domingo

Lema Orante Semanal

 

El orar nos da las coordenadas de otras tierras que no están en los pies

2 de diciembre de 2024

Trascurren rastreando, como si fueran abonos, los prejuicios, los miedos, las calumnias, los bulos, las mentiras.

Trascurren arando... como un cauce, las semillas. Y la cosecha es rancia y bravía. No alimenta; ataca, critica, acidifica, golpea, especula.

Han llegado a los cimientos de los pasos, las perfidias, las rabias, las envidias. Ya no están –como decían antes- como “pájaros de mal agüero”, por ahí volando. No. Se hicieron rastreras.

Pasan por debajo de las rendijas de las puertas o por las rendijas de las ventanas.

Se hace suelo arenoso, estéril.

Y la respuesta de lo viviente es... queja, es rabia, es desconfianza, es inseguridad, es miedo.

Los días claros ya... ya no están. Y sí están, pero... no se ven.

El ser va con la cabeza gacha y mira muy poco a las nubes. No quiere mojarse, y se busca el paraguas.

Se ríe de la dificultad ajena. Festeja sus logros, con motivo del malogrado contrincante, del carácter que sea.

Se llega pronto –¡muy pronto!- a la conclusión de que la verdad solo puede ser mala.

¡Ay! Desde niños nos contaban cuentos: que veníamos de las nubes y nos traían las cigüeñas. Y que ¡éramos buenos!

.- ¿Buenos?

.- Sí, eso decían.

.- ¡Ah!, “decían”.

Pero ahora todo se hace barro de sangre, sudor, lágrimas, quejas, insultos...

Y estirando y estirando el saber –porque todos saben de todo y de todos-, cada uno tendrá, según cada otro, sus defectos. Pero defectos efectivos, incómodos, dañinos.

Cada cual procura cuidarse de éste, de aquél o del otro. O rentabilizar las acciones de alguna habilidad.

La Llamada Orante nos muestra un panorama ¡nada nuevo!, ¡no! Probablemente edificante –por ser lunes-. Y siempre se tiene la esperanza...

.- ¿La qué?

.- La esperanza. Estamos en oración...

.- ¡Ah!, sí.

... la esperanza de que, por ser lunes, por empezar una nueva semana, haya aclaraciones, sorpresas, descubrimientos, aportes...

¡Ah!...

Sí. Hay palabras que... –curioso- que valen en determinados sitios, como ésta que hemos dicho de “esperanza”. Que valen cuando se está orando. Pero ya fuera de aquí, ya, esooo... eso casi es un insulto. ¿Esperanza en qué?, ¿en quién? Si éste duda de aquél, de aquello, de lo otro.

Pero bien está. A lo mejor –a lo mejor-….

La oración es misteriosa, sí. Es la que alberga el Misterio. Por eso está y permanece. Y en su misterio, tiene la intención de que “a veces” se filtre algo de lo que habitualmente no convive fuera de las paredes orantes.

Cuántas veces –¿verdad?- hemos escuchado: “Ay, yo soy incapaz de hacer esto”. “Ay, yo no puedo hacer lo otro”.“Ay, a mí no me gusta esto”. “Ay, a mí no me gusta lo otro”. “No, yo... no. Esto no. No, no. Es que no. Me pongo y no puedo”.

Es que –¡de verdad!- aquí, orantemente, eso es una pena. ¿A que sí? Ahora, aquí, ¿eh? Cuando salgamos, no. Son virtudes que cada uno... Éste no puede escribir. Al otro se le da mal traducir. Aquél no puede aprender. El otro no…

.- Eso es así. Cada uno es cada uno.

.- ¿Cada uno es cada uno?

.- Sí.

¡Guau! Esto puede ser esperanzador. Si –afortunadamente- solo hay uno de ese uno, pues es el equivalente al Uno. Podrá escribir, dibujar, transcribir... no sé: hacer lo que haga falta.

Lo que sea necesario.

¿Es tan difícil entender eso?

Pero, claro, en el fondo no se está de acuerdo con que tal y con que cual. El tal y el cual son muy auxiliados. Porque “tal” y “cual” pueden ser perros, gatos, armarios, sillas, elefantes o... o dráculas, incluso.

.- ¿Drácula?

.- Sí.

Tal” y “cual”.

¡Ah!, pero es fascinante. ¡Oh, sí, sí! Es fascinante, en esa tierra de guijarros y de duras hendiduras, es fascinante ver a los seres, seguros, certeros –¡hasta parecen valientes!-, esgrimiendo su credo, inhabilitando a cualquier entorno y recreándose en la propia vanidad.

Sí. Para esto no hace falta un púlpito ni un gran salón. No, no. Esto, con solo sentarse y echar una mirada, ya pones en marcha todo el mecanismo interno para que tu arado sea áspero, duro, ¡cortante! ¡No vayan a preguntarte algo que...!

