ANTE, ANTES……
7 de agosto de 2011
Ante el enfrentamiento… silencio.
Ante el muro… quietud.
Ante lo vulgar… contemplación.
Ante lo ¡corriente!... ¡sentir!
Ante lo impuesto… decir.
¡Siempre hay un “ante”! “Ante”, ¡no solamente como enfrentamiento!, sino como espacios; espacios-tiempos por los que hay que transitar, y que, como si de un camino se tratara, hay que hacer curvas, y frenos, y cambios de velocidades… para poder pasar adecuadamente por los lugares adecuados, con las condiciones adecuadas.Ante la mentira, sinceridad
Ante el ocultamiento, claridad.
Ante la ignorancia atrevida… sabiduría.
Ante la utilización… la utilidad.
También hay un an-tes. “¡Antes se decía…!” “Antes se hablaba…” “Antes se creía…” “Y ahora…”
Y siempre que se dice “ahora”, parece que es mejor que… ¡antes! Simplemente son vibraciones diferentes.
¡Ahhhh! ¡Esto es muy llamativo! ¡No es un proceso lineal! Eso es un gravísimo error de contemplar la realidad.
Dice: “Antes se llevaban pantalones bombachos, y ahora se llevan pantalones con pinzas”. “Antes las princesas iban con faldas; ahora van con pantalones”.
Y queremos hacer –en esa interpretación- como una visión ¡lineal! ¡Y no! ¡No, no, no, no, no, no! ¡No es lineal! ¡Es vibracional!
“Antes” se vibraba de un determinada forma porque… ¡se comía de una determinada manera!, ¡se respiraba de otra!, ¡se sentía de otra!, y se pensaba de otra.
“Ahora”…
¡No por un proceso lineal!, sino por un cambio de variables de conciencia.
“Antes era de una forma, ¡y ahora!… es de otra”
El sistema evolutivo hay que replantearlo como cambios –gracias a la mutación- de niveles, no de transformaciones lineales.
Es como un cambio de nivel en el que –por ejemplo- una persona, bebedora habitual de cantidades importantes, contempla –merced a la influencia de la bebida-, la realidad, ¡de una manera! Pero… ¡un día! –un día- por… ¡una casualidad!, aparece una idea, aparece una conversación, y… ¡se acabó! No hay más bebidas. Y a partir de ese día, a partir de ese instante, el ser –ese ser del ejemplo- empieza a vibrar de otra manera, y contempla la vida de otra forma.
¡No ha sido una transformación lineal!, en base a que la mujer… o el hombre, ha dicho: “¡Deja de beber, Antonio!”. “¡Deja de beber, Antonia!”. “¡Antonio, no bebas tanto!”. “¡Antonia, no…!”.
¡No! Eso, linealmente, no funciona. Puede terminar en un tiro. O en un cuchillo.
Siempre estamos “ante”. Y entre ese “ante”, hay que saltar a otros niveles –¡no más arriba ni más abajo!, ¡a otros niveles!- para eludir el enfrentamiento. Y, a su vez, ¡diluir!… ese intento de confrontación.
No olviden “la mutación” como palabra que nos sitúa en otro nivel, y que es típicamente de la teoría evolutiva. Sin ella, no es posible.
Además de “La selección natural de las especies”, y etc. –que eso es muy discutible-, lo cierto es que la mutación es la que da la clave –después de x tiempos aparentemente lineales-, y da un salto: “bum”.
¡Y, seguramente!, a todos ustedes les ha pasado eso alguna vez: que, sin saber por qué, empiezan a sentirse interesados en… el cálculo trigonométrico.
Dice: “¿Y por qué me empiezo yo, ahora…?
Un salto. Un salto. Una vibración nueva que, por alguna razón… –a veces entendible; otras veces, no-…
Se ha convertido. Esa mutación ha hecho una conversión en otra… ¡en otra persona! Porque “ve” la realidad de otra forma, o “crea” una realidad de otra manera.
Estos son algunos de “los trucos”… de Dios.
¡Y que no nos lo explicamos!, porque nos desorienta; nos “des-ubica”. Pero… nos salva –sin duda-.
Y “ante”… no lo vivimos como ¡un desafío! ¡No nos enfrentamos a la montaña!, sino que la rodeamos… ¡tranquilamente! Y cuando la hayamos rodeado y sigamos otro camino, nos podemos volver tranquilamente a contemplarla: “¡Qué bonita!”. No tendremos que mover montañas para pasar en línea recta. ¡Qué horror!
Somos líneas ondulantes; pendulares; flotantes; vibrantes.
¡Yes, Sir!
Y “ante”… siempre dispondremos de los mejores recursos, si lo hacemos con la referencia de lo Divino.
¡Yes, Sir!
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