domingo

Lema Orante Semanal

 

Todo es renovable, revisable, replanteable

22 de abril de 2024



Y todo empieza. Y nada termina.

Y empezar no es comenzar. Siempre estuvo.

Y empezar no es comenzar. Siempre estuvo, y ahora se manifiesta.



Transcurren los haceres como si fueran propios –de propiedad-.

Transcurren los proyectos... como si fueran logros.

Transcurren las tenencias, como si fueran… obligadas, ¡necesarias!

Transcurren las ganancias... como el logro de lo personal. El ego se acrecienta y se aplaude. Y a nadie tiene en cuenta.



Y si el ser se acomoda en sus tendencias, en sus tendencias de asegurarse, apropiarse, garantizarse... si en ello basa su presencia, en permanente alerta y alarma ha de estar. Porque ese proceso no es... no es ciclo vital, es distorsión de recursos, perturbación de referencias. Y, en consecuencia, habrá de estar en alarma para cuidar sus logros, sus pertenencias, sus sapiencias, no vaya a ser que alguien las desee y se las quite, o las secuestre.

Así no hay descanso ni sosiego. Hay permanente preocupación. Hay miradas de recelo. Hay acechos.

Y la piel de cordero se reproduce para cubrir a los lobos. Aparecen las justificaciones, los silencios, los ocultamientos y las verdades a medias.



Sí. Todo esto es... –casi todo- conocido. Y podría ser una redundancia el recordarlo, el actualizarlo. Pero es que todo esto progresa, se expande, se incrementa.

Y el vivir de acuerdo a los dictámenes de la Providencia se hace cada vez más difícil.



Las tendencias rodean, impiden, critican...; asedian a lo virtuoso. Lo tachan de inútil, pobre, antiguo...

Además de insultos de “ocurrencias”.



No está avalado por la ciencia, el orar.

No tiene base científica, lo Providencial.

La vida es una cuadricula, ¡y ya!

Cualquier planteamiento sin cuadrado y esquinas es inapropiado, inadecuado para el tiempo actual.

Y, además, la expansión de la alarma en busca de seguridad se extiende y contagia.

Y hace que el creyente dude.

Y hace que la fe se discuta. E incluso, “disputas de fe”.



Y se llega a arrogancias de preguntar: “¿Dónde estaba el Misterio Creador, cuando los dramas...?”. Como cuando 800.000 en Ruanda, de Hutus y Tutsis, morían a machetazos. “¿Dónde estaba?”.

Y nos preguntamos también: “¿Dónde estaban los que pudieron impedir, ¡radicalmente!, esa masacre de la que se cumplen 30 años?”. Por ejemplo.

¡Claro! Es África. Es…. ¡bah!



¿Dónde estaba? Ahí. Ahí estaba. Para mostrar la ignominia de la que es capaz el ser, cuando se ofusca en sus radicalismos, en sus absolutismos, en sus nacionalismos. Cuando se ensimisma en poseedor de la verdad y ¡la vida! Sí. Ahí estaba.



Nuestra génesis misteriosa y nuestra providencia permanente parecen no escatimar recursos evidentes.



Decía Lao Tsé: El Cielo trata a los hombres como a perros de paja. No quería, con ello, despreciar nuestra permanencia, pero sí evidenciar nuestras conductas de desgracia.



Y si somos capaces de ver más allá del momento, más allá del drama... y del terror y del horror, veremos que poco a poco se fue fraguando, se fue gestando, promoviendo y desarrollando.

Y entonces veremos cómo había oportunidades de virtud, había momentos de claridad, había opciones de cambiar. Pero –¡pero!- se mostraron más evidentes las potencias de aniquilar, como respuesta y como remedio... para aquilatar, para armonizar, para equilibrar.

Y así se fueron desarrollando racismos: ¡Acabemos con los microbios!”. “¡Terminemos con los abrojos!”. “Que no entorpezcan la mirada, los árboles”. “Que no nos agobien las aguas”. “¡Hay que abolir la oscuridad! Pongamos más luz”. “Adueñémonos de los ritmos naturales, los ritmos antiguos, ¡indeseables! Aspiremos al futuro con los logros de nuestros ahíncos personales”.



Y en ese sentido marcha la especie: limpiándose de parásitos, sin reconocer que está parasitada.

Aislándose en sus recursos, sin darse cuenta de que, los que tiene como propios, son de todos.

Y es así que si en presente, ¡en activo!, nos ejercitamos ante la situación hacia donde nos quieren llevar, y sabemos adaptarnos y acoplarnos en las tendencias, con la clara idea del aliento espiritual, sin vergüenza, sin minusvalía, con la gallardía que da el saberse habitante de la infinitud...