.- La mejor respuesta es la herida.

.- ¿La herida?

.- Sí, porque así saben que tú eres el fuerte, que tú eres el poderoso, que tú eres el que manda. Puede ser una voz, un grito, un tono en fa sostenido menor...; o en sol mayor, depende.

Antes –cuando era “antes”-, los niños y las niñas hacían y estudiaban el catecismo. ¿Para qué? Para conocer un poco a Dios; para prepararse para la comunión. ¡Ah! Y había que sabérselo todo de memoria. Y era un día importante, porque ese día entrabas en la senda de Dios.

Luego se vio que no era del todo así, ¿verdad? Y ya no, ya no se hace ni la primera ni la segunda comunión. Ninguna. Pero era una buena idea, sí, una buena idea. Pero muy mal realizada, muy mal ejercitada, muy mal manipulada. O sea que era una mala idea. O sea, así de simple. Pero era buena en cuanto que se buscaba que el joven, el niño, se inmiscuyera en las cosas de Dios.

Sí. Demasiado pronto. O no. Pero mal realizada.

Luego ya, todo fue cambiando, y en su lugar había clases de judo o de karate o de francés o de inglés o de recuperar o… ¡Puf! ¡Hay tanto!...

Pero... sin ánimo de mejorar. ¡No! Cuando el terreno está así, no hay forma de mejorarlo. Hay que irse a otro lugar: mental, espiritual o físico. Irse a otro lugar.

Sí. Y el orar nos da las coordenadas de otras... de otras tierras que no están en los pies; que están en las manos, en el latido del corazón.

Y nos hablan del amanecer: que nacemos por Amor.

¡Qué tontería!, ¿verdad? Fuera del espacio orante y de poesía, no tiene…

¡Ah! Pero aprovechamos que estamos en el habitáculo orante.

Pues sí. Aquí se puede decir que nacemos por Amor, cada día. Y que es muy triste... Bueno, “triste” no. Aquí podemos decir que es ¡muy dramático!... que, en ese amanecer, el ser permanezca igual que cuando se acostó el día anterior.

¡Ah, sí! Es curioso. En el tiempo orante se pueden decir cualquier tipo de barbaridades evidentes; cosa que, en el mundo cotidiano, traspasada la puerta, hay que cuidar: a ver si a éste le gusta lo que le digo, o no; o me mira, o le hablo, o le saludo, o no le saludo… Bueno, esas pequeñas cosas “impresentables”.

Sí. En ese... en ese otro terreno, además de nacer por Amor, las palabras tienen un valor ¡inmenso! ¡Inmenso! ¡Sí! Decir “Amor” es decir “Creación”. Es decir “Dios”.

.- ¿Tanto?

.- Sí.

En este otro suelo orante, que está en las manos y en el corazón, se puede hablar de la esperanza de poder aprender, de poder conocer, de poder participar, de poder ayudar.

.- ¿Aprender? Pero ya todos son adultos y…

.- ¡Oh!, sí. Pero en este espacio sí existe eso: aprender lo que no sabes, o lo que te niegas a saber… por comodidad, por vanidad, por soberbia, por… ¡por lo de siempre!

.- ¿Pero eso ha estado siempre?

.- ¡No... no! No ha estado siempre. Lo que ocurre es que es muy persistente, muy insistente. Y el deterioro vulgar tiene un “prêt-à-porter”, un uso fascinante, en cuanto a operatividad.

.- ¿Y las promesas?

.- ¡Oh, sí! ¡Buena cosa!: ¡las promesas!

Antes, escuchábamos a veces: “juro y prometo que... tal y cual”.

Pero sí, sí, claro. Es llenar la mesa de ofrendas. No vale quitarlas. Hay que ofrendarlas para que alimenten a otros. Eso es una promesa.

Antes” –¿cuándo es antes?- era casi sagrado, para algunos adultos, cumplir las promesas que hicieran a los niños. “A los niños”. Ya, a los adultos… depende.

La… –es difícil esto, ¿eh?- la fidelidad… eh… bueno, para otro día, mejor.

La fe es algo que… que está. Está. Dicen que nos la dan. Seguramente sí.

Y... ¿cuánto, cuánto dura la fe de una persona hacia otras personas o hacia otra persona? ¿Qué capacidad de encaje tiene, ante las noticias, antes los rumores, ante…? ¿Qué capacidad tiene? Sí, dependerá de cada uno; ya, ya, pero…

La confianza es... ¡buah! Depende, ¿no? Depende. En este mundo de manos y corazón, la confianza a veces se hace fianza. Es decir:

.- Confío en la medida en que tú me des motivos para confiar. Pero si tú me das motivos para confiar, pero otros me dicen que no confíe en ti, yo normalmente me tiro a quien dice que no me fíe de ti.

