Si se está en el Abismo de lo
Insondable, ¿qué necesidad tenemos de la razón?
17
de noviembre de 2025
Nos llaman desde lo Insondable,
desde los abismos de la Creación, en estos referenciales llamados “espacios”,
“universos”…
Y ante lo Insondable, nos refugiamos
en lo dominado, en lo controlado, en lo tangible, en eso que llegó para
quedarse, llamado “razonable”. Y se fue haciendo una estructura del ser, con
ladrillos prietos… y mucho aislante.
Desde lo Insondable del Misterio
Creador, nos llaman a situarnos en esas referencias, sin posesión, sin limitación, sin arquitectura, sin razón.
Y pareciera que, al estar sin razón…
Y como se suele decir: “Ha
perdido la razón”.
“Y ha encontrado lo Insondable” –eso no se suele decir-.
Y sí. Se dice que cuando la persona
pierde la razón, pierde los ladrillos estructurales de su “idea”… de lo que es y lo que no es.
Y claro, en ese refugio de
ladrillos, cuando la razón no se ejercita, pareciera que nada existiera.
Pero si se está en el Abismo de lo
Insondable, ¿qué necesidad tenemos de la razón? ¿Para qué sirve, en esas
referencias?
.- Pero, entonces… –nos preguntaríamos y nos preguntamos-. Pero ¡existe la razón!
.-
Existe la prisión…; que se ha ido ejercitando y construyendo en base a no
asumir la naturaleza insondable.
.- ¿Y por qué no se asume?
.-
Porque resulta… resulta ser una consciencia perdida.
.- ¿Perdida?
.-
Sí. Perdida en los Abismos Insondables.
.-
Pero ahí, ¿se pierde algo…?
En los Abismos
Insondables, nada se pierde.
Sí. El ser fue –cierto es- perdiendo
esa consciencia de insondable permanencia. Y la fue perdiendo porque, en su
configuración, en vez
de contemplar la trascendencia…
.-
¿Contemplar la trascendencia…?
Sí. En vez de
contemplar la trascendencia, se dedicó a envolverse en su inmanencia.
Que dicho de otra forma más
entendible –suponiendo que lo dicho no se ha entendido, que podría ser hasta
una ofensa- pero, dicho de otra forma, es “la historia del caracol”.
Sí.
Todos sabemos –¿verdad?- que, los
gusanos de seda, su objetivo en la vida no es fabricar seda. ¡No! La seda la
emplean para un tiempo de transfiguración. Luego se abre la puerta y aparece
una mariposa. Ese cambio de reptar a volar es como pasar de la razón a… el
Amor. ¡Parecido! ¡Bueno, no! ¡O sí! ¡Puede ser!
Pero, para explicarlo más claro –que
decíamos- por si aquello de la inmanencia no se entendiera…
Se está
complicando. Sí, pero quedémonos con la imagen de la mariposa.
¡No, no pierdan la referencia!
Estamos en la Llamada Orante. Pero permitan, permitan que la Llamada Orante se
exprese como le dé la gana. No le impongamos el rito de la “¡rrrrrrrr!”[1]. Se entiende eso
¿no?: ¡Rrrrrrrr!
Mariposa… Sí.
Mariposa.
Y hete aquí que todo estaba muy bien
descrito, del paso del gusano a la mariposa. Pero…
Y esa es una de las referencias de
la Llamada Orante de ahora:
“el paso de la mariposa al caracol”.
.-
¿El paso de la mariposa al caracol?
.- ¡Sí!
¡Hombre! No es lo mismo reptar como
gusano que reptar como caracol. El caracol tiene babita y… más suave, más
rítmico, tiene más swing. Parece un “soul” venido a más. No venido a menos.
Más.
.-
Pero… ¿y las alas?
.- Se convirtieron en casa; en la cabaña
del caracol.
Sí. Algún día se recordará esta
explicación... ¡bueno!, difícil de clasificar. Pero una explicación: “el
teorema de la mariposa y el caracol” –podríamos decir-, o “la paradoja de la
mariposa y el caracol”, a propósito de nuestra trascendencia e inmanencia en la
Creación, desde el Insondable Misterio Creador.