Aceptamos como válidos los razonamientos, bajo criterios y referencias llamadas “verdades” que, como se ve en el transcurso, muchas resultan ser equivocadas, falsas.

Igual pasa con las lógicas y las costumbres.

Todo es renovable, revisable, replanteable. Y es así como evitamos que los dogmas se establezcan, que las rigideces se impongan y que, en consecuencia, la fuerza, el poder y la ganancia no sean los motores de nuestra presencia.

Y simultáneamente –sí- sentimos esa... ¿sensación?, ¿emoción?, ¿afecto?, ¿atracción? No es como un número que se suma a otro y da... No es una ecuación. No es una causa y efecto. Es algo más complejo, in... in…

Sí. No nos podemos quedar con el “in” como algo interno, pero sí es algo que no dominamos. Que pareciera que fueran sensaciones de otra dimensión.

Tratamos de entender por qué nos atrae esto o aquello, por qué nos gusta más este alimento o el otro, y entramos en la laguna de la ignorancia.



Los sentidos nos dan información del entorno; mas, al constituirse en sentires, nos dan información providencial, la cual debemos procesar, porque ella está entremezclada entre las informaciones interesadas.

De ahí que muchos sentires sean falsos, equivocados, inadecuados.

Sí. El afán protagonista, el afán personalista, ayudado por el entorno, va creando sensaciones que no son providenciales, que no son emanaciones de lo Invisible, sino que son arquitecturas... ¡aparentes!

Sí. El ser, en su racionalismo costumbrista, absolutista y racista, ha ido creando criterios de belleza, de armonía, de… “verdades” –en definitiva-, y ha gestado afectos, atracciones, ¡quereres!, posesiones… que pueden parecer o tintinear como “amores”, pero que luego, cuando transcurren, se disuelven pronto en la disputa, en la incongruencia, en...

En definitiva, en la competencia por el mando y el poder. No eran amores. No eran instancias providenciales.

Eran manipulaciones de los quereres y sentires; o, mejor dicho: de los quereres que se hicieron pasar por sentires, para dominar y controlar.

De nuevo la imagen de sentirse “Creador”, “Dios”…



Sí. Sí. También es época de senti-mientos, de sentires misteriosos... y de sentires falsos. Falsos, de mentira, que son arrogancias de logros, que son petulancias de dominios.

Y he aquí que, entonces, el ser se encuentra entre el radicalismo absolutista de una vida cuadrada, que gesta ilusiones, fantasías y querencias... que tratan de suplir a la Providencia, que tratan de crear... y hacernos creyentes de lo que realmente no es Creación, sino que es una burda imitación aparente.



Como si fuera una fractura, el ser se encuentra realmente inmovilizado por dos tablones: lo racional, lógico y entendible, y lo emocional, manipulable y controlable.

Y el aquietamiento; el aquietamiento de su fractura, dependiendo del Misterio. Porque ninguna de las dos potencias consigue resolver. Aquieta. Nos lleva al aquietamiento. Y desde él, a una serena indiferencia que nos permita percibir el sentir transcendente: ese amar indisoluble; sin pertenencias.



No preciso tener ni poseer. Mi ser y estar se autoproclaman en la referencia de una Creación permanente, insondable, pero evidente.





***

 

 

 

Everything is renewable, reviewable, re-thinkable

2024-04-22


And everything begins. And nothing ends.

And starting is not to commence. It was always there.

And starting is not to commence. It always was, and now it manifests itself.



Things happen as if they were our own –as property-.

Projects go by... as if they were achievements.

Tenures go by, as if they were… obligatory, necessary!

Profits go by... like personal achievement. The ego increases and is applauded. And no one is taken into account.



And if the being accommodates itself in its tendencies, its tendencies to secure, appropriate, guarantee itself... if its presence is based on this, it must be permanently alert and alarmed. Because that process is not... it is not a vital cycle, it is a distortion of resources, a disturbance of references. And, consequently one will have to be on the alert to protect one’s achievements, one’s belongings, one’s knowledge, lest someone wants them and takes them away, or kidnaps them.

Thus, there is no rest or peace. There is permanent concern. There are suspicious glances. There is stalking.

And sheepskins are used to cover wolves. Justifications, silences, concealments and half- truths appear.



Yes. All this is... –almost all- known. And it could be redundancy to remember it, to update it. But all this progresses, expands, increases.

And living according to the dictates of Providence becomes increasingly difficult.



Tendencies surround, prevent, criticize...; they besiege the virtuous. They call it useless, poor, old fashioned...

As well as insults to “occurrences”.



Praying is not supported by science.