.- ¡Ah!, ¿y por qué?

.- ¡Hombre!... Porque “más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer”.

.- ¡Ah! ¡Es verdad!...

.- ¡Claro! Tú puedes creer y tener confianza en... ¡lo que sea! –personas, proyectos, ideas-, pero si llega alguien y te dice que no, ¡qué va!, que no... “¡Cuidado con esa persona! ¡Cuidado, que tiene...! ¡Cuidado!”, entonces ¿tú qué haces? Pues lo normal: “creer”.

.- ¿Creer...? ¡Wow! Es muy fuerte, ¿no?

.- No es fuerte. ¡Puede cambiar cuando quieras! Crees en “lo malo conocido”, porque lo conoce quien te lo ha dicho.

.- ¿Así que “más vale lo malo conocido”, que lo bueno?

.- Sí, porque si conoces lo malo, pues así… no te pasa nada.

.- ¿”No te pasa nada”? Pero siempre van a decirte lo malo de la ciudad, de tus compañeros de trabajo, de tu familia… Siempre, ¿no?

.- Sí, pero…

.- Entonces… ¡Ah! Ya se dijo antes:la verdad sólo puede ser mala.

.- Pero, y si tienes confianza, por ejemplo, ¿tienes que demostrar todos los días que eres fiable?

.- ¡Sí! ¡Todos los días! Aunque no haga falta. No importa. Siempre habrá suficiente arena para condenarte y para que desconfíen de ti.

.- Pero eso es fuera, ¿no?

.- Sí, sí, claro, fuera. No, aquí no. Aquí, ahora, dentro, no. Aquí podemos hablar de todo esto. Sí, sí. Y a lo mejor se filtra algo luego, fuera, y… Se han dado casos. Sí, se han dado casos.

Fíjense como –para muestra, hablando de “fuera”- hemos tenido elecciones, ¿verdad?, en toda Europa. “Europa: el jardín la humanidad”. ¿Saben cuántas personas han votado? El 49%. Deberían invalidarse las elecciones, puesto que no han llegado ni siquiera a la mitad.

¿Y la otra mitad? ¿Será que no confían? –digo; es un decir, ¿eh?-. ¿O les habrá entrado una parálisis... o un [1]Quervain, y no pueden, no pueden, no pueden poner el voto, y no van? El 50, más de 50%, 51% no ha aparecido.

Y ese 49% va a dictaminar, obviamente, qué es lo que va a movilizarse en los próximos cinco años en este continente. Para todos.

Entonces se puede decir que a lo mejor –con estas cifras, con este ejemplo nada más- la confianza y la fe en determinadas cosas parece que, efectivamente, según nos dice la Llamada Orante, no está muy boyante. No, no, no.

.- Bueno, pero ahora suponemos que los que sí han votado, estarán todos de acuerdo.

.- ¡Je! ¡je, je! “Los que votaron estarán todos de acuerdo”… en acabarse los unos a los otros. En eso están de acuerdo: en acabarse los unos a los otros.

Nos llaman a orar, sí. Es un detalle asombroso. Totalmente. Y todos nos damos por aludidos ante cualquier palabra. ¡Todos!

Pero qué detalle de Bondad, el que nos muestren pequeñas ventanas, pequeños detalles –o grandes, depende de la consciencia de cada cual- que nos permitan entrar en otra percepción, en otra visión.

¡Cuánta perseverancia!, que aún nos llaman a orar, a meditar, a contemplar…

A coquetear con las nubes, con la farándula de la alegría, con la ilusión del juego.

Pronto, pronto se hace tarde y hay que diluirse. Pero conviene recogerse en el recuelo –“el recuelo”- de lo que haya quedado en las manos y en el corazón…

Por si hay suerte y… puede seguir con nosotros.

Es pronto ya, es tarde.

[1] Tenosinovitis o tendinitis de De Quervain: afección dolorosa que afecta a los tendones de la muñeca del lado del pulgar



***







Praying gives us the coordinates of other lands that are not in our feet

2024-12-02

They go by, tracking down, as if they were fertilizers, the prejudices, fears, calumnies, hoaxes, lies.

They go by ploughing... like a riverbed, the seeds. And the harvest is stale and wild. It does not nourish; it attacks, criticizes, acidifies, hits, speculates.

They have reached the foundations of the steps, the perfidies, rages, envies. They are no longer -as they use to say- like "birds of ill omen", flying around. No. They became crawlers.

They pass under the cracks of the doors or through the cracks of the windows.

They become sandy barren soil, sterile.

And the response of the living is... complaint, it is anger, it is distrust, it is insecurity, it is fear.

The clear days are… no longer there. And they are, but... they can’t be seen.