Y erase una vez un gusanito que no
sabía que se iba a convertir en volador. Conocía bien las texturas de la
materia. Reptaba y reptaba desafiando la gravedad y desafiando cualquier
estructura.
¡Pero en un determinado momento!,
algo… algo cambió. Dejó de reptar, se aquietó… y se envolvió sobre sí mismo.
Parecía
inmanente, pero no. Eso era sólo latente.
Una vez configuradas las
transfiguraciones –que eran secretas, porque estaban realizándose en la
oscuridad, envueltas-… la puerta se abrió.
Y aparecieron las alas, como si
fuera una canción. Se movían de una forma u otra: en clave de sol, en clave de
fa… La verdad es que no les importaba mucho en qué clave estaban. Se movían…
sin tocar el suelo.
Y he aquí que, en un impulso
inesperado, tan inesperado como cuando llegó la quietud, dejó de contactar con
el suelo. Y ¡voilà, voilà,
voilà!… la mariposa apareció.
Podría decirse que ése sería nuestro
destino: volar y volar… como expresión de no impedimento, como expresión de perspectiva, como
expresión de no ataduras, no impedimentos.
Pero, claro, vivir así… –nt, nt, nt,
nt- no parecía muy rentable. Aunque, entre vuelo y vuelo, la mariposa se
posaba… y ¡andaba!
¿Qué, qué extraño aire llegó, para
que las alas se plegaran y se convirtieran en caparazón, y el cuerpo agusanado
se hiciera blando y navegara a ritmo de blues… ¡cargado de alas convertidas en
cascarón!?
.- ¿Y eso es todo?
.-
No… no. Pero es una llamada desde el Insondable Infinito suspendido en la nada,
para advertirnos, por lo menos, de que nos apercibamos un
poco de que podemos estar en diferentes fases:
gusanos, crisálidos, mariposa, caracoles…
.-
¿Y ahí se acaba?
.- ¡No!...
.-
¿Y cómo sigue?
.- ¡Ah! El gusano no tenía antenas. El
caracol, sí.
.-
¡Antenas?
.- Antenas para escuchar, para orientarse,
para referenciarse, para sintonizarse…
Quizás se esté en ese momento…
–¡intemporal!, claro, pero podría decirse que dura miles de años o millones-,
buscando la sintonía, buscando el contacto.
¡Ay! ¡Se asustó la vida, de volar! Y
las frágiles alas se convirtieron en dura queratina envolvente, para la seguridad.
Y de gusano indefenso que aspiraba a
volar, se gestó un gusano con la posibilidad de sintonizar.
Ciertamente, la
Creación es generosa.
Sí. Somos antenas que se orientan
hacia un lado, hacia otro, que escuchan… A veces entienden, otras veces no…
Interpretan.
Cuando lo que perciben no es… así,
de su estricto control, se incrustan en su caparazón para así tener la
seguridad de que, con la dureza de su cubierta, no hay riesgo.
¡Sí! Se podría pensar ciertamente
que quien dice un caracol, dice una tortuga. ¡No! ¡No es lo mismo! ¡La tortuga
no tiene antenas!... –con todo el respeto a las tortugas-.
Sí, sí. Es obvio y evidente que nada
de esto es cuerdo.
Pero nos llamaron desde el Infinito Insondable… y eso no tiene ni pies ni
cabeza.
Se corre el riesgo –es cierto- de
que, cuando nos llaman así, pues nos riamos o desconectemos o pensemos que…
–¡ah!, ¡sí!- que: “¡Esto
es poco serio!, porque ¡no es razonable!, ¡no es sensato!, no me… ¡no me
impresiona!”.
¿No? ¡Qué pena!
Ciertamente, se podría decir que, al
situarse en lo Insondable Infinito, ¡en fin!, no parece que seamos expertos en
esas áreas, en donde nuestras capacidades no-tienen-ninguna-importancia.
¡Ahhh! Será eso.
.-
¿Y ahora qué hago yo, en el infinito insondable?
.- ¿Hacer…? ¿Hacer? ¡Qué vulgaridad!
