lunes

Lema orante semanal

LLAMADA ORANTE
27 de diciembre de 2010

Como una lluvia de estrellas, nacen y nacen y nacen proyectos…, posibilidades…, ideas…, sugerencias. Quizás, hace no se sabe cuánto -porque no es cuestión de cuánto sino de cualidad- a base de… -diríamos hoy- de ensayar y ensayar la llegada de posibilidades, una de ellas dio con el hálito de la vida. Y apareció eso que se llama vida en este lugar del universo. Quizás sea algo muy vulgar en el universo global pero, así de entrada, en el universo más cercano es algo excepcional.
Y… ¡cuántas!, cuántas posibilidades arribaron a este planeta y no…, y no cuajaron, y se incorporaron -como elementos- a la tierra, al aire, al mar… ¡Quién sabe!
Lo que sí parece –de momento- viable como ensayo, es este compendio diverso llamado vida. Porque ha transcurrido un quantum de tiempo y calidad en el que se ve que persiste, persevera, perdura y continua. Ciertamente, desaparecen especies que se incorporan, en sus disoluciones, a no se sabe a dónde; otras, se hacen cada vez más expansivas, más numerosas, más capaces…
También pareciera –pareciera- que no hay nada más que añadir, que ya el acontecer vital ha culminado. No evolucionará la serpiente pitón hacia mamuts, ni el mamuts volverá a aparecer, ni… No, pareciera –pareciera- que incluso el ser humano ya, con lo que sabe, está cumplido. Y eso de evolucionar, como que… –bajo la óptica de principio y fin- ya ha terminado.
El sentir orante, desde su Misterio, nos… nos acepta todo lo que hemos dicho antes, pero… no se agota. El modelo que ha generado la sapiencia humana, termina. Y con él, como mucho, queda “la ficción”. Quizás esa ficción sea expresión del Misterio que aguarda aún la aparición de la vida.
Ciertamente, podríamos decir que en el caso de la especie humana, hasta donde alcanza nuestro saber, ha habido cambios significativos. Quizás sean virtuales, pero no alcanzamos la visión absoluta, entonces todo puede ser parcial, relativo o virtual.
Quizás, con la aparición del tiempo, se quiso -por parte de la Creación- brindar a lo que llamamos vida, la opción de contemplarse.
¡Oh!
El “¡Oh!” -de sorpresa- es porque, si pensamos como habitualmente se piensa, si no tuviéramos el tiempo suficiente, no podríamos haber contemplado y observado la evolución de la especie.
Si quitamos el factor tiempo –que seguramente es una ilusión-, tendríamos que modificar toda la estructura del pensamiento para… conseguir saber algo. Quizás no sabríamos nada. Ahora, al menos, la sensación es que algo sabemos. Sensación.
¡Oh! Pero no, no, no compliquemos mucho las cosas a estas horas de la mañana. Lo orado hasta este instante realmente es un prólogo, pero puede ser, perfectamente -lo es-, una oración:
“Consideraciones en torno a la vida”, 24 de Diciembre del 2010.
Tres o cuatro detalles interesantes y… a pensar.
Y a lo largo -continuando como prólogo, ya culminado, y ahora entrando en materia- orantemente, la verdad es que el ser nunca ha dejado de orar. Porque necesita hablar con alguien. Así de simple. Y cierto que puede hablar con los ratones o con los gatos o con los perros…, sí, y de hecho lo hace. ¿Qué amo no habla con su perro? ¿eh?, y le cuenta su vida y su… O con su pájaro, y el pájaro -el pobre- pone cara de interesante para decir: “Bueno… no se de qué vas pero cuenta conmigo”.
Pero podría decirse que… que todo aquello que el ser desconoce es motivo de oración. No conoce a la Luna y ora, habla con la Luna; no conoce el Sol y habla con el Sol; no conoce la lluvia y habla con la lluvia. Cuando conoce más o menos el porqué –más o menos-, entonces deja de hablar, le retira el saludo. Ya no ora hacia ello.
Porque, a ver, ¿quién le reza ahora a la lluvia?, ¿o ahora en Europa a la nieve, porque nieva en invierno? Y claro, el que más o el que menos se pregunta: “¿Pero no, no había el “calentamiento este”? ¿Cómo es que ahora en invierno hace frío, si tenía que hacer calor?” No se preocupen los “calentólogos” nunca se equivocan. Ya han dado la respuesta. Han dicho:
“El calentamiento global existe, es evidente. Y la ola de frío también existe, es evidente. Pero es producida por el calentamiento global”.¿Ven?, todos tienen solución.
“Seguramente al calentarse tanto las zonas más frías y evaporizarse las aguas, al subir a estratos superiores de la atmósfera y enfriarse, se precipitan en forma aparente de invierno y de frío. Nieves aparentes, aguas aparentes, pero, en el fondo, calor latente”.
Y ya está. Si cuando un pensamiento humano se pone burro, hasta que rebuzna, no para. ¡De verdad!
¿Se acuerdan de la famosa “gripe A” que iba a arrasar con media humanidad, y era una evidencia científica tan clara, que nadie podía discutir? Pero los muertos no se produjeron. Y la semana pasada, España destruyó vacunas de la gripe A por valor de 40 millones de Euros, porque ya… ya no…
¡Oh sí! pero el burro rebuzna:
-Sí existió, lo que ocurre es que… bueno… se tomaron medidas…
-¿Cuáles?
-Ninguna, pero… es que… en fin…
-En fin.
Y así va, va tentando y tentando la humanidad, con sus proyectos, ideas, sugerencias…, muchas de las cuales por un momento triunfan y luego llega “Wikileaks” y te dicen que no. No dicen nada, pero da la sensación de que dicen mucho: Que si el embajador se masturba, que si la embajadora no come aceitunas, que si han mandado un cable diciendo que Rubalcaba es encantador… O sea, cosas del inframundo. El cotilleo del cuerpo diplomático; la telenovela oficial de los políticos. ¡Increíble! Claro tenían envidia del éxito de las telenovelas latinoamericanas, que triunfan hasta en Rusia y en Kazakistan y en Kazastán y hasta en Estonia triunfan.
Y claro, ha venido muy bien que se saquen todos estos miles de millones de cientos de millones de documentos, que ocupan millones de horas y no se cuántas cosas más, para… Pero ya ha dicho el Departamento de Estado Norteamericano que Julián es un cotilla y es un traidor; y otro que estaba en medio, que es el que sacó, pues está “super preso”, “super preso”.
¿Cuánto durará esto? Pues un rato. Mientras, mientras… igual que distrae la atención una telenovela, pues distrae –teóricamente- a la “elitte” política, social y económica… un rato, y se hacen otras cosas que conviene que estén con una cortina y no se vean. ¿Qué será? ¡Oh! Lo veremos…, no lo veremos… ¡Quién sabe!
Y siguen apareciendo, y aparecen, a lo largo de la historia –y, obviamente, tenemos que hacer referencia a las cosas más recientes- pues como lluvias de estrellas, acontecimientos de mayor o menor magnitud, que van marcando fechas, horas, momentos… y se interpretan, se valoran, se evalúan y… ¡a otra cosa mariposa!
¡Ah sí!, sí, sí… ¡Oh, sí!, sí, sí, sí… Significa que lo que era noticia en un determinado momento y constituyó una cosa, luego ya no lo es.
-Ah, sí, en 1800 se fundó tal…
-Ah… sí… pero ya ha perdido vigencia. Aunque sean acontecimientos que cambiaron la historia -o no tanto ¡eh!-, pero bueno…
Como modas… ¿Qué será de Harry Potter dentro cien años? Por ejemplo. Pues seguramente se va a leer poco…, me da la sensación. ¡Y es Harry Potter, ojo!
En cambio, hay cosas que…, por ejemplo, Caperucita la Roja ha durado más y es más cortito. A ver si es cierto eso de: “lo bueno, si breve, dos veces bueno”.