The being goes with its head down and looks at the clouds very little. It doesn't want to get wet, and it reaches for an umbrella.

It laughs at other people’s difficulties. It celebrates its achievements, on the occasion of the ill-fated opponent, whatever nature may be.

One soon –very soon!- comes to the conclusion that the truth can only be bad.

Oh! Since we were children, we were told stories: that we came from the clouds and storks brought us. And that we were good!

.- Good?

.- Yes, that's what they said.

.- Ah!, "they said".

But now everything is made of mud of blood, sweat, tears, complaints, insults...

And stretching and stretching the knowledge –because everyone knows about everything and everyone else- everyone will have, according to others, their faults. But effective, uncomfortable, harmful faults.

Each one tries to take care of oneself from this one, that one or the other. Or make the most of the actions of some ability.

The Call to Prayer shows us a panorama, nothing new, no! Probably edifying –since it is Monday-. And there is always hope...

.- What?

.- Hope. We are in prayer...

.- Ah! Yes.

...hope, because it is Monday, because a new week has begun, there will be clarifications, surprises, discoveries, contributions...

Ah!...

Yes. There are words that... -curious- are valid in certain places, like this one we have said about “hope”. They are valid when one is praying. But outside of here, now, that... that’s almost an insult. Hope in what? On whom? If this one doubts that one, that and the other.

But it is fine. Maybe -maybe-….

Prayer is mysterious, yes. It is the one that houses the Mystery. That is why it is and remains. And in its mystery, it has the intention that “sometimes” something of what usually does not normally coexist outside the praying walls leaks out.

How many times –right?- have we heard: “Oh, I am incapable of doing this”. “Oh, I cannot do that”. “Oh, I do not like this”. “Oh, I do not like that”. “No, I... no. Not this. No, no. I just don't. I get myself into it and I cannot”.

It's just that –really!- here, praying, that is a shame. Isn't it? Now, here, eh? When we go out, no. These are virtues of each one of us… This one can’t write. The other one is bad at translating. That one cannot learn. The other one cannot…

.- That's how it is. Each one is each one.

.- Is each one each one?

.- Yes.

Wow! This can be hopeful. If –fortunately- there is only one of that one, then it is the equivalent of One. He will be able to write, draw, transcribe... I don't know: do whatever it takes.

Whatever is necessary.

Is it so difficult to understand that?

But, of course, deep down, one does not agree with this and that. This and that are very helpful. Because “this” and “that” can be dogs, cats, cupboards, chairs, elephants or... or even Draculas.

.- Dracula?

.- Yes.

“This” and “that”.

Ah! But it is fascinating. Oh, yes, yes! It is fascinating, in that land of pebbles and hard cracks, it is fascinating to see beings, confident, certain –they even seem brave!-, wielding their creed, disabling any environment and revelling in their own vanity.

Yes. You don't need a pulpit or a big hall for this. No, no. Just by sitting down and taking a look, you already set in motion the whole internal mechanism so that your plough is rough, hard, cutting! Lest them ask you for something that...!

.- The best answer is the wound.

.- The wound?

.- Yes, because that way they know that you are the strong one, that you are the powerful one, that you are the one in command. It can be a voice, a shout, a tone in F sharp minor...; or in G major, it depends.

Before -when it was "before"- boys and girls did and studied catechism. What for? To get to know God a little; to prepare for communion. Ah! And you had to know everything by heart. And it was an important day, because that day you entered God’s path.

Later it was seen that it wasn't quite like that, was it? And no longer, neither the first nor the second communion is done any more. None. But it was a good idea, yes, a good idea. But very poorly executed, very poorly practiced, very poorly manipulated. In other words, it was a bad idea. I mean as simple as that. But it was good insofar as that it sought to get the young person, the child, involved in the things of God.

Yes. Too soon. Or not. But poorly executed.

Then, everything changed, and instead there were judo classes or karate or French or English or remedial classes or… Phew! There is so much!...

But... without the intention of improving. No! When the ground is like this, there is no way to improve it. You have to go somewhere else: mental, spiritual or physical. Going somewhere else.

Yes. And praying gives us the coordinates of other... of other lands that are not in our feet; that are in the hands, in the heartbeat.

And they talk to us about the dawn: that we are born from Love.

What nonsense, isn’t’ it? Outside the space of prayer and poetry, it doesn't have...

Ah! But we take advantage of the fact that we are in the prayer room.

Well, yes. Here we can say that we are born from Love, every day. And that it is very sad... Well, not “sad”. Here we can say that it is very dramatic!... that, at that dawn, the being remains the same as when it went to bed the day before.

Ah, yes! It is curious. During the time of prayer, all kinds of obvious outrageous things can be said; something that, in the everyday world, once we have crossed the door, we have to be careful: to see whether this person likes what I say or not; or he looks at me, or I speak to him, or I greet him, or I don't... Well, those little “unpresentable” things.

