jueves

Lema Orante Semanal

¡DESPIERTA!
15 de mayo de 2017

Suena el despertar.Y con él, parece que todo vuelve a empezar.
Pero si es así, nada es igual. Y si no lo es, lo que se percibe es… virtual.

Despierta…y lo hace con la misma sintonía.
¡No es posible! ¡Ya no se está en el mismo lugar! ¡La consciencia de ayer, hoy no sirve! Quedó diluida por la vertiginosa marcha hacia la contemplación.
¡Renueva el despertar… dejando que despierte el manantialde la transparencia!:ese manantial que florece, que sonríe; que ¡realiza!… incansable.
¡Des-pierta! Date, date sin reparo; que lo que des, es que se necesita.
“Date sin reparo, que lo que des se necesita”.

¡Des-pierta! ¡No es un día más! La Creación no suma ni resta… ni multiplica ni divide. ¡No es un día más! ¡Es un día despierto a otras perspectivas, a otras necesidades, a otras demandas!
Demandas…
Demandas…

¡No! ¡No te has despertado tú! Fíjate bien: “te han despertado”. Y no ha sido el despertador.Y no ha sido el de al lado.
La Creación te despierta. Otros muchos, hoy, no han despertado… porque la Creación así lo ha considerado.
Luego vendrá el ser, y explicará y razonará…
Pero saber…¡saber que un multiuniverso te despierta, está pendiente de ti!, es sin duda motivo de alborozo;de…¡entusiasmo!
Y a la vez que está pendiente de ti, lo increíble es que está pendiente de aquel otro… y de aquel… y de aquel… ¡Y no son iguales! Y ninguno es más importante que otro.
Pero cada uno es fundamental, vital para todos los demás. Así… así que usted ha sido despertado para ejercitarse en lo transparente, porque es fundamental y es vital para los demás. ¡Sin que sea el más importante!...
Y eso lo sabrán los que escuchen. Y con ello… descubrirán ¡el verdadero despertar!…y el auténtico sentido del compromiso de vivir.

Y con los despertares de los que escuchan, llegan las demandas de los ‘haceres’… que ya no se pueden ¡aplazar!

No existen aplazamientos. Los ‘ahoras’ se hacen ¡vertiginosos!…como los vientos.
No hay esperas. Siempre se hacen ‘tardes’.
Hay instantes de ¡ya!”.
Así, nada queda sin hacer… y el cumplido se hace ¡gozo!

“Luego” es un gran retraso. Y “enseguida”…¡es muy tarde!
El respeto del instante, “¡al instante!”… se hace el as de la vida.
Y así se mantiene el Universo; los Universos. No tienen nada pendiente. ¡No aguardan a “luego” o a lo que vendrá mañana!...

Despiertos… son los Reclamos Orantes que llaman a las puertas del alma… reclamando sus dones.

¡Y llaman y llaman!…¿Y por qué tanta arrogancia en abrir la puerta?

¡Llaman y llaman!… ¡Y qué vanidad tan resistente se ofrece, en su importancia!

¡Y aun así siguen llamando!...


¡Despierta!,
puerta que abres,
al resplandor de las almas.
Señorea tu creación…
¡para la necesidad y el beneplácito de otros!
¡Que otros lo hacen hacia ti!

Que el nublo de la arrogancia…
no marchite el parpadeo…
de la curiosidad que despierta,
de la búsqueda que alienta,
¡de la necesidad que arrecia!...

No te retrases… ante la llamada del despertar,
no sea que atropellesa los que sí despiertan.
No te retrases… al instante de testimoniar,
no vaya a ser… que la mentira perdure más allá…

¡No precisas de promesas!,
cuando despierto estás,
porque nada queda pendiente… por testimoniar.

No te arrogues la… acción que “harás”.
No sabes si despertarás.

Y tu despertar… será resplandor…
para los que habitan en las tinieblas.
Y tu despertar será el valor…
que precisan los que se adormecen…
Y tu despertar será el remedio…
para los que se conduelen;
para los que adolecen de la escucha.

Y tu despertar será consciencia… de infinitoinmortal.

¡Despierta!…
Que es la verdad la que te llama…
¡Despierta!...
Que es la atracción la que reclama…
¡Despierta!
Que es el Amor… el que ¡exclama!…






***

Lema Orante Semanal

Se está haciendo mal
8 de mayo de 2017

¡Pronto!... se ausentan las promesas.Pronto se ausentan los ideales. Pronto se ausentan las aceptaciones. Pronto se ausentan las responsabilidades. ¡Pronto se ausentan las… delicias! Pronto… se ausentan.
Y pronto se ausentan, como queriendo demostrar que lo Eterno es imposible.
Pronto se ausenta, y el ser se hace cada vez más ausente, como tratando de mostrar que todo tiene su principio y su fin.
¡Pronto!, el ser trata de cuantificar y… ‘probabilizar’ lo que ocurre, lo que pasay lo que va a pasar, y así garantizar su tiempo y espacio. Y de nuevo, así, ¡pronto!...hace un modelode vida, un modelo de estar en el Universo,acomodado a sus limitaciones, que se han gestadopor su pronto abandono ante las dificultades.