Sí. La Llamada Orante nos contrasta. O nos da
con el traste en el suelo –depende de cómo se interprete-. Contrasta esa
vanidosa posesión de la razón, la lógica, el entendimiento, la comprensión, la
intelectualidad… con la nada existencial, pero sensible.
Qué lejos está –¿verdad?- esta
Llamada Orante, de la plegaria religiosa, de la figura angelical…
Por cierto: los ángeles llevaban
alas. ¡Bueno!, eso nos contaban. En el fondo, eran mariposas.
El caso es que, en la fase de
caracoles en que estamos, con las antenas dispuestas, podemos sintonizarnos con
esa vivencia en la que no hay renta ni beneficio, ni túneles con luces, ni ná…
ná… ¡ná! Eso.
Desde el silencio
de la Nada sin distancias, nos encontramos sin argumentos…
Y sin ellos, nos liberamos de la
arquitectura del ladrillo, de la imposición de los deberes, las costumbres, los ritos y las obligaciones.
Y con esa perspectiva, nos orientamos hacia un
estar, un convivir, un transitar… sin pegatinas, sin eslóganes, sin justicias.
¡Al fin!...
.-
¿Al fin?
¡Sí! Como
expresión: “¡Al fin
desnudos!”.
Sí. Al llamarnos a orar nos muestran
nuestra desnudez, ¡la estupidez de nuestras planeadas estructuras “de mentes”!
Pero de “demencias”, ¿eh? Sí, de esas que… de esas que se tratan de arreglar, o
de esas mentes que se tratan de deteriorar.
¿Quién pone la
referencia? ¿¡Quién es el sensato!?
Todo, toda esa estructura, todas
esas conjeturas, todas esas envolturas de queratina dura, son vanidades.
Decía un dicho: “Dios se ríe de los planes de los
hombres”. ¿Nada más que reírse?
Pero al hombre, en su envoltura, no
parece importarle. Renuncia al Insondable Infinito suspendido de la nada,
porque ahí no puede ejercitarse, ahí no puede dogmatizar, ahí no puede decir y
reclamar… ni dictar qué se tiene que comer, cómo se tiene que dormir, con quién
me tengo que relacionar, qué me interesa, qué no me interesa… Todo eso es
vanidad.
La Llamada Orante, desde el
Insondable Infinito Creador, nos orienta –sin orientaciones- hacia nuestro
Origen, para que salgamos de la cápsula, de la envoltura –¿segura?- del
caracol.
Dejar-se que el aliento del viento nos empuje hacia
las eternidades… desapareciendo.
Sí.
Desapareciendo de esta arquitectura.
Atreverse a ser color de amanecer…;
aroma de atardecer…; inspiración de un canto.
Desde ese Insondable Infinito, nos
llaman para que reorientemos nuestras antenas; para que descubramos las
vanidades estructurales; para que deshagamos lo opresivo y pesado; para que
sepamos situarnos en una fantasía andante… capaz de meditar y contemplar sin la
angustia de saber o no saber, de tener o no tener. Sin dualidad. Con la certeza
de ser ¡un tránsito eterno!...
Y con esa certeza de ser un tránsito
eterno, cualquier llamada “dificultad”, “obstáculo”, “impedimento”… todo eso se
disuelve…
Porque no es Creación.
Es manipulación,
es control, es dominio…
Cuando el silencio nos envuelve,
sólo nos queda el recurso deAmar.
[1] Sonido como de sierra
***
If one is in the Abyss of the
Unfathomable, what need do we have for reason?
2025-11-17
We are
called from the Unfathomable, from the abysses of Creation, in these
referential points called "spaces", "universes“…
And in
the face of the Unfathomable, we take refuge in the dominated, in the
controlled, the tangible, in that which has come to remain, called
"reasonable". And a structure of being was built, with tight
bricks... and much insulation.
From the
Unfathomable Creative Mystery, we are called to situate ourselves within these
references, without possession, without
limitation, without architecture, without
reason.
And it
would seem that, being without reason... And as it is often said: "He
has lost his reason".
"And
has found the Unfathomable" –that is not usually said.
And yes,
it is said that when a person loses the reason, they lose the structural bricks
of their "idea"... of what is and what is
not.
