Dios es una eterna
sonrisa
20 de enero de 2025
Recordamos el mito –o historia- de la famosa Torre de
Babel, en el que los hombres, como humanidad, trataban de hacer una torre que
llegara hasta el cielo, hasta lo divino. Y como consecuencia de ello, lo divino
destruyó aquella torre y se gestaron las diferentes lenguas. Y de entenderse
unos a otros, pasaron a desentenderse totalmente.
Pues semejante es la posición que, ahora
–preferentemente- nos toca compartir, convivir. Esa en la que cada uno y cada
cual es soberano y verdad.
Y amparado cada ser en su soberanía, trata de
–obviamente- convencer, imponer… Es expresión natural del poder, el dominio de
la razón y la interpretación de los hechos.
Esto, evidentemente, no ayuda a una labor, actitud y
desarrollo ‘co-mún’… puesto que los acuerdos van a ser muy difíciles.
El llamado “sentido común” casi es, hoy, imposible.
“Casi”. Porque cada cual, con su poder, se escuda en su sentir y su razón, y…
compartir, conjugar, congeniar se hace especialmente difícil. Pero a la vez,
por la naturaleza que adorna a la humanidad, tenemos la necesidad de expresar
nuestro ser social. Y es así que se gestan fracciones; fracciones que comparten
ciertos puntos de vista, pero tendrán que confrontarlos con otros.
Una réplica más de individuo contra individuo.
El individualismo que gesta la distribución del poder…
hace cada vez más inviable un proyecto común.
Hay ese punto… de disgusto, de desacuerdo ante
cualquier referencia.
Si en otro tiempo –o tiempos- se vivieron referencias
que servían como “orientadores”, hoy eso es demasiado frágil.
Puede haber momentos de entusiasmo o momentos de
exaltación a diferentes referencias, pero de inmediato surgirá la competencia,
la comparación, la discusión.
Todo ello va a desaguar en el producto de la querencia.
Y cada cual, en corpúsculos o en individuos, quiere –como poseedor,
como propietario- esto, aquello o lo otro.
Y es así que el amor languidece, expuesto continuamente
a la crítica, al ánimo, al punto de vista, al comentario, a la opinión…
La Llamada Orante nos sitúa, en este tiempo de ahora,
en esa visión del estar, del actuar; que evidentemente –evidentemente, si se
puede aceptar-, en la medida en que el amor languidece, la referencia –si se
puede aceptar- del hombre, del ser humano, con el Misterio Creador, es ¡tan
tímida!, ¡tan lánguida!... que se hace difícil interpretar el milagro
cotidiano, la magia diaria, la imprevisible circunstancia, la necesaria
ocasión…
Y
bajo los efectos de ese poder individual, se produce una tendencia –digamos de
momento “tendencia”- a considerar cualquier proceso, cualquier realización,
cualquier actitud, bajo el prisma del fracaso, bajo el prisma del error, bajo
el prisma de que, “al no ser mío, al no pertenecerme, no puede ser ni
bueno ni excelente –menos-, ni capaz ni suficiente”.
Y es así que el derrotismo, el escapismo, el… el
‘ilusionismo’, si en algún momento estuvo, se diluye, se disuelve.
Y he aquí que el entusiasmo, el festejo, el... no
llega. No llega. ¡Siempre!... –¡qué palabra tan terrible!- siempre aparece un
error. Bajo esos prismas, contemplar cualquier situación, cualquier elemento,
tendrá, para el poder de cada uno, un error: le falta picante, le sobra color,
no suena como debería, porque una escala inferior vendría mejor…
Se dice corrientemente que hay opiniones para todos los
gustos. No. Cada ser tiene un gusto y opinión. El asunto es que no escucha ni
comprende ni asimila las de otros, sino que impone e implica sus mecanismos
como únicos y valederos. Y cualquier expectativa de otros, quizás pueda
despertar entusiasmo en algún momento, pero enseguida, ese ánimo derrotista aparece.
Dice: “No. Esto no puede ser cierto”. Y efectivamente, se le pone
un cliché, se le pone un protocolo, y no lo cumple. ¡No lo cumple!
.- Fíjate, decía que le gustaba el arroz con leche, y
un día lo vi, un día lo vi que estaba tomando pan con mantequilla. Fíjate,
fíjate: mentiroso, sátrapa, embustero”.
.- Pero… pero espera, espera, espera, espera, espera.
Si le sigue gustando el arroz con leche. Pero aquel día, aquel fatídico día,
se le ocurrió… o se dieron las circunstancias para tomar una tostada con
mantequilla.
Te has caído con todo el equipo.
Sí. El tono exagerado aparece con frecuencia en la
oración, para ponerlo más en evidencia. Después, cada uno hará sus reducciones,
pero siempre –otra vez la palabra- aparecerá la pega, la mota,
la...
Ese “derrotismo triunfalista”… –sí, parece una
contradicción pero no lo es: es el derrotismo ante el entorno, y triunfalista
en cuanto a mi persona- ese derrotismo triunfalista no sintoniza con ninguna
corriente espiritual, salvo aquella que le compense, que le sirva de identidad
o apoyo a lo que cada uno piensa que debe ser.
