LLAMADA ORANTE
EL REGALO
30 de abril de 2012
Y
según… nivel de… concepción; según el nivel de… visión… con el que… captemos…
lo que transcurre, así será… la respuesta… el estilo… y la manera de vivir.
Hoy,
la oración nos lleva a ese… momento, ese transcurso breve… que todos… han
vivido.
Y en
algún momento lo han hecho o se lo han… proporcionado…
Y con
esa palabra… podemos concebir… que se gestó… La Vida.
Y,
bajo esa concepción y gesto… podemos teñir todas las actividades… y darles,
obviamente, una valoración diferente a la que habitualmente se hace.
Todos,
alguna vez, regalaron… algo. A todos
alguna vez… les regalaron algo.
En…
cualquier lugar de este planeta… donde habitan humanidades, el regalo es algo…
existente; en mayor o menor medida, con mayor o menor frecuencia, pero es un
acto… “universal”.
Y en
ello, el sentido orante incide para “conceptuar” que La Vida es un regalo; que cada
ser… está regalado, está regido, está regado por… un acontecimiento misterioso.
¡Si me
siento… regalo!… en la Creación ,
en ese infinito expansivo, me puedo presentar a los demás como tal… ¡y hacerme
regalar! –con nuestra presencia, nuestras palabras, nuestras acciones: la
relación con… todo lo que nos rodea-.
¡Y
siendo regalo!, no voy a ser… –“no voy a ser”- un estorbo; no voy a ser… una
incomodidad; no voy a ser… un daño.
El
regalo ¡nos alegra!, nos… gratifica, ¡nos premia!… nos sorprende.
De la
misma manera, cuando recibimos…, lo que recibimos es… con la idea de agrado… de
agradecimiento… de reconocimiento, de… admiración…
Y si…
nos disponemos a… simplemente… ¡sentir! –sí, sentir con nuestros sentidos- el
lugar donde pusieron el regalo… cada uno de nosotros, como regalo que es, puede…
sentir… los regalos del viento… de la luz… de las estrellas… del mar… de la
tierra… del huerto… del alimento… ¡Y no es nada bucólico!... ¡Es cierto!...
¿O no
fue –o no es- un regalo, el caballito de mar? ¿O… una simple cebolla, que nos
hace llorar? ¿O no es un regalo, el pixelado de… de colores que adornan… el
amanecer, el atardecer…? ¿No son un regalo… las nubes que nos… acompañan?
¿Y qué
se siente cuando… cuando uno puede enfocar su presencia, como un regalo y que,
encima, le están regalando? ¿Hay… hay algún otro sentir que no sea… la sonrisa…
–¡sonrisa!-, ¡alegría!... bienestar…?
Y si
queremos… no completar, pero sí redondear el panorama, nos damos cuenta de que…
cualquier elemento se puede convertir –¡convertir!- en regalo: la forma de una
piedra, el color de una tierra… ¡una flor!, una hoja… un vaso de agua…
No hay…
algo… que no pueda convertirse en regalo.
¡Por
supuesto!, dependerá de… de costumbres, leyes, religiones, ambientes,
sociologías… ¡Claro! Sí, sí. Eso no está apartado. Por eso no es… una idea…
imposible o… alegórica o… inútil, la idea orante de ser regalo. La propia oración
se constituye en regalo, en la medida en que nos… ¡transporta!... a otras
perspectivas.
Y, ¡sí,
sí! Cualquiera puede decir que su vida ha sido un cúmulo de… castigos o de…
incomodidades, y que ¡nunca!... se ha sentido regalado… De seguro que, bajo la
óptica del regalo, la palabra “nunca”, la quitará.
Y
cuando logramos… depurar… nuestra ristra de pensamientos, y… y por un momento
dejamos de ¡catalogar!... en “bueno” y “malo”, ¡ay!, entonces sí que… ¡sí que
todo es… regalo! Sí que… nos sentimos regalados, regados…
Nos
inducen… a rogar… por no perder esa
perspectiva.
Y, de
hecho, en el decir cotidiano… se emplea esa idea por momentos: “¡Ay! ¡Este niño es un regalo de Dios!”.
“¡Ay! Encontrar este trabajo fue un regalo…”
Por
momentos, sí; desde luego.
Y
cambiante…
Pero
es porque aún no se ha alcanzado esa… vibración regalada, esa transición de… lo
analítico, personal, egoísta, egocéntrico, a un universo expansivo, infinito,
eterno. ¡Cuando así es!, es un regalo. No hay nada que… no pueda ser considerado
como un regalo. Hasta… en la dicotomía del bien y del mal, “no hay mal que por bien no venga”. Aunque, muchas veces, no
alcancemos a… valorar… o no tengamos la perspectiva de… evaluar… por qué… ocurrió esto o aquello otro.
Al ser
regalo, nos regalamos diariamente –¡sin ningún gasto!-... todo lo que
transcurre.
Y con
ese criterio, “que no pesa”... cada uno se puede promocionar, sin “es-fuerzo”
–ni siquiera esfuerzo-… en ejercitarse como regalo; en… tener el “detalle” de
convertir… una palabra… una historia… hasta una pose… convertirlo en regalo.