And of
course, in that refuge of bricks, when reason is not exercised, nothing seems
to exist.
But if
one is in the Abyss of the Unfathomable, what need do we have for reason? What
purpose does it serve in those references?
.- But, then…
–we would ask ourselves and we do ask ourselves-. But reason does exist!
.- Prison exists...; which has been
practiced and built on the basis of not assuming the unfathomable nature.
.- And why is it not acknowledged?
.-
Because it turns out... it turns out to be a lost consciousness.
.- Lost?
.- Yes,
lost in the Unfathomable Abysses.
.- But, is something lost there...?
In the Unfathomable Abysses, nothing is lost.
Yes, the
being was –it is true- losing that consciousness of unfathomable permanence.
And it was losing it because, in its configuration, instead
of contemplating transcendence...
.-
Contemplating transcendence...?
Yes.
Instead of contemplating transcendence, it devoted itself to wrapping itself in
its immanence.
Which, to
put it in a more understandable way –assuming that what has been said has not
been understood, which could even be an offence- but, to put it another way, is
"the story of the snail".
Yes.
We all
know –don't we?- that the silkworms' goal in life is not to produce silk. No!
Silk is used for a time of transfiguration. Then the door opens and a butterfly
appears. That change from crawling to flying is like passing from reason to...
Love. Similar! Well, no! Or yes! Perhaps!
But, to
explain it more clearly –as we were saying- in case that idea of immanence is
not understood…
It's getting complicated. Yes, but let's keep the image
of the butterfly.
No, don't
lose sight of the reference! We are in the Praying Call. But allow, allow the
Praying Call to express itself as it pleases. Let us not impose on it the
ritual of "Rrrrrrrrrrrrr!"[1].
You understand that, don't you?: Rrrrrrrrrrrr!
Butterfly... Yes. Butterfly.
And lo
and behold, it was all very well described, from the passage from worm to
butterfly. But...
And that
is one of the references in today’s Prayer Call:
"the butterfly’s transformation into a snail".
.- The passage from the butterfly to
the snail?
.- Yes!
Well! It
is not the same to crawl like a worm as to crawl like a snail. The snail has a
little slime and... it's smoother, more rhythmic, it has more swing. It seems
like a soul that has evolved. Not diminished. More.
.- But... what about the wings?
.-
They've become home; in the snail's hut.
Yes.
Someday, this explanation will be remembered... well, difficult to classify!
But an explanation nonetheless: "the butterfly and snail theorem" –we
could say-, or "the butterfly and snail paradox", regarding our
transcendence and immanence in Creation, from the Unfathomable Creator Mystery.
And once
upon a time there was a little worm that did not know that it was going to
become a flyer. It knew the textures of matter well. It crawled and crawled
defying gravity and defying any structure.
But at a
certain moment!, something... something changed. It stopped crawling, it became
still... and curled up upon itself.
It seemed immanent, but no. It was only latent.
Once the
transfigurations were complete –which were secret, because they were taking
place wrapped up in the dark-... the door opened.
And the
wings appeared, as if it were a song. They moved in one-way or another: in
treble clef, in bass clef... The truth is they didn't much care what clef they
were in. They moved... without touching the ground.
And lo
and behold, in an unexpected impulse, as unexpected as when the stillness
arrived, it ceased to touch the ground. And voilà, voilà, voilà!... the
butterfly appeared.
It could
be said that this would be our destiny: to fly and fly... as an expression of non-impediment,
as an expression of perspective, as an
expression of no ties, no impediments.
But, of
course, living like that… –nt, nt, nt, nt, nt- didn't seem very profitable.
Although, between flights, the butterfly would land... and walk!
What,
what strange air arrived, causing the wings to fold and become a shell, and the
worm-like body to soften and sailed to the rhythm of the blues... laden with
wings turned into shells!?
.- And
that's all?
.- No... no. But it is a call from the
Unfathomable Infinite suspended in nothingness, to warn us, at least, to be a little aware that we can be in different phases:
worms, chrysalis, butterfly, snails...
.- And that's the end of it?
.- No!
.- And what happens next?
.- Ah!
The worm didn't have antennae. The snail did.
.- Antennae?