Y es así que las sociedades se comportan con un… un
contencioso latente. No acaban de abrirse y de descubrirse con pulcritud. Hay
temores, hay prejuicios, hay juicios, hay condenas…
Y los avances, cuando se producen, son realmente
milagrosos.
La Llamada Orante nos sitúa en un contexto en el que,
al menos, se merece una reflexión –una ¡breve!-, que seguramente será “no
estoy de acuerdo”, pero… ¡algo es algo! Incluso reafirmarse en el poder de
“mi versión” y de “mi punto de vista” y de “mi análisis”, puede crear un tótem
y una auto-admiración… que a lo mejor es suficiente.
Y así puede ocurrir que cada uno está encantadísimo de
haberse conocido… o bien expande su conocimiento y despierta admiración como
referencia.
Sí; así actúa la ciencia, la política, la filosofía, la
religión: los grandes “monumentos” del poder, que han sabido desgranar sus
posiciones a todos los niveles.
La reveladora idea de una Adaptación Creativa
Complaciente… tendrá muchas inconveniencias en realizarse.
Recurriendo de nuevo al refrán: “nunca llueve a
gusto de todos”, podría decirse: “de ninguno”.
Sí. Hemos llegado a momentos absolutistas, de una
condena perpetua a cualquier cosa que no sea la propia. Y los pactos, promesas,
proyectos, etcétera, que pueda haber en común, se ven continuamente
debilitados, continuamente bajo sospecha.
Creer se convierte en una hazaña… y fácilmente se puede
transformar en una traición.
Todo parece indicar que la Especie Vida tiene un
empeño especial en proseguir sus proyectos… que no tiene por qué conocer –que
algunos sí y otros no-. Y a pesar de todas las dificultades que se gestan –en
especial por la materia viviente humana- la apuesta de la Especie Vida es clara:
se adapta, se hacen alianzas, se respetan, se adaptan, para poder ejercitarse
en sus mejores versiones, como la flor con su perfume y su diseño; como el
delfín en su salto y en su juego.
Esto nos podría hacer reflexionar en torno a la actitud
como especie dominante, dominadora, poseedora, manejadora, manipuladora.
Sí. Es un recurso mental lógico, quizás poco operativo.
Pero… apelando a nuestra innata bondad como consecuencia de mensajeros del
Misterio, no nos quedemos con el mensaje que portamos y lo hagamos poderoso,
dominante e intransigente, sino que hagamos llegar el mensaje a los
destinatarios.
La función del cartero es llevar el mensaje a quien
está destinado. No puede guardar los mensajes y acopiarlos.
Es más, es portador de “buenas nuevas” o “buenas
diferentes” o “buenas raras”, pero “buenas”, porque porta, transporta, lleva…
intenciones de otros, imaginaciones, recados…
Pues bien, cada ser de humanidad, como mensajero, no
puede recoger ese mensaje y absolutizarlo en su hedonismo.
Debe hacer que llegue a los destinatarios, en base al
amor con el que se le ha dado ese encargo.
La Llamada Orante nos sugiere que ejercitemos una piedad sobre
nosotros mismos, para amortiguar y dejar, el individualismo, convertido en la
identidad de cada ser, pero no en la imposición de cada ser…
A pesar del riesgo de –en alguna ocasión o en varias
ocasiones- tomar la tostada con mantequilla, cuando alabas y dices que lo mejor
es el arroz con leche.
La Llamada Orante nos dice: “Dios es una eterna
sonrisa”.
***
GOD IS AN ETERNAL SMILE
2025-01-20
The
so-called “evolution” –evolution of power- has achieved, as a species of
humanity, as human living matter, that each being proclaims itself emperor of
its ideas, deductions, speculations, explanations.
We remember
the myth –or history- of the famous Tower of Babel, in which men, as humanity,
tried to build a tower that would reach the sky, to the divine. And as a
consequence of this, the divine destroyed that tower and different languages were
created. And from understanding each other, they became totally disengaged.
Well, it is
similar the position that, now –preferably- we have to share, to live together.
The one where everyone and each one is sovereign and truth.
And
protected by its sovereignty, each being tries –obviously- to convince, impose…
It is a natural expression of power, the dominion of reason and the
interpretation of the facts.
This,
obviously, does not help a ‘co-mmon‘ work, attitude and development… since
agreements are going to be very difficult.
The
so-called “common sense” is almost impossible today. “Almost”. Because each
one, with his power, hides behind his feelings and his reason, and… sharing,
combining, getting along becomes especially difficult. But at the same time,
due to the nature that adorns humanity, we have the need to express our social
being. And this is how fractions are formed; fractions that share certain
points of view, but will have to confront them with others.
One more replica from individual against individual.
The
individualism that creates the distribution of power… makes a common project
increasingly unfeasible.
There is
that measure… of displeasure, of disagreement before any reference.
If in
another time –or times- there were some references that served as “guides”,
today that are too fragile.
There may be
moments of enthusiasm or moments of exaltation to different references, but
immediately competition, comparison, discussion will arise.