El
regalo de La Vida ,
podríamos decir que es evidente cuando, al contemplar lo poco… que sabemos e
intuimos del universo, la encontramos –a La Vida- como… un hecho absolutamente excepcional…
singular… único… sorprendente, ¡imprevisible!: todo lo que puede –ahora, bajo
nuestro nivel de consciencia- considerarse que es un regalo.
Y así,
si tuviéramos que buscar un regalo para alguien, buscaríamos ese regalo… excepcional,
especial, diferente, único.
Y al
sentirnos regalados, y al ser promotor de regalo… “no puedo evitar expresar…
afecto”.
¡Pongamos
que sea mínimo!, pero…
¡Pongamos
que sea por compromiso!, pero… el afecto ahí estará. La cercanía… ahí se
mostrará.
Como
regalo, se puede ser ¡muy diferente!
¡Y, si
el mensaje es contagioso!, todo puede ser muy diferente.
Y nos
puede llevar a… contemplar… –en cada uno y en cada percepción, bajo el criterio
de regalo- a ver… lo bello, lo virtuoso, lo sorprendente que tiene, que es,
cada… circunstancia; cada… momento.
Abrirse
a la expectativa de “regalo” es… asumir… un milagro excepcional. Ya de por sí
el milagro lo es, pero… como regalo es… excepcional.
Y bajo
ese sentir, no podemos llenar todo de quejas… porque… ¡destruiríamos todos los
regalos!... ¡No podemos tirarlo todo!… porque… aborreceríamos lo que nos
quieren, lo que nos aman.
Sería
difícil regalar… ¡dolor… terror… desprecio!…
Y
podríamos hasta decir:
“No me hagas eso. ¡Regálame algo hermoso de
ti! Regálame una sonrisa, que no cuesta dinero. ¡Regálame una armonía!... ¡Regálame
un “hasta luego”… o un “adiós”… sin reproches! ¡Regálame algo que me riegue,
que no me riña!...; que me rocíe con… ¡regocijo!… No vas a perder nada”.
No
hacen falta riquezas ni bienes ni… ni nada que… sea… ¡ni difícil… ni imposible!
–menos aún-… para… promoverse como regalo; para mostrar… ¡el regocijo que se
siente al vivir! Y, con ello, el reflejo que se da… a todo lo que nos rodea.
Sin
duda, no es difícil darse cuenta… de cómo nos regalan… continuamente, para…
ofrecernos posibilidades, recursos, oportunidades… Y cómo, ciertamente también,
se las rechaza, se las niega… ¡por ese don de importancia, de categoría y de
valor! Y, ¡sin duda!, por esa falta de… concepción… de que el regalo llega ¡en
su momento oportuno!, para ayudarnos; para… alegrarnos; para… animarnos…; para…
aceptarnos.
Cada
uno puede regalarse –¡como prueba!-… el mostrarse regalado y el ofrecerse como
regalo.
El
regalo… de un conocimiento, el regalo de una admiración, el regalo… de una
canción…
Hay
que dejarse, sin duda, regalar.
Y
aunque no nos digan que… es… un regalo… nos podemos dar cuenta de ello, si
estamos abiertos a esa… posición, a esa vibración… de sentir, de ver, de “con-juntarse”
con la idea de que, el milagro… extraordinario… de La Vida , es un regalo.
¡Sin
duda, que nos desborda!... Que… trasciende… cualquier explicación.
***
THE GIFT
And according, to the level of conception, according to the level
of vision… with which we capture what takes place, like this will be our
answer, the style… and the way to live.
Today, the prayer takes us to this moment, this short moment that
everyone has lived.
And in one moment has made, or it was given.
And with this “word”, we could conceive… that, in this way Life
was gestated.
And according to this conception and gesture, we could taint all
activities… and obviously give them a different valuation to that which we
normally give.
Everybody, at some point has given a “gift”… of something. To all
of us some time they have given us… a “gift” of something.
In whatever place on this planet… where humanities live, the gift
is something that exists; in smaller or larger quantities, with more or less
frequency, but it is a “universal” act.
The praying sense insists in this, to “conceptualize” that Life is
a gift!; that every being is given a gift, is governed, and is irrigated… by a
mysterious event.
If I feel like a gift…!, in the creation, in this expanding
infinite, I could present myself to the others as such, and become a gift!
-With our presence, our words, our actions: the relation with everything that
surrounds us-.
And, being a gift!, I’m not going to be –“I’m not going to be”- a
disturbance; I’m not going to be an inconvenience; I’m not going to be…
damaging.
The gift makes us happy!, it gratifies us, it rewards us!, it
surprises us.
In the same way, when we receive, what we receive is… with the
idea of pleasure, of thankfulness, of recognition, of admiration…
And if we make ourselves available… too simply, feel! – yes, feel,
with our senses- the place where they put the gift, each of us as the gift that
we are, we could feel… the gifts of the wind, of the light, of the stars, of
the sea, of the earth, of the vegetable garden, of the food… and its not
anything bucolic!... It’s certain.