.-
Antennae for listening, for orientation, for referencing, for tuning in...
Perhaps
one is at that moment… –timeless, of course, but it could be said to last
thousands of years or millions of years- searching for tuning in, looking for
contact.
Oh! Life was afraid to fly! And the fragile wings
became hard, enveloping keratin, for safety.
And from
a helpless worm that aspired to fly, a worm was born with the possibility
to tune in.
Indeed, Creation is generous.
Yes, we
are antennae that point this way, that way, that listen... Sometimes we
understand, sometimes we don't...
We interpret.
When what
they perceive is not... within their strict control, they retreat into their
shell in order to be sure that, with the hardness of their covering, there is
no risk.
Yes! One
might certainly think that whoever says a snail, says a turtle. No! It's not
the same thing! The turtle doesn’t have antennae!… –with all due respect to
turtles-.
Yes, yes.
It is obvious and evident that none of this is sane.
But we were called from the Unfathomable Infinity... and that makes absolutely
no sense.
There's a
risk –it's true- when they call us that, we might laugh or we tune out or we
think that... –ah, yes!- that:"This is not serious, it's not
sensible, it's not, it doesn't... it doesn't impress me!".
No? What a shame!
Certainly,
one could say that, when we find ourselves in the Unfathomable Infinite, well,
it doesn’t seem like we’re experts in these areas, where our capabilities are-of-no-importance.
Ahhh! That must be it.
.- And now what do I do, in the
unfathomable infinite?
.-
Do...? Do? How vulgar!
Yes, the
Prayerful Call contrasts us. Or knocks us
flat on the floor –depending on how you interpret it-. It contrasts that
vain possession of reason, logic, understanding, comprehension, intellect... with
existential, yet sensible, nothingness.
How far
this Praying Call is –is it not?- from religious prayer, from the angelic
figure…
By the
way: angels wore wings. Well, that's what we were told. Basically, they were
butterflies.
The point
is that, in the phase of snails in which we are, with our antennae ready, we
can tune in to that experience in which there is no gain or profit, no tunnels
with lights, no nothing... nothing... nothing...! That's it.
From the
silence of Nothingness without distance, we find ourselves without arguments...
And
without them, we free ourselves from the architecture of the brick, from the
imposition of duties, customs,
rituals and obligations.
And with
that perspective, we orient ourselves towards a
being, coexistence, a passing through... without stickers, without slogans,
without justice.
At last!...
.- At last?
Yes! As an expression: "Naked at
last!”.
Yes. By
calling us to pray they show us our nakedness, the stupidity of our planned
structures of "minds"! But of "insanities", eh? Yes, those
that… those that try to be fixed, or those minds that try to deteriorate.
Who sets the reference? Who's the sensible one?!
Everything,
all that structure, all those conjectures, all those hard keratin wrappings,
are vanities.
There is a saying: "God laughs at the plans of men".
Just laughter?
But man,
in his sheath, doesn’t seem to care. He renounces the Unfathomable Infinite
suspended in nothingness, because there he cannot exercise himself, there he
cannot dogmatise, there he cannot say and claim... nor can he dictate what to
eat, how to sleep, with whom to associate, what interests me, what does not
interest me... All this is vanity.
The
Praying Call, from the Unfathomable Infinite Creator, orients us –without
orientation- towards our Origin, so that we may emerge from the capsule, from
the shell –secure?- of the snail.
To let
the breath of the wind propel us towards the eternities... disappearing.
Yes, disappearing from this architecture.
Daring to
be the colour of dawn...; the scent of sunset...; the
inspiration of a song.
From that
Unfathomable Infinity, they call us to reorient our antennae; to discover the
structural vanities; to dismantle what is oppressive and burdensome; to learn
how to situate ourselves in a walking fantasy... capable
of meditating and contemplating without the anguish of knowing or not knowing,
of having or not having. Without duality. With the certainty of being an
eternal transit!...
And with
that certainty of being an eternal transit, any so-called
"difficulty", "obstacle", "impediment"... all of
it dissolves...
Because
it is not Creation.
It is manipulation, it is control, it is domination…
When
silence envelops us, we are left with only the resource of Love.
[1]Sawing
sound
***