All of this
will flow into the result of wanting. And each one, in corpuscles or in
individuals, want –as a possessor, as a proprietor- this, that or the other.
And so it is
that love languishes, continually exposed to criticism, to mood, to point of
view, to comment, to opinion…
The Call to
Prayer places us, in this time of now, in that vision of being, of acting; that
evidently –evidently, if it can be accepted-, to the extent that love
languishes, the reference –if it can be accepted- of man, of human being, with
the Creative Mystery, is so timid!, so languid!... that it becomes difficult to
interpret the daily miracle, the daily magic, the unpredictable circumstance,
the necessary occasion…
And under
the effects of that individual power, there is a tendency –let us say for the
moment “tendency”- to consider any process, any realization, any attitude,
under the prism of failure, under the prism of error, under the prism that,
“since it is not mine, since it does not belong to me, it can be neither good
nor excellent –less so-, neither capable nor sufficient”.
And so,
defeatism, escapism, the… ‘Illusionism’, if it was there at some point, is
diluted, and dissolved.
And behold
the enthusiasm, the celebration, the… does not arrive. It does not come.
Always!… –what a terrible word!- an error always appears. Under these prisms,
contemplating any situation, any element, will have, for the power of each one,
an error: it lacks spice, it has too much colour, it does not sound as it
should, because a lower scale would be better…
It is
commonly said that there are opinions for all tastes. No. Every being has a
taste and opinion. The thing is that it does not listen to or understand or
assimilate those of others, but rather imposes and implies its mechanisms as
unique and valid. And any expectation of others may perhaps arouse enthusiasm
at some point, but immediately, that defeatist spirit appears. It says: “No.
This cannot be true”. And indeed, a cliché is put on it, a protocol is put on
it, and it does not comply. It doesn't comply with it!
.- Look, he
said he liked rice pudding, and one day I saw him, one day I saw him eating
bread with butter. Look, look: liar, satrap, deceitful".
.- But...
but wait, wait, wait, wait, wait. He still likes rice pudding. But that day,
that fateful day, it occurred to him... or the circumstances were right for him
to have toast with butter.
You’ve failed completely.
Yes. The
exaggerated tone appears frequently in the prayer, to make it more evident.
Afterwards, each one will make his reductions, but always –the word again-
there will appear the obstacle, the speck, the...
That
“triumphalist defeatism”… –yes, it seems a contradiction but it is not: it is
defeatism in the face of the environment, and triumphalist in regard to me-
that triumphalist defeatism is not in tune with any spiritual current, except
if is convenient, which serves as identity or support for what each one thinks
it should be.
And this is
how societies behave with a… a latent dispute. They do not open up and discover
themselves neatly. There are fears, there are prejudices, there are judgments,
there are condemnations…
And progress, when it happens, is really miraculous.
The
Prayerful Call places us in a context in which, at least, a reflection –a brief
one!- is deserved, which will surely be “I do not agree”, but… something is
something! Even reaffirming the power of “my version” and “my point of view”
and “my analysis” can create a totem and self-admiration… that may be enough.
And so, it
can happen that each one is delighted to have known himself… or else expands
his knowledge and awakens admiration as a reference.
Yes; this is
how science, politics, philosophy, religion work: the great “monuments” of
power, which have been able to develop their positions at all levels.
The
revealing idea of a Complaisant Creative Adaptation… will have many inconveniences in its realization.
Returning to
the saying: “it never rains to everyone’s liking”, it could be said: “to no
one’s”.
Yes. We have
reached absolutist moments, of a perpetual condemnation to anything that is not
one’s own. And the pacts, promises, projects, etc., that may exist in common,
are continually weakened, continually under suspicion.
Believing becomes a feat… and can easily turn into a
betrayal.
Everything
seems to indicate that Life Species has a special determination to continue its
projects…, which it does not have to know about –some do, and others don’t-.
And despite all the difficulties that arise –especially for human living
matter- the bet of the Life Species is clear: it adapts, it makes alliances, it
respects each other, they adapt, in order to be able to exercise its best
versions, like the flower with its perfume and its design; like the dolphin in
its jump and in its game.
This could
make us reflect on the attitude as a dominant, dominating, possessing,
handling, manipulating species.
Yes. It is a
logical mental resource, perhaps not very effective. But… appealing to our
innate goodness as consequence of messengers of the Mystery, let us not keep
the message we carry and make it powerful, dominant and intransigent, but let
us get the message to the addressees.
The
postman’s function is to take the message to the addressee. He cannot keep the
messages and collect them.
Moreover, he
is the bearer of “good news” or “different good news” or “strange good news”,
but “good”, because he carries, transports, takes… other people’s intentions,
imaginations, messages…
Well, each
being of humanity, as a messenger, cannot collect that message and absolutize
it in its hedonism.
It should
make sure it reaches the addressees, based on the love with which it has been
given that task.
The
Prayerful Call suggests that we exercise compassion toward ourselves, to soften
individualism, and keep it as the identity of each being, but not the
imposition of each being…
Despite the
risk of –on some occasion or on several occasions- having toast with butter,
when you praise and say that the best is rice pudding.
The Praying Call tells us: “God is an eternal smile”.
***