Yes. In that... in that other field, as well as being born out of Love, words have an immense value! Immense! Yes! To say “Love” is to say “Creation.” It is to say “God.”

.- That much?

.- Yes.

On this other praying ground, which is in the hands and in the heart, we can talk about hope of being able to learn, to know, to participate, to help.

.- To learn? But everyone is already an adult and…

.- Oh!, yes. But in this space, there is that: learning what you don't know, or what you refuse to know… for convenience, for vanity, for pride, for… for the usual old thing!

.- But has that always been there?

.- No... no! It hasn't always been there. What happens is that it is very persistent, very insistent. And vulgar deterioration has a “prêt-à-porter”, a fascinating use, in terms of operability.

.- And what about promises?

.- Oh, yes! Good thing: promises!

Before, we sometimes heard: “I swear and promise that… such and such”.

But yes, yes, of course. It is filling the table with offerings. It is not enough taking them away. It must be offered to feed others. That is a promise.

“Before” –when is before?- it was almost sacred, for some adults, to fulfil the promises they made to children. “To children”. Yeah, to adults… it depends.

Fidelity…-this is difficult, isn’t it?- fidelity… well, better leave it for another day.

Faith is something that… that is there. It is. They say that it is given to us. It probably is.

And… how long, how long does a person’s faith last towards other people or towards another person? What capacity does it have to adapt to the news, to rumours, to…? What capacity does it have? Yes, it will depend on each one; yeah, yeah, but…

Trust is… pff! It depends, doesn’t it? It depends. In this world of hands and heart, trust sometimes becomes bail[1]. That is to say:

.- I trust you as long as you give me reasons to trust you. But if you give me reasons to trust you, but others tell me not to trust you, I usually throw myself at whoever says not to trust you.

.- Ah! And why?

.- Man!... Because “is better the devil you know”.

.- Ah! It's true!...

.- Of course! You can believe and trust... whatever! –people, projects, ideas-, but if someone comes along and tells you no, no way! No way... “Watch out for that person! Be careful, he has...! Be careful!”, then what do you do? Well, the normal thing: “believe”.

.- Believe...? Wow! It's very strong, isn't it?

.- It's not strong. It can change whenever you want! You believe in “is better de devil you know”, because the person who told you about it knows it.

.- So “the devil you know is better” than the good?

.- Yes, because if you know the bad, then… nothing happens to you.

.- “Nothing happens to you”? But they're always going to tell you the bad things about the city, about your workmates, about your family… Always, right?

.- Yes, but…

.- So… Ah! It has already been said before: the truth can only be bad.

.- But, if you are confident, for example, do you have to prove every day that you are trustworthy?

.- Yes! Every day! Even if you don’t have to. It doesn’t matter. There will always be enough sand to condemn you and to make people distrust you.

.- But that is outside, isn’t it?

.- Yes, yes, of course, outside. No, not here. Here, now, inside, no. Here we can talk about all of this. Yes, yes. And maybe something will leak later, outside, and… There have been cases. Yes, there have been cases.

Look how –for example, speaking of “outside”- we have had elections, haven’t we?, all over Europe. “Europe: the garden of humanity”. Do you know how many people have voted? 49%. The elections should be invalidated, since they have not even reached half.

And what about the other half? Could it be that they do not trust? –I say; It's a figure of speech, eh?- Or have they been struck by paralysis... or a Quervain[2], and they can't, can't, can't cast their vote, and they are not going? 50, more than 50%, 51% have not shown up.

And that 49% will obviously decide what will be mobilized in the next five years on this continent. For everyone.

So, it can be said that perhaps -with these figures, with this example alone- confidence and faith in certain things seems, indeed, as the Call to Prayer tells us, not to be very buoyant. No, no, no.

.- Well, but now we assume that those who have voted will all agree.

.- Ha! ha, ha! “Those who voted will all agree”… to finish each other off. They agree on that: to finish each other off.

We are called to pray, yes. It is an amazing detail. Absolutely. And we all assume any word is meant for us. All of us!

But such a detail of Goodness, by showing to us small windows, small details –or large, depending on the conscientiousness of each one- that allow us to enter into another perception, into another vision.

How much perseverance!, that we are called still to pray, to meditate, to contemplate…

To flirt with the clouds, with the show of joy, with the illusion of the play.

Soon, soon it gets late and we have to fade away. But it is advisable to gather in the remnants –“remnant”- of whatever remains in our hands and in our hearts…

Just in case we are lucky and… it can remain with us.

It is already too early, it is too late.



[1] In Spanish, the word confianza means "trust" and contains the word fianza, which means "bail."