Pronto cunden las decisiones radicales. Pronto acuden las definiciones totalitarias. Pronto se muestran las incompatibilidades. ¡Tan pronto, tan pronto!, que apenas si se da tiempo a un hablar, a un “intento de”…
“¡No!”...
El “no” se acompaña de justificaciones y… echa raíces. Se vuelve ¡rancio!, pero se siente seguro.
Es curioso –dice el Sentido Orante de hoy- que, cada vez más, el ser se siente mejorseparándose de sus congéneres, de su especie. Cada vez desvaloriza más las atenciones, las sensibilidades, las emociones, los afectos… Y no parece darse cuenta de que todo ello va “contra suser”. Y lo llevará al abandono, al vacío, a la soledad crasa… porque ni siquiera intentó, mostró y apostópor lo que le erapropio: su naturaleza emocional, afectiva, de relación, de comunión, de comunicación, de comprensión.
Cada cual parece –¡parece!-que precipitadamente necesita ser dictadorde su propia teoría.
Cada cual, ¡como si se tratara de salvarse!, huye de lo que no le resulta grato, de lo incómodo, y asume esa solemne independencia aséptica… sólo útil para el quirófano.

Y el Sentido Orante advierte de… esa promoción del triunfo de la queja, de la solvencia individualy del radicalismo personalque sólo apuesta por su propuesta; que sólo apuestapor su beneficio osu aplauso.
¡Qué pena!...
Todo un Universo confabulado a fin de proveer, a la vida, de los mayores espectáculos de posibilidades…y, el hombre, aferrado a sus radicales, perplejas y hasta insolentes costumbres y morales, que sólo poseen la justicia de sus dictadores: aquellos padres, aquellos abuelos…que tenían que sobrevivir bajo la batuta de las religionesy de las imposiciones.

¡No! ¡No, no! No se ha sabido zafar, el ser, de todas esasmicro herencias; y aunque vocifera libertades, y aunque reclama derechos, cuando tiene que dar el salto… lo hace con huida, lo hace con retirada, lo hace con desaparición, lo hace… ¡mal!
Suena mal, la palabra “mal”.
Sí. Y suena mal, porque la actividad del hombre –de los ¡cultos!, de los ¡preparados!-cada vez se hace más restrictiva, más constrictiva, más intransigente. ¡Pero no en aras de una virtud espléndida!,¡no en aras de una brillantez suprema! Ojalá así fuera. ¡No! En aras de unamicroscópica renta que pretende ser ejemplo,y que realmente sólo es una entelequia.

Pero parece no escucharse –o tampoco- la palabra “Eternidad”. Parecen no escucharselas confabulaciones de Universos que se tienen que gestar para aún mantener la vida en este plano estelar; la cual, ya los científicos aventuran que no durará más de 100 años. Antes se hablaba de 1000.Ahora, de 100.
Se está haciendo… ¡mal! Y eso que lo hablan los científicos, que son seres de… “entremedias”;algunos más radicales, otros más benevolentes pero… han perdido la sensibilidad afectiva, han ganadola materialidad obstructiva, y por eso están en ese “medio”.Y aun así, son capaces de ver el estertor del exterminio. ¡Y aun así!…los seres que se sienten más privilegiadosy los que tienen la posibilidad de la escucha, defienden sus intereses, sus ganancias, sus seguros.
¡Qué pena!
Habrá que buscar, entonces, en el rinoceronte, en el elefante, en la hormiga, en la colmena, en la abeja reina, en el zángano… el aliado fiel que promueva lo eterno, lo infinito, lo incombustible.
¿Tendremos que renunciar a nuestra naturaleza...?

