lunes

Lema orante semanal

REPLANTEAR. RECOMPONER. RECONVERTIR
20 de julio de 2009

La culminación es un paso más, que da cabida a nuevos planes… RE-PLANTEAR.
Los planes –con los que se culmina-, deben de ser “replaneados”, replanteados de nuevo, para ver cómo va a seguir el proyecto.
Después de la culminación podemos ver con claridad lo que falta, lo que sobra, lo que se necesita.
El replantearse, ha de suponer un… una nueva perspectiva, que…, salvando esas deficiencias, esas necesidades o esas obras anteriores, tenga novedades, tenga nuevos recorridos.
Simultáneamente acontece el recomponer… Es decir, el volver a ver si los componentes –que hemos empleado para el plan-, deben de seguir en las mismas posiciones, o tenemos que modificar el lenguaje, el ropaje, la actitud… COMPONENTES.

Al recomponer, mantenemos ciertos aspectos que han culminado. Pero otros…, otros, se sitúan de otra manera; se aclaran, se ofrecen, se trasmiten. Hacer que… la nueva composición, sea una composición de un ser… trasmisor, entendible, ¡sentible!

Hay que recordarse que, cada componente que constituye nuestra identidad, tiene una gran… diversidad; que no solamente tiene un plan, sino que tiene muchos planos y muchas dimensiones. Es un proceso y son componentes que continuamente se están recreando.

Y, en la medida en que los planes se reestructuran y los componentes se… actualizan, la posibilidad de la ¡conversión!, se hace evidente.

CONVERTIR, RECONVERTIR… lo que era blanco en negro, lo alto en bajo, lo bajo en alto, lo ancho en estrecho.

Un “verse” de otra forma…
Un, “que te vean” de otra manera…
Una reconversión que permita que, el verbo, la palabra, sea… precisa, sea… autentica, sea… la verdadera representante de nuestro ser.

La reconversión… ¡incita!, a una posición poética de la vida; a una posición de otra dimensión, alejada de la visión material, que le dé, al ser, un sentido trascendente.

Las llamadas “casualidades”, la llamada “suerte” o el llamado “Destino”, son producto de una recombinación permanente de la Creación, en cuanto a replantearse, en cuanto a recomponer…, en cuanto a reconvertir.

Hay un factor común en el replanteamiento, en la recomposición, en la reconversión… y es ver la incidencia que esos acontecimientos tienen sobre los demás.
¿En qué medida, vamos a actuar sobre todo el contexto, no solamente que nos rodea cercanamente sino en la lejanía, puesto que somos un todo…, aunque cada cual tenga consciencia de su individualidad? La repercusión de la reconversión, de la recomposición, del replanteamiento… ¡la incidencia que tiene en el medio!; y en qué medida, con la respuesta que va a haber de ese medio, también se va a, de nuevo, replantear, recomponer y reconvertir nuestra propuesta.
Planes… idealistas.
Componentes… nuevos.
Versos… inéditos.
Todo ello va a suponer una mayor y diferente ¡sintonía!, con la imagen de la Creación. Nos vamos a acercar más a la imagen y semejanza de la Creación.

Planes, componentes y versiones, deben de ser instrumentos de utilidad cotidiana… Una manera de testimoniar nuestra autenticidad.
La Fuerza de lo Divino nos plantea una continua… percepción de la realidad.
La Fuerza de lo Divino nos abre, continuamente, la posibilidad de descubrir, de asombrarnos de nuestras composiciones y de las posibilidades que tenemos.
La Fuerza de lo Divino, con sus casualidades, coincidencias e imprevisibilidades, nos enseña el camino del verdadero verso.
Ámen.