miércoles

Lema orante semanal

SALIDA, ENTRADA
25 de enero de 2010


La posibilidad o la opción de la salida es... el recurso que brinda, al criterio humano actual, a poder estar fuera, o lejos, o irse de una situación.
También implica, “la salida”, esa opción, posibilidad, probabilidad de, a partir de un núcleo de crecimiento, desarrollo, conocimiento, poder expandir –a través de la salida- la esfera de influencia o de acción, más allá de lo que se tiene.
La “salida”, también puede expresarse como esa postura en la que el ser se sale de sí mismo, en el sentido de que no se reserva, no se ahorra, sino que se expresa, se da.
Quizás, también la salida exprese esa búsqueda de… dar o de hacer de la vida un espacio abierto, sin límites.
La “salida” también nos expresa el lugar por donde se produce la expulsión, por donde el sujeto se va…
Salir…, la salida, se equipara, como una forma culminante de… la libertad; como una forma culminante de amplificar el hábitat; como una forma culminante de poder abordar… más allá de los límites.


La entrada…
“No está permitida, la entrada, a menores de 18 años”.
“Prohibida la entrada a personas ajenas a esta obra”.
“Sólo se admiten socios del club, prohibida su entrada a los que no sean...”
“Aquí, no se puede entrar”.
Y además de las salidas, la entrada se constituye en un núcleo, en una opción en la que se buscan recursos, remedios, novedades. Es, la entrada, la que nos da la opción de la reserva, el gueto, la seguridad, la calma…
Es a través de la entrada, donde se gestan los estériles; donde se albergan… las selecciones…; donde se crean los grupos marginales, selectos, diferentes, distintos. Es en la entrada donde se produce la concentración y la igualdad de… funciones.
La entrada es como el reservorio general de las búsquedas de necesidades.


Cuando éstas están plenas, se busca la salida.
Vivimos en un teórico gran… -lo de teórico es por lo de “gran”-. Vivimos en un teórico gran gueto, donde hemos entrado, -bueno, más que hemos entrado, que nos han metido- que es este planeta de este sistema, de esta galaxia. Y salir…; salir de él no es… realmente fácil.
¿Será por eso que la gente se muere?… Parece un chiste… negro, ¿no? O sea, ¿será la única forma de salir de este gueto?, ¿muriéndose?, y desafiar así la ley de la gravedad y todas las leyes que nos hacen… quedarnos aquí.
Aunque también es cierto que, en determinados momentos, circunstancias y acontecimientos, el ser sale de… Bueno, por ejemplo, los sueños. Es decir que en determinados estados de consciencia y de constitución de la energía, ésta, sale… de el cascarón, de el gueto… terráqueo.
Aunque, a veces, cuando la persona, o los seres quieren salir, pues alguien sensato o insensato -depende- pregunta:
-¡Pero ¿a dónde vas?! ¡¡ ¿A dónde vas a ir?!! A ver… ¿a dónde vas a ir?... ¿A la luna, con el frío que hace allí?
Puede plantearse un dilema: “¿Entro o salgo?... ¿O estoy siempre saliendo… y eludiendo cualquier responsabilidad? ¿O estoy siempre entrando… ¡y estoy en todo los conflictos!?”
Todo parece indicar que… ¡entramos en la vida!… y salimos de la vida.
“Entrar” y “salir” se convierten en estados de consciencia.
Y, buscando disolver esa dualidad… de “entrar” o “salir”, podríamos decir: “Entro, estando fuera”


Desde el sentido orante se puede percibir mejor… Entrar en el hacer, en el vivir y convivir creativo, pero sabiendo que he salido, ¡que estoy fuera!, en base a la referencia que se tiene –en el creyente- de la verdadera dimensión de el ser: lo Divino.
Si mi referencia es lo Infinito, lo Eterno, lo Inmortal, lo Resucitado, lo Innombrable…, he salido de lo limitado, de lo pequeño, de lo estrecho.
De esta forma, la posición real es: “salido de…”; aunque la posición funcional sea: “dentro de”.
En esta onda de referencia, en lo Eterno, la posición de “entrada” es circunstancial. Se está… pero se ¡es!... de otro lugar.
De esta forma, poco a poco el concepto de “entrada o salida” se diluye.
Mi “ser” es una vinculación con lo Eterno.
“Estaré” donde la Creación decida.
Esto es lo que ha permitido a muchos seres a veces soportar largas temporadas de encierro, de martirio, de… Porque están ahí, pero son de otra dimensión.
En el plano estrictamente material, estaremos habitualmente entrando y saliendo, con más o menos duración en unos sitios y en otros…. Pero en el plano existencial –que es lo que permite la realización de la vida-, estamos, somos y pertenecemos a otra perspectiva…, donde no hay entradas ni salidas.
El sentido del vivir desde lo Eterno ¡es entrar!... en la vida, para Divinizarla.
Y así lo que ocurre es un transcurrir de lo Eterno…; un fluir sin entradas ni salidas.



Ámen
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