Así llegamos a cualquier lugar del planeta en el que se establece lo que podríamos llamar “modas”, y en las que se pone manifiesto que: “Ahora se lleva esto, ahora se hace esto…” Pero… ¿y mañana? Mañana…
“Y mientras duró pues… triunfó, medio triunfó… o quedó ahí.”
Somos y tenemos conciencia de que somos -seguramente virtual- cuando nuestra capacidad puede gestar ideas. Sí, lo que llamaban los antiguos filósofos “el mundo de las ideas”. Sí, cuando nosotros tenemos recuerdos de nosotros mismos es cuando empezamos a existir. Antes -para nosotros- no existíamos. Sí…, nos dicen que éramos gorditos, alegres, simpáticos, cariñosos… ¡Nada más lejos de la realidad después!
-¿Tú eras simpático y agradable de pequeño? ¿Y cómo es que no te acuerdas? 
-Ni acordarme, oye. De lo primero que me acuerdo, así, es de una vez en el colegio que la profesora me castigó, y mi madre me “re-castigó”, y al enterarse mi padre me dio una paliza para rematarlo ¿verdad?, para que aprendiera. Y creo que desde ese momento empecé a existir. Antes no se.
Y esto podría generalizarse. Aunque siempre hay algún niño precoz -occidental, claro- que recuerda anteriores reencarnaciones y su vida intrauterina. Pero esos que siempre estropean cualquier idea e hipótesis, pues que vivan su vida intrauterina y que recuerden todo lo que quieran, nos parece muy bien. Si antes fueron ratas, ciempiés o murciélagos, nos… nos… nos resulta curioso, al menos curioso.