Or, wasn’t it - or isn’t it-
a gift, the seahorse? Or… a simple onion that makes us cry? Or isn’t it a gift
the pixels of colours that adorn the sunrise, the sunset…? Is it not a gift…
the clouds that accompany us?
And what do you feel when one can approach ones presence as a gift,
and what’s more, they are giving you gifts? Is there another feeling that isn’t
the smile -smile!-, happiness!, well-being…?
And if we want… not to
complete, but to round up the panorama, we realise that whatever element can be
converted –converted!- into a gift: the form of a stone, the colour of the
earth, a flower!, a leaf, a glass of water…
There isn’t… anything… that can’t be converted into a gift.
Of course!, it will depend on customs, laws, religions, ambient,
sociologies… of course! Yes, yes, this is not excluded. For this, it isn’t an
idea impossible or allegorical or useless, the praying idea to be a gift. The
prayer itself constitutes a gift, in the way that it… transports us!... to
other perspectives.
And yes, yes!, someone could say that their life has been an
accumulation of punishments, or inconveniences, and that never…! they have felt
like they were given a gift… but surely, from the point of view of the gift,
the word “never” would be taken away.
And when we achieve in purifying our string of thoughts and, for
one moment stop cataloguing...! In “good” or “bad”… ah! Then yes, everything is
a gift!; then yes we feel like we are given gifts, irrigated…
They induce us to beg… not to loose this perspective.
And in fact, in the everyday language, this idea is used for
moments: “Oh! This child is a gift of
god”. “Oh! To find this job was a gift”…
For moments, yes; of course.
And changing…
But it’s because we haven’t reached this vibration they have given
us as a gift, this transition of… the analytical, the personal, the
egotistical, the egocentric, to an expansive universe, infinite, eternal. When
it’s like this!, it is a gift. There isn’t anything that can’t be considered as
a gift. Including; in the dichotomy of good and bad: “there isn’t bad that for good doesn’t come”. Although many times we
don’t manage to value… or we don’t have the perspective to evaluate… why this or that happened.
In being a gift, we give ourselves every day -without any cost!-…
everything that happens.
And with these criteria, “that isn’t heavy”; everyone could
promote without “effort”, -not even an effort-, in exercising itself as a gift;
in having the “detail” to convert a word, a story, or also a pose… convert it
into a gift.
The gift of life, we could say is evident when, in contemplating
the little that we know and that we intuit about the universe, we find - Life-
as an absolutely exceptional event, singular, unique, surprising,
unpredictable!: everything that we could –now, according to our level of consciousness-
consider that is a gift.
And in this way, if we had to look for a gift for someone, we
would look for that exceptional, special, different, and unique gift…
And in feeling like we are given gifts, and being a promoter of
gifts… I can’t avoid expressing affection”.
Suppose it is a minimum! But …
Suppose it is for a compromise!, but… the affection will be there.
The closeness will show itself there.
As a gift, you could be very different!
And, if the message is contagious!, everything could be very
different.
And it could bring us to contemplate… -in everyone and in every
perception, according to the criteria of the gift-, to see… the beautiful, the
virtuous, the surprising that has, that is, every circumstance, every moment.
To open yourself to the expectation of the “gift”, is to assume an
exceptional miracle. In itself the miracle is, but… as a gift, it’s also
exceptional.
And according to this feeling, we can’t fill everything with
complaints… because we would destroy all the gifts! We can’t throw away
everything…! Because we would loathe what wants us, what loves us.
It would be difficult to give as a gift… pain, terror, disdain…!
And we could even say:
- “Don’t do this to me;
give me as a gift something beautiful of you! Give me a smile as a gift, that
doesn’t cost money. Give me as a gift harmony…! Give me as a gift a “see you
later”… or a “good-bye”… without reproaches! Give me as a gift something that
irrigates me, that doesn’t scold me!, that strokes me with… delight! You are not
going to loose anything”.
Riches are not needed, nor goods, nor anything that is… very
difficult, nor -even less, impossible!... to promote yourself as a gift; to
show the delight that is felt by living! And with that, the reflection that is
given to everything that surrounds us.
Without doubt, it’s not difficult to realise how they continually
give us gifts, to offer us possibilities, resources, opportunities… And how
also, certainly, we reject them; we negate them… for these feelings of self
importance, of category and value! And, without doubt! For the lack of
conception that the gift arrives in the appropriate moment!, to help us; to
make us happy; to motivate us; to… accept ourselves.
Everyone could give themselves a gift -As a test- … show themselves as
if they are given a gift, and offer themselves as a gift.
The gift of something known, the gift of an admiration, the gift
of a song…
You have to, without doubt, let yourself be given gifts.
And although they don’t tell us that it’s a gift, we could realise
it if we are open to this position, to this vibration to feel, to see, to join
with the idea, that the extraordinary miracle of Life is a gift.
Without
doubt, it overwhelms us…! that it transcends… whatever explication.