[2] Tenosynovitis or De Quervain's tendonitis: painful condition affecting the tendons of the wrist on the thumb side.





***

lunes

Lema Orante Semanal

 

Escuchar lo que la Creación insinúa sobre nosotros

25 de noviembre de 2024



Se transita en el vivir con todo el andamiaje –cultural, intencional, organizado y estipulado- que va a condicionar la identidad de cada ser a la hora de descubrir, aprender, adaptarse, relacionarse, convivir.

Pareciera como si los seres, en su programación –que sufren a lo largo de los primeros momentos de su vida-, no tuvieran ese… “orificio” de otra dimensión, de otras perspectivas. Y cada cual se atrinchera en sus principios –¿principios?-, en sus verdades –¿verdades?-, en sus sentires… Pero todo ello adquiere una preponderancia tan grande, que no se percibe, no se escucha, no se valora, no se evalúa lo que otros piensan, sienten, calculan. Y es así que la contienda está servida, ya que el convivir es inevitable: con aquel, con aquella, con aquellos, con nosotros… Somos seres sociales, aunque el comportamiento sea antisocial.

Y cada cual defiende su posición con las mejores armas. ¡Armas! Armas de palabras, actitudes, posiciones… que garantizan la continuidad del enfrentarse.

Esta garantía de enfrentamiento no conduce al desarrollo de nuestra naturaleza.



Y no es cuestión de revisar, reevaluar, reconsiderar…; que está bien –está bien, sí- y es necesario –sí-, pero la Llamada Orante nos recuerda insistentemente que tenemos otras perspectivas, otras realidades, otras sensaciones, otras vivencias… que habitualmente quedan suspendidas o en los sectarismos o en los radicalismos o –sí, también a veces- en instantes liberadores.

Y ahí está el Llamado Orante: el asumir esos instantes liberadores, esa otra perspectiva que gravita sobre los seres; ese ama-necer que nos permite nacer por el amor que nos derraman…; esa actitud virtuosa que adorna a la humanidad, de “sentir”: de sentir en ese otro plano, de sentir en esa consciencia de amor de la que tenemos un pequeño destilado, que es con el que nos arreglamos.



En consecuencia, podríamos decir que, en ese transcurrir –además de revisar, reparar, reconsiderar, desarmar nuestras posiciones-, darle esa preponderancia, ese privilegio que no es tal, es expresión de la Creación, que es lo que somos. Darnos esa opción de ese pequeño orificio que queda, que está, que estará, en el que se nos ve con sentido solidario, con sentido comprometido, con sentido de adaptación, con sentido de escucha, con sentido de escuchar antes al otro y después escucharme a mí… para que así no haya una preponderancia, para que así podamos darnos cuenta de las divergencias de percepción.



Recientemente, por ejemplo, hemos vivido –y vivimos como coletazos- ese terrible drama de la “Dana” o “gota fría”. Y hoy descubrimos que los que tenían la responsabilidad, los que tenían que tener el conocer, el saber, la capacidad de decisión por el cargo que ocupaban –y en esa onda, un largo etcétera- no actuaron, no dieron la respuesta para lo que estaban preparados, diseñados. Y eso hubiera colaborado, sin duda, en que la catástrofe hubiera sido –las catástrofes personales- hubieran sido menores.

Pero los puntos de vista de cada uno difieren. La interpretación de unos es “A”, y del mismo hecho hay interpretaciones del resto de palabras del abecedario.



De igual forma, a nivel mundial hemos vivido esas competencias, esa competitividad de líderes en busca del poder, utilizando todo tipo de insultos, todo tipo de descrédito.

Una guerra…; terminada la cual, con un vencedor, los vencidos han de plegarse a las condiciones del ganador, y por muchos adornos que quieran poner a las palabras solidarias, se nota el resquemor del haber perdido.

Escenarios diferentes, locales e internacionales, nos muestran esa divergencia “confrontadora” en la que cada uno conoce su versión, pero desconoce la versión del otro, de los otros.

Y, en consecuencia, como el mundo no está hecho a nuestra medida, sino que nosotros nos tenemos que adaptar creativamente a ese mundo que progresivamente es creativo y evolucionante, si no es así, la confrontación, las divergencias, los enfrentamientos serán la norma, como ha sucedido hasta ahora. Según qué años se cuenten, unos llevan 2024 años, otros llevan 5785 años, otros... Calendario arriba, calendario abajo, esas posiciones apenas se han cambiado.



Y cada ser, a lo largo de su trayectoria, cambia –¡aunque no quiera!-, modifica pequeños parámetros, y tiene oportunidades “continuamente” de traspasar la obligación para hacerse liberación.

Traspasar la obligación para hacerse liberación.



Pero si cada individuo, cada pueblo, cada comunidad, cada país, se queda en sus principios, en sus reglas, en sus normas, evidentemente los vecindarios van a sufrir continuas divergencias.



