lunes

Lema orante semanal

AYUDA, COOPERACIÓN, AUXILIO…

18 de mayo de 2009


“Ayuda” equivaldría a los diferentes instantes cotidianos en que, a nivel consciente, el ser se corrige, se empeña, se decide, se esfuerza.
Es el protagonista de su historia.
Es el YO brillante, activo… ¡poderoso o desastroso!
Él se premia. Él se castiga. Él se lo guisa y él se lo come.
Él se quiere. Él es el más guapo. Él es el más inteligente. Él es el que tiene la razón…
¡¡Viva yo!!
Así el ser diariamente se ayuda… ¡y enviuda de todo el entorno!
Es viudo… Los demás… han muerto.
Es persona; es individuo…, y él tiene que ayudarse en todo… porque está solo.
Él, también, es templo, dios y feligrés.
Esta posición, un tanto –quizás- exagerada, convive en el ser… del Homo sapiens-sapiens.
La solidaridad es… una consecuencia de… la enviudez. Es decir, que un viudo se encuentra con otro viudo o con otra viuda, y, entonces, para continuar siendo protagonista de la historia, ayuda –no solamente a su individualidad sino que también es capaz de ayudar a otro- siempre y cuando se le aplauda.
Los aplausos pueden estar concretados en la palabra “gracias”, en la medalla, en el diploma, en el premio, en el reconocimiento, en el homenaje…
En este momento, en esta posición, lo que vemos es una convivencia entre viudos y viudas.
No solamente se ayuda el sujeto a sí mismo sino que inventa… –por necesidad- una forma de… de acrecentar su ayuda que se expresa al exterior.

Como fácilmente podemos comprobar, la “so-li-da-ri-dad” en la especie no es, precisamente, un punto brillante… Puesto que, hoy, la especie está en condiciones de solucionar el cien por cien los problemas de los viudos y viudas.

Cuando el protagonista de la historia… de ayuda y el protagonista de la historia de cooperar, se da cuenta de que la historia puede empezar a terminar, pide ¡AUXILIO!
¡Auxilio!… ¡Auxilio! ¡S.O.S!... ¡Salvad nuestras almas!
No es suficiente con la ayuda y la cooperación.
Y es cuando el ser descubre que… ¡nuestro auxilio es el Nombre de lo Eterno!
La exclamación o el sonido o… la plegaria… o la oración, es el recurso para… realizar el auxilio.
Así, el ser de humanidad convive en tres vibraciones o resonancias: la ayuda humana, la cooperación terrestre, el auxilio celeste.
En la medida en que el auxilio se acrecienta, se cultiva, se vive, en esa medida la ayuda se… disminuye; la ayuda, como mecanismo autogestor, se descubre insuficiente, y, a la vez, lo solidario se hace más fuerte, más generoso, más entregado.
Incluso se puede llegar a… a la convicción de que es el único y verdadero apoyo del ser, el Auxilio.
Pero ocurre que a la especie le ha costado mucho esfuerzo llegar a lo que es hoy en día, y todo se lo ha atribuido a su ayuda y a su cooperación. No es fácil… aceptar y asumir que el verdadero protagonista de la historia no es uno.
Ciertamente, en la medida en que el ser se va llenando… reconociendo e interpretando el auxilio, en esa medida descubre sus infinitas posibilidades y su presencia eterna en La Creación.

El hombre ha llegado, como especie, en su evolución, a los pies del Auxilio.

El Yo se convierte en Nosotros; y Nosotros, en Contempladores de Dios.


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