- childhood, we found ourselves in a village in Toledo, walking down the street with a member of the Guardia Civil, the village teacher and the priest; who was our uncle –the priest- although he was not the uncle by blood, but he was the “uncle priest”. It was in the morning, and we came across a fellow villager. And lo and behold, the priest said to him: “Ah! Antonio, I didn’t see you at mass on Sunday”. The villager was frightened. He didn’t know whether to look at the teacher, the Civil Guard or the priest –with his impeccable black cassock-.

It seems unbelievable, but we realised the countryman’s fright. And we continued walking through that village in Toledo, called “Montearagón” for more details.



It is going to be difficult to see that again. It is going to be difficult to feel again the implacable weight of an avenging, persecuting, punishing God…; who continues, no doubt, in different places, but no longer… That image that I have just described to you will no longer be seen in this place of the planet.

And with the current thinking and feeling we could say: “What a terrible image, isn’t it?: knowledge, power and religion walk along the streets to attract attention”.

It is not that it doesn’t happen now, but religion is no longer… it is no longer the demolishing hammer. There are still reams of it that act, of course.

But the idea –this was an example to illustrate-, the idea of ​​the Prayerful Call is to realize that we are entering, that we have entered a new dimension: that dimension of homus economicus, of the scientific man, of the technological man, of the possessor, producer, dominator, rich, slave man…

But it is a neo-formation very… –like all neo-formations, isn’t it?- very metastatic. Because the so-called “globalization” has spread, and has brought all the prejudices and demands –of productivity, profit, benefits- everywhere, or almost everywhere.



The Prayerful Call asks us: “Should we continue with the prejudiced issues of anguish, jealousy, fears, objections, condemnations… and that long etcetera that weighed us down in the streets…? Should we continue? Or, not anymore? Not any longer”.



And look at another very-very simple detail, of neo-formation. Before –before is before, before, there, around the corner, ok?-, the human couple, in developed countries, was not conceived if they were not married: “Mrs’...”

Today, that is an interesting economic incident, when the couple wants to raise funds for their Disney idealistic –of Disneyland, I mean-.



Not long ago, we were asked at the Front Desk –that is, at the reception of a hotel-, what our marital status was: married? widowed? divorced? or “consensual partner” –or, I don’t know, something similar-. And… well, we laughed.

When was it ever going to happen –allow me the anecdote-, in another time!?

They asked for the ID card! They asked for the family book!, to be able to join a hotel room, with a woman –or a woman, with a man-. The family book for… if you were not married, you could not stay in the hotel. And now, naturally, the lady at the reception asked. I say: “Oh! wow!” And well, it was just to fill in a questionnaire, of course. They did not care whether we were married, widowed, divorced or living together affectively, psychologically, emotionally and empirically.

Undoubtedly–of course-, some of us are more surprised than others, by this. To those who are in the midst of neo-formation, well, it seems normal. I mean, yes. But to those of us who realize that we are in a neo-formation, we realize that there… “Help is the Name of the Lord –said the Holy Texts-.

So, the being chooses to… what does the being choose? To continue with the wheeling and dealing –it is a curious but interesting word: that weaves and handles, that is, it makes a strange fabric; it is not good-… to continue with the wheeling and dealing of insidiousness, of envy, of “I agree”, “I do not agree”, “I think it is good”, “I think it is bad”…

Prejudices -to sum up-.

Or, or, or… ohhhh!, or when those prejudices appear: “Because, look, there Catalina is coming. Look, there comes Antonio. Look, there he comes…”. Prejudices. Or… or we say: “Well, it is not going to happen –as we are neo-formation-… Well, it is not going to be that way, not now. That you’ve looked at me in a funny way, with prejudice? Well, okay, but I am not going to be affected!”.



That is the point. That is to say, when a new-formation appears, parts of the normal functions continue, but the organism does not fully realize what is happening and has to change.

And that impact –of that look, that gesture, that conversation- that exploded, that hurt –like the countryman when he was reminded that he did not go to mass on Sunday- well… in this new formation, it doesn’t have such an impact. It shouldn’t do so.