Continuamente llueven las amenazas. Sí, las amenazas de: “¡Ay!, si a mí me pasara esto, yo haría…”. “¡Ay!, si yo tuviera esto, yo haría…”.
¡Cuánto se sabe hacer!... y cuán seguro se está, cuando en realidad no se sabe ni siquiera “algo”.Y menos aún, proponer.Con la habitual –claro está- egolatría y rigor; pero elrigor del hierro indeformable, que no admite fragua que lo caliente o lo modele.
Dominado, cada cual, por sus leyes. ¡Increíble!, ¿no? ¿Es que ha habido alguna ley de Creación? ¿Se conoce alguna ley que promueva la Creación, el desarrollo de la Vida, la confabulación de Universos…?
¡Ah!, pero el ser humano tiene sus leyes. ¡Y lo tiene claro!, claro.
¿Qué tiene claro…?
¿Qué tiene claro, sus ahorros bancarios? ¿Su seguridad para los próximos 15 años?¿Sus facultades aplaudidas en los aledaños…?  ¿Qué? ¿Qué tiene claro?
Se suponía –y se supone- que el ser está en un desarrollo de búsqueda, de apertura, de imaginación, de comprensión, de asombro…
Se supone,se suponía… que no era lo suyo la posesión y la seguridad de sus prescripciones, sino más bien su vacío, su disposición, su humildad…
¿Humildad…? ¡Qué feo eso! ¡Sí! Hasta resulta fea. ¡Bueno!, la sumisión ya es… innombrable.
Se suponía y se supone que el ser, en su tránsito viviente, dejaría al menos la huella de ser un buscador impenitente, un descubridor nato, un investigador inagotable, ¡un enamorado de la vida!...
Y resulta que no. Y resulta que cuandodescubrimos las civilizaciones más avanzadasy más productivas, más seres deestridencia, de imposición, aparecen. Y tenemos que ir a buscar comunidades como… inexistentes, para recuperar la sonrisay no perder la sensibilidad de la experiencia amada.

Y es así… y es así que se ha de estar vigilante, atento, alertado y alarmado, para no caer en esas diligenciasde separadas consciencias, de incompatibles convivencias, de irresolubles planteamientos.

La lluvia fina… parece querer lavar nuestro rostro para…clarificar nuestros sentidos.
La brisa fresca parece traer… los mensajes y los lenguajes deloEterno.
La luz de la vigilia… parece mostrarnos los mejores planosde la belleza.
La oscuridad de la noche parece insistirnos… en nuestra presencia deUniverso.

Habrá que revisar-se… en el tono en el que advierte el Sentido Orante, no vaya a ser que, sin querer, se esté en una posición de inadecuado crecimiento… e importante impedimento.







***

Lema orante semanal



El Cerco Se Ciñe Y Aprieta A Humanidades…
1º de mayo de 2017

El cerco se ciñe, y aprieta a humanidades, a grupos, a personas…

Un cerco vestido de logros y propuestas; un cerco de… ¡fuego!, con miedo a quemarse.

Un cerco que se hace… ¡normal consciencia y exigencia vengadora!

Y el cerco se ciñe como una cinta en el pelo.

Aprieta y aprieta. Y entre aprietos y apretados, se consideran afortunados. Y practican el aprieto, haciendo círculos de influencia y de poder sobre otros.

¡Sí! El círculo se ciñe sobre la consciencia, la hace ordinaria… y la convierte en ¡cómplice!

Replica el ser en ese modelo, ¡que le parece justo!, que le parece moral, que le parece correcto.

¡No hay nada más!



.- ¡Eh, eh, eh!... Que, fuera del círculo, ¡hay una inmensidad!...

.- ¿Fuera del círculo…? Sólo está el círculo.

.- ¡No!... No. El círculo es ficción de miedo. Atraviésalo. Quizás te quemes, pero… ¡corre y rebózate fuera de él!, y recupera la consciencia enamorada de vivir, encantada de conocer, alegre de compartir, jubilosa de ser corregida en el error y poder perseverar en la virtud.

.- ¡No! Eso es muy complicado; es peligroso. No puedo hacer lo que quiera.

.- ¿Y es que acaso ahí, ceñido en la falsa luz, puedes hacer lo que quieras?

.- ¡Pero estoy “seguro”!...

.- ¿”Seguro”…? ¡De qué!

.- No sé. ¡Hay peligros!...

.- ¿Peligros…? ¿Acaso tú, antes de caer en ese círculo que te constriñe, no estabas elucubrando, admirando, ¡impresionándote de lo que descubrías!?

.- Sí, pero… es ya pasado.

.- ¿Pasado?

.- Bueno, no sé… ¡Pero no era seguro! ¡No era como yo quería!

.- Es que el mundo no es como tú quieres. Ni lo vas a hacer como tú quieres.



Lo que llamas “el mundo” es un conjunto de infinitas posiciones, que se cimbrea en torno a cada ser… aplaudiendo sus liberaciones, animando sus planes, dispuesto a un Eterno Auxilio, para que cada ser se despoje de los prejuicios, de las condenas; para que cada ser se haga “¡amable!”.



Pero… ¡parece que te vino grande! O alguien “te dijo que…”, y tú lo escuchaste. Alguien “te advirtió de que…”, y tú obedeciste. Alguien “te amenazó con que…”, y tú lo creíste.

Y caíste en la condena, en la defensa, en el ataque… sin darte cuenta de que el cerco vulgar de la prisión del alma, te constreñía; te hacía exigente y ¡altivo!; te hacía demandante y… aparentemente humilde; te hacía intransigente y continuo revisor de los errores ajenos. ¡Y te hacía pensar que “es que es así”, ¡que eres así!, que ¡el mundo es así!!