Y mientras el ser de humanidad oraba a todo lo que desconocía, como decíamos -y sigue haciéndolo- por hablar, por enterarse, por saber… , -ya que se llama “sapiens sapiens”- se fue topando con muy diversas o muy diversos misterios, y fue dando respuestas -a través de oraciones- a esos misterios, que luego se hicieron ciencia. ¡Así empezó la ciencia!, que no nos engañemos. La ciencia es producto de miles de oraciones, y merced a ella pues las creencias se fueron desgranando y se fue estableciendo un criterio y una explicación que, hoy por hoy, es válida en algunas cosas, de momento.
-¡Ah!, entonces ¿la ciencia, que hoy es casi infalible, es producto de las conversaciones que, a través de la posibilidad del tiempo de contemplar, tuvo el hombre -y tiene- a través de la historia?
-Es probable que sí.
-Esto cambia algunas cosas ¿no?
-Pues, de entrada, sí cambia algo, porque podemos contemplar lo que hoy llamamos ciencia como algo muy propio del hombre, como algo simplemente… de oraciones residuales.
-¿Residuales?
-Sí, porque… ya se sabe, y entonces ya no necesitan oraciones. Eso sí, hay que seguir orando para seguir contemplando, para que a través del tiempo podamos ir descubriendo y seguir manteniendo la ciencia.
-¡Ah!
-Es decir, que la creencia, el creer, -que hoy se cree en la ciencia. ¡Da igual qué nombre pongamos!- es orar. Sí, es orar, como sin darse cuenta ora el científico buscando una explicación y un razonamiento que cuadre con el criterio que pueda explicar el por qué una “super nova” es tan nueva y tan hermosa como parece ser. Antes, quizás, le llamaban “religiones”; hoy le llaman “ciencias”. Pero… es -como dice el refrán- el mismo perro pero con distinto collar.
Es bueno darse cuenta de esto -al menos como posibilidad-, porque nos permite avanzar, y nos permite darnos cuenta de que podemos cambiar y ser de otras formas y maneras que hasta ahora se habían dejado por inútiles o incapaces o… pffff…
Y ahora…, y ahora que hay crisis, el ingenio se agudiza más, y se vuelve la vista atrás y adelante -las dos cosas, las dos cosas- para unirlas y buscar un mayor rendimiento, una mayor utilidad, un mayor ahorro, un mayor progreso… que, sin duda, se verá.
Ahí está parte de la esperanza del próximo ritmo que comienza dentro de unos días.
Y en toda esa lluvia de ideas que, como estrellas, pueblan y generan la vida, surge una que, por convenio, por intemporalidad -sin darse cuenta-, tiene su referencia hoy: El nacimiento del Soplo Crístico; para seguir lo convencional, pues siempre se nace por la noche, no sé por qué. Podrían habare dicho que nació al amanecer ¿no? Pero, como acabamos de decir, “intemporal”. No podemos ceñirnos al relato histórico, porque apenas sí hay constancia veraz y apenas sí hay criterio realmente comprobable y verídico de lo que se dijo, se hizo y ocurrió.
Pero… por encima de todo eso -y de ahí el motivo de oración- está el hecho de que se sigue orando en el milagro, se sigue orando con la palabra, se sigue orando en la muerte, se sigue orando hacia la resurrección, se sigue orando ante lo pobre, se sigue orando, en definitiva, ante lo que se desconoce, ante lo que no tiene explicación, a sabiendas -como en otros casos que hemos citado- se podrá saber, se podrá conocer, se podrá entender… otra dimensión. Sí, y seguramente en otros momentos, pues con otras circunstancias, tendremos ocasión -como ya se ha hecho- de indagar contemplativamente en oración, situaciones que parecen anunciarnos nuevas posibilidades, nuevas opciones dentro del desarrollo de la vida.
Y sí, ciertamente, palabras. Palabras que luego eran hechos; milagros que resultaron ser ciertos. No es una novedad, pero ahí están. Que, sin duda, tienen su explicación… hasta un cierto nivel racional. Pero son las ideas que, sin duda, en su momento no fueron entendidas y ahora torpemente se manipulan.
Soplo, el aliento Crístico aparece en un momento del desarrollo de la vida. Y viene a aportar el valor de la palabra como entidad viva, como capacitante para transformar cualquier realidad.
Y es semejante a ese primer recuerdo que tenemos, al que le ponemos palabras: “Y recuerdo que en el colegio me castigaron…” Le ponemos palabras para poderlo fijar y para tener conciencia de que existimos. ¡Guau!
¿Será, será que… cierto es que en el Principio era la Palabra, y la Palabra era Dios?
“¡Señor yo no soy digno de que entres en mi casa, mas una palabra tuya bastará para sanar!”
Y le dijo: “Vete y no peques más”. Y sanó.
Y dijo y dijo y dijo….