That is the Prayerful Sense of today: “No. It no longer affects me that you do not follow the canons. No. What I want is innovation, novelty, creativity”.



So, with all the rush, all the… I will try… Every new formation is restless. It disturbs; above all, it disturbs the established, the…

.- Am I going to live like this forever, without salary, without profit, without pension, in a room? How awful! What will become of me when I am out of home?

.- But… you are already out of the house, buddy.



Buds know they are going to flower, unless there is a frost. But it is worth the word. Without acrimony; just sweetness of perfume. When a person turns into a bud, he or she does it badly. It doesn't bloom at all.

Alors, therefore, is it possible –yes, it is possible, because it is happening- that the impact that was once an impact, is no longer such an impact? What was once terrible is no longer terrible. That before you didn't look at me, well today… I am free. And so on.

We have –we have, as part of the Mysterious Creation- to be aware of the innovation that the evolution of our consciences, of our minds, of our ideas supposes. Ah, yes!

And avoid, of course… Third phase.

First one: what was happening. Second: neo-formation. And third: to prevent that neo-formation from becoming unhinged. Yes, let it be a new formation of art, of beauty, of creativity, of innovation, of change.

But let it not devastate, let it not insult, let it not go against, but rather let it be attached to, and become a testimony of that novelty. Hallelujah!



In a very short time, yes, many things have changed.

We live in three phases at the same time: the one that preceded us, the one is active, and the one that, with its activity, brings together serious dangers.



From the point of view, thus, “off the cuff”, we could say: “Ah! We are in a Trinitarian state. The Holy Spirit is resting upon us”.

Well!...

But given the nature of today’s neo-formation, it does not convince us.

But we are –due to our cognitive capacity- in three worlds at the same time: fearful of a world war, impressed by today’s achievements, and remembering grandma’s pot, which will never be the same.



Yes. From the point of view of the Prayerful Call, it is the great opportunity.

Yes. Because this Trinitarian sense gives us the “discursive” possibility; that is, to establish a unitary discourse that leads us to unity… And makes this neo-formation risky free. And that it is capable of collecting from before what is valid and accurate, of increasing what is present in beauty and truth, and of preventing in order to feel the unity of being.

Yes, yes, yes, yes, yes, yes! It is possible, very possible –but miracles do happen-, that this does not happen in the entire human community, of course. Sensible reason tells us that this is not going to be so. But it is going to happen!, and it is happening in small nuclei. Among others, here.

And under the umbrella of the Prayerful Call, we can really take on that transformation, that transfiguration from three to one, to unity.

Transcend, with incorporation of that trinity, to clarify our ideas, criteria, concepts…



And perhaps it is very bold to say that, with this Prayerful Sense, we can be… preventions of ‘un-healthy’ events that may appear.

Oh!, yes! The attitude with which I face my cognitive abilities and the development of the trinity in which I find myself, is obviously going to be a mechanism of immunity, of creative consciousness, of balance.

Yes. It is when prayer becomes health; when prayer, in its words and in its projects, becomes healthy.

Which it always is, but sometimes it sounds far away. But today it is close.



Today it is close, and it courts us… making us accomplices of times, accomplices of spaces, accomplices of experiences.



Prayer raises us up to be witnesses of this moment of… eternity.



It places us in a search for relief, of detaching ourselves from what is imposed, from what is obligatory… and opening up to the incredible and unexpected, to the unpredictable and the unsuspected.



We are “graced” when we become permeable to the Prayerful Calls that place us on the path of living; of that novel, creative, collaborative, supportive living… in an Amen-Love in which there are no leaks. Everything is expansion.



Dawn emerges with its subtle shadow of the last moment of the night.

And this is how we awaken to new consciousness that leads us to different creative attitudes and positions, and give us the essence of the timeless, and give us the innovation of what is coming, of what the Creative Mystery designs.

And, under this consciousness that it is a message of Mystery, the being disposes itself for the word to be made in us: “Let it be to me according to your word”, which everyone remembers.



To be ready for it… is to be in the eternity of time. It is to dissolve into a drop of dew, and to wander through the depths… with the mischievous gaze of humidity.



Aaamen.



***