 Creíste más en los bulos, en los comentarios, en tus demonios; creíste más en ellos, que en las evidencias, que en los sabios, que en los guías, que en los amores…

Creíste más en las miserias, donde podías dominar y podías ganar; donde podías controlar.

¡Atiende! ¡Atiende bien!... Aún puedes atravesar ese cerco de falsa luz que te convierte en “seguro de tu designio”, en operador de tu albedrío, en jerarca de tu personalidad. ¡Una ruina con miedo!

Porque, a pesar de esa situación, el mundo –como se suele decir- sigue ahí, ¡y estás en el mundo! En ese mundo de Universos. En ese mundo de fantasías. ¡Con errores!, pero no con horrores, que son los que a ti te mortifican y te amedrantan, y a la vez te hacen soberbio baluarte.

Sí. Aún… aún se puede salir corriendo de ese cerco… a aspirar el aire fresco que no se vende ni se compra; a sentir la ilusión, que antes era preocupación; a aspirar al entusiasmo, que antes era prevención y cuidado.

¡Ay, desgraciado! Aún estás a tiempo de ser un “des-graciado”. ¡Un dador de gracias! No deseches tus gracias y las consumas en la preocupación y en el miedo.

¡Atiende! ¡Atiende a tu origen de Universo! ¡Atiende a los que te auxilian! ¡No prestes atención a los que aplauden tus grandezas y tus soberbias! Atiende más bien a los que te consuelan, a los que te animan, a los que te proponen…

¡No los mires como errores! ¡No los contemples como traidores, hipócritas o vengadores! ¡No! ¡No lo son! Son “posibilitadores”, con sus menguantes procesos, con sus incipientes derrotas, con sus feos modales… Pero no son cercos de fuego que constriñen, que ¡comprimen!



No ores por ti, como hacen los ególatras. Hazlo por los otros; por los que no conoces. Ya ora por ti la Creación, al custodiarte, al cuidarte, ¡al dejar que permanezcas!... creyendo en tu cumplimiento; creyendo en tus capacidades.

¡Deja de creer en ti!, y permite que los demás ¡crean en ti!

Sentirás el vigor de la comunión; sentirás la entusiasmada presencia solidaria; descubrirás realmente cuál es “tu misión”.



Amanece otra vez como… como si nada; como si tuviera la obligación de hacerlo.

Empieza otra vigilia… como una más; como si tuviera la imposición de ofrecernos su luz.

¡Y empieza todo otra vez!, para darnos la ocasión de rectificar.

Y empieza una nueva oración, para darnos la ocasión de ¡escuchar!

Nos llaman para orientarnos. Nos llaman para… cortejar el camino.

¡Nos llaman para contemplar la confianza de los pétalos del corazón!

Nos llaman para recoger el idilio… ¡sin tiempo!, que se ha vivido; que se vive, aunque ya no se vea.

¡Nos llaman para ser equivalentes y representantes de esa universalidad!, ¡de ese reclamo que hace lo vivo!... para perseverar en su liberación.



No es un día más. No hay más ni menos. Es… momento excepcional. Y como excepcional que es, cada ser, ¡en la excepcionalidad ha de vibrar!... con sus recursos, sus condiciones, sus situaciones…

Que no se enturbie la luz. Que se disipen las oscuridades. Que cada ser encienda sus habilidades y las ponga a servir. Y se dará cuenta de lo muy servido que está.



Y mientras –¡siempre!, ¡en Eternidad!-, el Misterio nos corteja y nos alienta. Nos testa, nos comprueba, nos alimenta, ¡nos cobija!, nos acuna… para que permanentemente estemos naciendo; para que constantemente tengamos la consciencia de ello. ¡Sin miedos ni sospechas! Sin dudas ni lamentos.



¡No hay prisa! –pero sí premura- por responder a la llamada; a la llamada orante que nos ¡convoca!... para ser conscientes de las nuevas dimensiones en las que se ha de ejercer, en las que se ha de estar, en estos tiempos de cerco de fuego, de presión, ¡de miedo!; de egolatría autosuficiente…



¡Sí, sí! Suenan las lágrimas de dolor, pero también los cánticos de fusión, las corales de fantasía, las comuniones de ilusión.

Si te apagas en tu luminaria y confías en el cerco del fuego, pronto te quemarás, te consumirás… Aunque lo harás, diciendo: “Es que ésta es la vida. Es que así es la vida”. ¡Convencido!

“Con-vencido”.



Escucha el silencio una vez más. Ese silencio de eco, que acoge y no constriñe. Que se abre y se abre cada vez más.

¡Hazte eco de él!...













***