Ciertamente, durante el día, con la luz, el hombre se siente más capaz y expansivo y recorre, anda…, pero cuando llega la noche, tiene precaución -incluso miedo- y se reagrupa, se junta en el clan en torno al fuego; algo de luz. Y ahí surgen historias, ¡buenas historias! Noches buenas que dan que recordar, sea el día que sea.
Cuando el sol se ha ido a descansar y el hombre siente miedo por lo poco que puede mirar, a tientas va relatando historias, que tienden a ser grandes, como el pescador que siempre exagera.
Es una forma de ahuyentar la sombra de la noche. Y así, “Bienaventurados los pobres de espíritu porque… bienaventurados los que sufren porque… bienaventurados…Y todos los que hemos visto y los que nos hemos sentido, en tantas ocasiones, des-aventurados…, en una noche, ante una fogata alguien nos llama “bienaventurados”.
Y alguien, ante la rabia y la inquina que se tiene hacia este o aquel porque: “me ha hecho, porque me tengo que vengar, porque esto no va a quedar así…”, nos dicen: “Y qué tal si le perdonas? ¿Qué tal si, incluso, le aprecias? ¿Qué tal si, incluso, oras por él?
¡Es fantástico!, ¡es una historia fantástica!
“¡Ay! mis dolencias son insoportables, mi visión ya no está, mis fantasmas me corroen la mente, y alguien dice que dijo que vio que alguien le toco y sano quedó. Corrió a un sitio y a otro, y contó que paralítico era y loco estaba, pero ahora es cuerdo y anda. ¿Será verdad?”
“¡Ahhhh!... Sabed, ahora que es oscuro, que la muerte nunca llega. Fue una mentira que alguien dijo y que, bueno, todo el mundo se la creyó. Pero sabed que, cuando estéis en ese trance, vais a resucitar. Sí. Y es más, lo podéis hacer cada día. Fijaros cuando despertáis. ¿No habéis resucitado acaso?
Sí, ya se que atribuís la resurrección al despertador, pero… ¿Y los que no lo oyen, qué?”
Sí, nace una idea de convivencia, nace una idea de armonía, nace una idea de sintonía, nace una idea sin rencor, nace una idea sin violencia como método de comunicación, nace una idea sin muerte, nace una idea con resurrección. Preámbulo de inmortales… nace una idea de que el Cosmos es infinito y que en él deambulamos, bajo cierta condiciones, cierto, pero… Nace una idea de comprensión: “El que esté libre de culpa que tire la primera piedra”. Y así dejaremos las piedras en su sitio; que también tienen derecho.
¡Ay! nace una idea en la que la palabra se vuelve encanto, se vuelve verso…, verso…, ¡verso!, ¡verso!... Y nos permite vernos y ver a los demás con curiosidad, con sonrisa, con ¡pasión!; con la permanente esperanza de resucitar de lo viejo y carcomido y lo deteriorado, hacia un hombre nuevo, regenerado, alegre, vistoso, generoso, capaz.
Noche… buena. Se acercará poco a poco, hoy, 24 de Diciembre del 2010, una década de un nuevo siglo, en donde el Soplo Crístico está ahí, latente, aguardando a que, grano a grano -como si fuera de mostaza-, vaya germinando y dando árboles… frondosos. Sin desdeñar a ninguna otra opción, sin imponer ninguna opinión, basados en la evidencia de el amor.
Ámen






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