It has no scientific basis, the Providential.

Life is a grid, and that's it!

Any approach without squares and corners is inappropriate, inadequate for the current time.



And, furthermore, the expansion of the alarm in search of security spreads and is contagious.

And it causes the believer to doubt.

And it makes faith debated. And even, “disputes of faith”.



And it comes to the arrogance of asking: “Where was the Creative Mystery, when the dramas...?” Like when 800,000 in Rwanda, Hutus and Tutsis, hacked to death with machetes. "Where was it?".

And we also ask ourselves: “Where were those who could radically prevent that massacre that has been going on for 30 years?” For example.

Of course! It's Africa. It’s…. Bah!



Where was it? There. It was there. To show the ignominy of which beings are capable, when they become blinded by their radicalisms, their absolutisms, their nationalisms. When they become the absorbed possessor of truth and life! Yes. There it was.



Our mysterious genesis and our permanent providence seem to spare no obvious resources.



Lao Tzu said: “Heaven treats men like straw dogs”. He did not want, with this, to despise our permanence, but to highlight our misfortunate behaviours.



And if we are able to see beyond the moment, beyond the drama... and the terror and the horror, we will see that little by little it was being forged, it was brewing, promoting and developing.

And then we will see how there were opportunities for virtue, there were moments of clarity, there were options to change. But -but!- powers of annihilation were more evident, as a response and as a remedy... to assess, to harmonize, to balance.

And so, racism developed: “Let's wipe out microbes!”. “Let's put an end to the thistles!”. “Don't let the trees obstruct our gaze”. “Don’t let the waters overwhelm us”. “Let’s abolish the darkness! Let's put more light". “Let’s take over the natural rhythms, the ancient rhythms, undesirable! Let’s aspire to the future with the achievements of our personal efforts”.



And that is the way the species is going: cleansing itself of parasites, without recognizing that it is parasitic.

Isolating itself in its resources, without realizing that those it has as its own belong to everyone.

And so it is that if in the present, actively!, we exercise ourselves in the face of the situation where they want to take us, and we know how to adapt and to integrate to the trends, with the clear idea of spiritual encouragement, without shame, without handicap, with gallantry that comes from knowing that you are an inhabitant of infinity...



We accept the reasoning as valid, under criteria and references called “truths” which, as we see in the course of it, many turn out to be wrong, false.

The same thing happens with logic and customs.

Everything is renewable, reviewable, re-thinkable. And this is how we prevent dogmas from being established, rigidities from being imposed and, consequently, strength, power and profit from being the drivers of our presence.

And simultaneously -yes- we feel that... sensation? emotion? affection? attraction? It's not like one number that adds to another and gives... It's not an equation. It is not a cause and effect. It's something more complex, in... in...

Yes. We cannot keep the “in” as something internal, but it is something that we do not master. It seems like they were sensations from another dimension.

We try to understand why we are attracted to this or that, why we like this or that food more, and we enter the lagoon of ignorance.



The senses give us information about the environment; but, when they become feelings, they give us providential information, which we must process, because it is intermingled among the interested information.

Hence many feelings are false, wrong, inadequate.

Yes. The eagerness for being protagonist, the personalist eagerness, helped by the environment, creates sensations that are not providential, that are not emanations of the Invisible, but are apparent... architectures!

Yes. The being, in its customary, absolutist and racist rationalism, has been creating criteria of beauty, of harmony, of... "truths" -in short-, and has created affections, attractions, wants!, possessions... that may seem or jingle like “loves”, but then, when they pass, they quickly dissolve in dispute, in incongruity, in...

In short, in the competition for command and power. They were not loves. They were not providential instances.

They were manipulations of wants and feelings; or, rather: of the wants that posed as feelings, to dominate and control.

Again the image of feeling “Creator”, “God”…



Yes. Yes. It is also a time of feelings, of mysterious feelings... and of false feelings. Falsities, lies, which are the arrogance of achievements, which are the petulance of dominion.

And lo and behold here, the being is found between absolutist radicalism of a square life, which creates illusions, fantasies and desires... that try to replace Providence, that try to create... and make us believers in what is not really Creation, but is a crude apparent imitation.



As if it were a fracture, the being is really immobilized by two planks: the rational, logical and understandable, and the emotional, manipulable and controllable.

And the stilling; the stilling of the fracture, depending on the Mystery. Because neither of the two powers manage to resolve. It stills. It leads us to stillness. And from it, to a serene indifference that allows us to perceive the transcendent feeling: that indissoluble love; without belongings.



I don't need to have or possess. My being and way to be proclaim themselves in the reference of a permanent, unfathomable, but evident Creation.





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