Pero la Llamada Orante nos transmite que, por encima, por los lados, por arriba, por abajo, ¡tenemos otra realidad!... que nos mantiene, nos entretiene, nos dota…

Y otra realidad de cuido, otra realidad de posibilidades que, a través de la Llamada Orante, se muestran, se insinúan, para que efectivamente vayamos, en el cotidiano estar, desde la obligación de mis razones, de mis verdades, de mis obligaciones, hacia las liberaciones; hacia esas otras posiciones en las que lo aprendido, lo heredado, lo personal… empieza a perder protagonismo, y empieza a ganar lo universal, empieza a ganar protagonismo lo Eterno, lo Infinito.

Sí. Conceptos que gravitan… y se resisten –siempre se resistirán- al dominio y al control del ser.



Y así, no existirá esa verdad de esa religión, de esa filosofía… como algo verdadero y auténtico.

Y, si no existe, dejará de condicionar permanentemente nuestras capacidades, y empezaremos a abrirnos a las virtudes de la Creación.



Pero ya es cierto, ya es cierto que si “en un Principio existía la Palabra, y la Palabra estaba con Dios, y nada se hizo sin ella” –como cita el Evangelio de San Juan en su introducción- y tenían las palabras un valor, hasta el punto de que eran sello, eran definición y eran identidad de los que las pronunciaban, hoy estamos en ese “armamento” de enfrentar una palabra con otra, de camuflar palabras con el tono, que se convierten en distónicas e hirientes, pero en apariencia “normales”.

Y es así que el ser –guerrero, ya-, el ser guerrero se define con sus palabras –las que él cree- y desautoriza las palabras de los otros. Y, en consecuencia, las palabras quedan, para unos, medio vacías; para otros, vacías; para algunos, llenas…

Pero en general se hacen armas…

Armas de precisión…



“Nos armamos”… –fíjense qué diferencia tan sutil, y a la vez tan definitiva- “nos armamos” o “nos amamos”.

Sí. Se hacen unas abismales diferencias.

Y habitualmente “armamos”. Y el “amamos” está ahí como pidiendo una oportunidad.

Surge, quizás, cuando las armas están descuidadas.




Surgen como cuatro pilares: “armamos”, “obligamos-obligados”, “liberados” y “amamos”. Como si fueran cuatro palabras claves para buscar una sintonía en la que la “erre” –el arrastre de las armas- se diluya, y la obligación –como expresión de castigo, dominio, dominado, controlado- empiece a ser un dedicado afán de virtud… en el servir desinteresado.



El silencio se hace cómplice de buscar las palabras precisas, las que estén en sintonía con esa liberación y ese amarse…; las que disuelvan el armarse continuado y la obligación de obligarse y obligar.

Y así –como decíamos al principio- ese acto de replantear, reconsiderar, reevaluar, empieza a tomar otra dimensión, si abrimos las ventanas de ese amarse y no armarse, de ese liberarse y no obligarse ni obligar.


Darse la oportunidad de… dejar de ser lo que se es, por un instante, y escuchar lo que la Creación insinúa sobre nosotros, que está ahí.



No hay límites en el amarse y en el liberarse.

En el obligarse y en el armarse, el límite está en la violencia y en la ganancia. Y para volver a empezar…





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Listen to what Creation insinuates about us

2024-11-25


One goes through life with the whole scaffolding –cultural, intentional, organized and stipulated- that will condition the identity of each being when it comes to discovering, learning, adapting, relating, living together.

It seems as if beings, in their programming –which they suffer throughout the first moments of their life-, do not have that… “orifice” of another dimension, of other perspectives. And each one entrenches themselves in their principles –principles?-, in their truths –truths?-, in their feelings… But all of this acquires such great preponderance, that what others think, feel, calculate is not perceived, is not heard, is not valued, is not evaluated. And so the battle is served, since living together is inevitable: with that one, with the other, with them, with us… We are social beings, even if our behaviour is antisocial.

And each one defends his position with the best weapons. Weapons! Weapons of words, attitudes, positions… that guarantee the continuity of confrontation.

This guarantee of confrontation does not lead to the development of our nature.



And it is not a question of reviewing, re-evaluating, reconsidering…; that is fine –it is fine, yes- and it is necessary –yes-, but the Call to Prayer insistently reminds us that we have other perspectives, other realities, other sensations, other experiences… that are usually suspended either in sectarianism or in radicalism or –yes, sometimes too- in liberating moments.

And there is the Call to Prayer: assuming those liberating moments, that other perspective that gravitates on beings; that loving-dawn that allows us to be born by the love that is poured into us…; that virtuous attitude that adorns humanity, to “feel”: to feel on that other plane, to feel in that consciousness of love of which we have a small distillation, which is what we manage with.



Consequently, we could say that, in this passing –in addition to reviewing, repairing, reconsidering, dismantling our positions- giving it that preponderance, that privilege that is not such, is an expression of Creation, which is what we are. Giving ourselves that option of that small orifice that remains, that is there, that will be there, in which we are seen with a sense of solidarity, with a sense of commitment, with a sense of adaptation, with a sense of listening, with a sense of listening to the other first and then listening to myself… so there is no preponderance, so we can realize the divergences of perception.



Recently, for example, we have experienced –and we are experiencing the aftermath- that terrible drama of the “Dana” or “cold drop”. And today we discover that those who had the responsibility, those who should have had the knowledge, the know-how, the decision-making capacity due to the position they held –and in that sense, a long etcetera- did not act, did not give the response for which they were prepared and designed for. And that would undoubtedly have contributed so that the catastrophe would have been –the personal catastrophes- would have been lesser.

But everyone’s points of view differ. The interpretation of some is “A”, and of the same fact there are interpretations of the rest of the words of the alphabet.



Likewise, at a global level we have experience these competitions, this competitiveness of leaders in search of power, using all kinds of insults, all kinds of discredit.

A war…; once it is over, with a winner, the defeated must submit to the winner's conditions, and no matter how many embellishments they want to put on the words of solidarity, the resentment of having lost is noticeable.

Different scenarios, local and international, show us this "confrontational" divergence in which everyone knows their version, but is unaware of the version of the other, of the others.

And, consequently, as the world is not made to our measure, but we have to adapt creatively to this world that is progressively creative and evolving, if this is not the case, confrontation, divergences, clashes will be the norm, as has happened until now. Depending on which years are counted, some have been around for 2024 years; others for 5785 years, others... Calendar up, calendar down, these positions have hardly changed.



And every being, throughout its trajectory, changes –even if it does not want to!-, modifies small parameters, and has opportunities "continuously" to go beyond the obligation to become liberated.

Going beyond obligation in order to become liberation.



But if each individual, each people, each community, each country, remains within its principles, its rules, its norms, neighbourhoods will obviously suffer continuous divergences.



But the Call to Prayer tells us that, above, on the sides, below, we have another reality!... that maintains us, entertains us, endows us...

And another reality of care, another reality of possibilities that, through the Call to Prayer, are shown, are insinuated, so that we effectively go, in our daily being, from the obligation of my reasons, of my truths, of my obligations, towards liberations; towards those other positions in which what is learned, what is inherited, what is personal... begins to lose prominence, and the universal, the Eternal, the Infinite begins to gain prominence.

Yes. Concepts that gravitate… and refuse –they will always refuse- the domination and control of the being.



And thus, that truth of that religion, of that philosophy… will not exist as something true and authentic.

And, if it does not exist, it will cease to permanently condition our capacities, and we will begin to open ourselves to the virtues of Creation.



But it is already true, it is already true that if “in the beginning there was the Word, and the Word was with God, and nothing was made without it” –as the Gospel of Saint John quotes in its introduction- and words had a value, to the point that they were a seal, they were definition and they were the identity of those who pronounced them, today we are in that “armament” of confronting one word with another, of camouflaging words with tone, which become dystonic and hurtful, but apparently “normal”.

And so it is that the being –already warrior-, the warrior being is defined by its words –those it believes in- and disavows the words of others. And, consequently, the words remain, for some people, half empty; for others, empty; for some, full…

But in general, they become weapons…

Precision weapons…



“We arm ourselves”… –note the subtle, yet definitive, difference- “we arm ourselves” or 1“we love ourselves”.

Yes. Abysmal differences are made.

And usually “we arm”. And the “we love” is there as if asking for an opportunity.

It arises, perhaps, when the weapons are neglected.



They arise as four pillars: “we arm”, “we force- are obliged”, “liberated” and “we love”. As if they were four key words to find a harmony in which the dragging of weapons is diluted, and obligation –as an expression of punishment, domination, dominated, controlled- begins to be a dedicated eagerness for virtue… in selfless service.



Silence becomes an accomplice in the search for the precise words, those that are in tune with that liberation and that love…; those that dissolve the continuous arming and the obligation to force and oblige.

And so –as we said at the beginning- that act of rethinking, reconsidering, re-evaluating, begins to take on another dimension, if we open the windows of that loving and not arming, of that freeing oneself and not obliging oneself or others.



Give yourself the opportunity to… stop being what you are, for an instant, and listen to what Creation insinuates about us, which is there.



There are no limits in loving and in liberating oneself.

In forcing and in arming, the limit is in violence and in profit. And to start again…





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1 In Spanish, there is only a one-letter difference between the words armar (as of weapons) and amar (to love).